Cuando se cumplen 700 jornadas desde el inicio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el derribo de un avión de transporte Ilyushin Il-76 de esta nacionalidad por parte de las defensas aéreas ucranianas sobre la región fronteriza de Bélgorod, nos ha dejado uno de los incidentes más controvertidos en estos casi dos años de enfrentamientos. Una noticia que, pese a su importancia, solo ha sido una más en un día en el que Robert Fico ha visitado Ucrania, la OTAN da comienzo al mayor ejercicio de su historia reciente y Orban ha asegurado que hará todo lo posible para acelerar el visto bueno a la entrada de Suecia en dicha organización. Sobre el terreno, fuentes ucranianas aseguran haber expulsado a las tropas rusas del sur de la localidad de Avdiívka, calificando la situación de difícil, pero «bajo control».
Durante la mañana de este 24 de enero, a eso de las 11 hora de Moscú, un avión de transporte estratégico Ilyushin Il-76 ruso era derribado sobre la región fronteriza con Ucrania de Bélgorod, a unos 30 kilómetros en el interior de Rusia. El suceso era seguido prácticamente en tiempo real en las redes sociales, toda vez que el vídeo en el que se registra el momento del impacto contra el suelo ha trascendido en cuestión de minutos a través de diversos canales de Telegram y cuentas de Twitter. A partir de ahí, comenzaban las especulaciones y el cruce de acusaciones.
En un primer momento, desde canales rusos han asegurado que hasta 65 militares ucranianos, prisioneros de guerra que iban a ser devueltos a Ucrania, viajaban en el aparato. Los mensajes, que posteriormente han sido borrados en algunos casos, han vuelto a reproducirse posteriormente, especialmente cuando desde cuentas ucranianas han comenzado a celebrar el derribo del avión, asegurando que transportaba armas al frente, concretamente misiles S-300. Por el camino, además, se ha especulado también con la posibilidad de que se haya tratado no de un derribo causado por sistemas antiaéreos ucranianos, sino rusos, en un incidente de fuego amigo. Una hipótesis que poco a poco ha ido descartándose.
Las primeras imágenes aparecidas de los restos del aparato, sin embargo, no hacían más que alentar las dudas, en tanto no se apreciaban restos humanos, como correspondería a un accidente en el que habrían fallecido, además de los 65 prisioneros de guerra ucranianos, la tripulación y los militares rusos encargados de la custodia. También, como señalaban no pocas personas, se antoja difícil que tamaño número de pasajeros pudiera ser controlado por apenas 3 militares rusos, pues nada impediría que tomasen el control del aparato, dirigiéndose con él a Ucrania. Además, tampoco parece ser habitual que sean transportados de esta forma. Por otra parte, la hipótesis del fuego amigo ruso también resultaba difícil de creer, pues no se trata de un aparato que por su tamaño o firma pueda hacer dudar a los operadores de ningún sistema antiaéreo. Por otra parte, parece ser que el aparato no iba a aterrizar en Bélgorod, sino que salía de Bélgorod.
Desde Ucrania, el Directorio de Inteligencia Militar del Ministerio de Defensa publicaría un mensaje que no contribuiría sino a aumentar las dudas sobre lo sucedido, pues se hablaba de un intercambio de prisioneros pactado para este mismo día que no se habría producido. Se hacían eco de que, según la versión rusa -que comenzaba a difundirse por la prensa de este país y por la internacional– el intercambio no habría ocurrido a causa del derribo del Il-76.
Sin embargo, afirmaban no disponer de información que permitiese contrastar este punto, ni tampoco que Ucrania lo hubiese derribado, mientras acusaban a Rusia de no haberles informado sobre posibles vuelos en la zona relacionados con el intercambio ni sobre la necesidad de asegurar el espacio aéreo de Bélgorod. Es más, consideraban que aterrizar un avión de estas características a 30 kilómetros del frente no era seguro y acusaban a Rusia de una acción deliberada destinada a desestabilizar Ucrania y minar su posición internacional. Quedaba bastante claro ya entonces, en cualquier caso, que el derribo había sido causado por la artillería antiaérea, muy posiblemente ucraniana, a pesar de que algunos medios editasen a posteriori sus titulares.
Sin embargo, vídeos más detallados de los restos del avión caído en Bélgorod seguían alimentando algunas dudas, mientras despejaban otras. El examen de los mismos hace pensar que, efectivamente, el aparato había sido alcanzado por un misil antiaéreo pesado, como se desprende de las numerosas marcas de metralla (ver vídeo más abajo) en lo que queda del fuselaje y del análisis del vídeo inicial. Además, posteriormente ha aparecido un nuevo vídeo en el que se vería al aparato cayendo, envuelto en una bola de fuego, lo que apunta a que había sido alcanzado en pleno vuelo.
No obstante, por la misma razón, se dudaba de que los 65 prisioneros de guerra ucranianos estuviesen a bordo en el momento del derribo, pues no se han visto restos humanos en la zona, más allá de los correspondientes a uno de los pilotos. Desde el Ministerio de Defensa ruso, por su parte, seguían insistiendo en que 65 prisioneros viajaban en el avión siniestrado, mientras el gobernador de Oremburgo calificaba a los pilotos de héroes.
Pese a la insistencia en el relato de los prisioneros ucranianos, hay motivos para creer que la versión rusa no es cierta, como el listado de nombres que han proporcionado y que parece corresponder con una antigua lista de prisioneros empleada para apoyar su relato pero que incluye nombres ya vistos en otras anteriores. Mientras tanto, y desde el lado ucraniano, se ha seguido hablando de un avión destinado a la entrega de municiones al frente, así como también de misiles S-300, un mensaje que replicaban distintas cuentas cercanas a Kiev, pero que tampoco cuenta por el momento de pruebas que lo respalden.
Dicho todo esto, y dejando de lado la parte más polémica del asunto, que está por clarificar todavía (Zelenski y ha pedido una investigación internacional y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunirá de urgencia en cuestión de horas), es necesario hacer al menos un breve apunte sobre lo que este derribo nos dice acerca de la capacidad ucraniana (a falta de demostrarse que efectivamente han sido los causantes) para degradar algunas de las capacidades estratégicas rusas. Un aspecto en el que incidía por ejemplo Mick Ryan y que también es interesante, pues vemos cómo se suma este incidente a los derribos de otros aparatos recientemente en distintos puntos cercanos al frente, desde el A-50 Mainstay unos días atrás, a los Su-34 de hace unas semanas.
Como quiera que todavía es pronto para arrojar luz suficiente sobre el derribo del Il-76 y aclarar si Rusia ha aprovechado la pérdida de unos de sus aparatos para lanzar una operación de desinformación o no, como parecen afirmar los ucranianos, pasamos a centrarnos en lo ocurrido en el frente en las últimas horas.
Respecto al lanzamiento de misiles y drones rusos, si bien el Ministerio de Defensa de Ucrania no ha publicado ningún número, se sabe que las defensas han estado activas en localidades como Dnipró, en donde se ha hablado de hasta dos misiles neutralizados. Además de esto, continúa haciéndose recuento de daños tras la oleada de la jornada anterior, en localidades como Járkov.
Del lado ruso, sus propias defensas habrían estado activas sobre Makiívka y en la región de Bélgorod lo que, dicho sea de paso, ha contribuido a generar más dudas respecto al derribo del Il-76.
En cuanto al frente, comenzado por el norte, han aparecido rumores de la captura por parte rusa de la villa de Pletenivka, en la óblast de Járkov. Sin embargo, no parecen tener ninguna base real. Por lo demás, la situación en la zona permanece sin cambios respecto a jornadas anteriores, tanto en la línea Kupiansk-Svatove-Kreminna, como en puntos como Bilohorivka, al sur de esta.
Las únicas novedades reales, aunque en otras zonas del frente sigan produciéndose combates, continúan llegando del este de Donetsk, especialmente de Avdiívka. Allí los ucranianos aseguran haber repelido los ataques rusos al sur de la urbe, afirmando que la situación, si bien es difícil, está «bajo control». Dado que no han trascendido informaciones nuevas referentes a avances rusos, es muy posible que estos se hayan estancado en esta zona, después de los intentos de los últimos días. Las imágenes por satélite, en cualquier caso, muestran los intensos bombardeos que ha registrado esta parte de la urbe.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
En el apartado internacional, las noticias más importantes de la jornada tienen que ver con dos de los países, en principio, más opuestos dentro de la Unión Europea a la causa ucraniana: Hungría y Eslovaquia. Estados ambos gobernados por dirigentes que han hecho declaraciones muy favorables a Moscú en varias ocasiones y que, sin embargo, en las últimas horas han dado algunos pasos en sentido contrario, como veremos.
En el caso de Eslovaquia, ha visitado Ucrania el primer ministro del país, Robert Fico, quien se ha visto, entre otros, con su homólogo ucraniano, Denys Shmyhal. El ambiente de la reunión ha sido más cordial de lo que cabía esperar y ha servido para tratar diversos temas, incluida la compra de armamento por parte de Ucrania a empresas eslovacas, que Fico ha prometido no bloquear. Es más, Eslovaquia apoyará la iniciativa «A new Ukraine facility» de la Unión Europea, que prevé la entrega de 50.000 millones de euros a este país durante el periodo 2024-2027.
De hecho, Shmyhal ha hablado de una reunión que abre «una nueva página en nuestras relaciones», en referencia a las que mantienen ambos estados. Así, en la web del Gobierno de Ucrania han publicado una nota de prensa en la que se habla de acuerdos en materia de agricultura, energía y transportes, además de todo lo anterior.
En el segundo caso, tenemos que Orban ha hablado con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, a quien ha asegurado que Hungría apoya plenamente la entrada de Suecia en la Alianza y que hará todo lo que esté en su mano para acelerar el proceso de aprobación y ratificación. Parece así poner fin, al menos en parte, a la polémica abierta horas antes.
Por cierto, que en relación con esto cabe hacer una referencia también a Turquía, pues después de que su parlamento diese hace unas horas su visto bueno a la entrada de Suecia en la OTAN, desde los Estados Unidos el presidente Biden ha enviado una carta al Congreso del país solicitando a los legisladores que aceleren la venta de F-16 a Turquía.
No son las únicas noticias referentes a la OTAN, toda vez que esta semana dan comienzo las mayores maniobras que llevan a cabo los Estados miembros desde REFORGER, celebradas allá por 1988, con la participación de alrededor de 90.000 efectivos de 31 estados en ejercicios que se desarrollarán a lo largo y ancho de toda al área de responsabilidad del SACEUR durante los seis primeros meses de 2024.
Además de todo lo anterior, Zelenski ha mantenido una reunión telefónica con el canciller alemán, Olaf Scholz, con quien ha hablado sobre el inicio de negociaciones entre la Unión Europea y Ucrania y a quien ha agradecido el apoyo que Alemania está prestando a su país y el incremento en la ayuda militar aprobado para este año. Su alocución diaria, como no podía ser de otra forma, ha estado en cualquier caso dedicada al derribo del Il-76, asegurando Zelenski que ya ha recibido informes por parte del ministro de Defensa, el jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Ucranianas, la Inteligencia Militar y el Servicio de Seguridad ucraniano. Además, ha hecho referencia a los pasos dados por el Senado de los EEUU de cara a la confiscación de bienes rusos.
En otro orden de cosas, la Duma rusa adoptó el miércoles una ley que permite confiscar los bienes de quienes critican la guerra en Ucrania y, más en general, de los opositores. Este texto, aunque puede apuntar a cualquier ciudadano ruso, constituye también un recordatorio para los cientos de miles de rusos que han elegido el exilio, pues no podrán impedir que el Estado confisque cualquier propiedad que posean en suelo ruso.
Para finalizar, en las últimas horas ha salido a la luz un nuevo informe de la Fiscalía General de Ucrania que actualiza las cifras sobre víctimas civiles en este conflicto. Según los datos facilitados, al menos 521 menores han perdido la vida, resultando heridos más de 1.211.