Desde Ucrania reconocen la autoría de los ataques, las pasadas jornadas, con la región rusa de Leningrado. Pese a ser de las más defendidas del mundo, hay analistas que consideran que no habrían recibido medios adecuados para hacer frente a la amenaza que plantean los drones ucranianos. Precisamente sobre estos y su tasa de efectividad real se ha venido hablando en las últimas horas, aunque no hay datos que permitan dar un dato completamente fiable. Sobre el terreno, lo más relevante de la jornada es un ataque contra la ciudad de Donetsk que habría dejado más de una veintena de muertos. Todo en una jornada en la que se ha sabido que Rusia deberá dar explicaciones ante las Naciones Unidas por el traslado ilegal de niños ucranianos a su territorio.
En las últimas horas se ha venido discutiendo en las redes sociales sobre la efectividad de los drones comerciales letalizados tipo FPV (First Person View), tan extendidos desde hace unos meses en el campo de batalla ucraniano. De estos, en nuestros cálculos, siempre hemos defendido tasas de éxito mínimas, del orden del 5 al 15% de efectividad, lo que supondría que, de cada centenar de usos, apenas lograría el atacante destruir, neutralizar o dañar un puñado de carros, blindados, efectivos o posiciones enemigas. Pese a lo cual, su empleo resultaba trementamente rentable, de ahí su auge. No obstante, a falta de datos, la realidad podría ser otra.
Serhii Flash, especialista ucraniano en Guerra Electrónica y sistemas C-UAS, ha asegurado que la efectividad de los drones FPV ucranianos rondaría el 30%, llegando en algunos casos a cifras todavía mejores. No solo eso sino que aspirarían, a largo plazo, a llegar a tasas de alrededor del 50%, aunque no siempre vaya a ser realista en su opinión esperar semejante tasa de éxito, en vista de la multiplicidad de factores que influyen la consecución de la misma. De entre estos, citaba los siguientes:
- La calidad del propio dron;
- La correcta o incorrecta elección de frecuencias y protocolos de empleo en relación con el sector específico del frente en el que fueran empleados;
- La actividad de los sistemas de Guerra Electrónica rusos;
- La experiencia de los pilotos y;
- La corrección y fiablidad de los servicios de los datos de inteligencia disponible.
Por supuesto, si atendemos a los números que suelen darse sobre la producción de drones, que se cree que puede ser ya de decenas de miles de aparatos tipo FPV al mes, la tasa del 30% implicaría la destrucción, en el mismo plazo de tiempo, de muchos miles de objetivos. Dada la afición de unos y otros a mostrar a través de las redes el efecto de cada ataque exitoso, esto significaría que Internet estaría mucho más plagado de testimonios de ataques exitosos de lo que ya está. Es normal, por tanto, dudar de las palabras de Serhii Flash.
Además, y por otra parte, aunque los sistemas de guerra electrónica (incluyendo aquí desde los más potentes a los sistemas RF más humildes) no siempre estén presentes en el frente y, por lo tanto, no puedan proteger posiciones, sistemas y plataformas, se han ido implementando multitud de sistemas pasivos, como las famosas redes y las tan extendidas jaulas de protección. Si bien no siempre son exitosas en su cometido, estas medidas sí han demostrado, como se puede ver en el vídeo enlazado más abajo, cierto grado de efectividad, de ahí su multiplicación.
Sin embargo, también hay argumentos que podrían explicar que la tasa de éxito pueda ser, efectivamente, algo mayor que la que nosotros damos por hecho. Por ejemplo, respecto a la publicación de vídeos a través de las redes sociales, hay que tener siempre en cuenta que esta no es tan sencilla como se cree. El aumento de la conciencia por parte de los militares de uno y otro bando, respecto a las vulnerabilidades que implica el empleo de dispositivos móviles hace que, al menos la mayor parte de los vídeos, deban seguir algún tipo de canal oficial antes de llegar a la Red, lo que dificulta su difusión. Es decir, que no todos los ataques exitosos -aunque seguramente sí un porcentaje algo- terminan trascendiendo más allá del frente.
De hecho, se estaría produciendo un fenómeno netamente diferente al de unos meses atrás, cuando desde Rusia debían esperar días antes de reunir un número suficiente de testimonios del uso de drones Lancet antes de su publicación, difundiéndolos después todos de golpe y dando así la impresión de que era una herramienta mucho más letal de lo que en realidad era.
Por otra parte, hay que entender que un ataque exitoso no siempre implica necesariamente la destrucción de un activo enemigo. Como hemos explicado en alguna ocasión, los drones de este tipo deberían ser considerados como municiones, esto es, como sistemas fungibles más que como sistemas aéreos. En relación con esto, además, tenemos que su uso -especialmente del lado ucraniano- se da en parte como sustituto de la artillería tradicional, dada la escasez de municiones. De ahí que dificultar un avance enemigo o atosigar mediante el fuego a los rusos en sus trincheras (y viceversa) y otros tantos uso, si bien no dejan espectaculares vídeos de destrucción, como alguno que hemos podido ver recientemente, sigue constituyendo un éxito.
En cualquier caso, y a falta de datos objetivos, pues todo lo que hay hasta el momento son impresiones y no cifras que puedan contrastarse de alguna medida, conviene siempre poner en cuarentena cualquier afirmación.
Más allá de esto, y como quiera que la guerra de Ucrania continúa con su siniestro devenir, toca pasar a la actualidad sobre el frente. Como suele ocurrir en estos casos, desde fuentes ucranianas se han atribuido lo ocurrido en la región de Leningrado hace unas horas, asegurando que sería el resultado de un ataque ucraniano con drones dirigido contra las instalaciones de Novatek en Ust-Luga.
Además, y también en relación con lo ocurrido en la región de Leningrado en los últimos días, tenemos analistas que defienden que las defensas antiaéreas rusas en esta óblast, pese a ser de las más defendidas del mundo, podrían no estar preparadas contra la amenaza que plantean los drones ucranianos, al disponer de medios pensados contra otras más convencionales como los misiles y la aviación enemiga. Esto es algo que, de hecho, ya se había visto anteriormente en Moscú, a priori la ciudad con la red de defensa antiaérea y antimisil más densa del planeta, pese a la cual hubo que realizar importantes adaptaciones tras los primeros ataques con drones por parte de Ucrania.
Dicho esto, tenemos también que los sistemas antiaéreos ucranianos han estado activos durante la pasada noche sobre localidades como Dnipró, en la que afirman haber derribado un misil de crucero ruso Kh-59. Además, se han reportado informes de explosiones sobre Kropivnitsky, en el interior del país.
Del lado ruso, mientras tanto, la actividad antiaérea se habría en la región de Briansk y en la de Smolensk. Lo más significativo, sin embargo, ha tenido lugar en la ciudad de Donetsk, en donde una explosión en un mercado ha provocado decenas de víctimas. Estas, según algunas fuentes, podrían llegar hasta los veinticinco fallecidos y elevarse a varias decenas más en el caso de los heridos. Desde Rusia no han tardado en catalogar lo ocurrido como «un acto terrorista bárbaro». Desde Ucrania, por su parte, han desmentido las acusaciones rusas respecto a la autoría del bombardeo.
En cuanto a los combates y los movimientos, mientras las cifras de bajas siguen produciéndose en consecuencia con la intensidad de los mismos, tenemos al norte que las tropas rusas habrían logrado nuevos avances entre Kupiansk y Svatove.
En el área de Bakhmut, por su parte, se han registrado también ataques y avances rusos al sudoeste de la ciudad, aunque es poco probable que las tropas de este país logren grandes progresiones en la zona, ya que se enfrentan al terreno abierto en buena parte de la misma.
La mayor parte de la actividad, en cualquier caso, se sigue concentrando en el oeste y sudoeste de la ciudad de Donetsk, como ha venido ocurriendo desde hace unas semanas. Así, al sureste de Avdiívka las vanguardias rusas habrían logrado adentrarse hasta algunas de las calles de esta parte de la urbe, intentando progresar con apoyo de carros de combate, aunque sufriendo importantes bajas.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Abrimos la sección internacional de la jornada dominical con la noticia de que los trabajadores de la industria de defensa en Finlandia han convocado huelga para los días 1 y 2 de febrero, lo que podría afectar a la producción de munición que se enviará a Ucrania.
En particular, se trataría de los trabajadores de las tres plantas de Nammo en el país, pero también de una fábrica de pólvora. Según el director general de la empresa, Raimo Helasmäki, detener la producción podría afectar al suministro de munición a Ucrania, pero le preocupa especialmente el impacto en la producción de pólvora, ya que es la materia prima que escasea actualmente. Helasmäki precisaba que, aunque la huelga se convoque para dos días, su producción se detendrá durante cuatro pues son necesarios más de dos días para pararla y ponerla en marcha de nuevo. El Ministerio de Defensa finlandés por su parte confía en que la huelga no termine afectando al apoyo a Ucrania, tanto en cantidad como calidad de las municiones.
Por otro lado, a raíz del ataque en Donetsk, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha señalado una vez más en su discurso diario que “Rusia tendrá que rendir cuentas por todo este terrorismo” y que “debe ser así”. Esto considera que debe hacerse a nivel individual para que todos los responsables -los engloba en criminales de guerra y terroristas- rindan cuentas y a nivel de “todo el Estado terrorista” a través de sus activos y capacidades.
Siguiendo con las declaraciones de Zelenski en una entrevista con la televisión británica declaraba que no ve el sentido de movilizar actualmente a 500.000 ucranianos más. Esta era la cifra recogida por el Ejército ucraniano en un proyecto de ley que ampliaba el servicio militar obligatorio, aunque este se retiró del Parlamento el pasado 11 de enero. Entre otras razones, Zelenski señala que una de ellas es la contabilidad, incidiendo en que los salarios y formación de los soldados, así como la renovación corren a cargo del presupuesto ucraniano y no se financiará con fondos concedidos por los países aliados de Ucrania.
No obstante, Zelenski también señala que la renovación del personal militar es necesaria y “está bien darle un respiro” al personal. En este sentido, subraya que si no hay suficientes profesionales capacitados el Ejército debe contar con una herramienta de movilización para poder movilizar a una parte de la sociedad y prepararla, insistiendo en la importancia de la preparación para “no tirarlos al campo de batalla”. Además, el líder ucraniano pone el acento en que los ucranianos no pueden ceder a la “fatiga de guerra”, pues “si estamos cansados, perdemos lo que tenemos”.
Continuando con el Reino Unido, el país ha proporcionado a un panel de expertos de las Naciones Unidas fotografías satelitales de envíos realizados por Corea del Norte a Rusia como prueba en una investigación oficial sobre los suministros de armamento que violarían las sanciones internacionales. En las imágenes tomadas entre septiembre y diciembre de 2023 se muestran tres barcos rusos, el “Maia”, el “Angara” y el “Maria” cargando contenedores en el puerto de Najin en Corea del Norte, aunque no podían identificar su contenido. Hay que recordar que días atrás Pyongyang ha sido acusada de suministrar misiles balísticos y cientos de miles de proyectiles de artillería a Moscú; acusación fundamentada y confirmada por Estados Unidas tras el empleo de este material en Ucrania recientemente.
Para concluir, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ya está en Nueva York para participar en las sesiones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre Ucrania y Oriente Medio que tendrán lugar entre el 22 y 24 de enero. Entre otros temas, Rusia tendrá que comparecer para dar explicaciones sobre las deportaciones ilegales de menores ucranianos a suelo ruso desde el inicio de la guerra.