En las últimas horas ha sido noticia el importante incendio sufrido por la terminal de Novatek, el mayor productor independiente de gas natural licuado (GNL) de Rusia, en el puerto de Ust-Luga, en el mar Báltico. Si bien se desconoce la causa del mismo, es muy factible que se haya debido a un ataque ucraniano, después de que en los días pasados intentaran en varias ocasiones alcanzar varios puntos de la región de Leningrado, en la que se ubica esta instalación. En el apartado internacional, cabe destacar las declaraciones del primer ministro eslovaco, el prorruso Robert Fico, asegurando que vetará la entrada de Ucrania en la OTAN, pues esto «desencadenará la Tercera Guerra Mundial, nada más y nada menos». Todo en un día en el que Ucrania ha celebrado el aniversario de la defensa del aeropuerto de Donetsk, entre el 26 de mayo de 2014 y el 22 de enero de 2014.
El 12 de abril de 2014 dio comienzo la primera fase de la guerra del Donbás, con el asalto de edificios gubernamentales por parte de hombres armados bajo el mando de Igor Girkin, un antiguo operativo del GRU (inteligencia militar). Los rebeldes lograrían hacerse con varias ciudades e incluso se llegó a producir un choque armado entre los hombres de Girkin y miembros del SBU ucraniano.
Apenas dos días después daría comienzo la denominada ATO (Anti-Terrorist Operation), una operación ideada para recuperar el territorio perdido en el este de Ucrania que, sin embargo, se demostraría insuficiente, terminando por degenerar, junto al creciente apoyo ruso a los rebeldes, en una guerra en la que batallas como las dos que se libraron en el aeropuerto de Donetsk ocupan un lugar importante en el imaginario ucraniano.
Aunque no fueron una, sino dos batallas diferentes, estas continúan siendo un caso de estudio. En el caso de la primera tanto por la forma en que se libró, como por su importancia (en conjunción con otros factores como el temor a una invasión rusa) de cara a la firma del primer protocolo de Minsk, o el impacto que tuvo sobre la concepción del Gobierno ucraniano que tenían los residentes en la ciudad de Donetsk y en buena parte de las zonas rebeldes.
A pesar de que los ucranianos lograron mantener el control de las instalaciones, forzando a los prorrusos a retirarse tras apenas dos días de intensos combates, estos volverían a la carga unos meses después. Sería, de hecho, el 28 de mayo de ese mismo año cuando daría comienzo una nueva batalla en la que unidades separatistas como los batallones «Somalia», «Spartak» o «Vostok» jugarían un importante papel. Un enfrentamiento que tendría un resultado muy diferente al primero y que concluiría con la retirada ucraniana.
Si bien no resultó una pérdida estratégica, pues las tropas ucranianas se hicieron fuertes a apenas unos metros de estas instalaciones, que quedaron bajo el alcance de su artillería, su papel en el imaginario colectivo, tanto ruso y separatista por un lado, como ucraniano por otro, es indudable. No es de extrañar, por tanto, que desde el Gobierno de Kiev hayan rendido homenaje en las últimas horas a los defensores de estas instalaciones, ligando además la guerra del Donbás con la actual guerra de Ucrania. Algo que es del interés de Zelenski y que sirve para apoyar la idea ucraniana de que no son dos guerras distintas, sino una muestra de la realidad de las aspiraciones rusas.
Pasando de la parte histórica a la actual, en las últimas horas tenemos que se ha producido un importante incendio en las instalaciones que OAO Novatek, el mayor productor independiente de gas natural ruso y el segundo del país, solo por detrás de Gazprom. Aunque todavía no se conoce la causa exacta del incidente, es muy posible que se deba a un ataque ucraniano con drones de largo alcance, toda vez que en los últimos días han estado atacando esta región, tal y como hemos ido registrando en nuestros informes.
El último de estos intentos, de hecho, tuvo como objetivo la JSC «Petersburg Oil Terminal», al suroeste de la ciudad portuaria de San Petersburgo, a la sazón una de las zonas mejor protegidas de Rusia, al menos en teoría. No olvidemos que tanto en los alrededores de esta ciudad, que alberga importantes instalaciones navales y en cuyas cercanías está la base de Kronstadt y en general en toda la región de Kaliningrado se despliegan buena parte de los medios antiaéreos y antibuque en servicio con las Fuerzas Armadas rusas. Son, de hecho, una parte fundamental de su red A2/AD, sobre la que ya publicáramos en su día un extenso artículo.
De ser cierta la autoría ucraniana, sería un nuevo golpe a unas instalaciones y una compañía que son críticas para Rusia y que, de hecho, habían sido recientemente objeto de sanciones internacionales por parte de los Estados Unidos, en una decisión que se engloba por una parte, como es lógico, en el marco de la respuesta de este país a la guerra de Ucrania y, por otra, en la competición que Estados Unidos y Rusia mantienen en términos energéticos.
Sea como fuere el incendio, de importantes proporciones y admitido ya por las fuentes oficialistas rusas, que hablan del establecimiento de un régimen de alerta en el distrito de Kingisepp, en el que se ubica, tendrá efectos sobre la capacidad exportadora de Rusia pues, únicamente desde estas instalaciones, suministraba a sus clientes internacionales hasta siete millones de toneladas de gas por año.
Independientemente de lo ocurrido en el Báltico, Ucrania habría lanzado en las últimas horas más drones sobre territorio ruso. Así las cosas, los medios de este último país hablan de drones derribados en las regiones de Smolensk y Oryol. Además, se ha producido también una explosión en Tula.
Además de esto, y del otro lado, tenemos también ataques rusos contra Ucrania sobre la base de drones kamikazes Shahed-131/136 (Geran-1/2). En concreto, las autoridades ucranianas hablan de cuatro de siete aparatos derribados sobre las regiones de Odesa, Mykolaiv, Cherkassy y Khmelnytskyi, mientras que los tres restantes no habrían alcanzado sus objetivos.
Respecto a los combates y movimientos, tenemos que, al norte del frente, las tropas rusas habrían logrado avanzar en la línea de Kupiansk-Svatove-Kreminna hacia Pischane, a la vez que habrían atacado en dirección a Ivanivka desde Yahidne. En el primer caso, se habrían hecho con la pequeña villa de Khrokhmalne, como atestiguan las imágenes publicadas en redes. Además, algo más al sur, en Bilohorivka, se han registrado también nuevos avances rusos hacia esta localidad.
En el caso de Bakhmut, apenas hay novedades, más allá de nuevos ataques rusos sobre el norte de Klischiívka.
Más allá de esto, el grueso de la acción sigue registrándose al oeste de la ciudad de Donetsk, especialmente en el caso de Avdiívka. Allí, aunque el Ejército ruso está tratando de seguir progresando desde el norte, por la zona del Terrikon y desde Kam’yanka, los principales movimientos se están produciendo al sureste, con las tropas rusas avanzando hacia Tsarska Ohota, que habrían tomado, y a través del terreno urbanizado hacia zonas ya del núcleo urbano. Además de esto, y más al sur, se han producido también ataques en el área de Vuhledar, tanto mediante el uso de bombas de aviación, como por tierra.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Como suele ser lo habitual, la actividad institucional decreció de cara al fin de semana, aunque sí hay temas que han vuelto a saltar a la palestra en las últimas horas.
Uno de estos temas ha sido el que abordamos en el informe de ayer sobre la central nuclear de Zaporiyia. A raíz de las declaraciones de Rafael Mariano Grossi, director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA) sobre la reaparición de minas alrededor de la planta, la inteligencia ucraniana ha indicado que “no hay nuevo en estas acciones”. Según Andriy Yussov, un portavoz de los servicios de inteligencia del Ministerio de Defensa, la inteligencia ucraniana publicó mapas de barreras de minas explosivas que los rusos habían colocado alrededor de la central el año pasado. Sin embargo, sostiene que los expertos de la IAEA no habían confirmado estos hechos, pero tampoco comentado ni explorado las zonas donde estas se situaban.
Al respecto también se ha pronunciado Mijaíl Ulyanov, el representante permanente de Rusia ante las organizaciones internacionales en Viena, aclarando que las minas que ha encontrado la IAEA son necesarias para la protección contra ataques y sabotajes. Sobre esto precisaba la localización donde se encuentran y que, al ser una zona de amortiguamiento restringida, el personal de la central no va allí. De este modo, defiende que representan “una amenaza solo para las ratas, los cuervos y los saboteadores potenciales”.
Nuevamente, el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, ha realizado declaraciones controvertidas respecto del apoyo del país a Ucrania en vísperas de su reunión con el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, el miércoles 23 de enero. De un lado, Fico sostiene que “Ucrania no es un país independiente y soberano”, sino “bajo el control total y la influencia de Estados Unidos”. De otro, le trasladará a su homólogo en primer lugar que Ucrania “no recibirá armas del ejército ni del Estado eslovaco” y en segundo lugar “que está en contra de la membresía de Ucrania en la OTAN y que la vetará”. Según Fico, la adhesión de Ucrania en la OTAN “desencadenaría la Tercera Guerra Mundial, nada más y nada menos”. Por añadidura, considera que el conflicto con Rusia que casi dura ya dos años no tiene solución desde el punto de vista militar y que Ucrania tendrá que ceder partes de territorio: “Tendrá que haber algún tipo de compromiso que será muy doloroso para ambos partes. ¿Qué esperan que los rusos abandonen Crimea, Donbás y Lugansk? Eso no es realista”.
Sin embargo, esta no ha sido la única noticia relacionada con Eslovaquia pues su ministra de cultura, Martina Šimkovičová, ha cancelado el decreto que suspendía la cooperación cultural con Rusia y Bielorrusia después del 24 de febrero de 2022. La ministra sostiene que “Hay decenas de conflictos militares en el mundo y, en nuestra opinión, los artistas y la cultura no deben sufrir por ellos”.
Por otro lado, la Duma estatal (Parlamento ruso) examinará la semana que viene un proyecto de ley dirigido a confiscar el dinero y los bienes de cualquiera que sea culpable de difundir “información falsa” sobre el Ejército. Tras el inicio de la invasión de Ucrania o según Rusia la “operación militar especial”, declaró ilegales las críticas al Ejército. Al respecto, el presidente de la Duma, Viacheslav Volodin, señalaba: “Quien intente destruir a Rusia y traicionarla debe recibir el castigo que merece y compensar con sus bienes el daño causado al país”. Sobre esto, añadía que la medida tiene como objetivo castigar a aquellos “matones” que “mancillan [al] país, a los soldados y oficiales que participen en la “operación militar especial”. Hay que recordar, además, que en Rusia el difundir “información falsa” sobre el Ejército ya conllevaría, de ser condenado, una pena máxima de 15 años de prisión.
Continuando con Rusia, el presidente Vladímir Putin está dispuesto a visitar Pyongyang en un futuro próximo tras recibir la invitación del líder norcoreano Kim Jong Un. No obstante, no se conocen detalles sobre la fecha exacta de la visita. No obstante, no es el único viaje Putin estaría planeando, pues las autoridades turcas esperan recibirle el 12 de febrero.
Para finalizar y cambiando de tema, según ha informado el Servicio de Guardia de Fronteras de Ucrania, los manifestantes rumanos han puesto fin a sus protestas en el cruce de Porubne-Siret. Desde el pasado 13 de enero, los agricultores habían estado manifestándose de manera intermitente alegando los altos impuestos a los que se consideran que están sometidos y la lentitud en el pago de los subsidios.