Durante las últimas horas, la actualidad de la guerra de Ucrania ha venido marcada no por los movimientos en el campo de batalla, sino por la reunión de asesores de seguridad y políticos que está teniendo lugar en Davos (Suiza) y en la que el tema central es la implementación de la «Fórmula de paz» de Zelenski. Con algunas previsiones hablando de guerra al menos hasta la primavera de 2025, y mientras tanto, ambos contendientes continúan dando pasos para asegurarse su capacidad de seguir combatiendo. Del lado Ucraniano, por ejemplo, buscando que cada ciudadano deje de ser un «maker» en potencia, para que pase a serlo en la práctica. Del ruso, estrechando los lazos con Corea del Norte, cuya ministra de Exteriores visitará el país en cuestión de horas.
(Nota del director: durante los próximos días, los informes sobre la guerra de Ucrania dejarán de publicarse en la web de Ejércitos – Revista digital sobre Defensa, Armamento y Fuerzas Armadas, para pasar a alojarse en un dominio específico que quedará para el futuro como repositorio de libre consulta. A lo largo de el plazo que nos ocupe el traslado de los casi setecientos informes, es posible que no todos ellos estén disponibles permanentemente y puede que haya algún contratiempo para los lectores, algo por lo que pedimos disculpas de antemano).
Los drones han protagonizado una parte sustancial de estos informes desde el inicio de la invasión, hace ya casi dos años. Además, su estudio supone una fracción nada desdeñable de nuestro último libro, ocupando un capítulo de más de 20.000 palabras. En este tiempo hemos hablado tanto de su evolución y cambiante papel, así como sobre su responsabilidad a la hora de provocar una parálisis en el frente que está detrás de lo que se ha convertido en una guerra de posiciones. También acerca de los esfuerzos por una y otra parte para aumentar la producción hasta llevarla a tasas que cualquiera hubiese juzgado imposibles antes de ese fatídico 24 de febrero de 2022.
Algunas de las cifras aportadas por distintos medios, sin embargo, deben ser tomadas con mucha precaución, pues no guardan relación alguna con los documentos gráficos que llegan desde el frente. No se trata de dudar de la efectividad de los drones FPV, que cada vez más protagonizan los ataques y causan mayor destrucción, algo que sí está más que demostrado. Por el contrario, de lo que se trata es de poner en duda las cifras globales de producción por parte de unos y otros y de encontrar los motivos por los que estas se inflan, como cuando se asegura que Rusia produce 300.000 drones al mes. También el «hype» respecto a cómo los rusos han introducido o están a punto de introducir en servicio determinada característica –como distintos tipos de guiados terminales– que podría tener un impacto mayor sobre el frente.
La razón más obvia por la que encontramos cifras tan abultadas tiene que ver con la necesidad ucraniana de contrapesar el aumento ruso en la producción, que sin embargo es difícil de tasar, captando financiación extranjera. Es cierto que este país ha venido incrementando su capacidad de fabricación, pero si las cifras que se dan fuesen ciertas y asumiendo tasas de acierto mínimas -muy por debajo de las reales- de apenas un 1%, tendríamos que alrededor de 3.000 objetivos ucranianos serían batidos al mes.
Más allá de que esto iría hasta cierto punto en contra de la lógica económica de los drones, pues incluso estos necesitan de un porcentaje adecuado de aciertos para ser rentables, el número de vídeos de ataques que trascendería sería mucho mayor que el actual, algo que no está pasando. De esta forma, en la medida en que se magnifique la amenaza que suponen los drones rusos, tanto más fácil será captar recursos para desarrollar el sector en Ucrania, algo en lo que el Ministerio de Transformación Digital ha hecho una labor fabulosa mediante iniciativas como «Army of Drones».
La otra, relativa a las mejoras técnicas, como el citado guiado terminal, que ambos intentan que pase a ser autónomo para combatir las contramedidas electrónicas enemigas, es consecuencia de la necesidad de captar inversiones de cara al desarrollo por parte de los grupos droneros ucranianos de distintas soluciones que lo hagan posible y a la mayor velocidad, mientras ambos incrementan sus capacidades en cuanto a guerra electrónica.
Dicho lo anterior, en términos generales se diría, a tenor de las pruebas documentales, que Ucrania continúa conservando la ventaja en el apartado de los drones de ataque de bajo coste. Más allá de que las cifras que aportan sobre su propia producción sean ciertas, las recolectadas por los analistas OSINT a diario hablan de un número de bajas mucho mayor infligido a los rusos que sufrido por los ucranianos. Es cierto que Rusia se mantiene al ataque (lo que implica sufrir más bajas) y que eso puede distorsionar en parte el dato. Pero asumiendo que ambos tratan de documentar todos los éxitos por razones propagandísticas, no se entendería la diferencia entre el número de vídeos que llegan de una y otra parte, si no fuese real. Es decir, que si Rusia realmente sobrepasara a Ucrania de forma tan clara, produciendo un número de drones sensiblemente mayor y fuesen empleados, aun en el peor de los casos el número de vídeos debería ser sustancialmente mayor al que vemos, sobrepasando de largo a los publicados por Ucrania.
Cabe concluir que lo que vemos es un proceso de «inflación» mediática en el que Ucrania tiene interés en inflar el tipo de amenaza que suponen hoy los drones rusos (en el futuro la situación podría llegar a ser una realidad), a la vez que desde Rusia intentan convencer a su propia población y aliados de que son una gran potencia en este ámbito. Por supuesto, hablamos de drones comerciales letalizados exclusivamente, pues a otros niveles la situación es muy distinta, pues pese a los intentos de este país por ejemplo sobre Bélgorod o sobre Moscú, las cifras juegan muy a favor de Rusia, como ocurre con el empleo de drones Shahed-131/136 (Geran-1/2), máxime desde que han comenzado a fabricarlos en Alabuga.
Dicho todo lo anterior, no debemos de perder de vista que aunque algunas de las cifras que se proporcionan no sean reales, no están tan lejos de llegar a serlo. Rusia, desde luego, está realizando importantes inversiones y buscando la forma de capitalizar el acceso del que disfruta a los componentes chinos. Desde Ucrania, además de ampliar su base industrial con apoyo externo, siguen progresando en el uso de voluntarios civiles para la fabricación distribuida, a través de iniciativas como «People’s Drone». Esta, lanzada una vez más por el Ministerio de Transformación Digital, permite que cualquier ucraniano participe de la producción de drones, accediendo a cursos online y al apoyo de expertos, de forma que pueda producir en casa drones FPV de 7 pulgadas.
Más allá de lo anterior, y pasando ya a la actualidad sobre el frente, nos encontramos con una jornada relativamente tranquila. Después de la última oleada de ataques rusos, lo que tenemos es alguna información relativa a explosiones sobre Krivói Rog que podrían ser de antiaéreos haciendo frente a misiles o drones rusos, aunque no ha trascendido destrucción alguna. Donde sí se ha registrado la destrucción de almacenes de cereales ha sido en la localidad de Vovchansk, a causa al parecer de bombas guiadas.
En cuanto a los movimientos, han sido prácticamente nulos en las últimas horas. Todo a la espera de que Rusia, como creen algunos analistas, inicie una nueva ofensiva en fechas próximas. De hecho, según los ucranianos y únicamente en torno a Avdiívka, continuarían manteniendo una fuerza de 40.000 efectivos.
Así, nos encontramos al norte del frente nuevos intentos rusos por avanzar en el eje Kupiansk-Svatove-Kreminna. Pese a ello, el único cambio que se habría registrado recientemente se habría producido a la altura de Makiívka y sería mínimo.
Pasando al área de Bakhmut, no se han producido movimientos de ningún tipo, como tampoco más al sur de Donetsk, ni en Avdiívka ni en Mariínka, a pesar de que los enfrentamientos no cesan, incluyendo acciones continuas con drones e intercambios artilleros.
Para finalizar, una referencia a la cabeza de playa ucraniana en Krynky, en la orilla oriental del Dniéper en Jersón, pues esta sigue manteniéndose a pesar de los continuados ataques rusos, como demuestra el vídeo que veis a continuación, tomado desde una posición ucraniana.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
En el plano internacional, la cita del día es la cumbre de asesores militares y políticos para la implementación de la «Fórmula de paz», que precede al tradicional Foro de Davos. Hasta allí, además de Andriy Yermak, a la sazón el jefe de la Oficina del Presidente ucraniano, han viajado decenas de representantes de más de 80 estados y organizaciones internacionales, todos los cuales han compartido su visión respecto al futuro de la guerra de Ucrania y las posibles salidas, hablando en las dos sesiones celebradas sobre los cinco elementos clave de la fórmula, a saber: «retirada de las tropas rusas y cese de las hostilidades», «restauración de la justicia», «seguridad ambiental», «prevención de la escalada y repetición de la agresión» y «confirmación del fin de la guerra».
La reunión, que ha sido presidida por el consejero federal suizo, Ignazio Cassis, ha servido además de para hablar sobre la forma de implementar la «Fórmula de paz» y los avances logrados en esta materia en los últimos meses, para constatar que el final de la guerra está todavía lejos. Así lo expresó el propio Cassis en su discurso de apertura, señalando que «Lo que nos une a todos en esta sala es nuestro deseo de abrir a Ucrania y a su pueblo la perspectiva de un retorno a una vida autodeterminada, a una paz justa y duradera. Este camino es largo, pero nunca es demasiado pronto para prepararse para el momento en que las armas se callarán». Una opinión, por cierto, que el oligarca ruso Oleg Deripaska parece compartir, estimando que no habrá paz antes de mayo de 2025 y que no será posible ninguna discusión constructiva en Davos en tanto no había delegación rusa alguna presente.
Volviendo a Davos, pues las declaraciones de Deripaska han sido realizadas a través de Telegram desde Rusia, y a Yermak, el asesor ucraniano ha considerado una “buena señal” que el número de participantes en esta cita haya crecido respecto a la anterior, celebrada en Jeddah. Además, ampliando el ámbito geográfico de los participantes, de los que casi la mitad proceden de Europa, 18 de Asia y 12 de África. Según Yermak: “Los países del sur global se involucran cada vez más en nuestro trabajo. Demuestra comprensión de que este conflicto europeo es, de hecho, un desafío para toda la humanidad”.
Sobre la «Fórmula de paz» también se ha pronunciado Zelenski, quien se espera asista al Foro de Davos. Según el presidente ucraniano, que ha agradecido a todos los participantes su asistencia, «las iniciativas ucranianas se están volviendo gradualmente globales» en tanto cada reunión cuenta con un número mayor de participantes que la anterior.
Desde Rusia, mientras tanto, la portavoz de Exteriores, María Zajárova, ha pedido a Occidente que deje de suministrar armas a Ucrania si de quieren que se produzcan conversaciones de paz. Según Zajárova: «Si se trata del deseo de algunos países de encontrar una salida al callejón sin salida en el que Washington los ha metido, una cosa es. En este caso, deberían dejar de suministrar armas a Ucrania, dejar de imponer sanciones contra Rusia, y dejen de hacer declaraciones rusofóbicas». A lo que añadió: «Si esta retórica está orientada a arrastrar a Rusia a algún tipo de proceso psicodélico en los términos de Occidente para influir en los enfoques de principios de Rusia, no seremos atraídos a esta trampa».
Si bien la cumbre de asesores de Davos ha sido lo más importante ocurrido hoy a nivel internacional no ha sido ni mucho menos lo único. Es más, en paralelo a esta se han producido conversaciones, como las que ha mantenido Yermak con el Secretario de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rumania, Iulian Fota, para concluir un acuerdo bilateral de seguridad. Rumanía se convierte así en el noveno país en iniciar conversaciones bilaterales de seguridad con Ucrania.
En relación con esto, y como ha explicado el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, al hablar sobre el reciente acuerdo de seguridad firmado con el Reino Unido, su país está tratando de llegar a acuerdos similares con otros socios y aliados, comenzando con los Estados Unidos.
Más allá de esto, aunque en estos casos no se ha concretado acuerdo alguno similar al británico, El nuevo jefe de la diplomacia francesa, Stéphane Séjourné, y su homóloga alemana, Annalena Baerbock, han reafirmado la voluntad de sus países de apoyar a Ucrania «mientras» sea necesario ante la ofensiva rusa. Según Séjourné, que tras abandonar Kiev se ha dirigido a Berlín, Francia y Alemania están de acuerdo en que deben apoyar a Ucrania tanto tiempo como haga falta, lo que a su juicio significa, entre otras cosas: «Lo que significa «que debemos organizar a nivel europeo elementos de iniciativas coordinadas».
Como quiera que también Rusia cuida las relaciones con sus aliados, en las próximas horas será la ministra de Exteriores de Corea del Norte, Choe Son-hui, la que visitará el país, invitada por su homólogo ruso, Lavrov. Aunque no se conocen los temas a tratar, se espera que además de los vínculos económicos, se trate el tema del suministro de municiones y misiles a Rusia y de las contraprestaciones a Corea del Norte en forma de alimentos o acceso a armamento moderno, entre otros. Mientras tanto, el régimen juche ha «celebrado» este próximo encuentro con el lanzamiento de un supuesto misil hipersónico de combustible sólido, según ha anunciado la agencia de noticias KCNA y han reproducido medios como TASS.
Pasando a la ayuda internacional, también ha sido noticia la concesión por parte de Dinamarca de un nuevo paquete de ayuda a Ucrania por valor de 21 millones de dólares, que será destinado en exclusiva a la reconstrucción de la ciudad de Nicolaiev, en el suroeste de Ucrania. El paquete de ayuda incluye, entre otras cosas, proyectos de desminado de tierras agrícolas y de reconstrucción de la residencia universitaria de la Universidad Agraria Estatal de Nicolaiev
En otro orden de cosas, y para finalizar, en las últimas horas ha sido también noticia la muerte del poeta y disidente ruso Lev Rubinstein. Atropellado por un vehículo el pasado día 8 de enero, finalmente su hija María Rubinstein ha confirmado la muerte de este autor, a los 76 años, a consecuencia de las heridas sufridas.
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