Durante la noche del viernes al sábado, Rusia ha lanzado nuevos ataques aéreos contra Ucrania, interpretados por algunos analistas -en relación con el aumento de este tipo de ataques- como una respuesta ante la futura llegada de cazabombarderos F-16, que Rusia considera una amenaza. Todo mientras ambos países luchan por incrementar sus capacidades en cuanto a guerra electrónica, aunque por diferentes razones. Más allá de esto, en el plano internacional tenemos tanto la cumbre de asesores militares y políticos de Davod, como la visita del nuevo ministro de Exteriores de Francia, Stéphane Séjourné, a Kiev, durante la cual ha asegurado que a pesar de la multiplicación de las crisis internacionales, Ucrania continúa siendo la prioridad de su país.
Los ataques aéreos rusos, complementados con drones iraníes y, según Estados Unidos, también con misiles balísticos norcoreanos, se han intensificado después de un otoño relativamente tranquilo. Buen ejemplo de estos ataques lo constituye el vivido el pasado lunes 8 de enero, cuando Rusia lanzó un total de 59 drones y misiles y las defensas aéreas de Ucrania derribaron menos de la mitad de ellos, en comparación con sus habituales tasas de interceptación del 80 por ciento.
Hace unas horas, y después de un par de días relativamente calmados -aunque ya hemos explicado que simplemente Ucrania ha dejado de publicar partes-, se ha registrado el lanzamiento de una cuarentena de drones y misiles más, de los que según las fuentes ucranianas, 7 misiles habrían sido derribados y un total de veinte drones y misiles más se habrían quedado sin alcanzar sus objetivos, debido a las contramedidas electrónicas a disposición de la defensa aérea ucraniana.
En relación con esto último, hay analistas que aseguran que Ucrania ha venido incrementando sus capacidades en cuanto a guerra electrónica, en lo que sería una forma de responder al aumento de lanzamientos rusos, en un escenario en el que la escasez de municiones antiaéreas vuelve a plantear problemas a sus fuerzas armadas, dependientes como sabemos de la colaboración internacional para mantener su capacidad. Es más, en la asunción de que los datos proporcionados por Ucrania son exactos, es decir, que no están inflados, hay quien considera lo ocurrido la pasada noche como un «punto de inflexión».
No es el único de los contendientes que ha venido haciendo lo propio: también Rusia, consciente de que buena parte de la guerra se libra no en el plano físico, sino en el dominio electromagnético, ha hecho importantes cambios en este área, para sacar todo el partido de una situación de inicio que le beneficiaba enormemente, pero a la que durante mucho tiempo no supo extraer todas las ventajas que implicaba.
En relación con las actividades rusas, y como señala Financial Times, la conocida analista Dara Massicot ha mostrado su preocupación por los intentos rusos de «descifrar el código de la defensa aérea de Ucrania». Una forma de resumir tanto las actividades de escucha electrónica destinadas a establecer en qué frecuencias y qué tipo de encriptaciones utilizan los sistemas ucranianos, como el orden de batalla electrónico y su disposición sobre el terreno, de forma que tenga un conocimiento completo del funcionamiento de los mismos. Así las cosas, y según Massicot, si Rusia llegase a hacer esto último, se abriría la vía «para que Rusia envíe bombarderos pesados».
Por el momento, esto parece estar muy lejos de suceder. Ucrania cuenta con el sistema de defensa aéreo más denso y capaz de Europa en estos momentos y los bombarderos pesados, por sus características de vuelo y tamaño siempre serán presa relativamente fácil para los sistemas antiaéreos, incluso los más vetustos. Al fin y al cabo, no difieren demasiado, en el caso de los aparatos rusos, que no disponen de características furtivas, de los aviones comerciales.
Más preocupante es la posibilidad de que puedan emplear sus bombarderos tácticos, como los Su-34, con mayor libertad que en la actualidad, pues ya hemos hablado en varias ocasiones del efecto que las bombas convencionales con kit de planeo UMPK están teniendo sobre las defensas ucranianas, a lo que se suma que Rusia está experimentando con diversos tamaños para maximizar su letalidad.
No es de extrañar que Rusia considere la llegada de los cazabombarderos F-16, que en cualquier caso no se producirá antes del último tercio del presente año -al menos su entrada en servicio con Ucrania-, como una amenaza. Al fin y al cabo, más allá de utilizarlos para atacar objetivos a grandes distancias -para lo que dependerá de las armas que le sean suministradas-, podrá volver a defender su espacio aéreo con ciertas garantías.
Dicho todo lo anterior, tenemos que en las últimas horas, como hemos dicho, Rusia ha vuelto a lanzar una nueva oleada de misiles y drones contra Ucrania, compuesta de 12 misiles KH-101, 4 misiles Kh-59, 7 misiles S-300 en función de ataque a tierra, 3 drones Shahed, 6 misiles Kh-22, 2 misiles Kh-31P y 6 misiles hipersónicos Kinzhal. Más allá de las cifras de éxito, que ya hemos comentado, se habrían registrado explosiones en Dnipró, Kramatorsk, Kropivnitsky o Chernígov, entre otros. Según el Ministerio de Defensa de Rusia, el objetivo principal de los ataques habría sido el complejo militar-industrial ucraniano. Además, y para evitar sucesos como el de la pasada semana, F-16 polacos volvieron a despegar de forma que pudiesen monitorizar y, en su caso, impedir la entrada de misiles rusos en su territorio, según han afirmado desde el Ministerio de Defensa de este país, fronterizo con Ucrania.
Del lado contrario, se han registrado apagones en Rostov, aunque no está clara la causa. También explosiones en Berdiansk, localidad costera ucraniana controlada por Rusia. Además, ha sido noticia el incendio que ha devastado un enorme centro de distribución en San Petersburgo, perteneciente a la empresa de venta online Wildberries, en una acción que muchos atribuyen a un sabotaje ucraniano (mientras otras fuentes aluden a causas bastante más curiosas) y del que han trascendido las espectaculares imágenes.
Más allá de esto, son pocas las novedades, al menos en lo referente a los movimientos sobre el terreno. Comenzando por el norte, la única actividad se ha registrado en el área de Spirne, en donde las tropas rusas intentan seguir progresando entre Berestove y Vesele, así como avanzar desde Krasnopillia hacia Rozdolivka.
En el área de Bakhmut, los únicos ataques se habrían producido por parte rusa y habrían afectado al sur de la localidad, concretamente a la zona de Klischiívka.
En el caso del este de Donetsk, la actividad sigue concentrada tanto en Avdiívka, en donde las tropas rusas siguen tratando de ganar terreno alrededor del Terrikon, hacia la planta de coque, así como en Mariínka y Novomykhailivka, con constantes ataques, pero sin cambios de posición.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Pasando ya a la arena internacional, la primera de las noticias relevantes hoy atañe a la cumbre de asesores políticos y de defensa que está a punto de comenzar en Davos, Suiza, como previa al tradicional Foro de Davos, que reúne a algunos de los principales líderes políticos y hombres de negocios del planeta. En esta ocasión, se espera que todo gire en torno a la «Fórmula de paz» de Zelenski, tomando parte en la misma representantes de hasta 81 estados y organizaciones internacionales.
A la espera de lo que allí se hable durante el domingo, la otra noticia, y la que más titulares ha dejado, ha sido la vista del nuevo ministro de Exteriores galo, Stéphane Séjourné, a Kiev. En la que ha sido su primera visita al extranjero, el canciller francés ha querido recalcar que, a pesar de la multiplicación de crisis internacionales y de todos los problemas a los que Francia se enfrenta, Ucrania continúa siendo la prioridad de su país, por lo que mantendrán la ayuda a largo plazo. Además, ha asegurado también que «el futuro de Ucrania está dentro de la Unión Europea» y que harán todo lo que puedan para lograr desbloquear la ayuda financiera comunitaria de 50.000 millones, que todavía se está negociando, dado el veto húngaro.
Siguiendo con el ministro de Exteriores francés, en el marco de su visita se ha reunido, además de con su homólogo ucraniano, Kuleba, con el primer ministro de este país, Denys Shmyhal, con quien ha hablado sobre la «Fórmula de paz» de Zelenski y su implementación, así como sobre el apoyo prestado en su camino hacia la entrada en la UE y la OTAN. Más importante si cabe, al menos a corto plazo, Shmyhal ha extendido a las empresas galas su invitación para invertir en Ucrania y participar en la reconstrucción.
También se ha visto con el presidente de la Rada Suprema de Ucrania, Ruslan Stefanchuk, quien ha agradecido al francés el apoyo que su país presta a Ucrania y con quien ha tratado, en lo básico, los mismos temas que en el caso de Shmyhal, sumándole además la cuestión de las sanciones a Rusia y las necesidades urgentes de las Fuerzas Armadas ucranianas.
En el caso de Zelenski, como no podía ser de otra forma, también se ha visto con Séjourné, a quien le ha hablado acerca de las necesidades de la defensa ucraniana y con quien ha tratado temas como la producción conjunta de drones entre Ucrania y Francia, entre otros.
Además de esta reunión, el presidente ucraniano ha mantenido en las últimas horas una videollamada con los líderes de la coalición gobernante en el parlamento búlgaro, Boyko Borisov, Delyan Peevski y Kiril Petkov. Esta institución ha venido jugando un papel clave a la hora de mantener el apoyo de Bulgaria a Ucrania, algo que Zelenski ha agradecido, para después informar a sus interlocutores acerca de la situación en el campo de batalla, hablar sobre la integración euroatlántica o el uso de los activos rusos congelados.
Pasando a Rusia, en las últimas horas han sido noticias las declaraciones del viceprimer ministro, Dmitry Chernyshenko, quien ha elogiado el importante papel que juegan los medios de comunicación en lo que considera que es una guerra informativa a gran escala librada contra Rusia. Según sus palabras, que han coincidido con el Día de la Prensa Rusa (lo que no deja de ser curioso, dada la falta de libertad informativa que impera en el país):
«Durante los dos últimos años de una gran guerra de información contra Rusia por parte de países hostiles, el papel de los medios de comunicación se ha vuelto especialmente importante. Porque son los periodistas, reporteros y editores de canales de televisión, la prensa y las agencias de noticias quienes cubren la situación en Rusia. país y al mundo de manera rápida y confiable».
En relación con esto, cabe destacar el distinto tratamiento que la prensa de unas y otras latitudes han hecho sobre el caso del chileno-estadounidense Gonzalo Lira, detenido en Járkov a mediados de 2023 tras ser acusado de «producir y difundir materiales que justificaban la agresión armada» y recientemente fallecido. Según la prensa rusa, afín al Kremlin, este habría sido asesinado o, al menos, esa es la interpretación de los hechos que han decidido publicar, eligiendo la opinión el ex candidato presidencial Eduardo Artés, del Partido Comunista chileno. Sea cual sea la realidad de lo ocurrido, lo cierto es que está todavía por aclarar, aunque se sabía desde hace semanas que su salud era precaria.
Para finalizar, cerramos con una noticia llegada desde Suecia, pues el país nórdico ha firmado un acuerdo con el fabricante de municiones Nammo, para aumentar la producción de disparos de 155mm para Ucrania. La inversión, que se enmarca dentro de la iniciativa comunitaria ASAP, debería permitir incrementar el número de disparos producidos en el país, aunque no se han dado cifras respecto al incremento que se espera lograr.
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