Guerra de Ucrania – Día 680

Desde los Estados Unidos han mostrado su preocupación, nuevamente, por la posible adquisición por parte de Rusia de misiles balísticos de procedencia iraní. Además, según han informado, se habría producido ya, desde territorio ruso, el lanzamiento de los primeros misiles balísticos suministrados por Corea del Norte. Todo lo anterior, si bien deja claro que la producción rusa de misiles no es suficiente por sí sola para mantener el ritmo de los ataques sobre Ucrania, no deja de suponer una presión adicional, que ha motivado la convocatoria de una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para el próximo día 10 de enero. Además de esto, los camioneros polacos han vuelto a ponerse en pie de guerra, el consejo Ucrania-OTAN se reunirá también el día 10 y Bélgorod ha sido nuevamente blanco de los ataques ucranianos.

Desde hace meses, los Estados Unidos han venido advirtiendo acerca de la posibilidad de que regímenes como el norcoreano y el iraní lleguen a suministrar misiles balísticos a Rusia, como complemento a sus propios stocks. De hecho, en octubre llegaron a firmar una declaración conjunto con Japón y Corea del Sur, condenando las transferencias de armas hechas por el régimen juche a Rusia. Es más, los servicios de seguridad ucranianos no dudaron en sabotear -aunque Rusia siguió defendiendo que se trataba de un mero accidente- una de las principales líneas férreas que comunican el extremo oriente ruso con la parte occidental del país, utilizada supuestamente para transportar material militar procedente de Corea del Norte.

Transcurrido más de un mes desde aquello, han sido los Estados Unidos los que en las últimas horas, de la mano del portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, han anunciado que Rusia habría empleado ya los primeros misiles balísticos norcoreanos para atacar las infraestructuras ucranianas. En concreto, han mostrado una gráfica en la que se asegura que habrían recorrido una distancia de 460 kilómetros desde el interior de Rusia hasta la ciudad de Zaporiyia, a orillas del Dniéper y que habrían sido empleados tanto el día 30 de diciembre como el 2 de enero, coincidiendo con el incremento de las oleadas de misiles y drones de esos días.

Según las declaraciones del propio Kirby, el primero de los misiles habría caído en campo abierto, mientras que desde los Estados Unidos todavía se estaban analizando los daños causados por el segundo lanzamiento. Se desprende de las declaraciones de Kirby, que los ucranianos han recuperado restos de los mismos y que estos han podido ser utilizados para confirmar el modelo exacto de misil empleado por Rusia, aunque no se han ofrecido más pruebas.

Gráfico en el que se recogen las fecha del supuesto lanzamiento de misiles balísticos norcoreanos, el punto de origen y el de destino. Fuente - La Casa Blanca
Gráfico en el que se recogen las fecha del supuesto lanzamiento de misiles balísticos norcoreanos, el punto de origen y el de destino. Fuente – La Casa Blanca.

Por de pronto, y como reacción ante este hecho, el representante permanente de Ucrania ante las Naciones Unidas, Sergiy Kyslytsya, ha anunciado a través de las redes sociales que el Consejo de Seguridad tiene planeado reunirse el próximo día 10 de enero para discutir acerca de esta cuestión. Los principales medios rusos, por el momento, no han hecho referencia alguna a esta cuestión, manteniendo un notable silencio y centrándose por el contrario en los ataques ucranianos sobre Crimea o Bélgorod.

El de los misiles norcoreanos -recordemos que este país tiene un programa nuclear en marcha en el que los misiles son un componente esencial, habiendo desarrollado sus propias soluciones para distintos rangos de distancias a partir de tecnologías heredadas de la Unión Soviética-, es solo uno de los temas que preocupan en Washington y en Kiev. Al fin y al cabo, si bien Rusia ha incrementado su producción de misiles, para sostener el ritmo de los ataques vistos la pasada semana, necesitará de ayuda exterior.

El otro es el supuesto plan, que iría en la misma dirección, destinado a adquirir misiles también en Irán. Sobre esto, de lo que también se había hablado anteriormente, se habían publicado noticias horas atrás por parte de varios medios. Noticias que ahora cuentan con el respaldo de las palabras de Kirby para apoyar su veracidad. Huelga decir que, mediante fuentes abiertas, es imposible saber si el acuerdo entre el régimen chií y Rusia está tan avanzado como aseguran las fuentes estadounidenses –que se basan como es habitual en estos casos en las palabras de funcionarios cuya identidad no se desvela-.

A tenor de acuerdos anteriores, como el destinado al envío y transferencias tecnológicas relacionadas con los drones Shahed-131/136 y de la tensa situación que se vive en Oriente Medio tras el ataque de Hamás a Israel y la respuesta israelí, es de todo menos imposible. No obstante, hay que reconocer que todas estas informaciones -sin negar en ningún momento su veracidad, que no podemos contrastar de forma independiente- llegan en un momento clave, mientras se intenta negociar entre republicanos y demócratas la aprobación de un nuevo paquete de ayuda a Ucrania. No es de extrañar, por tanto, que en las redes algunos hayan querido ver una relación directa entre el anuncio de Kirby y la necesidad de presionar a los representantes de ambos partidos.

Dejando de lado teorías más o menos conspiranoicas, a las que no somos muy dados, lo que sí está claro es que Irán, que basa su estrategia de disuasión frente a los Estados Unidos e Israel en buena medida en su programa de misiles cuenta, posiblemente, con el mayor arsenal de misiles balísticos del mundo. Un arsenal desarrollado en buena medida, por cierto, gracias a la ayuda de Corea del Norte, con lo que se cerraría así un curioso círculo iniciado durante la Guerra Fría.

Durante este periodo, Irá, además de muchos otros materiales, terminaría adquiriendo también misiles R-17 Elbrus “Scud-B” de fabricación soviética probablemente a través de Libia y Siria. Corea del norte, por su parte, suministraría al país 120 misiles Scud-B/Hwasong-5 y cuatro TEL en 1987, además de facilitar la línea de producción completa para la construcción y ensamblaje de 90 a 100 Hwasong-5 por una cantidad de aproximadamente 500 millones de dólares.

Sea como fuere, lo preocupante aquí es que, además de incrementar su producción nacional, Rusia estaría dando pasos firmes para hacerse con más misiles en el exterior, lo que le ayudará a profundizar en su apuesta de tensionar las defensas aéreas ucranianas y, de paso, seguir trasladando los costes de la guerra a los aliados de este país, buscando su hartazgo. No en vano, como hemos repetido en varias ocasiones, desde Moscú parecen haber situado el centro de gravedad enemigo en la relación entre Ucrania y sus aliados.

Está por ver, en cualquier caso, si el efecto que logran es el deseado o el contrario, forzando a países como Alemania a suministrar misiles Taurus y a los congresistas y senadores estadounidenses a superar sus diferencias. Todo mientras desde Ucrania siguen confirmando que se están preparando para continuar la guerra «incluso si Occidente ya no suministra ni una sola pieza de munición» y mientras Corea del Norte, señalada por los Estados Unidos, ha comenzado a lanzar mensajes en forma de salvas, como suele hacer en estos casos…

Dicho todo lo anterior, en las últimas horas, aunque desde el Ministerio de Defensa ucraniano únicamente hayan informado de la destrucción de dos drones Shahed-131/136 (Geran-1/2), asegurando que ambos han sido destruidos, se han registrado explosiones en Krivói Rog y se han difundido informaciones relativas al sobrevuelo de varios drones más sobre Kropivnitsky.

Del otro lado, hay informaciones relativas a explosiones en Novofedorivka y Saky, en Crimea (Rusia asegura haber derribado 36 drones), así como supuestamente también en Berdiansk, en la costa del mar de Azov. En donde sí está claro que se han producido daños es nuevamente en Bélgorod, en donde fuentes rusas aseguran haber derribado una decena de objetivos, pese a lo cual varios proyectiles han alcanzado el barrio de Kreyda, provocando daños materiales y, al parecer, dos heridos.

En lo relativo a los combates, y comenzando por el norte, se confirma que el Ejército ruso ha logrado pequeños avances al oeste de la localidad de Kreminna, en dirección a la localidad de Terny, junto al río Zherebets (hay fuentes que magnifican los mismos, aunque no hay confirmación de ello).

En el caso de Bakhmut, no hay nueva actividad a reseñar, después de los avances rusos anteriores en el área de Khromove.

Distinta es la situación en Avdiívka, en donde el ejército ruso ha logrado nuevos avances al norte, en el área del Terrikon y las dachas que hay al sureste de este. También al sur continúan los enfrentamientos, centrando Rusia sus esfuerzos en alcanzar el interior de Pervomais’ke, pero también en dirección a Severne y Tonenke.

Sin novedades procedentes del sur del país.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional, y una vez explicadas las reacciones al anuncio de la Casa Blanca sobre la utilización de misiles balísticos iraníes por parte de Rusia, toca comenzar por la próxima reunión de importancia, que se celebrará como hemos adelantado en la entradilla, el 10 de enero.

En relación con esto, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, será el encargado de convocar una nueva reunión del del Consejo OTAN-Ucrania a nivel de embajadores. Una cita que ha sido solicitada por Ucrania tras los recientes ataques rusos con misiles y drones y en la cual, según explicó el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba: «Uno de los temas clave (de la reunión) será el fortalecimiento de la defensa aérea de Ucrania”.

No han sido las únicas palabras de Kuleba, quien en una entrevista con la CNN ha afirmado que lo único que tiene que hacer Occidente es «comenzar a creer en sí mismo», en referencia a la respuesta que había que dar a Rusia tras los recientes ataques sobre Ucrania y la necesidad de su país de seguir recibiendo ayuda por parte de sus aliados. Unas palabras que posteriormente ha ampliado en las redes sociales, mediante un mensaje en Twitter en el que hacía referencia a una disparidad de la que hablamos hace unas semanas: la que separa a Occidente de Rusia y sus aliados en términos de PIB, entre otros.

Además de Kuleba, se ha mantenido muy activo Zelenski, quien ha hablado en las últimas horas con la italiana Meloni, tras asumir el país transalpino la presidencia del G7. Durante su charla, ha informado a Meloni sobre los últimos ataques masivos llevados a cabo por Rusia, además de solicitar nueva ayuda militar y agradecer la prestada.

De la misma manera, se ha dirigido al canciller alemán, Olaf Scholz, a quien ha agradecido la reciente entrega de nueva ayuda militar en la forma de un envío en el que se han incluido blindados Marder, más munición para la artillería ucraniana, sistemas de detección de drones y otros equipos, incluyendo armas ligeras, equipos de protección, redes de camuflaje, etc.

Siguiendo con la ayuda, desde el Pentágono estadounidense han declaro que el entrenamiento de los pilotos ucranianos en el uso de los cazabombarderos F-16 podría concluir no a mediados de este año, como se esperaba, sino a finales, pues tomará entre cinco y ocho meses completar la capacitación, dependiendo de la habilidad de cada piloto.

Por otra parte, el jefe de la Oficina Presidencial, Andriy Yermak, mantuvo una conversación telefónica con el Consejero de Seguridad Nacional del Primer Ministro del Reino Unido, Timothy Barrow. Durante la misma discutieron los preparativos para la próxima reunión de asesores de seguridad nacional y asesores políticos de los Jefes de Estado sobre la implementación de la «Fórmula de Paz» de Ucrania, que tendrá lugar en Davos en enero.

Más allá de esto, ha sido noticia también en las últimas horas el hecho de que los camioneros polacos, desafiando al Ejecutivo de Donald Tusk, se estén preparando para extender por tercer mes su bloqueo a lo largo de la frontera ucraniana, al mismo tiempo que los agricultores del país, que también están en pie de guerra por la llegada de productos procedentes de Ucrania, están intensificando sus propias protestas. Tusk ha declarado recientemente que que poner fin al bloqueo era crucial “especialmente en la situación de acciones cada vez más intensas por parte de Rusia”, lo cual no parece haber servido de mucho para calmar los ánimos entre los dos sectores afectados por la competencia ucraniana.

Pasando a Rusia, en las últimas horas se ha sabido que los extranjeros que hayan firmado un contrato con las Fuerzas Armadas de Rusia durante la «Operación militar especial» podrán solicitar la ciudadanía rusa. Esto será posible gracias a un decreto firmado recientemente por el presidente del país, Vladímir Putin, que busca hacer más atractiva la recluta especialmente en los países de Asia Central. Según el documento, también son elegibles aquellos extranjeros que abandonaron el servicio durante la operación militar especial por razones de salud, al alcanzar el límite de edad o tras el levantamiento de la ley marcial.

En relación con esto, y tras cotejar los documentos oficiales publicados en los canales oficiales rusosel medio Mediazona ha estimado que hasta el 49,5% de los decretos firmados por el presidente ruso Vladimir Putin en 2023 fueron clasificados como “secretos”, en la que sería (junto a 2022) la mayor proporción de este tipo registrada desde 2001, cuando estaba en marcha la Segunda Guerra de Chechenia (47%). Respeto a 2022, se aprobaron 996 decretos secretos, frente a los 997 de 2023.

En otro orden de cosas, el Alto Representante de la Unión Europea, Josep Borrell, ha firmado un artículo en la revista Le Grand Continent, en el que ha intentado explicar cuál es la situación de la UE ante los conflictos en Ucrania y en Oriente Medio y cómo los Veintisiete deberían movilizar todas sus capacidades para evitar que dichos conflictos amenacen el proyecto europeo.


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