Durante la última jornada, las Fuerzas Armadas rusas han lanzado el que es el mayor ataque desde el inicio de la invasión, sumando más de 150 misiles y drones kamikaze. Un ataque que ha alcanzado puntos de buena parte del territorio ucraniano, causado una treintena de víctimas mortales y más de 160 heridos y que pretendería responder a los éxitos ucranianos de las últimas dos semanas, desde el derribo de bombarderos rusos, a la destrucción del buque de desembarco «Novocherkassk». No ha sido, sin embargo, la única noticia de una jornada en la que Reino Unido ha anunciado el envío de misiles antiaéreos, Biden ha pedido al Congreso que actúe «sin demora» y Zelenski ha visitado el frente en Avdiívka.
En el informe de ayer alertábamos de que podía estar en marcha un gran ataque ruso con drones y misiles contra Ucrania, toda vez que mientras finalizábamos su redacción, no dejaban de llegar noticias de alertas aéreas en distintos puntos del territorio de este país. Finalmente se ha confirmado que la última jornada ha sido testigo del mayor ataque desde que se iniciase la invasión, el 24 de febrero de 2022, sumando según fuentes ucranianas 158 drones Shahed-131/136 (Geran-1/2) y misiles de crucero y balísticos de distintos modelos.
Aunque el recuento todavía no es definitivo, se habla ya de más de treinta víctimas mortales y alrededor de 160 heridos en todo el país, lo que ha motivado la condena internacional, protestas por parte de Ucrania y una solicitud de reunión del Consejo de Seguridad, para tratar el tema. Además, dado que al menos uno de los misiles rusos podría haber atravesado el territorio de Polonia durante su vuelo, este país también ha exigido explicaciones a Moscú por violar su soberanía.
Entre los múltiples puntos de Ucrania que han sufrido el efecto de las armas rusas se encuentran Sumy, Cherkassy, Dnipró, Kiev, Járkov, Odesa o Zaporiyia, entre otros. Según la Presidencia ucraniana, más de 100 viviendas privadas han resultado destruidas o dañadas, siendo alcanzados 45 edificios residenciales, así como varias escuelas, dos iglesias, hospitales, una sala de maternidad y distintas instalaciones comerciales y de almacenamiento.
En cuanto a la eficiencia de las defensas antiaéreas ucranianas, desde el país han hablado de la destrucción de 87 misiles de distintos tipos (Kh-555, Kh-101 y Kh-55) y 27 drones, lo que supondría una tasa de éxito del 72,2 por ciento. Una cifra muy alta que, sin embargo, es también notablemente inferior a las que habíamos ido viendo cuando se trataba de hacer frente a oleadas menores y que, en muchos casos, superaba el 90 por ciento de aciertos, algo muy destacable. Es posible que algunos de los sistemas antiaéreos no pudiesen ser municionados entre la llegada de los primeros misiles y los siguientes, pero también que al ser una oleada tan masiva, las avenidas de aproximación hayan sido en parte diferentes a las habituales, tensando la red ucraniana.
Más allá de las cifras, tanto de lanzamientos como de intercepciones y víctimas, lo que cabe preguntarse respecto a este ataque ruso es, por una parte: 1) cuál es la motivación tras el mismo y, por otra; 2) si es algo puntual o veremos cómo a partir de ahora se intensifica la actividad rusa. También, por último (y 3), si es sostenible en el tiempo, dado el altísimo consumo de misiles y, en menor medida, drones, que implica.
Respecto a la primera cuestión, analistas como Mick Ryan tienen claro que hay un alto componente propagandístico, después de que en las últimas semanas y a pesar de la situación en el frente, Ucrania se haya anotado importantes éxitos. Entre estos últimos se cuentan la destrucción posiblemente de hasta cinco bombarderos tácticos Su-34, la del buque de desembarco «Novocherkassk» en Feodosia y, por supuesto, las pérdidas infligidas a Rusia en sus últimos intentos de avance en puntos como Sinkiv’ka. Pérdidas que suman, solo en los últimos tres días (1, 2 y 3), según los recuentos de Andrew Perpetua, una quincena de carros de combate, veintiocho vehículos de combate de infantería y decenas de vehículos y sistemas de armas más.
En cuanto a la segunda cuestión, todavía no hay una respuesta claro. A tenor de los datos recogidos por Konrad Muzyka, de Rochan Consulting, se aprecia un incremento de los ataques en las últimas semanas respecto a lo visto en octubre y noviembre. Sin embargo, no parece haber ninguna desviación estadística clara y, de hecho, se han visto picos similares en periodos como mayo o septiembre. Así, si bien se viene esperando que Rusia en algún momento del invierno lleve a cabo ataques masivos de forma sostenida, repitiendo lo visto el año anterior, por el momento no puede hablarse de ello.
Por último, y respondiendo a la pregunta de si es sostenible en el tiempo el lanzar ataques como los vistos en la última jornada, a priori parece que no. Más allá del número de misiles necesario (y parece claro que en Rusia han estado acumulando inventarios y aumentando la producción de cara a este invierno), del que no está claro que Rusia disponga en semejante medida, hay que tener en cuenta que una campaña de este tipo, para ser ejecutada correctamente, necesita de unas capacidades ISR y de evaluación de daños que Rusia no ha terminado de demostrar. Así las cosas, los ataques sin duda seguirán y, puntualmente serán atroces, pero difícilmente veremos cifras diarias como las de las últimas horas.
Como comentario, antes de pasar a otro tema, hay que decir que según algunas fuentes, este ataque se produce después de que, durante meses, Rusia haya estado experimentando con diferentes combinaciones de drones y misiles en sus ataques, de forma que pudiese evaluar mejor el rendimiento de la red antiaérea ucraniana. Está por ver sin embargo si el resultado es el esperado por el Kremlin y si pueden sacarle verdadero partido en las próximas semanas.
Por otra parte, la jornada nos ha dejado el que es posiblemente el mejor vídeo tomado hasta la fecha del sistema de contramedidas de los misiles de crucero rusos Kh-101 en acción. Como puede apreciarse, lanza señuelos, seguramente para protegerse contra algún MANPAD o misil procedente de algún antiaéreo como los IRIS-T.
Más allá de esto, y siguiendo con la actualidad en el terreno, aunque esta vez en la línea de frente, tenemos que al norte, Ucrania ha recuperado algo de terreno cerca de Kupiansk, en torno a Orlyanske. En la zona de Dibrova, el Ejército ruso ha logrado leves avances en dirección oeste, entrando en la región ucraniana de Donetsk a través de los bosques que pueblan la zona. Además de esto, continúa lanzando ataques hacia Torske y Yampolivka, en la orilla del río Zherebets.
En cuanto al área de Bakhmut, allí han seguido atacando en la zona de Bohdanivka, al norte, aunque sin lograr éxito alguno, después de que en jornadas anteriores pudiesen entrar en las primeras edificaciones al noreste de esta localidad.
Pasando al oeste de la ciudad de Donetsk, y comenzando por Avdiívka, lo más reseñable del día, más allá de los combates, es la visita de Zelenski al frente, para infundir ánimos a sus tropas. Como puede verse en el vídeo bajo estas líneas, se ha retratado junto a uno de los carteles de entrada a la localidad, en una acción que siga a otras anteriores, como la visita a Lysychansk en su día, o a Bakhmut y que es parte de una política de comunicación estratégica radicalmente diferente de la seguida por Putin. Al margen de esto, se han registrado cambios mínimos de posición al norte de la ciudad, en la zona de la planta de tratamiento de aguas. Al sur, por su parte, se han registrado también avances hacia Severne.
Finalizando con el sur del país, poco a poco se va confirmando algo que hemos venido apuntando en los últimos días: la decisión ucraniana de retirarse a las posiciones previas a la ofensiva de verano, cediendo para ello terreno en el eje de Orijiv.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
En lo relativo al apartado internacional, las noticias han sido escasas, algo propio de estas fechas. En cualquier caso, hay alguna que conviene recoger. En primer lugar, han sido varios los dirigentes internacionales o los miembros de organizaciones como las Naciones Unidas (Ucrania ha solicitado una reunión urgente con el apoyo de la Presidencia ecuatoriana y tres docenas de Estados miembros), que han mostrado su repulsa a los ataques rusos contra Ucrania de las últimas horas. Así, desde los Estados Unidos, han publicado una declaración de condena del presidente del país, Joe Biden, en la que además pide al Congreso que tome medidas de forma urgente para poder ayudar a su aliado. Según las palabras de Biden:
Lo que está en juego en esta lucha se extiende mucho más allá de Ucrania. Afectan a toda la Alianza de la OTAN, la seguridad de Europa y el futuro de la relación transatlántica. Putin no sólo ha intentado destruir Ucrania; También ha amenazado a algunos de nuestros aliados de la OTAN
Del mismo modo, el secretario general de las Naciones unidas, António Guterres, ha emitido un comunicado de condena, en el que se deja claro que los ataques contra civiles e infraestructuras civiles «violan el derecho internacional humanitario, son inaceptables y deben cesar de inmediato».
Declaraciones parecidas encontramos en multitud de países, como por ejemplo Francia, en donde su Ministerio de Exteriores ha condenado «categóricamente la ola masiva de ataques rusos con misiles y drones contra Ucrania que dejaron al menos 12 muertos y 76 heridos en las regiones de Kharkiv, Zaporizhzhia, Dnipro, Kyiv, Lviv y Odesa». O Noruega, en donde su ministro de Exteriores, Espen Barth Eide ha condenado «el ataque masivo con aviones no tripulados y misiles de Rusia contra ciudades ucranianas» añadiendo que los «ataques contra civiles son inaceptables».
Son, en cualquier caso, solo unas pocas de las muchas muestras de repulsa a Rusia y apoyo a la sociedad ucraniana que se han producido en las últimas horas.
Desde Rusia, mientras tanto, han denunciado que, supuestamente, Ucrania habría estado situando sistemas de defensa aérea en zonas residenciales, culpando a este país y a sus misiles interceptores de las víctimas civiles. De esta forma, en palabras del Representante Permanente de Rusia ante las Naciones Unidas, Vasily Nebenzya: «Si hoy hay algo de qué hablar, es de las acciones de los sistemas antidetonantes ucranianos estacionados en barrios residenciales de ciudades ucranianas, violando el derecho internacional humanitario». A lo que agregó que: “Si no fuera por las operaciones de la defensa aérea ucraniana, simplemente no habría víctimas entre los residentes».
Más allá de esto, aunque en relación también con los ataques rusos, han mantenido una conversación el ministro de Exteriores ucraniano y el Alto Representante de la UE, Josep Borrell. Además de agradecer el apoyo político y personal prestado hasta ahora, ha solicitado que se aceleren las entregas de municiones y sistemas antiaéreos prometidos para el futuro, algo a lo que Borrell contestó asegurando que se habían tomado medidas para hacerlo posible.
Quien sí ha respondido de forma inmediata a las peticiones ucranianas ha sido el Reino Unido, país que ha anunciado el próximo envío de hasta dos centenares de misiles antiaéreos que permitirán suplir, al menos en parte, el alto consumo de este tipo de equipos en las últimas semanas.
En otro orden de cosas, y pasando a Rusia, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha declarado que es muy posible que Putin se tome un descanso durante las Navidades (parcial), antes de retomar la actividad institucional y los viajes internacionales a comienzos del próximo año. Sin que esto sea concluyente, hay que recordar que en fechas recientes se ha venido hablando de una posible recaída en el estado de salud de Putin, lo que explica que este último anuncio haya redoblado las especulaciones.
Siguiendo con Rusia, ha sido también noticia en los últimos días el escándalo provocado a raíz de una fiesta privada organizada por la actriz e influencer Anastasia Ivleyeva en un club nocturno de Moscú y a la que los asistentes asistieron, como marcaba la particular etiqueta del evento, «casi desnudos». El asunto no habría pasado a mayores, de no ser porque al trascender algunas imágenes, se habrían multiplicado las críticas tanto de parte de la sociedad rusa como de un poder político cada vez más conservador (y represivo) que, en un momento en el que el país está inmerso en una guerra, no puede permitirse que las élites aparezcan como frívolas y despreocupadas, independientemente de que esta pueda ser una constante.
Para continuar, aunque en este caso entre Rusia y China, cuya relación no deja de afianzarse, es inevitable hacer una referencia a la gráfica que podéis ver sobre estas líneas, y es que las exportaciones chinas a Rusia relacionadas con los medios de transporte se han multiplicado por ocho desde el inicio de la invasión, lo que constata que el país asiático se ha convertido en el auténtico sostén de Rusia. Al fin y al cabo, sin la enorme cantidad de vehículos a ruedas, material ferroviario, aviones e incluso buques civiles suministrados, se haría imposible mantener el ritmo de la actividad económica rusa.
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