El jefe de Estado Mayor ucraniano, el general Valerii Zaluzhnyi, ha celebrado en las últimas horas una rueda de prensa en la que ha dejado varios titulares relacionados con el curso de la guerra y la situación de las Fuerzas Armadas ucranianas: desde su descontento respecto al proceso de reclutamiento, a la afirmación de que Rusia está aumentando el número de ataques artilleros, o su defensa de la decisión de retirarse a las afueras de Mariínka. Mientras esto ocurría, Rusia proseguía su campaña de ataques mediante drones, Francia ha anunciado la donación de un buque piloto y aparecían nuevas noticias relativas al opositor Alexeï Navalny, quien ha sido trasladado a una prisión en el Ártico.
El comandante de las Fuerzas Armadas ucranianas, Valerii Zaluzhnyi, ha celebrado hace escasas horas la que es su primer conferencia de prensa desde el inicio de la guerra, hace ya casi dos años. Una comparencia que ha tenido lugar, además, apenas un día después de la publicación, por parte de la Rada Suprema ucraniana, de una nueva ley destinada a modificar el programa de reclutamiento militar, en particular para reducir la edad de los ciudadanos que pueden ser movilizados, que cae de los 27 a los 25 años.
Un texto que no ha sido del agrado de Zaluzhnyi, quien se ha mostrado partidario en los últimos tiempos de cambiar el sistema de reclutamiento de forma que el número de reclutas crezca ostensiblemente, permitiendo así poner en pie de guerra un ejército mayor. También de aumentar el tiempo de alistamiento, actualmente de 36 meses, pues considera que no es realista en vista de las circunstancias mantener esta cifra.
Además de esto, Zaluzhnyi ha dejado comentarios por ejemplo sobre la decisión de retirarse a las afueras de la localidad de Mariínka, cuya conquista el Ministerio de Defensa ruso reclamó horas atrás. En relación con esto, ha asegurado que la retirada no tiene nada de «especial», que las tropas ucranianas todavía resisten al norte de la ciudad y que se ha seguido el mismo procedimiento que en su día en Bakhmut, luchando «calle por calle». Respecto a la ayuda internacional, por cierto, dejó una frase interesante: «Teníamos objetivos bastante ambiciosos para 2023. No me decepcionó el nivel (de ayuda extranjera) en 2023. Por supuesto, no fue la (cantidad solicitada) completa, pero nos permitió llevar a cabo operaciones militares con confianza».
Lo más interesante de sus palabras, sin embargo, ha tenido que ver con: 1) la admisión de que causar un gran número de bajas a Rusia podría ser suficiente para detener la guerra fue un error, pues esto no frenará a Rusia y; 2) el anuncio de que ya han encontrado el «90 por ciento de las soluciones para actuar de forma más efectiva el próximo año y, lo más importante, salvar a las personas». Esto último en referencia a los planes para el próximo año que, según dice, «será diferente a 2023».
Más allá del contenido de la rueda de prensa, cabe también preguntarse por qué Zaluzhnyi comparece ahora y por qué está asumiendo un protagonismo tan alto en los últimos tiempos, en muchos casos en franca oposición con su propio Gobierno y con Zelenski, con quien ha tenido varios roces recientemente, un tema que hemos abordado apenas unos días atrás.
Al margen de la rueda de prensa de Zaluzhnyi y de lo bien -o mal- elaborados que puedan estar los planes ucranianos, la guerra de Ucrania sigue teniendo un componente exterior tan o más importante que el exterior. Es así tanto por: 1) lo que tiene de parte del enfrentamiento entre Rusia y Occidente, como porque; 2) los mayores activos del Kremlin continúan siendo la endémica falta de visión estratégica de la Unión Europea (en buena medida responsable de la propia guerra) y las divisiones internas que impiden renovar la ayuda militar a Kiev.
En relación con lo primero, en las últimas horas se ha dado un pequeño paso por parte de Turquía que sirve para acercar la entrada de Suecia a la OTAN. El día que se produzca, si es que la situación se desbloquea definitivamente tanto en Ankara como en Budapest, se habrá avanzado en la delimitación física de las nuevas fronteras reales europeas, que serán las que diferencien a los miembros de la OTAN de Rusia y sus aliados. Quedarán, en cualquier caso todavía flecos en juego, aunque van cerrándose, como Georgia o Moldavia, así como en los Balcanes. Todo lo cual, además de un mundo más compartimentado y polarizado, augura nuevos choques.
Respecto a lo segundo, si bien en los Estados Unidos apenas se ha avanzado nada para cerrar un acuerdo entre republicanos y demócratas que deberá votarse en los primeros días del año que entra, los Estados miembros de la UE sí están trabajando en su «plan B». Este, dotado con 20.000 millones de euros, permitiría mantener el apoyo financiero a Ucrania sorteando el veto húngaro y recurriendo para ello a la deuda en lugar de al presupuesto comunitario.
Para terminar con esto, antes de pasar a relatar lo ocurrido sobre el terreno, cabe recordar que buena parte de la contienda entre Rusia (y el resto de estados revisionistas) y Occidente se librará no en el campo de batalla, sino en la zona gris o a través del espionaje. En este sentido, las noticias que llegan respecto a las nuevas capacidades y adaptaciones hechas tanto por el SVR (inteligencia exterior) como por el GRU (inteligencia militar) o el FSB (seguridad interior), también son preocupantes, algo a lo que habrá que estar atentos…
En cuanto a lo ocurrido sobre el terreno, ha sido una nueva jornada de intercambio de golpes. Del lado ruso, se habrían lanzado contra Ucrania hasta 19 drones Shahed-131/136 (Geran-1/2), de los cuales el ministerio de Defensa de este último país asegura haber derribado 13. Se han registrado impactos por ejemplo en Odesa, en donde una persona ha muerto y cuatro han resultado heridas.
Del lado contrario, más allá de haber destruido en las últimas horas un buque de desembarco de la clase Ropucha, tema que abordamos ayer y que podría haber dejado más buques afectados, también se ha hablado de explosiones en Sebastopol y en Berdiansk, aunque no hay confirmación de daños, así como de actividad antiaérea en Eysk, en la región rusa de Krasnodar.
Respecto a los combates, y comenzando por el norte, se ha registrado un nuevo ataque ruso contra Sinkiv’ka, al norte de Kupiansk, culminado sin éxito. Además de esto, en las últimas horas las Fuerzas Armadas ucranianas han sido capaces de lanzar un contraataque al oeste de Kreminna que ha permitido recuperar parte del terreno perdido en las jornadas previas en dirección a Terny.
Pasando a Bakhmut, los cambios han sido escasos. La única variación pasa por la captura rusa del cementerio situado en Popivska, junto a la carretera 0506, situada entre Khromove y Bohdanivka.
En cuanto al oeste de la ciudad de Donetsk, tenemos por una parte nuevos ataques rusos al norte de Avdiívka, así como al oeste de Mariínka, en dirección a Heorlivka.
Al sur, por último, se ha venido hablando de una reducción en el tempo de las operaciones rusas en la orilla occidental del Dniéper, lo que coincidiría con la pérdida de varios bombarderos tácticos Su-34 en las jornadas previas y la consiguiente caída del apoyo aéreo.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Aunque la actividad institucional y diplomática no comience a despuntar verdaderamente hasta principios de enero tras las vacaciones de Navidad, en Ucrania no dejan de mantener reuniones o contactos telefónicos. Lo mismo en el caso de Rusia, cuyo presidente, Vladímir Putin, por ejemplo, se ha reunido con el director ejecutivo de Gazprom.
En el caso de Kiev, el presidente Volodímir Zelenski ha mantenido una reunión interna sobre el trabajo de Ucrania con la OTAN en 2024. En ella han participado el presidente de la Vekhovna Rada (Parlamento), el primer ministro, la viceprimera ministra para la Integración en la UE y la OTAN, el ministro de Exteriores y el equipo internacional de la Oficina del Presidente. Como ha subrayado Zelenski, la estrategia de Ucrania en las relaciones con la “Alianza es clara”, pues se trata de lograr “una base de seguridad para Ucrania y toda Europa”.
En lo que concierne a la adhesión a la UE, el Ministerio de Finanzas ha publicado un informe sobre la evaluación inicial de la implementación del acervo de la UE. Esto es, de los actos jurídicos de la UE a los que Ucrania deberá acogerse. En dicha evaluación destaca que dicho Ministerio ha tramitado más de 7.000 actos de la UE concernientes principalmente a 4 capítulos de negociación: fiscalidad, unión aduanera, control financiera, y disposiciones financieras y presupuestarias. En particular, se han implementado plenamente 742, lo que supone un 46% del número total que Ucrania debe implementar para prepararse para las negociaciones de adhesión. De igual modo, 25 leyes se encuentran en proceso de implementación.
Como curiosidad, del proceso de evaluación inicial de 34 capítulos por más de 80 autoridades públicas e instituciones estatales se desprende lo siguiente: 1) Se han revisado más de 20.000 actos de Derecho de la UE; 2) 2.739 actos jurídicos están sujetos a una mayor aplicación total o parcial; 3) 1.625 actos se aplican plenamente; 4) 23.456 actos no requieren implementación.
Por otro lado, el mandatario ucraniano ha mantenido una llamada telefónica con el Patriarca Ecuménico Bartolomé I para intercambiar felicitaciones de Navidad. Además, Zelenski le ha expresado su gratitud por la participación del Patriarcado Ecuménico en las reuniones de asesores de política exterior y de seguridad sobre la Fórmula de Paz. De este modo, ha extendido invitación para que tomen parte en la cuarta reunión de este tipo que se celebrará en Suiza en enero.
Pasando a las sanciones, Taiwán ha impuesto sanciones adicionales contra Rusia y Bielorrusia para incluir productos de alta tecnología y evitar, por tanto, su uso con fines militares. Su lista “ampliada” de sanciones pasa a incluir 45 bienes adicionales como semiconductores y determinados productos químicos. Estas sanciones, como ha precisado el ministerio de Economía taiwanés, están en línea con las adoptadas principalmente por Estados Unidos y la UE. En el caso de Washington, el ministerio de Exteriores ucraniano ha realizado un resumen de las sanciones adicionales que se han decretado entre el 18-24 de diciembre de 2023. Más concretamente, están dirigidas a la evasión de las sanciones, red que ayuda a Irán a producir UAVs, mercancías transformadas procedentes de Rusia, aumento del control sobre el precio máximo del petróleo y los diamantes rusos.
El ministro de Transportes francés, Clément Beaune, ha confirmado la entrega por parte de París de un segundo barco piloto para apoyar a Ucrania en sus tareas de exportación de cereales. Asimismo, ha precisado que este barco, con salida desde Dunquerque permitirá alimentar mejor al mundo y que el compromiso de Francia es total, por lo que su solidaridad no cesará.
En cuanto a la asistencia por parte de la UE, Financial Times se ha hecho eco del plan que podría estar gestándose para seguir proporcionando ayuda financiera a Ucrania al tiempo que se evita el veto de Hungría. Tras no haberse logrado un acuerdo para adoptar un paquete de ayuda por importe de 50.000 millones de euros en el último Consejo Europeo del año en diciembre, se está valorando una alternativa: la emisión de garantías soberanas al presupuesto de la UE por parte de los Estados miembros. De este modo y de salir adelante, la Comisión Europea podría emitir 20.000 millones de euros en nueva deuda destinada a Kiev. Esta práctica, además, no sería completamente novedosa pues se empleó en 2020 para buscar la financiación para dar respuesta a la crisis del covid-19.
Para concluir, ya se conoce el paradero del opositor ruso Alexeï Navalny tras tres semanas sin haber tenido noticias sus abogados y familiares. Su desaparición, sobre la cual se ha pronunciado hasta el secretario de Estado de Estados Unidos, se ha debido al traslado desde la prisión de Vladímir a un nuevo lugar de detención; una colonia penitenciaria en el Ártico. Por el momento, en sus redes sociales se ha confirmado que está “bien” y que ha podido reunirse con su abogado.
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