Un día más, y a la vez que intensifica su ofensiva sobre Avdiívka, Rusia ha lanzado decenas de drones contra Ucrania, acto que habría tenido respuesta en forma de ataques contra la ciudad rusa de Bélgorod por parte ucraniana. Más allá de esto, y según el fin de año se acerca, son cada vez más quienes intentan hacer prospectiva sobre lo que podría depararnos el próximo año en relación con la guerra, existiendo visiones muy diferentes pero, en general, mucho más sombrías para Ucrania que doce meses atrás. Mientras tanto, en el apartado internacional destacan las palabras de Rafael Mariano Grossi, señalando una vez más el peligro que se cierne sobre las centrales nucleares ucranianas, las disputas en la frontera entre Ucrania y Polonia y la pérdida por parte rusa de su asiento en el consejo ejecutivo de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas.
Hace poco menos de un año, mediado diciembre de 2023, hicimos junto al catedrático Javier Jordán y el profesor Alberto Bueno, un análisis prospectivo de la guerra de Ucrania para el primer semestre de 2023. Según las conclusiones del mismo, el escenario más probable era el de una serie de victorias militares ucranianas insuficientes, mientras la postura maximalista de Zelenski se mantenía, aunque percibida cada vez con mayor desconfianza por parte de sus aliados.
A pesar de los retrasos en la ofensiva estival, dadas las dificultades a la hora de organizar el envío de carros de combate y demás material, así como la formación de un número suficiente de tropas ucranianas, entre otros factores, en lo esencial, 2023 ha estado marcado por el estancamiento y por la incapacidad ucraniana para romper las líneas rusas. No hay que olvidar que estas se han visto considerablemente reforzadas tanto por el efecto de la movilización parcial, como por la construcción de defensas en profundidad o por la forma en que Rusia ha venido recortando en parte el diferencial tecnológico, entre otros.
Por distinta razones, todavía no hemos podido repetir el mismo ejercicio de cara a 2024, pues requiere de un tiempo del que carecemos. Además no es algo que pueda hacerse a la ligera, sino que, para que sea válido, implica cumplir con una serie de criterios que son los que distinguen el análisis científico de la simple opinión, de ahí la importancia de la metodología. No obstante, son muchos -desde think tanks a particulares con más o menos bagaje– los que en las últimas semanas están haciendo sus propias «quinielas» para 2024, en las que plantean escenarios de lo más dispares, aunque con un denominador común: todos ellos pintan un escenario mucho más sombrío para Ucrania que el de doce meses atrás.
Por otra parte, no son tampoco pocos los que cargan contra los aliados de Ucrania por su incapacidad para proporcionar más y mejor material o formación durante el último año y medio, lo que consideran que, en última instancia, habría concedido oportunidades a Rusia después de que, entre septiembre y diciembre de 2022 viviese un momento crítico, tras las ofensivas exitosas de Járkov y Jersón, que permitieron a Ucrania recuperar buena parte del territorio hasta entonces en poder del Kremlin. Opiniones que tienen una importante base de verdad, aunque no dejan de ser una perogrullada y que resume el general Hodges al decir que la ayuda de EE. UU. a Ucrania solo ha sido suficiente para la supervivencia.
Sea como fuere, de cara a 2024 los drivers a los que hemos de atender para realizar un análisis serio apenas habrían variado, siendo los siguientes:
El primer driver es el grado de apoyo militar exterior que reciben los dos contendientes. En el caso ruso ya hemos visto cómo está recibiendo apoyo por parte de Corea del Norte de Irán, pero también cómo está siendo capaz de copar una parte sustancial de la producción china de componentes para drones. En este sentido, su situación es mejor que la de un año atrás. En el ucraniano, por su parte, hemos asistido a una notable reducción en el grado de apoyo tanto por los problemas internos en los Estados Unidos, como por los problemas de inventarios y la posición de algunos Estados miembros de la UE, entre otras razones. El temido «cansancio de guerra», además, también juega un papel relevante en este sentido.
El segundo tiene que ver con la situación en el campo de batalla y la efectividad militar de los contendientes. Aquí lo que hemos visto en muchos sentidos es un igualamiento motivado por la sensorización, la generalización en el uso de drones de ataque de bajo coste, la entrada en servicio por parte rusa de sistemas como los Shahed-131/136 (Geran-1/2) que han permitido igualar la relación de costes entre ataque y defensa o incluso hacerla favorable, el papel de las defensas en profundidad y la puesta en servicio de bombas planeadoras, usadas por la aviación rusa para operar a distancias seguras. Del lado ucraniano, si bien se ha seguido progresando con la llegada de los misiles Storm Shadow/ SCALP y, posteriormente, de los ATACMS en versiones antiguas y con limitaciones, el miedo a la escalada por parte de sus aliados y los problemas a los que hacíamos referencia en el driver anterior han dificultado el mantener el diferencial militar con Rusia. El resultado ha sido evidente: el estancamiento. De cara al futuro, al menos a 12 meses vista, además, con un riesgo claro de que se llegue a una situación de clara ventaja para la artillería rusa, algo que está detrás de los avances puntuales conseguidos en Bakhmut o Avdiívka en fechas recientes. No obstante, parece difícil que llegue a producirse un descalabro ucraniano incluso en el peor de los casos. Además, habría que valorar los problemas de reclutamiento, para hacer un análisis serio.
Como decimos, no tenemos intención en estos momentos de hacer un análisis similar al del año pasado, pero sí al menos de comentar el tema de los drivers. En este sentido, si bien los dos primeros son similares, habría que considerar que no así el resto. Ahora mismo, Putin parece haber logrado consolidar la vertical del poder en Rusia y no parece -sin perjuicio de que puedan darse sorpresas inesperadas, como un problema de salud o una renuncia de última hora- que nadie pueda poner en riesgo su reelección o su reelección en marzo o su posición. Por otra parte, ni la escalada horizontal ni la vertical parecen demasiado factibles, dado el estancamiento y acotamiento del conflicto. Más interesante es, si acaso, considerar la situación interna en Ucrania, en donde sí han aparecido algunas voces discordantes y sigue pendiente la cuestión electoral, por ahora pospuesta. En este sentido, si la guerra continúa estancada, o más probablemente, implicando pequeñas derrotas para Ucrania en los próximos meses, el desánimo podría pesar.
Pasando de la mera elucubración -insistimos en que el análisis científico implica una metodología-, a la realidad sobre el terreno, tenemos que en las últimas horas las Fuerzas Armadas rusas han vuelto a lanzar una oleada de drones y misiles sobre Ucrania. En concreto, desde este país han anunciado el derribo de 21 misiles tipo Shahed/Geran, así como de tres misiles Kh-59. En relación con esto, se habrían registrado explosiones en Odesa, aunque no han trascendido daños.
Del lado contrario, tenemos las declaraciones del gobernador de la región rusa de Bélgorod, Viacheslav Gladkov, quien ha denunciado tanto los ataques artilleros ucranianos al otro lado de la frontera, como el uso de drones contra distintas instalaciones y poblaciones, lo que habría dejado varios heridos. Además, el alcalde de Moscú ha hablado de un dron ucraniano derribado sobre Podolsk. Por otra parte, se han vuelto a registrar explosiones en Sebastopol, sin que esté clara la causa.
Por otra parte, fuentes ucranianas hablan de un general ruso muerto por la acción de una mina terrestre, así como del fallecimiento de cinco funcionarios rusos de alto rango tras un ataque ucraniano contra un objetivo en la zona ocupada de Jersón.
Más allá de esto, ha sido una jornada sin novedades importantes al norte del frente, en la línea Kupiansk-Svatove-Kreminna, después de los ataques rusos del día anterior y los pequeños cambios registrados en la zona de Lyman.
En el caso de Bakhmut, lo más relevante es la confirmación de la captura de la villa de Khromove, al norte, por parte rusa, algo que ya adelantáramos ayer. A partir de ahí, está por ver si consiguen o no progresar a caballo o a través de la T0506, ampliando su control en dirección a Ivanivske y Chasiv Yar o si el frente se estabiliza. Hay que tener en cuenta que, a pesar de los avances rusos tanto en Bakhmut como en Avdiívka, las bajas siguen siendo intensas y que no parece haber, por mucho que se especule, objetivos operacionales claros, sino que estas ofensivas se enmarcan dentro de una estrategia rusa, que consiste, en lo básico, simplemente en aguantar esperando que Ucrania se agote y vaya perdiendo el apoyo de sus aliados.
En cuanto a Avdiívka, han proseguido los ataques rusos -y los contraataques ucranianos– en distintos puntos a norte, sureste y sur de la ciudad. Pese a ello, la situación sigue siendo estable.
Por último, al sur, se han registrado leves avances rusos a poniente de Staromaiorske, en el eje de Velyka-Novosilka.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
En el apartado internacional, finalizada ya la reunión de ministros de Exteriores de la OTAN, celebrada en el Cuartel General de la Alianza en Bruselas, se ha emitido un comunicado en el que los participantes han expresado su apoyo a Ucrania y su compromiso con este país. Además, han hecho referencia a la forma en que Ucrania está implementando las reformas propuestas anteriormente, de forma que se pueda acercar a los estándares de la organización en todos los aspectos. No hay que olvidar que como parte de la cumbre, estaba prevista también una reunión del Consejo Ucrania-OTAN.
En relación con lo anterior, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, y el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, han aprovechado para mantener una reunión en la que el primero ha reafirmado al segundo el compromiso estadounidense, dejando claro que se seguirá ayudando a Ucrania, aunque sin especificar la forma, dado que no parece probable que los problemas internos que limitan la ayuda se puedan superar a corto plazo. Lo que sí han hecho, en este caso desde el Departamento de Defensa estadounidense, es publicar un comunicado hablando sobre la asistencia militar concedida a Ucrania y sobre el efecto que la misma ha tenido a la hora de fortalecer la base industrial-militar de los EE. UU.
Además de con Blinken, Kuleba también se ha reunido con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, con quien ha discutido temas industriales. Precisamente este último, a colación, ha advertido que el bloque no debe subestimar a Rusia y su capacidad para seguir librando la guerra en Ucrania, asegurando que: «La economía rusa está en pie de guerra, Putin tiene una gran tolerancia ante las bajas y los objetivos rusos en Ucrania no han cambiado».
El otro punto candente de la actualidad internacional en relación con Ucrania está en Macedonia del Norte, en donde se celebra la reunión de la OSCE. A la misma ha acudido Blinken, quien se ha retirado antes de la llegada de Lavrov, el ministro de Exteriores ruso, quien finalmente ha llegado sobrevolando Grecia y no Rumanía. Por el momento, la cita no ha dejado grandes titulares, refiriéndose por ejemplo el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, más a las reformas hechas por el país anfitrión que a temas conflictivos. Aun así, ha tenido unas palabras en referencia al Ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, sobre el que ha dicho que es «útil» que escuche en persona las razones por las que Rusia «está aislada».
En respuesta, Rusia ha criticado a las potencias occidentales por obstaculizar su participación en esta reunión. Según las palabras de la portavoz de Exteriores, Maria Zajárova: «vemos los intentos de una parte de Occidente de hacer todo lo posible para obstaculizar la participación normal de nuestro país en esta reunión«. Además, acusaba a Occidente de poner en riesgo la existencia misma de la OSCE. Por otra parte, se ha congratulado por las numerosas solicitudes de reuniones bilaterales que habría recibido Rusia de cara a la cita.
Además de esto, y en paralelo al Consejo Ministerial de la OSCE, se ha producido la Conferencia Anual Paralela de la Sociedad Civil de la OSCE, también en Skopje. Allí, los más de 120 representantes de la sociedad civil reunidos han hecho una declaración en la que han enfatizado la necesidad de poner fin a la guerra contra Ucrania. La Declaración fue presentada a los dirigentes de la OSCE, así como a los 57 Estados participantes.
Pasando a la situación entre Ucrania y Polonia, en donde sigue habiendo problemas dado el bloqueo fronterizo impuesto por los camioneros de este último estado, se ha pronunciado comisaria europea de Transportes, Adina Valean, quien ha denunciado la «falta de implicación» de las autoridades polacas en la búsqueda de una solución al bloqueo de la frontera con Ucrania por parte de los camioneros polacos, calificando la situación «absolutamente inaceptable».
Hablando de fronteras, si hace unas horas era Finlandia el país que anunciaba el cierre del último punto de paso entre su territorio y Rusia, hoy ha el gobierno estonio el que ha asegurado estar listo para cerrar su frontera con Rusia alegando una potencial amenaza de su vecino ruso. Así las cosas, el ministro de Asuntos Exteriores de Estonia, Margus Tsahkna, dijo que la situación en la frontera finlandesa, que ha visto un aumento en el número de inmigrantes indocumentados en las últimas semanas, era «un flagrante ataque híbrido de Rusia», siguiendo con la retórica finesa que vimos ayer.
Cambiando de tercio, también se ha sabido hoy que Rusia no ha logrado ser reelegida para el órgano de toma de decisiones de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas. Tras conocer la noticia, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, elogió el “aislamiento” de Moscú en el escenario internacional. Cuatro países de Europa del Este competían por tres puestos en el consejo ejecutivo de la organización: Rusia y Ucrania, además de Polonia y Lituania. Rusia recibió la menor cantidad de votos, lo que significa que no tendrá un escaño por primera vez en la historia de la organización.
En otro orden de cosas, el director general de la Organización Internacional de la Energía Atómica, Rafael Mariano Grossi, ha vuelto a referirse al peligro que corren las instalaciones nucleares ucranianas, centrándose una vez más en la situación de la central nuclear de Zaporiyia, que es motivo según él de «especial preocupación por estar situada en primera línea». Según el comunicado emitido por la organización:
Todas las instalaciones nucleares de Ucrania siguen siendo vulnerables, ya sea directamente si son alcanzadas por un misil o indirectamente si se interrumpe el suministro de energía externo. Sigue habiendo una situación de seguridad nuclear altamente precaria en toda Ucrania.
En relación con la energía y con los ataques, en las últimas horas Zelenski ha estado de visita por el sur de Ucrania, pasando entre otros puntos por Odesa. Además de entregar condecoraciones, como es habitual durante sus salidas de Kiev, ha hablado sobre la construcción de refugios y el papel de los «puntos de invencibilidad», que durante el pasado invierno ayudaron a la población a sobrellevar la campaña de ataques estratégicos rusos contra la infraestructura energética del país.
Pasando de Ucrania ha Rusia, para finalizar, se ha sabido que el Ministerio del Interior de este país está desarrollando un proyecto de ley que propone obligar a los extranjeros que permanezcan en Rusia a firmar un «acuerdo de lealtad» que les prohíba impugnar las políticas del Kremlin. Según este documento, se les prohibirá “desacreditar, en cualquier forma, la política exterior e interior de Rusia” o “abusar del derecho a la libertad de información, en particular difundiendo información destinada a menospreciar o negar importantes valores morales” consagrada en la Constitución», incluida «la idea del matrimonio como unión entre un hombre y una mujer». Es, pues, un paso más hacia el control total de los medios y la sociedad por parte del Kremlin.
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