Guerra de Ucrania – Día 627

Mientras Zelenski advierte a su población y aliados sobre la inminente campaña de ataques rusos contra la infraestructura energética del país, una delegación ucraniana ha viajado a los Estados Unidos para recabar apoyos a su causa, mientras el ex secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha propuesto la entrada de Ucrania en la Alianza renunciando a los territorios ocupados por Rusia. Además de esto, crece la preocupación por el efecto que el tiempo atmosférico pueda tener en las operaciones, no tanto de los sistemas terrestres -aunque podrían ver dificultada su movilidad por las lluvias y el consiguiente barro-, como por la aviación y especialmente el empleo de drones de pequeño tamaño, un elemento sin el cual ya no se concibe esta guerra.

Durante la última jornada de guerra, y más allá de la evolución de los combates, de la que hablaremos al final de este apartado como es costumbre, se han producido varias declaraciones interesantes relacionadas con el tiempo atmosférico y la llegada de la temporada invernal. El presidente ucraniano, Zelenski, ha alertado una vez más de la cercanía del invierno y de la posibilidad, más que real, de que comiencen los ataques rusos masivos contra la infraestructura eléctrica y energética de la nación que gobierna. Pese a ello, el ministro de Energía ucraniano, German Galushchenko, ha asegurado que tienen «suficientes recursos energéticos» y que están tranquilos en ese sentido, aunque queda la duda de hasta qué punto los ataques afectarán o no tanto a los suministros, como a las redes físicas.

El tema atmosférico preocupa, además, por un segundo motivo: según siga empeorando se complicarán las operaciones, no tanto terrestres, infantería y vehículos mediante, como aéreas, especialmente en el caso de los drones de pequeño tamaño, muy sensibles a los elementos. Estos, como sabemos, han dejado de ser un complemento a armas como la artillería –caso de la guerra del Donbás-, para convertirse en sistemas de uso generalizado en ambos ejércitos, una situación que difiere sobremanera de la que encontramos antes de la invasión.

Entonces, aunque no se sabe con certeza, parece ser que Rusia no tenía más de unas pocas docenas de aparatos de medio alcance de tipo Forpost-R y Orion UCAV operativos. Su bajo número y el miedo a destruir la imagen comercial de dichos aparatos en las primeras semanas del conflicto se tradujo en un impacto muy limitado en las operaciones. No fue hasta el noveno día de combates que Rusia hizo público el primer video de un Inojodets-RU UAV -una versión mejorada del Kronshtadt Orion-, en teoría, atacando objetivos en el interior de Ucrania. En cualquier caso, su alta vulnerabilidad al equipamiento C-UAV y los sistemas de defensa aérea ucranianos los convertía en objetivos relativamente fáciles de derribar, limitando su efectividad.

Del lado ucraniano, si hacemos memoria, y dado que la Fuerza Aérea rusa -tratando de evitar problemas de coordinación y fuego amigo- decidió no emplear pods de guerra electrónica por parte de su aviación tripulada, se facilitó la operación de aparatos como los UAV MALE Bayraktar TB2 contra las columnas rusas. Claro está, al igual que ocurriera con las aeronaves tripuladas como los Su-24M/MR, los Su-25 o los Mi-24 o Mi-8, la tasa de destrucción de los sistemas TB-2 durante los primeros días de conflicto fuedemasiado elevada. Aunque los números exactos no se conocen, parece claro que la mayoría se perdieron durante los primeros meses.

Asumir este alto nivel de atrición en estos sistemas fue una de las claves para la destrucción de muchas de las columnas logísticas que se agolpaban en los pocos ejes de avance de las tropas rusas, lo cual retrasó el avance en unos momentos críticos. Ataques que se beneficiaron de la carencia de unos objetivos operacionales claros, lo que forzaba paradas por parte de estas mismas columnas, así como una dispersión de las tropas rusas que dificultaba su protección antiaérea por parte de los escasos sistemas de defensa aérea con los que contaban en su avance.

De los aparatos de cierta envergadura -y vulnerabilidad- se pasó al uso creciente de las municiones merodeadoras. Así, para poder cubrir las carencias de apoyo de fuego cercano de las unidades ucranianas más expuestas, diferentes países realizaron entradas de sistemas ofensivos cinéticos. Por ejemplo, Estados Unidos realizó entregas de municiones merodeadoras Switchblade 300 y 600. De hecho, pasadas apenas cuatro semanas del comienzo de la guerra, hicieron público un gran paquete de asistencia que incluía 100 UAS tácticos, sin especificar modelos, aunque ya se especulaban con el citado Switchblade. Para finales de mayo 2022, ya se veían sistemas Switchblade 300 en acción en Ucrania.

Si bien se mostraron bastante útiles durante las primeras semanas de guerra, parece también que las fuerzas rusas les tomaron la medida con bastante rapidez. Además, resultó evidente que no poseían la capacidad de destruir carros de combate, aunque sí eran capaces de realizar mision-kill o de causar bajas entre sus tripulaciones. El gran problema, en cualquier caso, se encontraba en su concepción: siendo una de las primeras municiones merodeadoras en servicio, se trata de un efector a la vez caro (dos órdenes de magnitud más que un dron FPV armado) y carente de un enlace radio insuficientemente protegido frente a los sistemas de inhibición contrarios.

Además de lo anterior, algunas de las transferencias se centraron en fortalecer las capacidades logísticas ucranianas en los últimos kilómetros de frente. Un ejemplo de esto son los drones logísticos pesados Malloy Aeronautics T150 de media capacidad de carga (hasta 68-70kg) y todo-tiempo que se usaron, entre otras cosas, para el transporte de suministros urgentes al interior de Mariupol durante su asedio. Lo mismo, aunque con otra finalidad, podemos decir del uso de mini-UAS Black Hornet para tareas ISR de muy bajo alcance por parte de las fuerzas especiales.

Desde entonces, todo ha cambiado. La tecnología civil, el software open source y las comunidades de práctica online han sido transplantadas desde su origen (las aplicaciones pacíficas, tanto profesionales como recreativas) al entorno de las operaciones militares en manos de actores tanto estatales como no estatales. En poco más de un año se ha aumentado el uso de drones en varios órdenes de magnitud, y todo apunta a que la curva no va a aplanarse en fecha próxima. De hecho, de no mediar factores desconocidos o un alto el fuego, se llegarán a emplear no decenas o cientos de miles, sino posiblemente millones de drones en 2024.

Una masa que tiene efectos sin precedentes en el campo de batalla, pues sin ir más lejos a día de hoy cada pieza artillera individual dispone de medios ISR orgánicos. Más aún, miles de ojos en el cielo vigilan sin descanso, día y noche, contribuyendo al estancamiento estructural del frente (algún día hablaremos del papel en este sentido que tienen los satélites comerciales, como estamos viendo en Gaza); de ahí el temor a que el tiempo pueda limitar su uso, devolviendo a la guerra a un estadio anterior, aunque solo sea puntualmente.

Como quiera que el tiempo todavía no ha terminado de cambiar, los combates y los ataques a larga distancia continúan. En este caso, en las últimas horas se han escuchado explosiones en la ciudad de Járkov, en el noreste de Ucrania. Posteriormente se ha sabido que se han producido en el distrito de Schevchenkivsky. Además de esto, aunque desde el Ministerio de Defensa de Ucrania no han ofrecido un recuento del número de misiles lanzados por Rusia en la última jornada, hay fuentes que hablan del impacto de tres de estos en Mikolaiv.

En otro orden de cosas, desde la inteligencia ucraniana hablan de tres oficiales rusos muertos en un ataque llevado a cabo contra Melitópol. Una acción que atribuyen a elementos de la resistencia ucraniana. Además de esto, Ucrania estaría intensificando sus ataques contra la logística rusa, algo sobre lo que ha hablado también el portavoz de las Fuerzas Armadas del país, precisamente en relación con la llegada del frío.

En cuanto a los combates, en las últimas horas las fuerzas rusas han continuado con su presión sobre Kupiansk, al norte del frente, atacando en dirección a Petropavivka, Ivanivka y Kyslivka.

En el área de Bakhmut, han sido también las fuerzas rusas las protagonistas de la acción durante esta última jornada, lanzando diferentes contraataques en dirección a Klischiívka que han permitido recuperar terreno en el flanco oriental de esta localidad ucraniana.

En el caso de Avdiívka, en donde el Ejército ruso está intentando de eliminar el saliente sin atender a las enormes bajas acumuladas, han logrado también avances recientemente. Concretamente al norte, en la zona de las vías férreas entre Krasnohorivka y Stepove, aunque las AFU habrían contraatacado desde el noroeste sobre Krasnohorivka, planteando una amenaza a las fuerzas rusas. También habrían progresado al sur de la ciudad, en dirección a Perveomaiske.

Al sur del país, por último, apenas hay novedades, más allá de un ligero avance ucraniano al norte de Verbove, en el eje de Orijiv. Al este del Dniéper, en Jersón, han llegado más pruebas de la presencia de militares ucranianos en Hola Prystan, mientras prosiguen los bombardeos rusos contra Krynky, en donde Ucrania ha continuado ganando control sobre el sur del poblado.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el plano internacional, la actividad ha sido francamente escasa en estas últimas horas. Zelenski, en su alocución diaria, ha agradecido a sus socios la ayuda enviada para preparar el invierno, especialmente la defensa antiaérea: «Agradezco a todos nuestros socios que ayudaron a Ucrania en el ámbito de la defensa aérea […]. Ahora no podemos hablar abiertamente de todo, pero el escudo aéreo ucraniano ya es más potente que el año pasado. Tiene mayores capacidades, pero lamentablemente aún no protege completamente todo el territorio».

Por otra parte, su subordinado, Andriy Yermak, ha partido hacia los Estados Unidos, en donde mantendrá reuniones no solo en la Casa Blanca (sin que se haya especificado con qué miembros del Gobierno estadounidense), sino también con think tanks y representantes de la sociedad civil con quienes discutirá «las propuestas del presidente para la paz, el fortalecimiento de la defensa de Ucrania, la profundización global de cooperación y muchas otras cuestiones importantes».

Sobre las propuestas de paz, recientemente el ex secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha saltado a la primera plana de los periódicos al proponer la entrada de Ucrania en el seno de la Alianza, pero renunciando a los territorios que ahora se encuentran bajo el control ruso. La propuesta, que parece lejos de ser aceptada por Kiev, pretende dar pie a una nueva arquitectura de seguridad en Europa, intentando que el conflicto no se perpetúe.

Pasando de Ucrania a Bruselas, los ministros de Asuntos Exteriores de la UE se reunirán en breve en la capital europea para discutir, entre otras cuestiones, cómo mantener el apoyo a Ucrania y la presión sobre Rusia. Lo que no discutirán, para desconcierto de muchos de ellos, es un nuevo paquete de sanciones contra Moscú, una cuestión que parece bloqueada por socios como Hungría y Eslovaquia a pesar de que hace tiempo que se viene trabajando en el que sería el 12º paquete hasta la fecha. Por la misma razón, parece complicado que puedan dar salida al 8º tramo de ayuda militar, dotado con 500 millones de euros, después de que el anterior se aprobase en el lejano mes de mayo.

En otro orden de cosas, aunque relacionado, desde Finlandia han cifrado la ayuda militar concedida a Ucrania en 1.400 millones de euros, a los que habría que sumar 700 millones de euros más en otros conceptos, totalizando 2.100 millones hasta la fecha. El país nórdico no solo ha sido noticia por esto en las últimas horas, sino también por todo lo relativo a la adquisición de nuevos sistemas antiaéreos en Israel, concretamente sistemas David’s Sling por un importe de 317 millones de euros, producidos por Rafael Advanced Defense Systems.

Siguiendo con la ayuda, recientemente desde Francia se han publicado noticias relativas a la labor de la «Task Force 19», la unidad encargada de formar a tropas ucranianas en el centro de nuestro país vecino. Precisamente, y a colación, hace unas horas desde el Reino Unido anunciaban que habían completado ya la formación de 30.000 infantes ucranianos, a sumar a los que están recibiendo adiestramiento en otros países aliados como España. Según los británicos, sería el mayor esfuerzo de este tipo llevado a cabo desde la Segunda Guerra Mundial.

Siguiendo con lo militar, desde Ucrania han anunciado que han sido capaces de modificar sistemas antiaéreos BuK-M1 para que utilicen misiles de factura estadounidense y que, al parecer, esta solución ya ha sido probada con éxito en un campo de entrenamiento norteamericano. En concreto, a partir de ahora podrían emplear misiles RIM-7 Sea Sparrow.


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *