Guerra de Ucrania – Día 623

Tal y como se esperaba, la Comisión Europea ha recomendado la apertura de negociaciones de cara a la adhesión de Ucrania (y también de Moldavia) a la Unión Europea, al mismo tiempo que desde el G7 muestran su «firme apoyo» a este país, que ha vuelto a votar a favor de prorrogar la ley marcial y la movilización general hasta principios de febrero. Pese a ello, el gobierno eslovaco ha optado por bloquear un paquete de ayuda militar y Hungría ha mostrado sus reticencias a la entrada de Ucrania en el seno comunitario, mientras las tensiones entre Ucrania y Polonia crecen, esta vez a propósito de la cuestión de los transportistas. Sobre el terreno, además de la muerte del legislador prorruso de Lugansk, Mijaíl Filiponenko, Ucrania ha acusado a Rusia de lanzar un misil sobre un buque civil mientras entraba en el puerto de Odessa.

La Comisión Europea ha recomendado al Consejo que inicien con Ucrania las negociaciones de adhesión a la UE a partir del año que viene. Desde Bruselas consideran, según el texto publicado, que Kiev aún debe completar algunas lagunas en las reformas para asimilarse a los estándares de la UE, pero sugieren aun así que el diálogo para la integración de Kiev se inicie en marzo de 2024 al entender que, para esa fecha, el país habrá acometido los cambios necesarios para su entrada.

En relación con esto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula  von der Leyen, ha afirmado que:  “La ampliación es una política vital para la Unión Europea. Completar nuestra Unión es el llamado de la historia, el horizonte natural de nuestra Unión. Completar nuestra Unión también tiene una fuerte lógica económica y geopolítica. Las ampliaciones pasadas han demostrado los enormes beneficios tanto para los países candidatos como para la UE. Todos ganamos».

La situación, no obstante, no es tan sencilla. En primer lugar, la recomendación debe materializarse en una decisión del Consejo Europeo, que podría refrendar la recomendación a nivel de líderes a mediados de diciembre (14 y 15 de diciembre, concretamente). A partir de ahí, el proceso de adhesión es largo y puede extenderse sine die, si no hay voluntad por parte del conjunto de los Veintisiete a la hora de integrar a Ucrania o Moldavia. En este sentido, cabe recordar que Hungría ya ha mostrado sus reticencias a la entrada al menos de Ucrania en el seno comunitario, así como el reciente cambio de gobierno en Eslovaquia, país que acaba de congelar un envío de armamento a Ucrania que había sido organizado por el anterior Ejecutivo.

Casos como el de Turquía, «el eterno candidato», o propuestas como la del presidente galo, Emmanuel Macron, de canalizar las relaciones con el extranjero cercano de la UE a través de una «Comunidad política europea» de varias velocidades, demuestran también que postergar las negociaciones una vez iniciadas (su inicio sirve para dar esperanza al candidato y también para forzarle a avanzar en algunos aspectos como democratización o transparencia) es perfectamente posible y que el ambiente dentro de la Unión Europea no es del todo proclive a la adopción inmediata de un país que ha perdido buena parte de su población y de su volumen económico y que tiene pendiente una reconstrucción que será costosísima (aunque también un jugoso negocio, claro está).

https://www.revistaejercitos.com/2023/11/08/libros-y-propaganda-rusa/

Por otra parte, aunque los anuncios relativos a Ucrania y Moldavia, dada la situación de guerra, opacan el resto del anuncio de la Comisión, no debemos olvidar que esta también ha recomendado el inicio de negociaciones con Bosnia-Herzegovina, así como que se conceda a Georgia el estatus de país candidato tras haberle otorgado la perspectiva europea en junio de 2022. Es decir, que estamos potencialmente ante la ampliación más compleja de la UE, no solo por el tamaño y población de alguno de los países, sino porque el equilibrio estratégico en el continente cambiará por completo, entrando de lleno la UE en la esfera de influencia, de una forma mucho más descarada si cabe que en la «gran ampliación» de 2004.

Y sin embargo, pese a esto, la Unión Europea tiene la necesidad y la obligación de hacer algo tanto por razones morales, como estrictamente de interés del grupo. Ahora bien, esto ha de hacerse sobre la base del realismo y no de un liberalismo (que en ocasiones, vistas las declaraciones de algunos políticos bruselenses llega a acercarse al liberalismo ofensivo de Bush)y que tiene su origen en un idealismo que lleva en demasiadas ocasiones a situaciones indeseadas (véase Irak).

En este sentido, desde la UE deben entender que no puede convertirse en un actor «geopolítico» porque sí, sino que la toma de decisiones debe basarse en un análisis geopolítico mucho más explícito, y debe ser más explícitamente estratégica: hemos de pensar en términos de intereses, medios, modos y fines, así como en el equilibrio de poder entre aliados y adversarios. Esto, entre otras cosas, implica tener claras las estrategias de salida al conflicto y el estado de cosas final que se pretende. Es decir, que la entrada de Ucrania en la UE no debe ni puede ser el objetivo en sí mismo, sino una herramienta para lograr un nuevo equilibrio de poder en el continente y la base sobre la que tejer una nueva arquitectura de seguridad.

De lo contrario, si no se alinean medios, modos y fines (y los Veintisiete van particularmente cortos de medios, al menos en el plano militar, como demostró la ventana de oportunidad concedida a Rusia en febrero de 2022), corremos el riesgo de integrar a un país a un precio desorbitado y generando de paso unos riesgos mayores -incluso para este mismo país- de lo que se asumirían si su entrada no se produjese. Es así, porque la interpretación que Rusia pueda hacer de la expansión de la UE hacia sus fronteras (y en un futuro de la OTAN, si llega el caso), lo único que puede provocar si no se tiene clara la forma de gestionar el proceso, es que Rusia se convierta en un vecino más proclive a lanzar nuevos ataques preventivos, como el que llevó a cabo hace 623 días contra su vecino.

Obviamente, tampoco se puede caer ni en la trampa de ceder ante Rusia, dejando a Ucrania desamparada, ni en pensar que nada pueda hacerse, pues opciones hay, comenzando por aumentar la capacidad disuasoria tanto de la UE como de la propia Ucrania, evitando crear nuevas ventanas de vulnerabilidad. También al flanqueo. Ahora bien, se opte por el camino que se opte, este debe explicitarse de forma muy clara, tanto porque la ciudadanía tiene derecho a conocer cuál es la intención y cuál el riesgo que ha de asumir, como porque la codificación de las mismas ayuda a que a posteriori no se improvise y también porque un posicionamiento claro envía un mensaje a Rusia y, en el peor de los casos, reduce las incertidumbres también para Moscú. Al fin y al cabo, la arena internacional es anárquica y los estados intentan sobrevivir en un ambiente en el que nunca tienen toda la información sobre las intenciones del contrario.

Independientemente de lo que ocurra a nivel político, la guerra continúa dejándonos noticias día tras día. Hoy, sin ir más lejos, desde Ucrania han denunciado el lanzamiento, desde un avión de la Fuerza Aérea rusa, de un misil que ha impactado contra un buque civil que hacía su entrada en el puerto de Odesa. El buque, con bandera de Liberia, ha sufrido distintos desperfectos, mientras que tres de sus tripulantes, de origen filipino, han resultado heridos.

Por otra parte, desde Ucrania habrían atentado contra Mijaíl Filiponenko, a la sazón diputado regional del Consejo Popular de Lugansk (impuesto por Rusia), causando su muerte mediante una bomba adosada a su vehículo. Esta información ha sido confirmada por la inteligencia militar ucraniana, que se supone detrás del atentado, a resultado del cual el político prorruso ha muerto en el acto.

Más allá de esto, y en lo relativo a los combates, han continuado en las últimas horas los ataques por parte del Ejército ruso al norte del frente, esta vez en las inmediaciones de Svatove, en donde han cargado en dirección a Stelmakhivka.

Más al sur, en Bakhmut, las Fuerzas Armadas ucranianas han continuado con su ofensiva al sur de la urbe, en la que buscan traspasar las líneas férreas al este de Klischiívka mientras hacen frente a los contraataques rusos en la zona. No hay cambios de consideración.

En torno a Avdiívka, las tropas rusas han logrado mejorar su posición al norte de la ciudad, en dirección a Stepove, en la zona de las líneas férreas. También al sur se han continuado lanzando ataques sobre Severne y Pervomaiske, así como hacia el sureste de la ciudad. Aunque no corre riesgo de cerco inmediato, la distancia entre el flanco norte del ataque ruso y el sur se ha venido reduciendo en las últimas semanas, rondando ahora los 8,5 kilómetros y dejando por tanto las líneas de suministro ucranianas al alcance de la artillería rusa, incluso de menor calibre.

Al sur del frente, las Fuerzas Armadas ucranianas han logrado algunos éxitos recientemente en el eje de Orijiv, en donde siguen presionando entre Verbove y Robotyne y podrían haber tomado alguna posición rusa. En cuanto a la orilla oriental del Dniéper, Ucrania ha continuado trasladando hombres y pertrechos a la zona, mientras intentan expandirse desde Krinky al este y Pidhchanivka al oeste.

Mapa de situación de la guerra de Ucrania actualizado a 8 de noviembre de 2023. Autor - @Majakovsk73
Mapa de situación de la guerra de Ucrania actualizado a 8 de noviembre de 2023. Autor – @Majakovsk73.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional, como no podía ser de otra forma, cabe comenzar por las reacciones al anuncio de la Comisión Europea y su recomendación del inicio de negociaciones de adhesión para Ucrania y Moldavia. Desde Kiev, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se ha mostrado encantado, catalogando de día histórico la jornada de hoy a la vez que ha puesto en valor los pasos dados por Ucrania para cumplir con las exigencias europeas y ha hablado sobre lo que resta por hacer de aquí en adelante, a la espera de que se pronuncie el Consejo Europeo.

Además de esto, ha mantenido una conversación con su homóloga moldava, Maia Sandu, con quien ha acordado coordinar sus pasos de cara a la adhesión. Precisamente Sandu ha reaccionado a la recomendación de la Comisión de forma muy parecida a la de Zelenski, hablando de un «importante hito» para su país y dejando claro que «Moldavia se encuentra firmemente en la senda del ingreso en la UE y continuará trabajando infatigablemente hacia ese objetivo».

Al mismo tiempo que esto ocurría, era el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, quien mantenía una maratoniana jornada de reuniones con distintos estamentos comunitarios. Así, se ha reunido mientras visitaba Bruselas con el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea para el Pacto Verde Europeo, Maroš Šefčovič, con quien habló entre otros temas de materias primas y de proyectos de producción de hidrógeno. También con el Comisario de Vecindad y Ampliación, Oliver Varhelyi, con quien evidentemente trató el tema de la adhesión. Además, mantuvo un encuentro con el Comisario de Justicia de la UE, Didier Reynders, con quien habló sobre la creación de un tribunal especial para juzgar el crimen de agresión contra Ucrania. Por último, encontró tiempo para mantener una conversación telefónica con su homólogo neerlandés, Hanke Bruins Slot, quien felicitó a Ucrania por haber logrado avances en las reformas y con el que habló sobre las garantías de seguridad a Ucrania, entre otros temas.

Aunque ha copado todos los titulares, la recomendación de la Comisión no es ni mucho menos la única noticia de la jornada. Desde Tokio, los ministros de Asuntos Exteriores del G7, reunidos allí, han asegurado que el grupo permanecerá «unido» en su «firme apoyo» a Ucrania tras la invasión rusa, a la vez que han mostrado su voluntad de continuar manteniendo las sanciones e imponiendo otras nuevas y «severas» a Rusia.

Pasando de Tokio a Chile, en las últimas horas el jefe de la Oficina del Presidente ucraniana, Andriy Yermak, ha mantenido una conversación telefónica con Carlos Figueroa, Asesor de Asuntos Políticos e Internacionales de la Oficina del Presidente de la República de Chile. En la misma, además de agradecer el papel de interlocución jugado por el país hispanoamericano, han hablado acerca de los pasos a dar de cara a implementar la «Fórmula de paz» de Zelenski.

Al mismo tiempo, desde Ucrania continuaban con la actividad diplomática, en esta ocasión a través de la primera dama, Olena Zelenska, quien ha donado una serie de libros a la biblioteca de la UNESCO, inaugurando así una estantería ucraniana. La acción, que puede parecer carente de importancia, en realidad la tiene, y mucha, toda vez que Ucrania está intentando hacer diplomacia cultural a través de su lengua, para lo que hasta el momento ha logrado, entre otras cosas, que se abran hasta 180 «estanterías ucranianas» en bibliotecas de 42 países, para lo cual han donado hasta 45.000 libros.

En otro orden de cosas, en las últimas horas han sido noticia las protestas de los transportistas polacos, quienes han bloqueado el paso a sus homólogos ucranianos, causando una nueva crisis entre ambos aliados, después de la provocada semanas y meses atrás por la entrada masiva de productos agrícolas. En este caso, lo que los conductores polacos pretenden es que sus homólogos ucranianos no puedan hacerles la competencia a precios mucho más bajos, algo que amenaza con hacer descarrilar al sector, igual que pasara con los productos agrícolas.

Pasando al plano de la ayuda militar, apenas unas horas después de que se conociese ayer la ampliación del fondo de ayuda de Francia a Ucrania, que se incrementó en 200 millones de euros, se ha sabido que la empresa gala Cybergun y Ucrania suscribieron, unas horas antes, un acuerdo por valor de 36 millones de euros destinado al suministro de armas individuales. En concreto, se ha establecido un acuerdo marco, firmado entre Verney-Carron, filial de Cybergun, y la empresa estatal ucraniana Ukrspecexport, que prevé el suministro de 10.000 fusiles de asalto, 2.000 fusiles de precisión y 400 lanzagranadas.

Diferente es lo ocurrido con Eslovaquia, que ya hemos adelantado en la primera parte del informe. Este pequeño país, que recientemente ha visto la llegada el Ejecutivo de un Primer Ministro más cercano a Rusia, ha bloqueado hace unas horas un paquete de ayuda militar a Ucrania valorado en 40,3 millones de euros que incluía «4 millones de proyectiles de calibre 7,62 mm, 5.172 proyectiles de artillería de calibre 125 mm, 140 misiles para el sistema de misiles antiaéreos Kub, 8 morteros y 1.200 proyectiles». Pese a ello, el político eslovaco no se ha negado a vender armas a Ucrania, pero sí a que estas procedan de los inventarios de sus fuerzas armadas en lugar de hacerlo de los stocks de las empresas armamentísticas del país.

Desde Rusia, por último, Putin ha denunciado en las últimas horas lo que considera intentos de la Alianza Atlántica por ir más allá de su ámbito geográfico, ampliando su zona de influencia y «violando sus propios documentos doctrinales». Según las palabras del presidente ruso, «Moscú y Beijing estaban moderando su respuesta a los intentos de Washington de establecer bloques militares y políticos en Asia», respondiendo de «manera tranquila y equilibrada».

Todo mientras su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, acusaba a Occidente de haber desatado una «guerra híbrida» contra Rusia «con las manos de Ucrania y los cuerpos de los ucranianos», a la vez que de haber «destruido la economía mundial» por el «afán de dar una lección a Rusia».


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