Zelenski ha cerrado definitivamente la puerta a la celebración de elecciones en Ucrania durante el próximo 2024, aferrándose a la necesidad de mantener todos los esfuerzos y atención en la guerra, mientras la fiscalía del país ha abierto una nueva investigación contra dos funcionarios por malversación de fondos. Al mismo tiempo, en las últimas horas han trascendido los efectos causados por el ataque con misiles a la corbeta «Askold» y la presencia de blindados ucranianos en Krynky, al este del Dniéper en Jersón. Todo mientras siguen conociéndose detalles sobre lo ocurrido durante el desfile de la 128ª Brigada ucraniana, saldado con decenas de militares muertos tras ser alcanzados por un misil ruso.
Después de que las imágenes por satélite revelaran daños en la corbeta «Askold» provocados por el ataque ucraniano con misiles a las instalaciones de Zaliv en el estrecho de Kerch, quedaba por conocer el grado de los mismos. Estos, como puede apreciarse en la imagen sobre estas líneas, son extensos, tal y como cabía esperar tras recibir el buque el impacto de varios misiles de crucero (hasta tres, según se aprecia en los vídeos que recogen el momento del ataque).
Sin tener imágenes procedentes del interior del buque -aun así es sorprendente cómo cada vez que se produce un suceso de estas características terminan por filtrarse las imágenes en las redes sociales, lo que dice mucho de la capacidad de control de la información por parte de Rusia-, se puede hacer una evaluación preliminar, que nos habla de la pérdida del buque. La única opción, para llevar a la «Askold» al servicio (estado que no había alcanzado todavía), parece pasar por una reconstrucción completa.
Si nos fijamos en la imagen que encabeza el informe, se aprecia perfectamente que toda la parte tras la superestructura que alberga los radares y sistemas de comunicación de la «Askold» ha sido alcanzado, quedando totalmente destrozado. Esto implica, además, que el grueso del daño se ha producido precisamente en la sección más crítica del buque, esto es, la que corresponde a los silos para los misiles de crucero Kalibr. Como quiera que la imagen es a nivel superficial y que el grueso de los desperfectos estarán bajo cubierta, solo cabe concluir que para ser devuelta al servicio, la «Askold» necesitará de un nuevo Centro de Información y Combate (CIC), nuevos radares y sistemas de comunicación, celdas VLS y, en definitiva, de sustituir todos los componentes más valiosos.
Sigue sin conocerse el número real de misiles empleados por Ucrania en esta acción (dado que algunos habrían sido derribados por las defensas antiaéreas rusas), aunque todo apunta a que buscaban asegurar el golpe recurriendo al «overkill», en la medida en que se trata de buques con una capacidad de encaje mínima dada su concepción. Pensemos que las Karakurt desplazan menos de 900 toneladas a plena carga, para una eslora de 67 metros y una manga de 11, con lo que realmente era innecesario el impacto de tres misiles, siendo más que suficiente alcanzarla con uno para dejarla fuera de juego.
Como quiera que lo ocurrido con la «Askold» no es lo único importante, continúan trascendiendo también informaciones relativas a lo ocurrido en el ataque ruso contra la 128ª Brigada de Asalto ucraniana mientras sus integrantes celebraban un desfile en Dmytrove, como parte de un acto de entrega de condecoraciones. Una acción que se ha saldado con numerosos fallecidos, aunque se desconoce el número real, que oscila entre diecinueve según fuentes ucranianas y varias decenas más según las prorrusas.
En primer lugar, se ha conocido que el evento sufrió un retraso inesperado, pasando de comenzar a las 09:00 a hacerlo a las 09:30. El misil ruso impactó cuarenta minutos después, a las 10:10, algo que quizá podría haberse evitado de haber dado inicio la celebración en hora. Sin embargo, el jefe de la unidad, el coronel Dmytro Lysyuk llegó tarde al evento, lo que habría concedido tiempo a Rusia no solo para enterarse de que este estaba en marcha, sino para lanzar el misil que se cobró la vida de los presentes. Como es lógico, hay quien sospecha que este retraso habría sido deliberado, aunque no hay pruebas de ello por el momento.
Por de pronto, Lysuyk ha sido relevado del mando, mientras la Oficina Estatal de Investigaciones ha comenzado a indagar en las circunstancias en las que se produjo el ataque ruso, pues entre otras cosas, más allá del retraso o no del comandante, toca establecer cómo pudo celebrarse el evento con un drone ruso sobrevolando el lugar. A la espera de más datos, se ha decretado el luto en la localidad y se han celebrado por el país diversos actos en homenaje a los caídos, con la participación de miles de personas.
Por cierto, que no ha sido el único incidente desafortunado que ha afectado a las Fuerzas Armadas ucranianas en las últimas horas, pues también se ha conocido el fallecimiento del asistente del general Zaluzhny, comandante de las AFU, Gennady Chistyakov, quien habría fallecido víctima de un atentado al explotar al parecer un dispositivo oculto en un regalo. Por el momento no hay más detalles. Las fuentes prorrusas, eso sí, hablan de que estaba jugando con unas granadas, siendo la versión del regalo un intento de ocultar lo ocurrido realmente. Recordemos que desde Rusia ya han utilizado esta excusa por ejemplo al hablar de la muerte de Prigozhin y que la desinformación rusa no se basa en imponer un nuevo relato sino en «dispersar mierda» (con perdón), diseminando versiones alternativas que oculten la verdad o hagan dudar de ella.
Más allá de lo anterior, y pasando a lo ocurrido sobre el terreno en las últimas horas, el Ministerio de Defensa ruso ha hablado de la intercepción de hasta 17 drones ucranianos volando sobre Crimea y el Mar Negro durante la pasada noche, aunque no han presentado pruebas de ello, ni han trascendido impactos o daños por los restos de los mismos. Del lado ucraniano, cosa poco habitual, no se han reportado nuevos ataques rusos, aunque las defensas antiaéreas han estado activas en Dnipró y se ha conocido que en los ataques de ayer contra Odesa resultó dañado el museo de arte de la ciudad.
En cuanto al frente, escasas novedades un día más, a pesar de que el número de pérdidas, al menos materiales, sigue siendo alto. Se han reportado combates en el sector más septentrional del frente, entre Kupiansk, Svatove y Kreminna, aunque no cambios de posición.
En el caso de Bakhmut, se confirma que el Ejército ruso está llevando a cabo acciones en la cuenca de Berkhivka, recuperando parte del territorio retomado por las Fuerzas Armadas ucranianas durante el pasado verano. Son, en cualquier caso, movimientos de apenas unas decenas o centenares de metros en el mejor de los casos.
En torno a Avdiívka no hay novedades de consideración, más allá de los habituales combates e intercambios artilleros y drónicos. Lo más reseñable del día, de hecho, son las declaraciones del archinocido Ígor Gírkim (AKA «Strelkov») quien continúa preso, pero ha transmitido recientemente un mensaje afirmando que los esfuerzos ofensivos rusos de las últimas semanas, unidos a la falta de una movilización, lastrarán la capacidad de atacar durante la primavera de 2024. En cualquier caso, los ataques rusos siguen sin poner en jaque por el momento a los defensores ucranianos, aunque han conseguido que las AFU tengan que dispersar unas fuerzas que antes concentraban al sur del país y en los ataques sobre Bakhmut.
Al sur del país, por último, se han registrado nuevos ataques rusos en el área de Vuhledar, concretamente en Mykhilske. También se han reportado pequeños movimientos al oeste de Robotyne, en el eje de Orijiv, mientras todos continúan pendientes de la situación en la orilla oriental del Dniéper, en donde se han avistado los primeros blindados ucranianos, en este caso anfibios PST-2, lo que confirma que la presencia en la zona es sólida.
Por cierto, antes de pasar al análisis de la parte política y diplomática, que interesante es también ver la forma en que han avanzado las tácticas rusas con drones, utilizándose de forma sucesiva contra las distintas líneas de trincheras en primer lugar contra los nidos de ametralladoras de la primera línea, para después centrarse en las siguientes mientras las tropas rusas avanzan.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Aunque normalmente hablamos de la política interna en la sección anterior, hoy hemos decidido tocar el tema de las elecciones ucranianas aquí. Zelenski, como hemos adelantado en la entradilla, ha dejado claro que el país no tendrá comicios en 2024, disipando las dudas al respecto y terminando con las especulaciones que se vienen produciendo desde hace meses.
Según las declaraciones del político ucraniano, «no es el momento adecuado para elecciones», alegando que el 20 por ciento del país está ocupado por Rusia y que millones de ucranianos están todavía refugiados en el extranjero. Según sus palabras: «ha llegado el momento de la defensa, de la batalla, de la que depende el destino del Estado y del pueblo, no de la farsa, que sólo Rusia espera de Ucrania». Es más, ha añadido que «Todos comprendemos que hoy, en tiempos de guerra, cuando los desafíos son numerosos, es absolutamente irresponsable introducir el tema de las elecciones en la sociedad de manera ligera y alegre».
En relación con la decisión de Zelenski, hay que tener en consideración cuatro aspectos: 1) Las elecciones están prohibidas bajo la ley marcial vigente en Ucrania , aunque el presidente ucraniano había estado considerando la posibilidad de invocar disposiciones especiales para celebrarla; 2) ha expresado anteriormente su deseo de presentarse a un segundo mandato; 3) razón no le falta en el sentido de que serían unas elecciones poco representativas en tanto hay millones de ucranianos fuera del país, mentras que aquellos que viven en zonas ocupadas no podrían votar; 4) tiene una fuerte presión por parte de sus aliados para avanzar en aspectos como la democratización y la transparencia, aunque es de suponer que personalidades como Úrsula von der Leyen, quien ha visitado recientemente el país, hayan sido avisadas de antemano sobre la decisión hecha pública ahora.
Esto, por cierto, nos lleva a una cuestión importante: ¿hasta qué punto pueden los aliados, incluyendo los Estados Unidos, influir sobre Kiev? Normalmente se da por hecho que sin el apoyo estadounidense -ahora muy recortado por los problemas internos-, Ucrania se vería obligada a salir rápidamente de la guerra, buscando negociaciones. Sin embargo, aunque esta es la percepción general y por lo demás, parece correcta, no parece estar tan claro en el seno del gobierno ucraniano. De hecho, el país se está preparando para un conflicto a largo plazo, tomando medidas encaminadas a aumentar la producción local de todo tipo de material, pertrechos y sistemas relacionados con la guerra, de ahí el énfasis en lograr que se implanten empresas extranjeras en su suelo, entre otras cosas. Dicho lo anterior, es todavía difícil evaluar hasta qué punto Zelenski pretende aferrarse al poder, si actúa por convicción, si piensa que es el único capaz de liderar al país en lo que resta de guerra o si teme por su supervivencia no solo política, sino física, en caso de negociaciones.
Distinta es la situación en Rusia, en donde también se celebrarán elecciones en 2024, concretamente durante el mes de marzo. Unos comicios para los que, según el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, Putin todavía no ha tomado la decisión sobre si presentarse o no, aunque tiene derecho, tras los cambios legales introducidos años atrás, a postularse para otro mandato. Si bien prácticamente nadie duda sobre que finalmente se presentará y que las elecciones serán un mero trámite, los recientes problemas de salud o un cierre aceptable de la guerra, si se establecen negociaciones, podrían llevar a Putin a replantearse la situación aunque, como decimos, es muy poco probable que esto suceda y no hay, por el momento, ningún candidato claro a sucederle.
Volviendo sobre Ucrania y pasando al espinoso asunto de la corrupción, en las últimas horas ha estallado un nuevo escándalo, al iniciar la Fiscalía ucraniana acciones contra dos militares que se habían enriquecido con la compra de chalecos antibala de baja calidad. Por otra parte, se han acometido cambios drásticos en el conglomerado de industrias de defensa pública del país, Ukroboronprom, cambiando su cúpula y eligiendo para su dirección a Olensandr Kamyshin, un joven político reformista que debe guiar a esta empresa hacia el futuro, luchando contra la ineficiencia y corrupción que la caracterizan.
Pasando al plano diplomático, en las últimas horas Dmytro Kuleba, el ministro de Exteriores ucraniano, quien recientemente se reunía una vez más con el CEO de la empresa germana de armamento Rheinmetall en Berlín, ha viajado hasta Sudáfrica. Allí ha continuado con su campaña africana, que le ha llevado a visitar una docena de países de este continente en el último año, buscando el apoyo de sociedades y clases políticas en muchos casos favorables al discurso ruso o muy tibias en su apoyo a Ucrania.
Mientras esto ocurría, su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, ha pedido la participación de su país en la reunión ministerial anual de la OSCE, que se celebrará en Skopje, Macedonia del Norte, entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre. Para ello cuenta con el apoyo del ministro de Exteriores de este país, Bujar Osmani, quien ha pedido que se facilite la participación de la delegación rusa pese a las sanciones, tras haber recibido una carta de Lavrov en este sentido.
Al mismo tiempo, desde el Ministerio de Exteriores ruso han anunciado también que el procedimiento de retirada de Rusia del Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE) ha sido completado en las últimas horas, por lo que el documento ya no es válido para Moscú, oficializándose así una decisión tomada tiempo atrás (de hecho, estaba suspendido desde 2007).
Cerramos el informe de hoy con la noticia de la recepción, por parte del Servicio Estatal de Emergencias ucraniano de un nuevo lote de media docena de robots Digital Vanguard-S destinados a la limpieza de minas, que han sido donados por el Gobierno de Canadá. Serán destinados a los zapadores de Zaporiyia, Lugansk y Mikolaiv.
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