Rusia, según algunas fuentes, podría haber perdido hasta una brigada en su ofensiva sobre Avdiívka. Bajas humanas y materiales que podrían tener impacto sobre futuras operaciones, pero que una vez llegado el frío tendrán tiempo para recuperar. Al mismo tiempo, ha vuelto a bombardear el distrito ucraniano de Izmail, mientras este país se felicita por haber logrado, pese a los ataques rusos, exportar más de un millón de toneladas de cereal en los últimos tiempos. En la arena internacional, mientras tanto, las noticias más importantes continúan relacionándose con las divisiones entre los aliados de Kiev, en un momento en el que la ofensiva israelí por tierra en Gaza estaría dando comienzo.
(Nota del editor: Durante los próximos diez días, es posible que haya alguna diferencia en los informes. Las dos personas encargadas de su redacción están en un destino con notables problemas de acceso a Internet, lo que quizá obligue a minimizar el número de fuentes empleadas o los enlaces a incluir).
Las pérdidas rusas en Avdiívka podrían ser equivalentes a una brigada completa, pese a lo cual siguen adelante. La forma de llevar a cabo los ataques, de la misma forma en la que se habrían hecho en 1945, 1985 o 2015 implica, en 2023, enormes bajas. No obstante, el hecho de intentar mejorar su posición en esta zona antes de que las operaciones se paralicen, así como el atraer reservas ucranianas lejos de Zaporiyia es totalmente consistente con los intereses de Rusia, que puede seguir juzgando beneficioso un sacrificio de esta entidad.
Para la doctrina rusa, la defensa estratégica no es en modo alguno una defensa estática, por más que se ampare en posiciones fijas y unidades desplegadas en profundidad sobre una enorme extensión de terreno y con la idea de causar al enemigo las mayores bajas posibles. Por el contrario, con los escritos rusos o sobre las Fuerzas Armadas rusas que conocemos, debe ser una defensa dinámica, cuyo objetivo principal no es conservar un territorio concreto, sino situarse en condiciones de poder pasar a la ofensiva tan pronto como sea posible.
En este sentido, la «línea Surovikin», como lo que se conoció como la «línea Wagner» (que forma parte de un mismo todo), encuentran su razón de ser en preparar al Ejército ruso para nuevas acciones ofensivas en los próximos meses, a la vez que maximizan el desgaste sufrido por Ucrania. Para ello, ataques como los de Lugansk o Vuhledar meses atrás o los de Avdiívka en las últimas semanas, serían fundamentales, en tanto obligan a Ucrania a extraer medios y hombres de las zonas realmente importantes, como el eje de Orijiv (permitiendo de paso a Rusia rehacerse), mientras que si se hacen con algún punto de terreno importante, por nimio que sea, mejoran su posición de partida de cara a futuras ofensivas.
Obviamente, por estúpido que pueda parecer sacrificar el equivalente a una brigada en una operación menor, hay que entender también que, desde la perspectiva rusa, estas pérdidas son aceptables. Parten de la base de que, en el medio y largo plazo podrán sustituirlas con más facilidad que Ucrania y, en cualquier caso, el desprecio demostrado por la vida humana es monumental no solo desde el día uno de la invasión, sino en general desde que Rusia es Rusia. Es decir, que no puede juzgarse la decisión desde un prisma como el nuestro, o no debe hacerse si ello nos lleva a caer en el error de que con eso van a terminar por abandonar el combate. Recordemos aquí dos frases significativas.
La primera, del ínclito Stalin, quien afirmaba que la cantidad es una cualidad en sí misma. Algo que en un momento de guerra de posiciones y en el que la masa (por ejemplo en lo relativo a los drones) es un plus, es más cierto que nunca, pues el desgaste y la disponibilidad de material fungible (y para Rusia los hombres lo son), es la norma. La segunda, de George Kennan. El diplomático estadounidense advirtió en su día sobre la disposición soviética (aunque nada ha cambiado demasiado en este aspecto), tanto en términos políticos, como de la propia sociedad, a asumir unos sacrificios superiores a los que haría Occidente.
Dicho todo lo anterior, es bastante improbable que una vez más esperasen sufrir tamañas pérdidas en una acción, por lo demás, «menor». En el tercer libro sobre la guerra en Ucrania, que saldrá a la luz en enero, incluiremos un capítulo en el que se explican las razones tras el mediocre rendimiento militar ruso en los primeros meses de guerra. Su ejército, si bien ha sabido evolucionar y adaptarse (también hablamos sobre ello y profundizaremos en un cuarto volumen), en muchos aspectos sigue empleando tácticas cuyo resultado implica un gran número de muertos y heridos.
Es algo que hemos podido ver de forma especialmente obvia en Avdiívka, en donde una vez más largas columnas de vehículos -o bien formaciones a pie- han sido empleadas a plena luz del día y en terreno despejado, llevando a sus integrantes como no podía ser de otra forma, a la catástrofe. De hecho, aunque hemos explicado hace unos días que estaban aplicando alguna innovación interesante, como el empleo de túneles para avanzar a cubierto hasta las posiciones ucranianas, estas acciones han sido en conjunto, muy poco significativas. El grueso de los ataques se han seguido llevando a cabo de forma demasiado convencional, con el resultado esperable.
El porqué de todo esto, constituye un misterio. Por más que se pueda tener una opinión negativa de los mandos rusos, o de las rigideces de sus fuerzas armadas, ha pasado tiempo más que sobrado para tratar de introducir cambios. De hecho, en ocasiones, como en Bakhmut, hemos visto cómo en combate urbano los introducían, aunque no para ahorrarse demasiadas vidas, sino precisamente utilizando la carne de cañón para ser más efectivos en ese escenario, conservando el núcleo de la organización y su bien más preciado, que eran aquellos integrantes con una amplia experiencia militar previa que servían como cuadros de mando.
Lo más posible es, como hemos dicho anteriormente que, sabiendo que la guerra ha cambiado y que la sorpresa es tan imposible como las operaciones de ruptura, desde Moscú la terna Putin-Shoigú-Guerásimov (aquí cabe elucubrar si Putin continúa teniendo la misma información sobre la realidad del terreno que mientras estuvo Surovikin) haya decidido que estas pérdidas «tácticas» son perfectamente asumibles en pos de un beneficio mayor. Al fin y al cabo, el tiempo se ha convertido en lo más importante para el Kremlin, dado que no parece haber un riesgo inmediato de colapso interno y el frente está totalmente estático…
Mientras las operaciones sobre Avdiívka siguen abiertas, Rusia ha continuado atacando Ucrania en otros puntos. Así las cosas, en las últimas horas han vuelto a registrarse explosiones en la localidad fronteriza de Izmail, punto crucial para la salida del grano del país. No ha sido el único punto de Ucrania que ha sufrido castigo, pues también en Jersón o en Beryslav se han registrado daños, así como en Izium y en Nikopol, pese a lo cual las autoridades ucranianas hablan de cinco de seis drones rusos derribados.
Además de esto, recientemente desde Rusia han hablado sobre un intento ucraniano por alcanzar con drones una central nuclear en la región de Kursk, aunque este se habría saldado sin causar daños. Por otra parte, Un exdiputado ucraniano que se unió al lado ruso en 2014, Oleh Tsarev, resultó gravemente herido por disparos durante la noche del jueves al viernes, anunciando las autoridades rusas la apertura de una investigación por “intento de asesinato”.
En cuanto a los combates, apenas hay información referente al sector más septentrional del frente, correspondiente a la línea Kupiansk-Svatove-Kreminna. Las únicas informaciones se refieren a este último punto, dando a entender que recientemente se han producido combates.
En el área de Bakhmut, se han registrado enfrentamientos al norte, en las inmediaciones de Soledar, sin que se hayan producido cambios. Al sur, continúa luchándose entre Klischiívka y Ozarianivka e, incluso, en la zona de Druzhba, con un ligerísimo avance ruso.
Al oeste de la ciudad de Donetsk, continúan como hemos explicado unas líneas más arriba, los esfuerzos rusos por cercar Avdiívka. Estos no han dado fruto, en cuanto a control del territorio, en la última jornada. Los combates más fuertes se están produciendo al norte, en la zona de las vías de ferrocarril, en Krasnohorivka, aunque también se lucha al sur, en dirección un día más hacia Severne, Tonenke y Pervomaiske.
En cuanto al sur del país, ha vuelto a registrarse actividad en el eje de Orijiv, con varios contraataques rusos entre Novoprokopivka y Verbove, pero sin cambios sustanciales. Además de esto, continúa la actividad de las Fuerzas Armadas ucranianas al este del río Dniéper en Jersón, en donde mantienen, desde hace dos días al menos, posiciones en Krynky y habrían logrado pequeños avances.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
La jornada 611 de la guerra ha de entenderse como de preludio a las negociaciones de la implementación de la Fórmula de Paz que tendrán lugar en unas horas en Malta, pero también ha estado marcada por la ayuda de Alemania y los resultados del Consejo Europeo.
Con los próximos hitos en mente, el presidente Zelenski ha mantenido dos conversaciones telefónicas importantes: con el primer ministro del Reino Unido y el presidente de Emiratos Árabes Unidos. En términos generales, han discutido sobre la defensa común del derecho internacional, y la implementación de la Fórmula de Paz y la tercera reunión de asesores políticos y de seguridad que tendrá lugar este fin de semana. Asimismo, las conversaciones también se han centrado en lo que se puede hacer para evitar una guerra a gran escala en Oriente Medio y una catástrofe mayor para la población civil.
De un lado, además, durante su conversación con Mohamed bin Zayed Al Nahyan, Zelenski ha destacado la importancia del apoyo de Emiratos Árabes Unidos y del Golfo a la Fórmula de Paz. Asimismo, ha invitado a EAU a unirse a la iniciativa humanitaria Grano de Ucrania y a participar en la segunda cumbre internacional sobre seguridad alimentaria. Por añadidura, Ucrania ya ha cosechado en esta temporada más de 70 millones de toneladas de cereales, legumbres y cultivos industriales, aunque esperan que ascienda a 79 millones; lo que supondría un 10 por ciento más que en 2022. De igual modo, Zelenski le ha agradecido a su homólogo emiratí la ayuda humanitaria que han enviado a Ucrania y que incluye medicamentos, equipos médicos, ambulancias y miles de generadores.
De otro, en el caso de la llamada con el primer ministro Rishi Sunak, han conversado además sobre la situación en el Mar Negro y las acciones de Rusia “que suponen un peligro para la navegación civil”, abordando también en su llamada los esfuerzos en curso para implementar seguros para los buques civiles. Asimismo, han discutido acerca de las medidas conjuntas entre ambos países para fortalecer la defensa ucraniana, incluidos los sistemas de misiles antiaéreos y las medidas contra UAVs.
Continuando con la ayuda militar, Berlín ha anunciado un nuevo paquete de ayuda militar en virtud del cual enviará antes de la llegada del invierno un sistema antiaéreo IRIS-T adicional, proyectiles de artillería y radares, pero también proyectiles de artillería, vehículos de protección fronteriza, ocho drones de reconocimiento VECTORIAL, y 5 vehículos de superficie no tripulados (USV), entre otras cosas.
Por otro lado, la filial belga de la franco-alemana KNDS (antes Mecar) ha proporcionado a Ucrania “miles de disparos” de 105mm para los carros de combate Leopard 1. Este pedido que asciende a 32,4 millones de euros y cuya cantidad precisa se desconoce, fue encargado por el gobierno de Bélgica en junio de 2023.
En cuanto a al ayuda financiera, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, ha anunciado la decisión del Gobierno que permitirá a Ucrania atraer 1.200 millones de dólares del Grupo del Banco Mundial para apoyar el sector social. En particular, son fondos garantizados por el gobierno de Japón que se emplearán para la protección social de las familias, los niños ucranianos y las personas con discapacidad, y otros programas.
Pasando a los resultados del Consejo Europeo en Bruselas, y según las Conclusiones emitidas, los Estados miembros han reiterado que “La Unión Europea seguirá proporcionando un fuerte apoyo financiero, económico, humanitario, militar y diplomático a Ucrania y a su pueblo durante el tiempo que sea necesario”. En este sentido, subrayan además “la necesidad de acelerar la prestación de asistencia militar a Ucrania para ayudarla a satisfacer sus necesidades urgentes”, refiriéndose al plan que prevé el envío de 1 millón de proyectiles de artillería en un año. Sin embargo, el último tramo de la ayuda militar a Ucrania se adoptó el pasado mayo y, desde entonces, debido a la falta de unanimidad no se ha adoptado el 8º, también por importe de 500 millones de euros. Además, como se explicó en el informe de ayer, las divergencias de opiniones mostradas por Hungría y Eslovaquia, hará que el acuerdo a favor del plan de la Comisión Europea para brindar a Ucrania una ayuda de 50.000 millones de euros se haga esperar hasta el próximo Consejo Europeo en diciembre. No obstante, es igualmente cierto que los líderes sí han acordado proporcionar ayuda de cara al invierno que, por el momento, se traduce en generadores y transformadores, unidades de calefacción móviles y equipos de iluminación y alto voltaje.
Por otro lado, se han comprometido a generar apoyo internacional para la implementación de la Fórmula de Paz, así como a fortalecer las sanciones contra Rusia. Asimismo, los Veintisiete han instado a la Comisión y al Alto Representante para que aceleren su trabajo para presentarles distintas alternativas sobre cómo podrían destinarse los activos rusos congelados a la recuperación y reconstrucción de Ucrania.
Para concluir, y a colación de lo anterior, quizá la noticia más interesante del día procede de Letonia. El Saeima (Parlamento letón) ha aprobado en primera lectura enmiendas a la Ley de circulación por carretera que prohibirá la permanencia en Letonia de los vehículos matriculados en Rusia. En consecuencia, finalizado los tres meses fijados de periodo transitorio, solo se permitirá el uso de vehículos matriculados en Rusia únicamente si el objetivo es cruzar Letonia. De este modo, y aquí la nota curiosa, se prevé que aquellos vehículos que sean incautados y confiscados al no cumplir con la nueva regulación sean transferidos a Ucrania. Así, Letonia va un paso más allá que otros Estados miembros como Estonia o Polonia que ya han implementado la recomendación de prohibición de acceso a la UE de vehículos matriculados en Rusia.
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