Rusia ha atacado nuevamente la red eléctrica ucraniana, dejando más de 400 localidades sin suministro. La medida tomada para compensar la escalada que supone el uso de ATACMS por parte de Ucrania no es esta, sin embargo, sino el establecimiento de patrullas aéreas en el mar Negro con aviones dotados de misiles Kinzhal. Pese a ello, Putin ha tratado de quitar importancia a los ataques ucranianos con misiles balísticos, mientras Rusia continúa trabajando en estrechar los lazos tanto con China, como con Corea del Norte, país que el presidente ruso visitará en breve.
Durante la jornada de ayer, como explicamos en nuestro informe, se produjo el primer uso confirmado de misiles ATACMS por parte ucraniana, concretamente contra el aeródromo de Berdiansk, bajo control ruso y utilizado para basar un buen número de helicópteros de combate. Por el momento, lo cierto es que sigue sin conocerse la magnitud exacta de los daños, aunque hay indicios que permiten pensar que al menos media docena de helicópteros podrían haber resultado completamente destruidos. También que Rusia se verá obligada a redistribuir sus aparatos -no solo los helicópteros- entre localizaciones más pequeñas y alejadas tanto entre sí, como respecto a la línea de frente, lo que podría tener un efecto sobre la capacidad de apoyo que puedan prestar a las tropas sobre el terreno.
Respecto al ataque, lo más sorprendente no es su éxito, sino que este haya sido posible porque Rusia no ha tomado ninguna medida para retirar de allí estos aparatos, aun cuando había muchas razones para pensar que el envío de los misiles estadounidenses podía llevarse a cabo en cualquier momento. Pese a todo, desde el Kremlin han querido quitar importancia tanto a lo sucedido, como a la llegada de los ATACMS. Es más, según el propio Putin, que califica la transferencia de «error», aunque admite que estos suponen una «amenaza adicional», no servirán para demasiado y solo «prolongarán la agonía» de Ucrania.
Ahora bien, a pesar de restarles importancia, desde Rusia han adoptado medidas, más simbólicas que otra cosa, para tratar de restablecer el equilibrio frente a lo que consideran una mayor injerencia de los Estados Unidos en la guerra de Ucrania. En concreto, ha ordenado que se realicen patrullas sobre el Mar Negro a cargo de aviones MiG-31 armados con misiles hipersónicos Kinzhal. Patrullas que se realizarán las 24 horas del día -asumiendo el consiguiente desgaste- y que Putin relaciona no solo con Ucrania, sino con la situación entre Israel y Hamás.
Además, esta medida coincide en el tiempo con la aprobación, por parte de la Duma estatal rusa, de la ley que permite a Rusia retirar su ratificación del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares. Una decisión que como explicáramos, no es consecuencia directa de la guerra de Ucrania, sino que tiene otras explicaciones más profundas, pero que sirve para complicar aun más la situación general, estratégicamente más inestable a cada día que pasa.
Son medidas escalatorias ambas, pero limitadas, como viene siendo habitual desde el inicio de la invasión, momento a partir del cual se han venido sucediendo los señalamientos (signalling), pero también las declaraciones destinadas a rebajar tensión o, incluso, a poner límites por la vía de demostrar unidad entre los socios de ambos lados del Atlántico, como ocurriera en su día con las sonadas declaraciones de Borrell, secundadas por Stoltenberg y por Austin.
La otra pata en este intento ruso por restablecer el equilibrio estratégico con la OTAN -no hablamos de la Alianza por capricho, sino porque desde Moscú generalmente hacen referencia a esta organización más que a los Estados Unidos o a Occidente-, pasa por seguir estrechando lazos con algunos de los estados revisionistas, como Corea del Norte, la República Popular de China o Irán, que tienen objetivos similares en cuando a intentar erosionar un orden internacional que consideran lesivo a sus intereses.
Esta necesidad de acercamiento -y de suministros- explica la visita del ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, a Pyongyang en las últimas horas, así como sus declaraciones, en las que ha expresado la «solidaridad y pleno apoyo a la determinación de la RPDC, bajo la dirección de su líder, el camarada Kim Jong Un, de defender su independencia y el derecho de su pueblo a determinar su propio destino y sus vías de desarrollo».
Si lo pensamos bien, es un apoyo explícito entre otras cosas al programa nuclear norcoreano, una postura que choca radicalmente con la que el Kremlin mantenía dos décadas atrás, durante las primeras legislaturas de Putin, cuando participaba en las conversaciones destinadas precisamente a frenarlo. Y es que si bien los intereses rusos probablemente sigan siendo los mismos que entonces, una de las cosas que ha cambiado radicalmente en estas dos décadas es la percepción de los mismos por parte de la élite gobernante. De ahí también la evolución de perfiles como los de Medvedev o el mismo Lavrov, antes con una retórica mucho más moderada.
Pasando del nivel estratégico al operacional y al táctico, tenemos hoy que Rusia ha vuelto a atacar la infraestructura eléctrica ucraniana, dejando a más de 400 localidades temporalmente sin suministro. No obstante, todavía no parece que estemos ante una campaña generalizada, como la del pasado año, en la que Rusia llegó a lograr que entre el 25 de noviembre y el 20 de diciembre de 2022, prácticamente todos los consumidores sufrieran cortes de suministro en algún momento. En este sentido, aunque se espera que este año Rusia sea más dura si cabe en sus ataques, está por ver si el tiempo que Ucrania ha tenido para aumentar su resiliencia surte efecto.
En otro orden de cosas, además de esto en las últimas horas se han registrado explosiones en Crimea, aunque no está claro todavía lo ocurrido. Hay quien apunta a que se habría producido un incidente en una instalación de desarrollo y pruebas de misiles cercana a Sebastopol, para lo cual aportan geolocalización. Fuentes rusas, incluso, han hablado del derribo de un misil ucraniano. Por el momento, en cualquier caso, no está claro ni la causa real de la humareda recogida en las imágenes, ni si ha provocado daños de algún tipo. Lo que sí se sabe es que esta misma instalación fue atacada el pasado 1 de agosto.
Además de lo anterior, hay fuentes que hablan del derribo de un avión de ataque Su-25 ruso. Es más, fuentes ucranianas aseguran que sería el cuarto en apenas una semana, aunque no hay pruebas que lo confirmen. También se han registrado al menos dos muertos tras un ataque ruso contra la localidad de Zaporiyia en el que han sido afectados ocho apartamentos.
En cuanto al frente, se han producido ataques rusos al norte del mismo, concretamente en las cercanías de Svatove y en dirección a Stelmakhivka. No hay novedad.
En el área de Bakhmut, prosiguen los esfuerzos ucranianos al sur de la ciudad, tanto en Klischiívka, como en Zelenopillia, por el momento sin nuevos avances. Situación diferente se vive al norte, donde las AFU sí habrían logrado ganar algo de terreno en dirección a Zaliznyanske en los últimos días.
Al oeste de la ciudad de Donetsk continúa la ofensiva rusa sobre Avdiívka, que podría haber dejado hasta el momento más de sesenta blindados y carros rusos fuera de servicio únicamente en el flanco norte de la pinza que trataban de conseguir. Los avances, pese al esfuerzo, han sido muy limitados.
Al sur, por último, en las últimas horas se ha hablado de avances rusos al oeste de la localidad de Novozlatopil, en una zona hasta ahora sin demasiada actividad. También ataques en diferentes puntos del eje de Velyka-Novosilka, aunque sin cambios de líneas. Lo más interesante del día, no obstante, tendría que ver con una operación de cruce ucraniana que habría permitido establecer una cabeza de puente al este del río Dniéper a la altura de Oleshky. Pese a los vídeos que se han compartido en redes sociales, por el momento es difícil asegurar que sea algo más que una de las muchas operaciones de este tipo llevadas a cabo por unidades de Operaciones Especiales ucranianas hasta la fecha. Las fuentes rusas, después de conceder cierta importancia a la acción, aseguraban horas después que las tropas ucranianas habrían sido neutralizadas.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Durante la jornada de hoy ha tenido lugar la visita del primer ministro de Rumanía, Marcel Ciolacu, a Kiev, donde ha sido recibido por su homólogo ucraniano, Denys Shmyhal, pero también por el presidente Zelenski. Se trata de la primera reunión conjunta de ambos Gobiernos, lo que las autoridades ucranianas califican como “un nuevo e importante paso hacia una asociación estratégica”.
Prueba de esto es que como resultado de la visita, los primeros ministros de Ucrania y Rumanía han adoptado un total de 7 documentos importantes como acuerdos y memorandos para estrechar su relación en el ámbito de la construcción, la atención sanitaria, el tránsito de productos industriales, ucranianos, el desarrollo de puestos de control, la lucha contra la migración ilegal y el aumento de las capacidades de defensa.
Además, destaca especialmente la adopción de una Declaración conjunta sobre la profundización de la cooperación en diversos campos tanto en el ámbito económico como en el social y humanitario. En particular, en esta se refuerza la cooperación en el ámbito de la logística y el desarrollo de infraestructuras fronterizas.
Por ejemplo, han acordado aumentar el potencial del tránsito para la exportación de productos agrícolas ucranianos aprovechando plenamente los corredores solidarios de la UE, o explorar la posibilidad de ampliar la cooperación en los campos de la energía, el transporte y la digitalización a través de Ucrania como estado miembro asociado de la Iniciativa Tres Mares. En el caso de los cereales, hay que tener en cuenta que en estos momentos el 60% de las exportaciones de cereales ucranianos pasan por territorio rumano. En este sentido, también el primer ministro Ciolacu con el presidente Zelenski ha discutido acerca de una mayor cooperación en defensa para proteger “mejor” el sur de Ucrania y, en particular, los puertos del Danubio.
Adicionalmente, el presidente Zelenski le ha agradecido a Ciolacu la ayuda de Rumanía para evacuar a los ciudadanos ucranianos que se encontraban en Israel.
Más allá de la visita oficial del primer ministro de Rumanía a Kiev, el presidente Zelenski ha conversado por teléfono con su homólogo francés, el presidente Emmanuel Macron, tras la Cumbre de la Comunidad Política Europea celebrada en Granada el 5 de octubre. Durante su llamada se han centrado en los próximos pasos para fortalecer las capacidades navales, de largo alcance y de defensa aérea de Ucrania. Asimismo, han discutido sobre el corredor de cereales del Mar Negro y las formas de protegerlo, pero también sobre la próxima ronda de conversaciones sobre la implementación de la Fórmula de Paz.
Por supuesto, durante su llamada no podía faltar el intercambio de opiniones sobre el conflicto palestino-israelí. Según Zelenski, en cuanto a Oriente Medio ambos han señalado que “se debe proteger a los civiles y que se debe evitar una mayor escalada en la región”.
El presidente Macron, además, le ha trasladado a su homólogo que “la multiplicación de las crisis no debilitará en modo alguno el apoyo francés y europeo a Ucrania, que se mantendrá mientras sea necesario”.
No obstante, esta no ha sido la única noticia del día pues Zelenski también ha conversado por teléfono con el primer ministro de Noruega, Jonas Gahr Støre, para agradecerle en primer lugar su último paquete de ayuda militar y su apoyo a largo plazo.
Como fruto de su conversación, han acordado comenzar las negociaciones sobre las garantías de seguridad bilaterales en el marco de la Declaración del G7 adoptada en la Cumbre de la OTAN en Vilna.
Por otro lado, han discutido sobre los desarrollos en el frente de batalla y las necesidades de defensa prioritarias, y, por ende, de un mayor fortalecimiento de las AFU. En particular, de las necesidades de defensa aérea que tienen para proteger tanto la infraestructura energética como el corredor de cereales.
Al igual que en el caso de Macron, han conversado sobre la situación en Oriente Medio. En particular, el primer ministro noruego y el presidente Zelenski están de acuerdo en que “una mayor escalada es inaceptable” y han pedido a todas las partes que eviten víctimas civiles.
Además, hay que destacar que anoche el presidente Zelenski mantuvo una llamada con el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, centrada principalmente en la seguridad alimentaria mundial. Ambos líderes subrayaron la necesidad de que Ucrania siga exportando sus productos agrícolas y Zelenski ha invitado a Sudáfrica a participar en la segunda cumbre de la iniciativa humanitaria “Grano de Ucrania”. Por otro lado, también tuvieron ocasión de discutir sobre la implementación de la Fórmula de Paz, subrayando Zelenski que es importante que Sudáfrica apoye la iniciativa y también esté dispuesta a participar en las próximas rondas de negociaciones.
Por último, en cuanto a Oriente Medio, Zelenski y Ramaphosa discutieron la posibilidad de evacuar a los ciudadanos sudafricano de la zona de conflicto, además de intercambiar puntos de vista sobre la situación.
A nivel de ayuda concreta, hoy la comisaria europea de energía, Kadri Simson, ha anunciado que la UE contribuirá con una subvención de 50 millones de euros al Fondo de Apoyo Energético para Ucrania creado en primavera de 2022. Además, ha instado a los Estados europeos a que sigan realizando contribuciones a dicho fondo para que Ucrania pueda permitirse comprar el equipo necesario para restaurar las instalaciones energéticas dañadas. De igual modo, ha subrayado que la UE debe estar preparada para los continuos ataques rusos a la infraestructura energética ucraniana durante el próximo invierno y “hacer esfuerzos para minimizarlos”.
Finalizamos por hoy con la Cumbre de la iniciativa “Belt and Road” y la reunión entre los presidentes de Rusia y China, Vladímir Putin y Xi Jinping, respectivamente, en Pekín. Durante su intervención -solo por detrás del presidente anfitrión-, Putin ha elogiado la iniciativa “Belt and Road” que cumple su décimo aniversario y enfatizado que está en línea con las ideas rusas para crear una asociación euroasiática. Una iniciativa que el presidente Xi Jinping considera un modelo económico alternativo a los establecidos por los países occidentales. En este sentido, Putin sí ha subrayado que al igual que China y otros países del mundo, Rusia quiere “una cooperación igualitaria y mutuamente beneficiosa para lograr un progreso económico universal, sostenible y a largo plazo”. Así, considera que cada país tiene derecho a “su propio modelo de desarrollo”.
Durante su reunión al margen de la principal, el presidente ruso le ha trasladado a su homólogo que “es necesaria una estrecha coordinación política en los tiempos difíciles actuales”. Por su parte, Xi Jinping ha pedido “esfuerzos” chino-rusos para salvaguardar la “imparcialidad y la justicia internacionales”.
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