Mientras el mundo contiene el aliento, a la espera de la entrada de las tropas israelíes en Gaza, dividido entre la necesidad de terminar con la organización terrorista Hamás y la posibilidad de que la invasión de la Franja provoque una catástrofe humanitaria todavía mayor, la guerra de Ucrania sigue su curso, con tasas de bajas que no se veían desde meses atrás. Los combates, que han arreciado no solo en Avdiívka, sino también al norte, no están sirviendo, sin embargo, para cambiar la situación en un frente que continúa estancado.
La situación en Israel continúa complicándose, a la espera de que Israel lance su anunciada operación terrestre, destinada a laminar a Hamás, terminando con los focos de resistencia que esta organización pudiese mantener en el interior de la Franja de Gaza, lo que implicará una limpieza casa por casa. Tras el ultimátum a la población civil palestina, extendido unas horas ante la imposibilidad de evacuar a más de un millón de personas en el plazo dado, han sido varios los organismos internacionales y estados que han alertado de la posible catástrofe humanitaria y acerca de los límites del derecho a la defensa de Israel.
Más allá del riesgo evidente de escalada –Irán ya ha advertido, aunque no parece que tenga demasiadas ganas de intervenir salvo a través de actores delegados como Hezbolá-, es el de que se produzca una crisis humanitaria el que más preocupación está generando, dividiendo a países y sociedades entre aquellos que entienden que Israel tiene derecho a responder a un ataque sin precedentes y quienes sostienen que ha de hacerlo dentro de unos límites. Por supuesto, en los extremos del arco político están también aquellos que hablan de un «genocidio» cometido por Israel, obviando lo hecho por Hamás. Un discurso que ni es inocente, ni surge de la nada.
Por de pronto, un acuerdo entre Israel, Egipto y los Estados Unidos ha permitido establecer un corredor humanitario en dirección al segundo país (aunque hay noticias contradictorias al respecto, como explicamos en la segunda parte del informe). Esto no obsta para que, una vez las fuerzas acorazadas del Tzahal accedan a la Franja de Gaza, muchos palestinos ajenos a Hamás puedan encontrarse entre dos fuegos si no logran salir a tiempo de allí y se produzcan víctimas -lo que a su vez, contribuirá a alimentar el ciclo infinito de violencia en la zona-. Israel, que no siempre ha cumplido con las leyes internacionales y que tiene muchos aspectos criticables, enfrenta una gran presión internacional para evitar las bajas civiles, de ahí que haya ampliado por ejemplo el plazo del ultimátum.
También que esté siendo cuidadoso con los ataques, advirtiendo por ejemplo antes de volar cada edificio, con tácticas específicas, como lanzar pequeñas cargas contra la azotea, minutos antes de que llegue el misil o bomba guiada que lo destruya por completo, de forma que quienes estén en el interior, puedan abandonarlo. De ahí que suela haber drones y cámaras grabando cada ataque sobre un edificio concreto.
No así Hamás, organización que ha llegado a poner obstáculos a la salida de civiles palestinos, pues necesita de un gran número de estos tanto para que actúen como escudos humanos, como para que las imágenes de los civiles fallecidos en los ataques israelíes hagan mella en la imagen internacional de este país. Recordemos, en este sentido, lo explicado días atrás sobre el posicionamiento de Occidente respecto a este conflicto y las formas en las que Rusia y otros estados aprovecharían cualquier contradicción para vender su relato.
Un relato que tiene mucho que ver con lo visto en Ucrania. Desde antes de la invasión, la propaganda rusa se ha centrado siempre en hablar del «nazismo» dentro de las instituciones ucranianas, de la forma en la que se perseguía a los rusos en el país, etcétera. Eso sí, han obviado por completo cualquier referencia tanto a la normativa incumplida al invadir a su vecino, como a los numerosos crímenes de guerra llevados a cabo por sus tropas, incluyendo las matanzas indiscriminadas.
En este caso, la propaganda rusa está haciendo lo que acostumbra, hablando sobre las posibles bajas civiles palestinas, mientras evita condenar explícitamente las acciones bárbaras de Hamás, en tanto a Moscú le interesa no solo que el foco internacional se centre en Oriente Medio –mientras vende la idea de que Ucrania ha fracasado– y se aprovecha de que la desinformación, más incluso en este conflicto que en el ucraniano, está siendo la norma. Sigue pues la operación rusa de «flanqueo» a Occidente, aprovechando una crisis que no ha provocado, pero de la que sí se beneficia. Y es que lo ocurrido en Israel, entre otras cosas, parece haber terminado con cualquier posibilidad a corto plazo de que los Estados Unidos se retiren de una zona para la que tenían un plan de salida -ya no la consideraban prioritaria- y en la que ahora se ven enfangados una vez más…
Sobre el terreno, una jornada más no se han producido lanzamientos de drones o misiles por parte rusa, aunque sí ucraniana. En concreto, se han registrado explosiones en la región fronteriza de Kursk, aunque no está claro si por el impacto de un dron o por la destrucción del mismo por parte de las defensas antiaéreas rusas. También nuevos ataques sobre Sochi.
Sobre el frente, todo indica que además de en Avdiívka y sus alrededores, los combates derivados de los ataques rusos se han recrudecido también al norte, en la línea Kupiansk-Svatove-Kreminna. Allí se han registrado enfrentamientos en la zona entre Lyman Pershyi y Synkivka, así como entre Yahidne e Ivanivke, en este caso con un ligero avance ruso en Orlyanske.
En el área de Bakhmut han continuado produciéndose combates tanto al norte de la ciudad, con avances rusos en Orikhovo-Vasylivka, como al sur, entre Klischiívka y Zelenopillia, con ataques ucranianos intentando llegar a la T-0513 y contraataques rusos, pero sin cambios de posiciones. Algo que sí ha ocurrido todavía más al sur, entre Bakhmut y Gorlóvka, en la zona de Mayorske, cercana a Druzhba, donde las Fuerzas Armadas ucranianas han arañado algunos metros a las rusas.
La mayor parte de la acción sigue concentrándose en torno a Avdiívka, a poniente de la capital de Donetsk. Allí, ha continuado el intento de ruptura ruso, aunque sin lograr ningún éxito significativo por el momento. Desde el Ministerio de Defensa ucraniano han dado cifras de bajas que recuerdan a las de fases mucho más activas de la guerra, rondando el millar de bajas rusas. Por supuesto, como hemos advertido en muchas ocasiones, estos datos no pueden tomarse al pie de la letra, pues unos y otros dan cifras hinchadas. Sin embargo, las oscilaciones en los números dados sí son significativas y el aumento indica a las claras la intensidad de los combates de las últimas horas.
En cuanto al sur, continúa la tónica de jornadas anteriores y, como consecuencia, la ausencia de novedades.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
La jornada 598 se ha caracterizado por la escasez de noticias a nivel internacional y diplomático relativas a Ucrania, dado que el foco de atención está puesto en Israel.
Aun así, el jefe de gabinete, Andriy Yermak, ha comunicado que mientras estaba en Odesa con el presidente Zelenski y su equipo, habló nuevamente por teléfono con el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan. En lo que vienen siendo llamadas ya “rutinarias”, ambos han discutido sobre la situación en el frente, las medidas tomadas por las AFU para liberar los territorios ocupados y el intento del enemigo de atacar en dirección oriental.
Asimismo, Yermak destacó la necesidad que tienen las AFU de dotarse con artillería y sistemas de defensa aérea adicionales de cara al invierno, agradeciendo las últimas decisiones tomadas en la 16ª reunión de Ramstein. No hay que perder de vista, además, que los socios de Ucrania también proporcionan otro tipo de ayuda como humanitaria o financiera. En el caso de esta última, el ministro de Finanzas de Ucrania, Sergii Marchenko, ha confirmado que desde febrero de 2022, el G7 ha proporcionado casi 33.000 millones de dólares al presupuesto estatal, lo que supondría más de toda la mitad de la financiación externa recibida. En particular, los mayores donantes son la UE, Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional, Canadá, Japón, el Banco Mundial, Reino Unido y Alemania.
Sobre este asunto el presidente Zelenski afirmaba en su discurso diario que “Esta semana, Ucrania se ha fortalecido” gracias a los nuevos paquetes de ayuda militar que enviarán sus socios.
Por otro lado, ha puesto el acento en el terrorismo señalando que “En una era en la que el terror se está extendiendo por el mundo, es vital que el mundo envíe un mensaje muy claro: la protección contra el terrorismo no fallará en ninguna parte”. En el caso de Ucrania, ha sido tajante al afirmar que saben cómo responder a las acciones del ocupante y lo harán con contundencia.
Esto está íntimamente ligado con la situación en Israel, respecto de la cual los líderes del G7 y la UE están tratando de fijar su posición y apoyo. En el caso de Estados Unidos, el secretario de Estado Antony Blinken ya está en Emiratos Árabes Unidos tras haber visitado Arabia Saudi, Jordania y Catar previamente, como parte de su viaje por Oriente Medio para discutir con los líderes regionales la situación en Israel y su impacto en la estabilidad y seguridad en la región.
En el caso de la UE, por ejemplo, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha convocado una reunión extraordinaria por videoconferencia con los líderes de los 27 para “fijar una posición y un curso de acción claro y unificado”. Máxime tras la visita de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto con la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, a Israel.
No obstante, Josep Borrell, como alto representante de la UE, ya ha estado en contacto con los ministros de Exteriores de la región.
Rusia por su parte ha pedido votar su resolución sobre el conflicto palestino-israelí en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el lunes 16 de octubre. Un texto que el representante permanente adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyansky, ha señalado que se trata de una actualización sobre su borrador de resolución humanitaria sobre Gaza y que el texto está abierto al copatrocinio del resto de países. Así, insta a otros representantes a que se sientan libres de apoyar el texto, dado que Rusia necesario “enviar un mensaje claro a las partes en conflicto”.
Mientras tanto, continúa la evacuación de la población civil en Gaza. En el caso de Ucrania, han logrado evacuarse 207 ciudadanos, incluidos 63 niños, con destino a Bucarest. El siguiente vuelo permitirá la evacuación de 155 ucranianos. Sí es reseñable que el Ministerio de Exteriores de Israel revocó el permiso concedido anteriormente para que los extranjeros pudiesen ser evacuados desde Gaza a través del cruce fronterizo de Rafah hacia Egipto. Según Dmytro Lubinets, defensor del pueblo ucraniano que ha viajado hasta Egipto para ayudar con la evacuación, afirmaba que las autoridades israelíes tomaron esta decisión apenas dos horas antes de comenzar la evacuación planificada expresando que no podían garantizar la seguridad de quiénes usaban dicho cruce.
Por otro lado lado, el diplomático ruso Nikolai Kobrinets, director del Departamento de Cooperación Europea del Ministerio de Exteriores ha sido encontrado muerto en su habitación de hotel en Estambul, donde tenía previsto asistir a una reunión. Según las primeras investigaciones habría muerto de un infarto.
Para concluir, el pasado 13 de octubre, además, el presidente de Armenia, Vahagn Khachaturyan, firmó la ley de ratificación del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional aprobada por el parlamento armenio el 3 de octubre. Recordemos que Moscú calificó esta decisión como “un paso completamente hostil”, pese a que el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, afirmase que esta decisión no cambia la dirección política de Ereván y que la ratificación del Estatuto no está dirigida de ningún modo contra Rusia.
Deja una respuesta