Guerra de Ucrania – Día 597

A pesar de las pérdidas, los intentos rusos por rodear Avdiívka siguen en marcha, en el que sería el mayor ataque blindado lanzado por este país desde principios de año, cuando su ofensiva terminó por estrellarse en lugares como Vuhledar. Al mismo tiempo, el número de ataques con drones Shahed se ha reducido en los últimos días, pese a haber marcado todo un récord durante el pasado mes de septiembre. Más allá del frente, los pilotos ucranianos comenzarán su formación en el manejo de los F-16 en Arizona, Estados Unidos, mientras se constata un aumento del tráfico ferroviario entre Corea del Norte y Rusia, así como la cercana relación entre este último país e Irán.

Según John Kirby, almirante retirado y actual portavoz de la Casa Blanca, en fechas recientes Corea del Norte habría enviado más de un millar de contenedores con material militar a Rusia, parte de ellos por vía ferroviaria y otra parte por vía marítima. Este sería, entre otros, uno de los frutos de la pasada visita de Kim Jong-Un a Rusia, del cual se teme que pueda cambiar el curso de la guerra al proporcionar a Rusia y a su industria un respiro importante y la capacidad de mantener la tasa diaria de disparos.

La contrapartida para Corea del Norte tendría que ver tanto con su programa nuclear, como posiblemente con su Fuerza Aérea e incluso su Marina, necesitados ambos servicios de plataformas y equipos modernos que ayuden a garantizar la disuasión convencional frente a Corea del Sur y sus aliados. Al fin y al cabo, ahora mismo la única salvaguarda del régimen, además de su enorme número de bocas de fuego, reside en su programa nuclear, lo que siempre es una apuesta arriesgada, en tanto deja poco margen de acción en caso de crisis.

Además de lo anterior, el régimen juche también podría recibir nuevos blindados, aspecto en el que lleva un notable retraso frente a su vecino y enemigo del sur y, más preocupante, nuevos sistemas antiaéreos más capaces, susceptibles de contribuir al establecimiento de un área A2/AD en torno al país, junto a las armas superficie-superficie y los sistemas antibuque ya en servicio.

Y de otro lado, Irán, un país que según parece ha tenido mucho que ver en la planificación del ataque de Hamás a Israel, que sigue amenazando con llevar a la región a una guerra que vaya mucho más allá de las reducidas fronteras de Gaza, implicando sin ir más lejos a Líbano, en donde tiene su feudo Hezbolá, otro grupo patrocinado por Teherán. Por supuesto, desde el Gobierno ruso vuelcan toda la responsabilidad de la situación en Oriente Medio en los Estados Unidos.

Sea como fuere, lo importante es que el país chií está convirtiéndose en un nodo central de la lucha entre los regímenes revisionistas y sus partidarios y Occidente, pues también ha sido clave en el esfuerzo de guerra ruso, proporcionando tanto armamento (ahí están los drones Shahed) como conocimiento. No es de extrañar, por tanto, que la producción académica y periodística sobre el «nuevo eje autoritario», compuesto por Irán, Corea del Norte y Rusia, se haya multiplicado en fechas recientes, con numerosos autores intentando discernir las implicaciones de esta alianza en ciernes sobre la seguridad internacional.

El adjetivo «autoritario» no es casual. Por supuesto, todos estos regímenes, a los que cabe sumar a la República Popular de China, son regímenes iliberales (en el caso ruso, aunque la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa acaba de adoptar una resolución que reconoce a Rusia como dictadura) o directamente dictaduras atroces. Incluso regímenes teocráticos, en el caso de Irán. Sin embargo, no siempre fue exactamente así en todos los casos, especialmente en el ruso. No obstante, la guerra ha dado una excusa a Putin y su camarilla para tratar de asegurar tanto la vertical del poder (ahí están los casos de Prigozhin, Surovikin, Girkin…) como su control sobre la oposición o sobre la prensa.

En el primer caso, recientemente las autoridades rusas han detenido no ya a un líder opositor, sino a tres de los abogados de Alexei Navalny después de allanar sus casas tras ser acusados ​​de extremismo, una medida que, según los aliados del líder de la oposición encarcelado, tiene como objetivo aislarlo aún más del mundo exterior. Por de pronto, aunque se desconoce cómo terminará el caso, podrían enfrentarse a penas de hasta seis años de prisión.

Además, los cargos no se han presentado en un momento cualquiera, sino coincidiendo en el tiempo con el traslado del propio Navalny a una colonia penitenciaria en «régimen especial», en cumplimiento de la condena que cayera sobre el el pasado mes de agosto y que le supondrá pasar entre rejas los próximos 19 años, que se suman a una condena anterior de 11 años y medio que ya estaba cumpliendo. Además, hace tres semanas otro opositor, Vladímir Kara-Murza, fue enviado también a una cárcel siberiana, después de ser acusado de traición y condenado a 25 años de cárcel. En conjunto, la «desaparición» de dos de las pocas figuras que tenían alguna relevancia mediática en el país (menos de la que muchos suponen), deja el camino más expedito si cabe a Putin.

En el segundo, y aunque los rumores sobre el supuesto envenenamiento de una periodista rusa residente en París se han demostrado falsos, lo cierto es que el control ejercito por el régimen ruso sobre la prensa no ha hecho sino crecer en los últimos tiempos, desapareciendo del país las últimas cabeceras mínimamente independientes, como Novaya Gazeta. La herramienta principal para el control de la prensa libre ha sido una «Ley de Agentes Extranjeros», la misma que, en la creencia de que Occidente buscaba una «revolución de colores» en el país, ha servido para limitar al máximo las actividades de cualquier asociación no gubernamental que no fuese del agrado de Putin.

Pasando a la actualidad puramente militar, cabe destacar que en las últimas horas no se ha producido ningún lanzamiento de drones rusos sobre Ucrania. El asunto es que, después del récord marcado en septiembre, incluyendo el uso de más de medio millar de aparatos, en los últimos días Rusia se está mostrando mucho más irregular, lo que supone un importante respiro para las defensas antiaéreas ucranianas.

Quienes sí han estado activos han sido estos últimos. De hecho, se han registrado varios incidentes en las últimas horas. En primer lugar, en Sebastopol, se ha visto salir humo de una corbeta de la clase Buyan-M tras una supuesta explosión, aunque se desconoce realmente si ha sido dañada o si el humo tenía que ver con un problema técnico. Las fuentes rusas hablan de daños mecánicos, aunque también circula la teoría de que habría chocado con una mina naval.

Más allá de esto, se habrían registrado explosiones también en localidades controladas por Rusia como Melitópol, Mariúpol o Kuteynikovo, en este caso con daños a un gasoducto. Por último, también en la región rusa de Briansk habría hecho explosión un drone ucraniano, causando un incendio, así como sobre Sochi, en donde un drone habría sido neutralizado por los antiaéreos rusos.

En cuanto a los combates y cambios de líneas, al norte del frente, en la zona de Kupiansk la única novedad reseñable sería la recuperación, por parte de Ucrania, de algo de terreno en los bosques de Lyman-Pershiy, a pesar de los ataques rusos tanto en esta dirección, como hacia Ivanivka o Makiívka.

Sin bien apenas hay noticias del área de Bakhmut, no ocurre lo mismo más al sur, en Avdiívka, en donde sigue en marcha un potente ataque ruso que es, de hecho, el mayor que recordamos desde diciembre / enero, cuando su infantería de marina quedase diezmada frente a Vuhledar. Lamentablemente para los intereses rusos, a pesar de que están logrando pequeños avances en puntos como Krasnohorivka, al norte o en dirección a Severne y Vodiane, al sur, sigue sin haber nada que haga pensar que estén en posición de rodear la ciudad, mientras siguen acumulando pérdidas. También en Mariínka se mantienen a la ofensiva, aunque no se han producido cambios en las últimas horas.

En cuanto a los ejes de Orijiv y Velyka-Novosilka, a pesar de que los enfrentamientos y las acciones de todo tipo son continuas, tampoco se han registrado novedades durante la última jornada. Rusia, mientras tanto, continúa mejorando sus defensas tanto en la parte de Jersón que mantiene ocupada, como en la península de Crimea, ante el temor a que Ucrania lleve a cabo nuevos intentos de cruce del Dniéper en fechas próximas.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En Ucrania el acto más importante del día ha sido la visita del primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, a Odesa donde junto al presidente Zelenski ha visitado la catedral de la Transfiguración. Recordemos que se trata de un sitio de culto gravemente dañado por un ataque ruso.

Durante su encuentro, Zelenski y Rutte han reiterado una vez más que están de acuerdo en que los terroristas rusos deben rendir cuentas por todos sus crímenes.

Asimismo, ante los cadetes y docentes de la Academia Militar y el Instituto Naval de la universidad nacional Academia Marítima de Odesa, Zelenski ha subrayado que “La fuerza que la unidad aporta a Ucrania, tanto internamente como con la Unión Europea y la OTAN, asegurará el futuro de nuestro Estado”. Así ha incidido en que es “la Ucrania unida la que no permitió ser ocupada y actualmente está ganando la guerra contra el agresor”.  De igual modo, sostiene que mientras que Ucrania esté en guerra, no estará en la OTAN, por lo que “la victoria es el único camino de Ucrania hacia la Alianza”.

El ministro para la Restauración de Ucrania, Oleksandr Kubrakov, por su parte, ha incidido en que le han mostrado a Rutte “cómo los rusos destruyen deliberadamente las infraestructuras implicadas en las exportaciones agrícolas”. Ha incidido en que desde la retirada de Rusia del Iniciativa de Granos del Mar Negro, se han producido 17 ataques y una reducción del 40% del potencial de exportación de los puertos. A esto se suman, casi 300.000 toneladas de cereales destruidas. Por otro lado, gracias al “corredor marítimo temporal” establecido por Ucrania tras la retirada rusa del acuerdo 21 buques han podido emplearlo para exportar, mientras que 25 lo han usado para ingresar a puerto y cargar bienes agrícolas.

Mientras tanto, el presidente Vladímir Putin aseguraba durante la Cumbre de Estados Independientes (CEI) que Rusia conserva un “potencial muy alto” de exportación de cereales a pesar de las sanciones occidentales. De este modo, ha incidido que en 2022 tuvieron una “cosecha récord e histórica” De 158 millones de toneladas y este año esperan más de 130 millones. Asimismo, Putin ha subrayado que probablemente Rusia mantendrá su lugar como principal exportador de trigo del mundo.

Por otro lado, en isla de Gotland, Suecia, ha tenido lugar la reunión de la Fuerza Expedicionaria Conjunta (Joint Expeditionary Force, JEF), es decir, iniciativa liderada por Reino Unido y en la que participan Dinamarca, Finlandia, Estonia, Islandia, Letonia, Lituania, Países Bajos, Suecia y Noruega.

El presidente Zelenski ha tomado parte en el encuentro de manera online y al dirigirse a sus socios ha “subrayado la necesidad de estabilidad geopolítica en Europa y en toda la zona euroatlántica, de nuevas formas de cooperación y del fortalecimiento de las existentes”.

Por otro lado, refiriéndose a la situación en Israel ha expresado: “Si un enemigo de la libertad dispone de importantes recursos y de un cinismo ilimitado -como Rusia, Hamás u otros terroristas-, las naciones libres necesitan una defensa verdaderamente a gran escala. Rápida, flexible, no limitada por procedimientos anticuados y capaz de mantenerse todo el tiempo que sea necesario”.

En este sentido, ha destacado también que Ucrania está poniendo en marcha un sistema de garantías de seguridad en su camino hacia la OTAN.

Por otro lado, destacó la ayuda que necesitan de cara al invierno, principalmente sistemas de defensa antiaérea para defender sus ciudades, la infraestructura energética y los corredores en el Mar Negro para continuar exportando.

De hecho, uno de los miembros de la JEF ha anunciado nueva ayuda. En particular, y coincidiendo con la visita del primer ministro Rutte a Ucrania, Países Bajos ha anunciado que enviará otro lote de misiles Patriot. Este paquete debe entenderse en consonancia con el anunciado por Alemania esta semana que incluye un sistema de lanzamiento Patriot adicional que incluye misiles y 2 sistemas antiaéreos IRIS-T adicionales.

Relacionado con Israel y la ayuda a Ucrania, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, como ya hiciera el secretario de Defensa de EE. UU., Lloyd Austin, ha hecho hincapié en que “Los países de la OTAN dijeron claramente [en la cumbre ministerial de Defensa] que están claramente preocupados y consternados por la brutalidad del ataque terrorista contra Israel el fin de semana pasado”. Y añade: “Pero esto no socavará nuestra capacidad, nuestra disposición o nuestra determinación de seguir apoyando a Ucrania”.

En el caso de Estados Unidos, se espera que la semana que viene se anuncie la solicitud de financiación adicional de ayuda militar para Ucrania e Israel realizada por el presidente Joe Biden. Sin embargo, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, no ha ofrecido más detalles.

A colación, se espera que los pilotos ucranianos comiencen su entrenamiento para operar los aviones de combate F-16 en una base aérea de Tucson (Arizona, Estados Unidos), la semana que viene.

Por su parte, el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, ha conversado por teléfono con su homólogo estadounidense, el secretario de Estado Antony Blinken. Llamada en la que este último le ha reafirmado que “Estados Unidos sigue centrado en ayudar a Ucrania a contrarrestar la agresión rusa. El apoyo diplomático, militar y financiero durará”. Por otro lado, ambos han condenado el ataque de Hamás a Israel, discutió la dinámica del conflicto y sus implicaciones para la seguridad global.

Para concluir, el ministro Kuleba ha celebrado -al igual que otras autoridades ucranianas- que la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa haya adoptado una resolución en la que reconoce a Rusia como una dictadura. Asimismo, PACE también ha instado a todos los Estados del Consejo de Europa para que reconozcan a Putin como “ilegítimo” cuando finalice su mandato en 2024 tras más de 20 años en el poder.


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