Un día más, la guerra sigue su curso en Ucrania marcada por la ausencia de novedades importantes. En las últimas horas, ha ido quedando progresivamente eclipsada por la virulencia de la crisis en Israel y porque la atención de las cancillerías, antes centrada en Ucrania, ahora se ha vuelto hacia Oriente Medio. Una crisis, además, que beneficia en mucho a Rusia, precisamente por desviar la atención hacia otras latitudes y, más que eso, los esfuerzos, tanto diplomáticos como incluso militares, no en vano los Estados Unidos ya han comenzado a enviar ayuda de este tipo hacia su aliado.
Hace un tiempo explicamos cómo Rusia estaba intentando flanquear a los aliados de Ucrania -con especial énfasis a los europeos- en escenarios como África u Oriente Medio. En el caso de la crisis que se ha desatado en Israel tras los ataques que desde ayer ha venido llevando a cabo la organización terrorista Hamás, aunque tiene causas más profundas, hay que tener en cuenta que lo que allí ocurra tendrá incidencia también en Ucrania.
No se trata solo de que los Estados Unidos hayan anunciado ya que la ayuda militar ha comenzado a salir en dirección a Israel –y que llegará más en los próximos días-, sino de que han tenido que enviar el grupo de combate del portaaviones Gerald Ford al Mediterráneo Oriental y reforzar los escuadrones de la USAF en la región para aumentar la disuasión. Es decir, que alguien en Estados Unidos y en Israel está viendo muy claro que detrás de todo esto está Irán. Solo así se entiende que, además de todo lo anterior, el Ejército israelí esté reforzando su despliegue en la frontera con Líbano -esto es, para hacer frente a Hezbolláh-, en lugar de concentrar sus fuerzas en torno a Gaza.
Todo lo anterior apunta a que el riesgo de escalada en la región es mayor del que se presupone. Hasta el punto de que Israel se está preparando para evacuar a los civiles de la frontera con Líbano. También a que en las próximas semanas, la situación en Oriente Medio continuará eclipsando la guerra de Ucrania. Esto no es algo secundario, en tanto coincide con los mayores esfuerzos por parte de Rusia por «dormir» el conflicto con Ucrania, confiando en un uso creciente de drones, amenazando con una dura campaña de ataques estratégicos durante el invierno dirigidos a la infraestructura energética y eléctrica y reforzando su campaña en medios de comunicación y redes sociales, en la que se vende el relato de una derrota inevitable para Kiev incluso en lo diplomático.
En resumidas cuentas, independientemente de lo que ocurra en los próximos días y semanas en torno a Israel, quien sale beneficiada es Rusia. Y lo será especialmente si la situación se agrava e Israel tiene que librar una guerra abierta con Hezbolláh y Hamás al tiempo, pues cuanto más en segundo plano quede la guerra de Ucrania, tanto mejor para Moscú. De hecho, no es descabellado que hasta cierto punto Irán y Rusia hayan coordinado sus acciones, pues al Kremlin tampoco le beneficia en absoluto la normalización de las relaciones entre Israel y las petromonarquías árabes, proceso que estaba cerca de completarse con el acercamiento entre Arabia Saudita e Israel y que Irán pretende evitar por todos los medios, incluyendo obviamente sus proxies.
Respecto al frente, como hemos adelantado en la entradilla, no hay apenas novedades. Se han producido bombardeos rusos en Jersón, que han dejado más de una decena de heridos, además de copiosa destrucción material. Por otra parte, aunque no deja de ser anecdótico, fuentes ucranianas hablan de la destrucción de hasta 25 carros de combate rusos en los últimos cuatro días, lo que supondría un importante aumento frente a cifras previas.
Pasando a lo combates, se han registrado acciones al norte, en el área de Kupiansk, tanto entre Lyman pershyi y Sin’kivka como en dirección a Ivanivka, en ambos casos sin apenas cambios de posición, más allá de ligeras ganancias rusas en Makiívka, más al sur, en donde también se ha venido combatiendo en los últimos días.
En el área de Bakhmut, en donde hoy ha estado de visita a las tropas el nuevo ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, los enfrentamientos en los últimos días se circunscriben al cinturón boscoso al norte de Klischiívka, en donde los ucranianos buscan expulsar a los rusos de sus posiciones defensivas.
Al oeste de Donetsk continúan los ataques rusos en torno a Avdiívka, así como en Mariínka, en donde Rusia habría conseguido ganancias mínimas. Hay que tener en cuenta que cuando utilizamos este último adjetivo, lo hacemos porque es el que mejor refleja cambios territoriales que apenas llegan a la veintena de kilómetros cuadrados en todo el frente y en el plazo de una semana.
En cuanto al sur, lo más interesante sigue ocurriendo en el eje de Orijiv. Allí, según parece, las Fuerzas Armadas ucranianas habrían conseguido algún avance en la parte más occidental, en dirección a Kopani. Además, se habrían producido combates también al norte de Novoprokopivka, ya en las primeras viviendas.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Por segundo día consecutivo, las noticias relativas a la guerra de Ucrania a nivel institucional y diplomático brillan por su ausencia debido, en parte, a la situación en Israel. De otro, tampoco es de extrañar como se ha visto en momentos anteriores que durante el fin de semana tras eventos internacionales de alto nivel tales como cumbres del Consejo Europeo la actividad disminuya. La semana entrante, no obstante, habrá otra cita a la que deberemos prestar atención: la cumbre de los ministros de Defensa de la OTAN.
Durante la jornada de hoy, el presidente Volodímir Zelenski ha mantenido una llamada de urgencia con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, quien ha informado al mandatario ucraniano sobre la situación en Israel y las acciones de las fuerzas armadas y las fuerzas del orden para repeler el ataque. Zelenski le ha expresado la solidaridad de Ucrania para con Israel, “que sufre un descarado ataque a gran escala”, y su pésame por las numerosas víctimas, y discutido sobre el impacto de esta situación en la seguridad de la región “y más allá”. Asimismo, ha destacado la cooperación entre la policía israelí y los diplomáticos ucranianos en materia de seguridad y protección de los ciudadanos ucranianos en Israel.
Sin embargo, esta cooperación no es óbice para que dos ciudadanas ucranianas hayan perdido la vida como consecuencia de los ataques. Por su parte, la Embajada de Ucrania también ha confirmado que en el país no cuenta con más información sobre la presencia de ciudadanos ucranianos entre los fallecidos o desaparecidos.
Por otro lado, la representación de Ucrania ante la Autoridad Nacional Palestina (ANP) está tratando de comunicarse con los países socios que tienen representación en la ANP con el propósito de adoptar medidas conjuntas de evacuación.
Como seguimiento en paralelo de esta cuestión, el primer ministro Netanyahu también ha conversado con el canciller alemán Olaf Scholz, la primera ministra Giorgia Meloni y el primer ministro británico Rishi Sunak. Todos ellos, según el líder israelí han expresado su “apoyo incondicional al derecho de Israel a defenderse según sea necesario”.
Desde Polonia, el presidente Andrezj Duda, expresaba por su parte que el ataque de Hamás a Israel “ayuda a Rusia y a la agresión rusa contra Ucrania, distrae la atención del mundo”. Al mismo tiempo, expresaba que la UE puede experimentar otra ola de migración. Lo que está claro es que los socios de Ucrania tendrán que buscar un equilibrio para seguir situando a Ucrania en el centro de las agendas en los días venideros.
En el caso de Rusia, las noticias también escasean y los titulares giran en torno a Israel. El ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, ha confirmado que mañana se reunirá con el secretario general de la Liga Árabe, a invitación de Moscú, y “espera discutir con él la escalada en la Franja de Gaza”.
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