Jornada sin apenas novedades, ni sobre el terreno, ni en el apartado internacional, en tanto la guerra de Ucrania ha quedado momentáneamente opacada por la crisis provocada por los ataques de Hamás sobre Israel. Pese a ello, se han producido algunas noticias relativas a la situación de Wagner Group, al posible suministro de armamento por parte de Corea del Norte al Ejército ruso y, especialmente, a la posibilidad de que la Administración Biden suministre un único gran paquete de ayuda a Ucrania que «solucionaría» la situación de aquí a las próximas elecciones.
La actualidad de la jornada nos lleva inequívocamente a Israel, no porque la guerra de Ucrania se haya extendido allí, sino porque lo que muchos denominan ya «momento 11-S israelí», esto es, el ataque a gran escala lanzado por la organización terrorista Hamás contra un buen número de poblaciones israelíes, tanto con cohetes como con incursiones y el secuestro de decenas de personas, ha contado con elementos que hemos visto antes en esta guerra.
La guerra en Ucrania, si bien oficialmente comienza con la invasión del 24 de febrero de 2022 por parte rusa, lo cierto es que lleva librándose desde 2014. Si hacemos memoria, a principios de abril de ese año se produjeron las primeras tomas de edificios gubernamentales, entre ellos alguno perteneciente al Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), robando además armamento de sus instalaciones. Aunque las fuerzas de seguridad consiguieran recuperar y estabilizar todas las ciudades menos Donetsk y Luhansk, el 12 de abril dio comienzo la primera fase de la guerra, con nuevos asaltos a edificios gubernamentales por parte de hombres armados bajo el mando de Igor Girkin, un antiguo operativo del GRU (inteligencia militar). Los rebeldes lograron hacerse con varias ciudades e incluso se producen un choque armado entre los hombres de Girkin y miembros del SBU ucraniano.
Sería el 14 de abril cuando se iniciara la denominada ATO (Anti-Terrorist Operation), una operación ideada para recuperar el territorio perdido en el este de Ucrania, pero que parte de una notable desventaja para el bando oficialista, pues sus cuarteles estaban al oeste del país, en muchos casos a gran distancia de las regiones en las que debían operar. Esto supuso un importante contratiempo que impidió responder con eficacia frente a la sublevación y posterior guerra, debido a los problemas logísticos. El referéndum y la posterior proclamación de independencia de las repúblicas de Donetsk y Luhansk, el 22 de mayo, motivaron una nueva escalada en la ATO, pasando a estar dirigida directamente por el Ministerio de Defensa en en detrimento del SBU.
La ofensiva gubernamental se centró en rodear los enclaves rebeldes, aislar ambas repúblicas una de la otra, y a su vez de Rusia, país del que provenían numerosos voluntarios y mercenarios, en especial empleados de Wagner y operativos de las fuerzas especiales rusas, además de equipo militar de todo tipo. A punto de conseguir sus objetivos el gobierno de Kiev, a pesar de varios reveses debidos a las numerosas carencias de sus fuerzas armadas y batallones de voluntarios, se produjo la intervención rusa en agosto de 2014, ante la inminente caída de ambas repúblicas separatistas. Esta se produjo, en primer lugar, enviando destacamentos de reconocimiento y sabotaje y preparando el campo de batalla para la segunda oleada, a cargo de diversos BTG (Grupos Tácticos de nivel Batallón).
Estos últimos fueron la clave de lo que sucedería a continuación y los principales protagonistas de las batallas más importantes ocurridas durante el conflicto. En primer lugar, en ocasión de la batalla de Ilovaisk, en ese mismo mes de agosto, en la que tomaron parte rodeando a las tropas leales a Kiev, que poseían este estratégico enclave, lo que les permitía cortar las comunicaciones entre la República de Donetsk y Rusia. Tras rendirse, se garantizó a las tropas de Kiev un corredor seguro para su retirada, seguramente sin intención de respetarlo; durante la huída fueron masacrados, perdiendo numeroso material y personal, entre muertos, heridos y capturados. Incluso en algunas filmaciones que podemos encontrar por la Red es posible ver a los soldados rusos con su equipo Ratnik custodiando los puestos de control. Esta derrota, sumada al temor a una posterior invasión rusa, dio lugar a la firma del protocolo de Minsk I entre Kiev y los separatistas, una tregua que no fue respetada y que motivó la Segunda Batalla del Aeropuerto de Donetsk, iniciada el 28 de septiembre de 2014 y que se extendió durante los tres meses posteriores.
Por supuesto, lo ocurrido en Israel es diferente en muchos aspectos, pero no tanto en otros. El más evidente, la sorpresa: el ataque del grupo terrorista Hamás contra el sur Israel comenzó sin previo aviso, aproximadamente a las 6:30 de la mañana de este sábado -el Sabbat, día festivo para la comunidad judía- 07 de octubre, un poco después del amanecer al final de la festividad de Sucot. Justo casi 50 años después del ataque sorpresa protagonizado por las fuerzas egipcias y sirias que daría inicio a la guerra del Yom Kippur de 1973 que traumatizó al país.
Al igual que entonces y que sucediera en Ucrania en 2014, el ataque ha tomado totalmente por sorpresa a los servicios de inteligencia y seguridad israelíes, así como a su ejército -el cual tenía 26 de sus 31 batallones activos desplegados en el Norte del país-. Es más, las unidades desplegadas en torno a la Franja de Gaza eran unidades de soporte -administración, logística, comunicaciones- cuya función es la asistir a las fuerzas de combate -cuya presencia hasta hoy era mínima- cuando tuvieran que ser empeñadas en la zona.
Por otra parte, el ataque de Hamás -que no olvidemos que actúa a modo de proxy iraní– podría tener como motivación el tratar de frenar o ralentizar la normalización de las relaciones entre Israel y Arabia Saudita, algo que de terminar de consumarse habría dejado a los palestinos en muy mala situación. En el caso de Ucrania, la guerra del Donbás fue la herramienta empleada por el Kremlin para tratar de mantener a Kiev alejado de Occidente, condicionando la política ucraniana de ahí en adelante. Lo más preocupante, en cualquier caso, no tiene tanto que ver con el contexto, sino con los planos táctico y técnico y la forma en la que se están empleado algunas tecnologías vistas en Ucrania y que ya podemos dar por generalizadas, pese a que algunos iluminados, en nuestro país -y más concretamente en el sector de la industria de defensa-, consideren que «no suponen un desafío», caso de los drones comerciales letalizados.
Si hace ya semanas pudimos ver cómo en África se empleaban drones FPV contra vehículos de Wagner -en un ataque posiblemente supervisado por el SBU ucraniano-, en las primeras horas del ataque de Hamás a Israel también han aparecido vídeos en los que se empleaban drones para acabar con cámaras de vigilancia y puestos fronterizos e incluso, mediante el lanzamiento de granadas, contra carros de combate Merkava IV, a la sazón lo más potente en servicio con las IDF israelíes. También, como puede verse en el siguiente enlace, contra patrullas israelíes. También, aunque esto ya lo vimos en Líbano en 2006, empleando una buena cantidad de lanzagranadas, con la salvedad en este caso de que han salido de la franja de Gaza sobre vehículos ligeros (pick-ups, motocicletas), embarcaciones semirrígidas e incluso alas delta, para causar daño en el interior de Israel. Todo ello apoyado por el lanzamiento misiles de cohetes con escasa precisión, pero que utilizados en masa han causado ya cientos de muertos entre los civiles israelíes.
Por de pronto, Israel se prepara para una guerra larga y difícil, según su primer ministro. Aunque la disparidad, a priori, entre las IDF y Hamás son mucho mayores que entre Rusia y Ucrania si cabe, está por ver si los mismos factores estructurales que han terminado por estancar la guerra de Ucrania y que jugaron a favor de ese país en las primeras fases de la guerra, no pasan factura a Israel, de entrar por tierra en la franja. Es de suponer que la preparación del terreno sea muchísimo mejor que en la que en su día hiciese Rusia y también hay que entender que Israel, aunque sus helicópteros están encontrando dificultades dado el uso de MANPADs por parte de los palestinos, tendrán una absoluta superioridad aérea. Pese a ello, y máxime después de la experiencia de 2006, habrá que estar atentos al número de bajas y, especialmente, a la forma en que estas se producen.
Como quiera que, incluso quedando en segundo plano, la guerra de Ucrania sigue su curso, han continuado los ataques de una y otra parte y las acciones de combate. Del lado ruso, habrían logrado alcanzar en las últimas horas localidades como Myrhorod, en la región de Poltava. Del ucraniano, además de lanzar ataques sobre Mariúpol, en donde la defensa antiaérea rusa habría estado activa, habrían alcanzado Dzhankoy, en Crimea.
En cuanto a los combates, en esta última jornada Rusia habría vuelto a atacar en dirección a Kupiansk, al norte del frente, concretamente en dirección a Sin’kivka e Ivanivka nuevamente. Más al sur, una vez más, se habrían producido también ataques rusos en dirección a Makiívka.
En el área de Bakhmut apenas hay novedades. Ha trascendido la posible muerte en combate del comandante de uno de los batallones de la 83ª Brigada de Asalto Aéreo rusa, el mayor Volodymyr Myroshnichenko. También nuevos vídeos en los que se aprecia el empleo de drones comerciales letalizados en la zona. Sin movimientos.
Más al sur, al oeste de la ciudad de Donetsk, lo único reseñable son los renovados ataques rusos desde Mariínka y alrededores, siguiendo las mismas direcciones de las jornadas previas.
Al sur, por último, se han registrado diversos ataques rusos en el eje de Velyka Novosilka, tanto sobre Staromaiorske como al este de Novodonetske y al norte de Pryiutne. En el de Orojiv, por su parte, la situación es la misma que la de la jornada anterior, luchándose especialmente en el área entre Novoprokopivka y Verbove.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
A nivel internacional, lo cierto es que las miradas durante la jornada 591 no han estado puestas en Ucrania, sino en Israel, hasta el punto de que varios medios internacionales han frenado bruscamente su cobertura sobre Kiev y Moscú.
Desde Ucrania no han dudado en condenar los ataques contra Israel y en expresar su derecho a defenderse del terrorismo. En particular, destacan las declaraciones del presidente Zelenski, el primer ministro Shmyhal y Andriy Yermak, jefe del gabinete del presidente. Asimismo, han insistido en que saben por lo que está pasando el pueblo israelí y que tienen una posición clara “todo aquel que cause terror y muerte en cualquier lugar del planeta debe rendir cuentas”.
Desde la Unión Europea, el Alto Representante y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, la presidenta de la Comisión Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, así como líderes de diversos Estados miembros han condenado los ataques indiscriminados contra civiles y apelado al cumplimiento del derecho internacional.
En el caso de la UE, además, se ha puesto a disposición de los socios regionales para relanzar el proceso político a través de la iniciativa “Middle East Peace Process”. En particular, Borrell ha conversado por teléfono con los Ministerios de Exteriores de Egipto, Jordán, Arabia Saudí y con la organización internacional de la Liga Árabe. Asimismo, ha participado en una llamada conjunta con los ministros de Exteriores de Alemania, Italia y el Reino Unido convocada por el secretario de Estado de EE. UU. Antony Blinken. Por supuesto, también ha hablado personalmente con el ministro de Exteriores israelí, Eli Cohen, para expresar la solidaridad de la UE y condenar la violencia y el terror al que se enfrentan.
Desde Rusia, el viceministro de Exteriores, Mikhail Bodgadnov, ha pedido “un alto al fuego inmediato y la paz”, incidiendo en que “esta es una recaída de un conflicto que ya dura 75 años” y que “Moscú está en contacto con todas las partes, incluidos los Estados árabes”.
Pese a lo anterior, hay noticias destacables relacionadas directamente con la guerra en Ucrania. Las negociaciones entre Ucrania y Japón para la consecución de un acuerdo bilateral sobre garantías de seguridad han comenzado. De este modo, Ucrania ya ha iniciado las consultas con Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Japón.
Según el jefe adjunto del gabinete de Zelenski, Ihor Zhovkva, “el inicio de las consultas bilaterales con Japón no es solo una confirmación de nuestra asociación estratégica, sino también una demostración del apoyo global a Ucrania, que va mucho más allá de Europa y América del Norte”. Incide, además, en que “es simbólico que Japón haya iniciado conversaciones bilaterales sobre garantías de seguridad con Ucrania durante su presidencia del G7”.
Por su parte, Andriy Yermak, jefe del gabinete del Presidente, estaba reunido con el vicepresidente del Instituto de la Paz de Estados Unidos, William B. Taylor, y expertos de dicha organización. Durante el encuentro, entre otras cuestiones, Yermak informó sobre el trabajo que están realizando para implementar la Fórmula de Paz. Asimismo, agradeció “el apoyo inquebrantable” de Estados Unidos y destacó la necesidad de “una comunicación continua con los responsables políticos, líderes de opinión y ciudadanos estadounidenses sobre la importancia del apoyo de Estados Unidos a Ucrania frente a una agresión a gran escala por parte de Rusia”.
En este sentido, la polémica continúa en Estados Unidos. El presidente Biden estaría considerando realizar una solicitud suplementaria de 100.000 millones de dólares al Congreso para financiar la ayuda a Ucrania hasta que finalice el año fiscal. De este modo, trataría de dar cobertura a la ayuda mediante un gasto “único” hasta las próximas elecciones presidenciales, tratando de superar así la situación con los representantes republicanos.
Además, desde Washington, así como desde Londres, estarían presionando a la Unión Europea para que esta se expanda, lo que contribuiría a asegurar la financiación ucraniana. Claro está, su interés no es únicamente Ucrania, pues cuanto más miembros incluya la UE, más desdibujada quedará, especialmente como actor en términos de defensa.
Continuando con Estados Unidos, el Departamento de Comercio ha incluido a 42 empresas chinas a la lista de control de exportaciones por su apoyo a la industria militar y de defensa de Rusia. Sin embargo, no han sido las únicas entidades que han pasado a engrosar la lista, ya que también han incluido a siete de Finlandia, Alemania, India, Turquía, Emiratos Árabes Unidos y el Reino Unido.
En palabras del subsecretario para el control de exportaciones, Matthew Axelrod: “Las incorporaciones de hoy a la Lista de Entidades proporcionan un mensaje claro: si se suministra al sector de defensa ruso tecnología de origen estadounidense, lo descubriremos y tomaremos medidas”.
Desde China han respondido a la medida calificándola de “coerción económica e intimidación unilateral”, instando a Estados Unidos “a corregir inmediatamente sus prácticas erróneas y detener su represión irrazonable de las empresas chinas”.
En otro orden de cosas, el primer ministro de Ucrania, Denys Shmyhal, ha indicado que el país necesita hasta 15.000 millones de dólares para abordar las necesidades de recuperación rápida. En 2023, únicamente se ha financiado una parte de las necesidades a través de 62.300 millones de grivnas a través del Fondo para la Eliminación de las Consecuencias de la Agresión Armada y, por ende, el resto de los costos se transferirán a 2024. Entre las necesidades figura el desminado humanitario, para el cual se prevé la asignación de 2.000 millones de grivnas para el año próximo, teniendo en cuenta que deben inspeccionar 470.000 hectáreas de tierras agrícolas. Estos fondos se complementarán con aquellos que puedan atraer por parte de donantes internacionales en foros como, por ejemplo, la conferencia internacional al respecto que se celebrará próximamente en Croacia. Asimismo, están trabajando con los socios de Ucrania para nutrir dicho Fondo con los activos rusos confiscados.
Por último, y del lado de Rusia, la jornada coincide con el 71º cumpleaños de Putin, día en el que estaba previsto un acto para celebrar los suministros de gas ruso a Uzbekistán a través de Kazajstán, junto con sus homólogos de ambos países, Kassym-Jomart Tokayev y Shavkat Mirziyoyev, respectivamente. Según el propio Putin, estas serán “las primeras exportaciones de este tipo en la historia de estos sistemas de gasoductos, ya que nunca se ha bombeado gas ruso hacia Asia Central.
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