Nueva jornada de polémicas a propósito de la situación política estadounidense, mientras el presidente Biden anunciaba un futuro discurso en el que hablará sobre la ayuda a Ucrania. De vuelta en Europa, el tema más relevante tiene que ver con el proceso de adhesión de Ucrania a la UE, el apoyo de determinados países a su pertenencia y lo que esta implica. En el frente, aunque apenas hay movimientos, cabe destacar la acción ucraniana sobre las cosas de Crimea, protagonizada por operativos de sus unidades especiales, así como la posible destrucción de parte de una batería S-400 rusa en la región de Bélgorod.
Prosiguen las discusiones en torno a los ocurrido en los Estados Unidos y a la situación del país tras la defenestración del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy. Si bien hay quien ve un renovado giro hacia el aislacionismo, otros lo que se preguntan es cómo puede ser que un pequeño grupo de personas del ala dura de un partido estén en posición de bloquear toda la política de un país. También acerca de las razones por las que personajes de lo más pintoresco, pero con un nexo común en común, pueden tener tamaño éxito entre los votantes. O, sobre cómo lo ocurrido daña la imagen estadounidense en el exterior, enviando un mensaje de debilidad a otros países, que pueden sentirse más libres a la hora de actuar fuerza mediante.
Lo importante, en cualquier caso, y a efectos de la guerra de Ucrania, es el nivel de ayuda que los Estados Unidos pueden aportar de aquí a que la situación política se solucione o, al menos, termine de definirse. En este sentido, son todavía varios los miles de millones de dólares que el Gobierno estadounidense tiene «en cartera», tanto porque no se habían agotado los fondos previstos, como porque al haberse producido una desviación en las contabilidad, se dispone todavía de un «colchón» extra de 3.000 millones de dólares. Es decir, que en el peor de los casos, desde Washington podrán seguir sosteniendo a Kiev al ritmo que se ha hecho hasta ahora durante unos meses. Además, Biden ha hecho causa política de la ayuda a Ucrania, con la que muestra su compromiso, y ha prometido un importante discurso sobre el tema, del que se desconocen por el momento detalles concretos.
Por otra parte, existen otras formas de ayuda que son muy difíciles de evaluar en términos contables, pero que también revisten su importancia. Por ejemplo, armas o municiones incautadas en diferentes operaciones y que ahora pueden ser transferidas a Ucrania. De hecho, al margen de la ayuda en forma de armas, sistemas y municiones procedentes de stocks de las Fuerzas Armadas estadounidenses o adquiridos a su industria o incluso a través de otros países, los Estados Unidos han venido suministrando a Ucrania material de origen ruso-soviético que tenían almacenado por distintas vicisitudes.
Una de las cuestiones interesantes, respecto a lo que pueda ocurrir, estriba en si la posibilidad de no poder seguir suministrando ayuda a Ucrania (es difícil que se de el caso, pero aun así el volumen podría verse limitado en relación con el que hemos visto hasta ahora) introduce una presión añadida de cara a enviar armamento más potente. No es en absoluto descabellado que, ante la opción de verse completamente bloqueados, desde los EEUU opten por buscar conferir un impulso extra a las Fuerzas Armadas ucranianas (por ejemplo con ATACMS con cabeza unitaria). Máxime sabiendo que algunas de las líneas rojas rusas han continuado difuminándose en los últimos tiempos, como las referentes a los ataques sobre Crimea, que sería uno de los objetivos fundamentales de dicho armamento.
Para terminar con el tema estadounidense, y antes de cambiar de tercio, conviene hacer notar que, lejos del relato vendido por la propaganda rusa, que maximiza -por razones obvias- las acciones del «Freedom caucus» y los varapalos a Biden, la gran mayoría de los habitantes de este país están a favor de continuar suministrando ayuda a Ucrania. Puede que los porcentajes hayan oscilado recientemente, pero aun así hablamos de cifras favorables por encima del 60%, lo que no es en absoluto despreciable.
Mientras esto se resuelve, la otra cuestión candente es la relación entre Ucrania y la Unión Europea. Este país, como sabemos, llamó tiempo a la puerta de los Veintisiete y, en breve, se producirá una cumbre crucial en Granada en la que se tratará (ver segunda parte del informe) sobre el futuro de Ucrania y su posible integración en el bloque comunitario. Uno de los países que, por su peso político, económico y militar, más tiene que decir, es Francia. Por fortuna para Ucrania, desde el Elíseo parecen haber cambiado su posicionamiento en tiempos recientes, mostrándose más reacios a cualquier negociación con Rusia –algo que tiempo atrás era muy diferente, en buena parte por mera búsqueda de protagonismo frente a actores como Turquía- y, a la vez, más proclives a acercar a Ucrania a la OTAN, entre otros.
Asunto diferente es si el nivel de ayuda militar concedida por parte del Gobierno galo aumentará, a la par que ha cambiado el discurso, o si por el contrario se mantendrá como uno de los países más reacios a destinar medios y fondos a este particular. No olvidemos que Francia, a pesar de haber donado hasta la fecha por valor de casi 2.000 millones de euros, se mantiene en una posición doceava en el ranking de donantes, con una aportación que proporcionalmente está muy lejos de lo que le correspondería por PIB, algo que también ocurre en el caso español, sin ir más lejos.
Además, cuando lo ha hecho, ha sido en su mayoría con un interés claro, ofreciendo carga de trabajo a su propia industria de defensa, en lugar de enviar material procedente de los inventarios de las Fuerzas Armadas francesas. De hecho, pese a no ser de los estados que más han colaborado en el sostenimiento de Ucrania, sí ha mostrado un notable interés a la hora de posicionar a sus empresas de defensa en la última cumbre organizada en Kiev. Ahora que el invierno se acerca y que Ucrania está centrada, más allá de su contraofensiva y la erosión de la logística rusa, en prepararse para lo que pueda pasar haciendo nuevos llamamientos al envío de medios antiaéreos, Macron tiene una oportunidad de oro para demostrar que su cambio de discurso se corresponde con un cambio claro de posición…
Respecto a la hipotética entrada de Ucrania en la UE por la vía rápida, dos apuntes. El primero, fundamental, supondría dar ciertas garantías de seguridad a este país aunque sea de forma un tanto torticera, dado que lo óptimo a sus intereses sería entrar también en la OTAN. De esta forma, si la entrada llegase a producirse, al menos quedaría amparada por el art. 42.7. El segundo, por su parte, tiene que ver con al nuevo reparto de cargas entre los Estados miembros, ya que como cada vez que un nuevo socio se une -máxime en la situación económica de Ucrania-, trastoca los equilibrios precedentes y provoca que países que son receptores netos, pasen a ser contribuyentes al presupuesto comunitario, lo que sin duda será un asunto espinoso durante las negociaciones.
En el apartado militar, en las últimas horas destacan los anuncios ucranianos relativos a la destrucción de parte de una batería antiaérea S-400 Triumph rusa en la región de Bélgorod. Sería el tercer ataque de estas características en un periodo de tiempo relativamente reducido, aunque en este caso concreto, se desconoce por el momento el grado de daño sufrido por el antiaéreo ruso.
Más impactante si cabe, hoy ha saltado a la palestra una incursión de unidades especiales ucranianas sobre Crimea, utilizando medios como motos de agua (ver vídeo inferior) que -según fuentes del país- habría causado un importante número de bajas entre las fuerzas rusas. Las autoridades rusas, por su parte, han reconocido el hecho, poniendo el acento en que la incursión habría sido abortada, mientras algunos medios y cuentas de este país hablaban de la muerte de al menos un ucraniano.
Además de esto, se han registrado ataques rusos sobre diferentes localidades ucranianas, como Zaporiyia o Krivói Rog. Del otro lado, se habrían producido explosiones en la localidad de Sevastopol, en Crimea, asegurando Rusia haber destruido 31 drones ucranianos en las últimas horas. Por otra parte, se ha detenido en Ucrania a tres ciudadanos más sospechosos de espiar para Rusia y que se suman a los más de una decena capturados ayer.
Respecto al frente, no hay novedades de consideración en la zona más septentrional.
Al norte de Bakhmut, concretamente en dirección a Spirne, el Ejército ruso habría logrado un pequeño avance hacia esta localidad. Al sur, por el contrario, han sido los ucranianos quienes han lanzado varios ataques tanto en las inmediaciones de Andriívka, como en la zona de Zelenopillia.
Al oeste de la ciudad de Donetsk, continúa la acción en los alrededores de Avdiívka, en este caso con las tropas rusas atacando en dirección a Pervomaiske y Tonenke, así como a la parte más oriental de la ciudad. Situación idéntica se ha vivido en Mariínka, también con el Ejército ruso tratando de moverse en dirección occidental, sin que se hayan registrado avances.
Por último, al sur, en el eje de Velyka-Novosilka son escasas las novedades. En las últimas semanas son las tropas rusas las que han asumido la ofensiva, sin variar apenas la línea de frente pese a ello. Respecto al eje de Orijiv, en las últimas horas han vuelto a registrarse ataques por parte de las AFU sobre las líneas rusas, mientras se libran duras batallas entre Novoprokokivka y Verbove. Además, las fuerzas rusas han bombardeado las que eran sus posiciones al sur de Robotyno,
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
La jornada de hoy si bien no ha contado con una fuerte actividad institucional y diplomática, supone el preludio de lo que serán las próximas 48 horas en las que tendrá lugar la Cumbre de la Comunidad Política Europea y la Cumbre informal del Consejo Europeo en Granada, organizado por la presidencia española del Consejo.
En vísperas de estos eventos del más alto nivel, Político informa con base en fuentes anónimas que los líderes de la UE darán luz verde para iniciar las negociaciones de adhesión de Ucrania al bloque antes de que finalice el año. En particular, esto podría suceder en el Consejo Europeo de diciembre, cumpliendo así con las expectativas de Ucrania.
Según uno de los funcionarios entrevistados: “Una vez se haya adoptado el informe de progreso [en octubre], la Comisión hará una declaración que hará ‘muy difícil para los Estados miembros no decir: abramos negociaciones’ para Ucrania. Sobre esto, añadía que “El impulso político será demasiado grande para que los Estados miembros individuales lo resistan”.
Sin embargo, hay que tener en cuenta dos cuestiones importantes. En primer lugar, para que esto suceda será necesaria la unanimidad en el Consejo Europeo, esto es, de los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 Estados miembros. En segundo lugar, si se decide proceder a la apertura de negociaciones de adhesión, se trata precisamente de eso, negociaciones. Es decir, no se produciría la entrada directa de Ucrania en la UE ni aplicaría un “procedimiento exprés” como llegó a especularse en el marco del otorgamiento del estatus de candidato a la adhesión. Así pues, en un futuro Ucrania deberá cumplir con los mismos criterios que el resto de los países candidatos (Albania, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Macedonia del Norte, Serbia, Turquía y, más recientemente Moldavia).
Mañana, además, tendrá lugar la tercera Cumbre de la Comunidad Política Europea en Granada, donde además de Ucrania, Armenia y Azerbaiyán iban a estar en el foco por haberse previsto una reunión entre sus líderes junto con Francia, Alemania y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. No obstante, el presidente de Azerbaiyán, Ilhan Aliev, ha comunicado su negativa a participar en el encuentro.
Según fuentes azeríes, Baku propuso invitar al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, a participar en las conversaciones, pero París y Berlín se han opuesto a la idea. Otra de las razones que los medios del país señalan son las declaraciones de Francia y del presidente del Consejo Europeo sobre la intención del Elíseo de suministrar armas a Armenia. En este sentido, Azerbaiyán habría comunicado que “ningún formato con la participación de Francia es aceptable” para ellos.
Por otro lado, pero relacionado con Azerbaiyán, el presidente Zelenski ha conversado con su homólogo, el presidente Aliev, coincidiendo también con los últimos acontecimientos en Nagorno-Karabaj. Tras la conversación, de la que no se han ofrecido muchos detalles más allá de que han discutido sobre seguridad regional, desafíos actuales y formatos de interacción entre ambos países, Zelenski ha señalado que ambas partes han reafirmado su compromiso con los principios de soberanía e integridad territorial de los Estados. Asimismo, el líder ucraniano ha agradecido a Aliev la ayuda humanitaria brindada por Bakú y, en particular, la que concierne al sector energético ahora que se acerca el invierno.
Otra de las conversaciones importantes del día ha sido la mantenida entre los ministros de Exteriores de Ucrania y Suecia. Dmytro Kuleba y Tobias Billström han acordado iniciar las conversaciones sobre un acuerdo bilateral entre ambos países sobre las garantías de seguridad para Ucrania tras el respaldo de Estocolmo a la Declaración del G7 adoptada en la Cumbre de la OTAN en Vilna.
Igualmente, han discutido sobre la integración europea de Ucrania respecto de lo cual Kuleba ha señalado que están trabajando juntos para lograr la apertura de negociaciones en 2023 en línea con lo explicado líneas atrás.
Pasando a Estados Unidos y dejando a un lado la polémica en curso sobre el apoyo a Ucrania, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, ha discutido con una delegación del Instituto McCain y representantes estadounidenses sobre las oportunidades de inversión y trabajo en Ucrania. Así, Shmyhal ha realizado un llamamiento para que las empresas estadounidenses participen en la fase de recuperación de Ucrania al tiempo que expone que están trabajando con agencias internacionales para cubrir los riesgos militares.
Pese a dejar la controversia al margen sí hay que destacar la noticia publicada hoy por la CNN acerca de los posibles planes de Washington de suministrar armas y municiones incautadas en Oriente Medio a Ucrania. Esta noticia, además, ha sido confirmada por el Central Comand estadounidense (CENTCOM) al anunciar hasta la fecha han transferido a Ucrania más de un millón de municiones iraníes incautadas.
A colación de la ayuda, son significativas las declaraciones del primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, quien ha instado a todos sus aliados a continuar apoyando a Ucrania. En sus palabras: “Se lo digo a todos nuestros aliados: si damos las herramientas necesarias al presidente Zelenski, los ucranianos terminarán el trabajo”.
Desde Moscú sí han hecho referencia al “caso McCarthy”, congresista republicano y hasta hoy presidente de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos tras su destitución; una decisión histórica, por cierto. Según Dmitry Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, su destitución es un resultado “directo d su amor por la financiación de Ucrania”. Además, sobre esto añadía, que McCarthy “debería estar orgulloso de esto, porque la elección era entre resolver numerosos problemas internos de EE. UU. o seguir patrocinando a los neonazis”.
Por otro lado, Medvedev ha señalado que otra “buena noticia” para el régimen de Kiev es que el presidente del Consejo Europeo Charles Michel cree que Ucrania se unirá a la UE en 2030. Así, Medvedev incide en que “Esto significa que la UE cree que el actual Estado de Bandera sobrevivirá hasta entonces”.
Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, por su parte ha continuado con las críticas a la UE. En particular, ha subrayado que la reunión de los ministros de Exteriores en Ucrania no ha tenido “ningún resultado significativo”, incidiendo en las discrepancias expresadas por Hungría y Polonia.
Tras la reunión entre el ministro de Defensa de Ucrania, Rustem Umerov, y el ministro de Exteriores lituano, Gabrielius Landbergis, este último anunció que Lituania ha abierto el corredor para el tránsito de cereales ucranianos hacia los puertos del Mar Báltico. Según Landbergis, esto “aliviará la presión en la frontera con Ucrania y aumentará el suministro a África y más allá”, enfatizando que “La cooperación da resultados”.
La apertura del corredor está en línea con el acuerdo logrado entre Ucrania y Polonia hace apenas dos días y en virtud del cual los bienes agrícolas ucranianos se revisarán en el puerto lituano de Klaipeda en lugar de la frontera polaca.
Para concluir, la Fiscalía General de Ucrania ha finalizado las investigaciones sobre el asesinato de manifestantes del Euromaidán en Kiev en febrero de 2014. A la luz de los resultados, el expresidente Viktor Yanukovich ha sido acusado formalmente de varios delitos, incluido el de asesinato. Además de Yanukovich, otros funcionarios han sido acusados tales como el ex ministro del Interior y su adjunto, el exdirector del SBU, el ex ministro de Defensa y el ex comandante de la división antidisturbios de Berkut. Hay que recordar que en las protestas en el centro de Kiev perdieron la vida 67 civiles, y un total de 887 civiles y 132 agentes del orden resultaron heridos. A esto se suman los daños materiales ocasionados por valor de más de 16 millones de grivnas.
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