Continúa agravándose la situación de la política estadounidense, tras la destitución del presidente de la Cámara de Representantes, lo que genera numerosas dudas respecto a la capacidad a medio y largo plazo de este país para continuar suministrando ayuda a Ucrania. Ya en Ucrania, la actualidad de la jornada pasa por el desmantelamiento de una red de espionaje ruso en el país, así como por el acuerdo alcanzado con Polonia sobre la exportación de cereales ucranianos y por la llegada de dos nuevos buques graneleros a los puertos del este del país. Sobre el terreno, la situación se mantiene estática.
En las últimas horas hemos asistido a la destitución, en un suceso del que no hay antecedentes, del presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, traicionado por sus propios compañeros de formación, pues ha sido del ala más dura del partido republicano -liderados por Matt Gaetz– de donde ha surgido la iniciativa que ha permitido retirarle la confianza. Es la consecuencia de su búsqueda hasta el último minuto, de un acuerdo que permitiese evitar el cierre gubernamental y de sus intentos por que la ayuda a Ucrania no se viese interrumpida, algo que los miembros del «caucus por la libertad» no han perdonado. Estos últimos, herederos del «Tea party» y fieles a Trump, han terminado por hacer valer el peso que tienen en la cámara, para castigar a McCarthy, quien ha anunciado que no volverá a presentarse.
Ahora bien, que nadie se lleve a engaño, pues aunque los titulares den la impresión de que han sido los ocho congresistas republicanos los que han causado todo este revuelo, la destitución de McCarthy no habría sido posible sin el concurso de los demócratas. Al fin y al cabo, la votación se ha saldado con 216 votos a favor de su salida y 210 en contra. Por el momento, y a la espera de lo que ocurra en las próximas semanas, Patrick McHenry, congresista republicano de Carolina del Norte y aliado cercano de McCarthy, ha sido designado “presidente pro tempore” para presidir la cámara en ausencia de un presidente electo. Sin embargo, pese al papel que este desempeñe, la cámara no podrá abordar asuntos legislativos hasta que no cuente con un presidente de pleno derecho, lo que es, como dicen algunos, «terreno desconocido».
La salida de del hasta ahora presidente de la Cámara de Representantes no hace sino añadir más incertidumbre a las perspectivas de la ayuda estadounidense a Ucrania, después de que el apoyo a Kiev fuera excluido del reciente proyecto de ley de financiación del gobierno estadounidense y dado que para continuarla se necesitaba y se necesitaba un acuerdo al margen, algo para lo que contar con una figura tan predispuesta a la negociación y al pacto entre fuerzas políticas como McCarthy era fundamental.
Recordemos que Biden afirmó hace apenas unas horas que el apoyo de Estados Unidos a Ucrania no podía interrumpirse “bajo ninguna circunstancia” y que esperaba plenamente que McCarthy “mantuviera su compromiso de asegurar el paso y el apoyo necesarios para ayudar a Ucrania mientras se defiende de la agresión y la brutalidad”. Ahora, por el contrario, los Estados Unidos están más lejos de poder garantizar la continuidad de la ayuda a Ucrania en el medio y largo plazo (a corto parece estar asegurada), sin que esto signifique que no se puedan alcanzar acuerdos de aquí en adelante o que no se puedan establecer canales alternativos (derivando la carga a otros aliados). Al fin y al cabo, a pesar la tensión de las últimas semanas, una gran mayoría de demócratas y republicanos todavía están a favor de mantener la ayuda militar y financiera a su aliado.
A la espera de lo que ocurra, lo que es evidente es que la guerra está en un momento decisivo, a las puertas del invierno (según el Secretario de Prensa del Departamento de Defensa, John Kirby, a Ucrania le quedan seis u ocho semanas de buen tiempo), con el frente estancado y precisamente cuando Ucrania necesita ayuda de forma más apremiante: tanto para sostener las operaciones en lo posible -manteniendo así la presión sobre las líneas rusas-, como para hacer frente al previsible aumento -que de hecho ya se está constatando- en el número de ataques rusos contra su infraestructura energética y eléctrica. Una campaña que promete ser más dura si cabe que la del pasado año.
En este sentido, Ucrania está implementando su propia estrategia dirigida a dificultar la presencia rusa en Crimea, con dos intenciones: 1) que la península termine por convertirse en un lugar hostil, como lo fuera la orilla occidental del Dniéper durante el pasado verano y otoño de 2022 y que; 2) una parte sustancial de la logística -que pasa por allí- que permite sostener a sus tropas a lo largo y ancho del «corredor terrestre», se vea comprometida. Hoy, sin ir más lejos, Rusia asegura haber derribado un misil de crucero «Neptune» ucraniano, cuando se dirigía contra un objetivo en la zona; uno más de los muchos ataques que desde Ucrania se han venido llevan a cabo con intensidad creciente desde hace unos meses, mientras se sigue especulando con la llegada de los ATACMS.
En otro orden de cosas, se sigue debatiendo acerca de cuáles son los objetivos finales de Putin no solo respecto a Ucrania, sino incluso en relación con otros países, incluyendo miembros de la UE/OTAN. En este sentido, se ha publicado recientemente un interesante artículo de Samuel Charap y Kaspar Puček en el que hacen un repaso a los distintos puntos de vista existentes sobre este particular, para concluir que, en última instancia, no hay ningún problema con cuáles sean las aspiraciones rusas, si el país no tiene medio para alcanzar sus ambiciones.
Esto, que es una perogrullada o que puede parecerlo, sigue siendo sin embargo un aspecto fundamental, pues no hay nada que indique claramente que Rusia, a pesar de alcanzar objetivos territoriales en Ucrania o incluso de lograr ciertas garantías de seguridad en el futuro, vaya a verse satisfecha a largo plazo. Al fin y al cabo, como hemos explicado en decenas de ocasiones ya, el conflicto con Occidente va mucho más allá de Ucrania y responde a causas profundas. Así las cosas, e independientemente del resultado de la guerra, la única garantía real con la que cuentan Ucrania y sus vecinos frente a Rusia, es la capacidad de generar disuasión, un concepto que el Kremlin entiende a la perfección y que para materializarse requiere de dotar a Kiev de un buen número de capacidades, incluyendo la industrial. Todo de forma que incluso no llegando a entrar en la OTAN esté en posición, por sus propios medios, de evitar una nueva agresión.
Pasando a la actualidad militar, en las últimas horas ha continuado Rusia con sus lanzamientos de drones y misiles. Las fuentes ucranianas hablan de un total de 29 drones Shahed derribados (de 31), así como de 1 misil balístico Iskander neutralizado. Del otro lado, aunque no hemos encontrado imágenes que lo confirmen por el momento, se habla de una gran explosión en Sebastopol, aunque podría deberse a la actividad de la defensa antiaérea rusa. Sea o no, desde el Ministerio de Defensa de este país aseguran haber derribado un misil de crucero/antibuque «Neptune» sobre el mar Negro, aunque no está claro cuál era su objetivo.
Además de esto, en las últimas horas ha cobrado relevancia el desmantelamiento de una red de espionaje rusa dentro de Ucrania, que se ha saldado con la detención de más de una docena de elementos en la región de Mikolaiv.
En el frente, escasas novedades. Al norte, en la línea Kupiansk-Svatove-Kreminna, la situación se mantiene estática, más allá de los bombardeos habituales.
En cuanto al área de Bakhmut, los combates continúan al sur, con nuevos ataques ucranianos en dirección a la carretera T-0513 y contraataques rusos que buscan impedir que los avances de las AFU se consumen.
Al oeste de Donetsk, se han producido diversas acciones. En primer lugar, en el área de Avdiívka, los ucranianos han logrado revertir algunos de los avances rusos de las últimas semanas en la zona de Nevels’ke, a la vez que continuaban avanzando en Opytne. En segundo lugar, han ganado también pequeñas porciones de terreno en dirección a Novomykhailivka.
Al sur del frente, por último, apenas hay novedades, más allá de los combates diarios y los intentos ucranianos por establecerse al sur de la línea Surovikin entre Novoprokopivka y Verbove, en el eje de Orihiv.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Estados Unidos ha protagonizado la jornada 587 al convocar el presidente Biden a los líderes de los aliados de Washington para discutir sobre la continuidad del apoyo coordinado a Ucrania.
En la llamada mantenida han participado los líderes de Canadá, Alemania, Italia, Japón, Polonia, Rumanía, Reino Unido y Francia, así como la presidenta de la Comisión Europea y el presidente del Consejo Europeo. Esto es, con los líderes del G7, UE y Bucharest9. Además, ha participado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien al comunicarlo en sus redes sociales ha subrayado que “Mientras Rusia continúa su brutal guerra, todos estamos comprometidos a apoyar a Ucrania durante el tiempo que sea necesario”.
Una llamada que llega en mitad de las polémicas y cuestionamiento en Estados Unidos y, más concretamente en el Congreso, del apoyo al esfuerzo bélico de Kiev.
Por otro lado, EE. UU. está preparando, además, su próximo paquete de asistencia de seguridad en el que se podría esperar que se incluyan por primera vez los misiles de largo alcance ATACMS; armamento tan reclamado por Ucrania como en el caso de los Taurus a Alemania.
Por el momento se desconocen tanto el valor como el contenido del nuevo paquete, así como el calendario de envío. Ha sido la secretaria de prensa de la Casa Blanca Karine Jean-Pierre quien en una rueda de prensa afirmaba: “Existe una coalición internacional muy fuerte detrás de Ucrania. Si Putin cree que puede sobrevivir a nosotros, está muy equivocado. Está equivocado. Por eso, pronto tendremos otro paquete de ayuda para Ucrania para señalar nuestro continuo apoyo al valiente pueblo de Ucrania”.
Según funcionarios del Pentágono en una entrevista con The Wall Street Journal, aún les quedan más de 5.300 millones de dólares para proporcionar asistencia de defensa a Ucrania. Esto equivaldría a “aproximadamente seis meses de armas si Estados Unidos continúa enviando suministros a Ucrania al mismo ritmo que lo ha hecho desde principios de marzo”. Esto se debe recordemos al error contable detectado en mayo fruto de la discrepancia en la evaluación del Pentágono de las armas suministradas.
Pasando al crowdfunding, la Fundación Come Back Alive ha entregado camionetas y equipos de remoción de minas a 20 equipos de zapadores de las AFU. En particular, cada equipo ha recibido: una camioneta, un cuadricóptero Autel EVO Nano+, una tableta rugerizada con tarjeta de memoria, 3 radios Motorola, 3 kits de zapadores tácticos, un detector de metales, un aparato de chorreado con cargador, un óhmetro, sondas y 2 bobinas de alambre.
Volviendo sobre la llamada telefónica liderada por Estados Unidos, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha comentado al respecto que ha trasladado a los representantes de los países participantes que el apoyo de Europa a Ucrania es inquebrantable a través de:
- Propuesta de nuevo instrumento de asistencia macrofinanciera por importe de 50.000 millones de euros para reformas e inversiones.
- 1 millón de disparos de artillería a ser entregados en marzo de 2024
- Acción de la Unión para garantizar la plena rendición de cuentas por los crímenes rusos cometidos contra los ucranianos.
A colación del apoyo de la UE, según funcionarios esta tendría la intención de ceder ante las presiones de Viktor Orban y descongelaría 13.000 de 22.000 millones de euros en fondos a Hungría que habían sido bloqueados en diciembre de 2022 debido a las preocupaciones sobre el Estado del derecho en el país. Esta decisión de la Comisión sería la que podría permitir que Orban muestre su apoyo para aumentar el presupuesto de la UE y lograr aprobar la ayuda de 50.000 millones de euros para que Kiev pueda cubrir sus gastos durante los próximos cuatro años.
Sobre este asunto, es importante subrayar que el Parlamento Europeo reunido en Pleno en Estrasburgo ha respaldado hoy la propuesta para proceder con una revisión intermedia del Marco Financiero Plurianual 2021-2027. Esta revisión permitirá, a su vez, el establecimiento de este nuevo instrumento financiero para Ucrania.
Por otro lado, la presidenta Von der Leyen ha acogido de manera positiva la decisión del Parlamento de Armenia de ratificar el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI). De este modo, Armenia se convierte en el país 123 comprometido con el Estado de derecho. Por tanto, y en lo que a la guerra concierne, si el presidente Putin pisase territorio armenio, sus autoridades estarían obligadas a arrestarlo en cumplimiento de la orden emitida contra él por la CPI.
Para Rusia, no obstante, la decisión es vista de otro modo. Según el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dudan de que la decisión sea “sensata en términos de relaciones bilaterales” y creen que fue una “decisión mal meditada”. Sobre esto, enfatiza que aunque tienen mucho en común con el pueblo armenio y los lazos comunes los unirán para siempre, “sin embargo, ahora, por supuesto, tenemos algunas preguntas adicionales que debemos plantear a los actuales dirigentes de Armenia”.
Mientras tanto siguen llegando noticias de los encuentros mantenidos ayer en Ucrania al margen de la reunión de los ministros de Exteriores de la UE. En particular, recibieron también al ministro de Defensa de Estonia, Hanno Pevkur. En particular, el presidente Zelenski ha conversado con Pevkur y su equipo sobre el papel activo de Tallin en la “coalición de Información y Tecnología” (IT), las necesidades de defensa de Ucrania y las formas de aumentar la asistencia. Además, Zelenski ha subrayado que Estonia ha “ayudado mucho” a Ucrania desde el inicio de la guerra y siempre les estarán agradecidos.
Además, Pevkur también fue recibido por su homólogo, el ministro Umerov para seguir discutiendo sobre las cuestiones anteriores, pero también sobre el entrenamiento y rehabilitación de soldados ucranianos.
Esta no fue su única reunión, pues también conversó con el ministro de Exteriores lituano, Gabrielius Landsbergis, sobre la ayuda miliar y, en particular, sobre lo sistemas de defensa aérea y artillería.
Hoy el mandatario ucraniano ha visitado el frente oriental y, en particular, a las brigadas que luchan “en una de las zonas más calurosas, Kupiansk y Lyman”, en el óblast de Járkov. Según el líder ucraniano, “Járkov no solo resiste, sino que ayuda a mantener fuerte a todo el Este”.
En otro orden de cosas, el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, ha hablado con su homólogo Nicu Popescu para reafirmar el compromiso de Ucrania con su firma asociación con Moldavia frente a los retos comunes en materia de seguridad.
Por otro lado, también se ha sabido que el primer ministro ucraniano, Denys Shmyal, se reunió al margen de la reunión de los ministros de Exteriores de la UE con el Alto Representante y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell. Como fruto de este encuentro, acordaron celebrar la próxima reunión del Consejo de Asociación UE-Ucrania en diciembre de este año. En este sentido, discutieron sobre la integración del país en la UE, pero también sobre la nueva ayuda macrofinanciera a la que nos hemos referido anteriormente.
Moviéndonos a la cuestión de los cereales, Ucrania y Polonia han logrado un acuerdo para acelerar el tránsito de cereales ucranianos. En particular, en el comunicado se indica lo siguiente: «Los controles veterinarios, sanitarios y fitosanitarios se transferirán desde la frontera entre Ucrania y Polonia al puerto de Klaipeda [Lituania] para todos los cargamentos agrícolas destinados a este puerto”. Esto supone un primer acercamiento entre ambos países tras la controversia suscitada debido a que Polonia desea mantener la prohibición de importación de cereales ucranianos para no perjudicar su mercado local pese a que la Comisión Europea solo autorizó la medida hasta el pasado 15 de septiembre.
Por otro lado, dos buques, el “Equador” y el “Maranta”, enarbolando banderas de las Islas Marshall y Camerún, respectivamente, se dirigen al puerto ucraniano del Mar Negro de Odesa. Además, se espera que la cosecha de este año supere los 79 millones de toneladas.
Cambiando tercio, la Agencia Nacional de Ucrania para la Prevención de la Corrupción ha añadido a las tres mayores compañías chinas de petróleo y gas a su lista de “patrocinadores internacionales de la guerra”, debido a que continúan comprando crudo y gas de Rusia e invirtiendo en proyectos energéticos rusos. En particular, las afectadas son las siguientes: China Petrochemical Corporation (Sinopec Group), China National Offshore Oil Corporation (CNOOC Group) y China National Petroleum Corporation (CNPC). Por poner un ejemplo, en el caso de CNOOC y CNPC tienen un 10 por ciento en el proyecto Artic LNG-2 situado en la península de Gidan, en la región ártica de Rusia.
Por otro lado, desde Bulgaria han prohibido la entrada de vehículos con matrícula rusa en el país, sumándose a la decisión adoptada anteriormente por Polonia, Finlandia, Noruega, Estonia, Letonia y Lituania.
Para concluir, a nivel deportivo, Ucrania sigue insistiendo en que se boicotee a los atletas rusos. En este caso, las referencias han estado dirigidas al judo pues su Asociación Internacional ha invitado a competir internacionalmente a los deportistas rusos en la categoría junior. El Ministerio de Exteriores de Ucrania ha emitido su crítica junto a la foto de una sala de judo ucraniana destruida como consecuencia de los ataques rusos.
Deja una respuesta