La última jornada de guerra en Ucrania ha estado marcada por lo ocurrido en el ámbito internacional, desde el recrudecimiento de las tensiones entre Armenia y Azerbaiyán, que podrían suponer la reanudación de un conflicto cerrado en falso, a la celebración de la Asamblea General de las Naciones Unidas. También por el anuncio por parte alemana de un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania por valor de 400 millones de euros, la llegada de Shoigú a Irán o el encuentro entre Zelenski y Lula.
Hay días en los que el plano militar de la guerra de Ucrania queda completamente opacado por noticias llegadas de fuera de las fronteras de este país. Hoy es una de esas jornadas. La celebración de la Asamblea General de las Naciones Unidas, a la que el único líder de los países que forman el Consejo de Seguridad que ha acudido ha sido Biden, o la reunión del Grupo de Apoyo a Ucrania (Ramstein), son sin duda importantes. Más lo es el resurgimiento de las hostilidades en Nagorno-Karabaj, uno más de los conflictos del «extranjero cercano» ruso, e íntimamente ligado por tanto a la percepción del poderío de dicho país.
Esto último es así, puesto que Rusia ha jugado un papel fundamental a la hora de mantener un status quo en la región (no entramos en las razones por las que el conflicto se ha enquistado en el tiempo) apoyando a Armenia, mientras Turquía, cada vez con más fuerza, hacía lo propio con Azerbaiyán. En este sentido, la pérdida de credibilidad por parte rusa, la cantidad de fuerzas que mantiene ocupadas en Ucrania -lo que impide dedicarlos a otros escenarios- y el resultado del último conflicto en la zona, en el que se pudo apreciar la superioridad del armamento y los sistemas proporcionados por Turquía (entre otros) a Azerbaiyán, son determinantes a la hora de permitir que la tensión política ascienda hasta lo militar.
Precisamente este último factor resulta de sumo interés, dentro de la tragedia. El resultado de la última guerra entre Azerbaiyán y Armenia fue un notable fracaso para este último estado, debido a la incapacidad mostrada por sus fuerzas armadas a la hora de hacer frente a las municiones merodeadoras o los drones TB-2 empleados por los azeríes. El asunto aquí estriba en que, desde entonces, los armenios habrían estado preparándose, adoptando algunas de las innovaciones que se han visto hasta ahora en Ucrania.
En este sentido, si finalmente llega a producirse una verdadera guerra -por ahora solo hemos visto acciones limitadas, pero podrían tener todavía marcha atrás-, a pesar de la disparidad de fuerzas entre ambos países, podrían confirmarse algunas de las tendencias vistas en Ucrania. Por ejemplo, la deriva hacia el estancamiento producida por la eficacia de armas como los drones comerciales letalizados, las armas contracarro modernas o, más recientemente, el uso masivo de minas. Obviamente, está muy lejos de nuestro deseo que se produzca una nueva guerra, pero aun así, entendiéndola como un objeto de estudio, podría ayudar a clarificar cuestiones cruciales desde el punto de vista del proceso de cambio militar que estamos viviendo y que podría considerarse por varios motivos como una Revolución Militar y no una «simple» RMA.
Mientras esto se concreta, el ministro de Defensa ruso ha viajado a Irán, visita en la cual seguramente traten el tema de Nagorno-Karabaj. En relación con la guerra de Ucrania, lo más relevante tiene que ver con los acuerdos a los que puedan llegar en cuanto a suministro de material militar a Rusia por parte del régimen de los ayatolás. Hasta ahora, como sabemos, han sido numerosos los vuelos de aviones de transporte estratégico rusos entre uno y otro país. Entre otras cosas, han servido para transportar a Rusia drones Shahed, pero no solo.
Así las cosas, en un momento en el que la relación entre Irán y la Unión Europea (y por extensión los Estados Unidos) atraviesa sus peores momentos, el país chií refuerza sus lazos con Rusia con una visita de alto nivel que no hace sino confirmar el buen estado de las relaciones ruso-iraníes, que han venido profundizándose de un tiempo a esta parte, pasando Teherán a formar parte de un eje incipiente de Estados entre los que se cuentan otros como Corea del Norte, como demuestra el reciente tour de Kim Jong-un por el Extremo Oriente ruso.
Antes de pasa al análisis de lo ocurrido sobre el terreno en las últimas horas, aunque sea un tema que no tiene influencia directa en la guerra de Ucrania, hemos de hacer un comentario sobre algo que está ocurriendo en estos días en Países Bajos. Allí se está celebrando el ejercito C-UAS «TIE23» de la OTAN, que ha congregado a decenas de empresas del sector de la defensa, con participación española incluida de la mano de compañías como EM&E, Indra o ART, y en el que hemos podido tomar parte como observadores.
El problema es que a pesar tanto del esfuerzo como del buen desempeño de las empresas participantes, lo que la organización del ejercicio demuestra es que en Occidente todavía no hemos hecho el necesario «cambio» de chip a la hora de abordar una cuestión tan crítica como la defensa C-UAS. La prueba está en la concepción de los ejercicios, que si bien han logrado hitos como la conexión de la mayor parte de implicados a través del estándar SAPIENT, no reflejan las amenazas reales que podemos encontrar en el campo de batalla actual, sino más bien aquellas que podían preocuparnos hace dos, cuatro o seis años.
En cuanto a lo ocurrido sobre el terreno, en las últimas horas han vuelto a producirse diversos ataques rusos sobre distintos puntos del país, alcanzando localidades como Leópolis o Sloviansk, provocando la muerte de una persona. En total, según el Ministerio de Defensa de Ucrania, Rusia habría hecho empleo de una treintena de drones Shahed-136/131, de los que la artillería antiaérea ucraniana asegura haber derribado 27 antes de que alcanzasen su objetivo. Del otro lado, los ucranianos habrían logrado alcanzar distintos puntos de Melitópol, bajo control ruso, como demuestra FIRMS. Según algunas fuentes, el objetivo alcanzado habría sido un cuartel general ruso.
Respecto a los combates, han proseguido los enfrentamientos en la localidad norteña de Kuzemivka, al noroeste de Svatove, en la región de Lugansk. Las tropas rusas, no obstante, continúan con sus esfuerzos limitados en la línea Kupiansk-Svatove-Kreminna, que continúa sin modificaciones sustanciales.
En el caso del área de Bakhmut, la tónica es la de días anteriores, con las Fuerzas Armadas ucranianas tratando de avanzar al sur de esta ciudad, en dirección a la T-0513, y buscando aprovechar la «severa» destrucción causada a las unidades rusas en la zona durante las últimas semanas. Además, se ha registrado un ataque ucraniano desde Ivanis’ke hacia el sector más occidental de Bakhmut.
Al oeste de la ciudad de Donetsk, se han recrudecido los ataques rusos sobre la ciudad de Avdiívka y las localidades aledañas, aunque por el momento sin cambios.
En cuanto al sur, el grueso de la actividad continúa concentrándose en el eje de Orijiv, en donde las Fuerzas Armadas ucranianas prosiguen con sus intentos sobre Verbove, al sureste de Robotyne, en donde habrían hecho diversos avances en los últimos días, aprovechando para avanzar algunas de las trincheras rusas en la zona.
Como comentario final, en este caso respecto al sur del Dniéper en la región de Jersón, se acumulan las evidencias de que Ucrania ha ido haciéndose fuerte en las islas que jalonan el río y en algunos casos incluso en la orilla sur.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
A nivel institucional y diplomático tal y como estaba previsto, la jornada ha estado marcada por dos grandes eventos. De un lado, el inicio de los debates de alto nivel en la Asamblea General de las Naciones Unidas. De otro, la 15ª reunión del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania.
Los participantes de 54 estados socios de Ucrania y miembros de la OTAN y la UE, se han dado cita en la base aérea de Ramstein, nombre por el que también se conoce a estos encuentros, para continuar coordinando la ayuda a Ucrania. Además, ha sido el día en el que el nuevo ministro de Defensa de Ucrania, Rustem Umerov, ha conocido a decenas de sus homólogos al mismo tiempo presentándoles las direcciones del desarrollo de las Fuerzas Armadas de Ucrania a medio y largo plazo.
Uno de los resultados de esta reunión ha sido precisamente una nueva coalición sobre cuyos trabajos preparatorios ya se comenzó a hablar en la anterior. Se trata de la “coalición de tecnologías de la información (IT)”, liderada por Estonia, Luxemburgo y la propia Ucrania. Esta nueva coalición cuenta además con Bélgica, Dinamarca, Lituania y Letonia como participantes.
Sin embargo, la noticia más llamativa ha venido una vez más de la mano de Dinamarca, pues el país nórdico ha anunciado que enviará 45 carros de combate adicionales en cooperación con otros socios. En particular, estaría previsto que envíen 15 carros de combate T-72EA y 30 Leopard 1, aunque por el momento no se ha precisado quiénes serían los partners de este nuevo acuerdo. Este anuncio está en línea, además, con el nuevo paquete de asistencia de Dinamarca por importe de 830 millones de dólares para un periodo de tres años.
Esta será la segunda donación colaborativa de carros de combate que promueva Dinamarca, toda vez que ya en una ocasión anterior cooperó con Países Bajos y República Checa para proporcionar 15 T-72.
Según medios alemanes, Ucrania, además, habría rechazado aceptar un lote de 10 carros de combate Leopard 1A5 enviados por Alemania debido al mal estado en el que se encontraban, precisando de reparaciones que el Ejército ucraniano no puede realizar.
Esta no ha sido la única noticia relacionada con Alemania en las últimas horas, pues el ministro de Defensa, Boris Pistorius, -quien no ha podido asistir a la reunión de Ramstein al estar enfermo por COVID-19- ha adelantado que Berlín proporcionará a Kiev un paquete de ayuda por valor de 400 millones de euros. Entre lo suministrado se contará munición adicional -incluida de mortero-, vehículos blindados y sistemas de desminado. Además, Pistorius ha enfatizado que dentro de este nuevo paquete de ayuda también se contempla el envío de ropa y generadores de cara a la llegada de la próxima temporada invernal.
Desde Londres también han llegado nuevas noticias, pues el recién nombrado secretario de Defensa, Grant Shapps, ha anunciado la entrega de decenas de miles de proyectiles adicionales a Ucrania “antes de finales de año”. Shapps ha declarado que el Reino Unido permitirá a Kiev “defenderse de la invasión de Rusia y recuperar los territorios ocupados ilegalmente”. De igual modo, ha recordado que hasta la fecha Reino Unido ha entregado unos 300.000 proyectiles de artillería.
Por su parte, el secretario de Defensa estadounidense, anfitrión de la reunión, ha indicado que Ucrania recibirá “pronto” los carros de combate Abrams. No obstante, no ha precisado el número de unidades que compondrán el primer lote, si bien se esperaba que fueran 10 de un total de 31 comprometidos.
Asimismo, durante su discurso de apertura de la reunión, Austin ha incidido en que en total Estados Unidos y los socios globales de Ucrania han comprometido más de 76.000 millones de dólares en asistencia directa de seguridad para la defensa de Ucrania. Considera así que “estas donaciones demuestran la profunda determinación de unos 50 países aquí reunidos. Juntos, le estamos dando a Ucrania lo que necesita, cuando lo necesita”.
Mientras tanto en Estados Unidos, la primera parada del viaje del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, acompañado de su equipo encabezado por Andriy Yermak, jefe de su gabinete, ha sido para visitar a los soldados ucranianos que están recibiendo tratamiento y rehabilitación en Estados Unidos. En particular, estos se encuentran en el Hospital Universitario de Staten Island.
Hoy Zelenski también se ha dirigido a la Asamblea General de las Naciones Unidas tal y como han realizado algunos de sus homólogos como el presidente de EE. UU. Joe Biden, de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, o de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan.
El líder ucraniano que interviene por primera vez ante la AGNU desde el inicio de la invasión ha aprovechado su discurso para subrayar que con “Cada década, Rusia se lanza a una nueva guerra” y que la Asamblea es “una oportunidad para poner fin a esta agresión”. De este modo, ha anunciado los preparativos de la “Cumbre mundial por la paz”, invitando a “quienes no toleran la agresión” a que se unan a su preparación y participen cuando se celebre.
Además, había dos temas que no podían quedar fuera de su discurso: las deportaciones ilegales de menores ucranianos calificando estas acciones de genocidio, y las acusaciones contra Rusia por emplear los alimentos y la energía como armas.
El discurso de Zelenski ha concluido con una referencia al fallecido fundador del Grupo Wagner: “Pregúntenle a Prigozhin si Putin cumple sus promesas… Debemos limitar sus acciones, sancionar los crímenes de guerra, debemos estar unidos”.
Por su parte, Erdoğan se ha comprometido ante la AGNU a “intensificar” sus “esfuerzos” diplomáticos para “poner fin a la guerra” en Ucrania. Ha subrayado que desde el comienzo se han esforzado por mantener a sus “amigos rusos y ucranianos alrededor de la mesa, con la idea de que la guerra no tendrá ganadores y la paz no tendrá perdedores”.
Concluimos por hoy con la intervención del presidente Biden, teniendo en cuenta que mañana retomaremos el informe justo en este punto, dado que al tiempo de escribir estas líneas continúa la sesión. Según el presidente estadounidense las Naciones Unidas deben “oponerse hoy a la agresión deliberada” de Ucrania por parte de Rusia “para disuadir cualquier agresión futura” del mismo tipo.
Asimismo, plantea lo siguiente:
“Rusia cree que el mundo se cansará y dejará que brutalicen a Ucrania sin consecuencias. Pero les hago la pregunta: si abandonamos los principios fundacionales de la Carta de las Naciones Unidas, ¿qué Estado miembro podrá seguir sintiéndose protegido? Si permitimos que Ucrania sea desmembrada, ¿sigue garantizada la independencia de las naciones? La respuesta es no”.
En consecuencia, ha subrayado que Estados Unidos junto con sus aliados y socios, “seguirá apoyando al valiente pueblo de Ucrania en su defensa de su soberanía, integridad territorial y libertad”.
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