Después del ataque de ayer a Sebastopol, hoy se han registrado nuevas explosiones en la península de Crimea, concretamente en la zona de Yevpatoriya, en donde podría haber sido alcanzado un sistema antiaéreo S-400. En una jornada en la que Ucrania ha anunciado la reconquista de Andriívka (anuncio negado por sus propias tropas), continúa dando que hablar el encuentro entre Kim Jong-un y Vladímir Putin, que parece que tendrá una segunda parte, tras aceptar este último una invitación de cara a visitar Corea del Norte. Además de todo esto, en las últimas horas la Corte Penal Internacional ha abierto una oficina en Kiev y Bulgaria ha levantado la prohibición a la importación de los cereales ucranianos.
Todavía no se conocen a ciencia cierta las consecuencias exactas del ataque de ayer sobre la base naval de Sebastopol, que concluyó con importantes daños a un buque de desembarco de la clase Ropucha y un submarino convencional clase Kilo, aunque a tenor de las imágenes ambos parecen haber sufrido daños catastróficos, al igual que los muros de contención entre ambos diques. A tenor del vídeo que acabamos de enlazar, y a diferencia de lo que parecían indicar las imágenes de ayer, a quilla estaría intacta, pero habría colapsado toda la superestructura, dando la falsa impresión de un desalineamiento.
Lo que sí parece claro es que no serán los últimos que veamos en los próximos meses, toda vez que las Fuerzas Armadas ucranianas continúan atacando las defensas antiaéreas rusas, verdadero objetivo prioritario en los últimos meses. Hoy, sin ir más lejos, se han reportado ataques en las inmediaciones de Yevpatoriya, al parecer sobre una zona en la que el Ejército ruso mantenía desplegada una batería del sistema antiaéreo S-400 Triumph, clave de bóveda de la defensa rusa tanto contra aviones como contra misiles e incluso drones. Lo curioso del caso es que, una vez más, parece haber sido un descuido en las redes sociales el que ha permitido geolocalizar la posición de la misma, error que es ya casi un clásico en esta guerra. Más allá del valor económico de estos sistemas, lo que verdaderamente importa son las capacidades que aporta y con las que Rusia deja de contar cuando se ven afectados, aunque el daño se reduzca como parece ser el caso a un único lanzador.
Tenemos pues que Ucrania habría asestado un golpe más a una infraestructura defensiva que, a medida que va perdiendo densidad, hace más posible que los misiles y drones ucranianos alcancen su objetivo, sin que exista la posibilidad de que otros elementos como los buques de superficie dotados de defensa antiaérea puedan suplir esta carencia. En otras condiciones habría sido posible, pero la Flota del Mar Negro perdió el que era su mayor activo en este sentido en los primeros compases de la guerra y a partir de ahí es muy poco lo que puede hacer.
En este sentido, Ucrania ha venido empleando todos los medios a su servicio con muy buen tino, recurriendo tanto a armas de largo alcance como a elementos sobre el terreno, eliminando radares aéreos y navales, sistemas de guerra electrónica y, como en esta ocasión, sistemas antiaéreos. Todo de forma que sus buques nodriza, sus aviones de combate, sus elementos de operaciones especiales y sus misiles y drones tengan el camino cada vez más expedito en dirección hacia la península, pero no solo hacia allí, toda vez que hay objetivos como Novorosíisk que siguen siendo importantes y que para ser alcanzados obligan a sortear ese portaaviones natural que es Crimea.
Así pues, todo indica como decimos que en las próximas semanas serán más los ataques ucranianos, tanto contra objetivos de fortuna -podría calificarse así lo ocurrido ayer- como contra objetivos estratégicos pero, seguramente, cada vez más relacionados con la logística, que son en última instancia los más relevantes para minar la capacidad de combate del Ejército ruso; al fin y al cabo, su marina ha tenido un papel más que discreto, mucho más incluso que el de su Fuerza Aérea.
Sobre esto último merece la pena detenerse unas líneas. Lo que está permitiendo a Rusia infligir un alto nivel de bajas a Ucrania, ralentizando con notable éxito su ofensiva e imponiendo unos enormes costes materiales, es en última instancia su artillería, complementada con empleo masivo de drones aéreos, materia en la que ha recortado distancia frente a Ucrania en los últimos meses con gran solvencia, teniendo en cuenta la lamentable posición de partida de su industria en este aspecto.
Ahora bien, incluso Rusia tiene límites en este aspecto, por más que heredase cantidades pantagruélicas de disparos de 152 y 122mm de su antecesora soviética -de los que muchos se habrían perdido por el deficiente estado de conservación o se habrían vendido-. De hecho, desde el punto álgido durante la batalla por Severodonetsk, en la que se cree que Rusia pudo hacer hasta 60.000 disparos por día, la cantidad ha venido reduciéndose, aunque sigue siendo importante.
Aunque las estimaciones han ido variando notablemente en los últimos meses, el número de disparos diarios efectuados por la artillería de tubo rusa podría oscilar entre mínimos de alrededor de 5.000 y alrededor de los 20.000 o incluso más, según las más optimistas. En el caso ucraniano, hablaríamos de unos 5.000-7.000 disparos diarios.
El asunto aquí no es tanto probar cuántos disparos efectúan unos y otros, sino reflexionar sobre lo que esto implica, pues rara vez nos paramos a considerar cuánto cambian las cifras cuando pensamos en periodos largos. Para ello hemos elaborado la siguiente tabla, en la que se reflejan las cantidades prodigiosas que implica mantener ciertos ritmos a lo largo del tiempo:
Disparos / día | 3 meses | 6 meses | 12 meses |
5.000 | 456.250 | 912.500 | 1.825.000 |
10.000 | 912.500 | 1.825.000 | 3.650.000 |
15.000 | 1.368.750 | 2.737.500 | 5.475.000 |
20.000 | 1.825.000 | 3.650.000 | 7.300.000 |
25.000 | 2.281.250 | 4.562.500 | 9.125.000 |
Por poner las cifras en contexto, diremos que la capacidad de producción anual de Rusia se calculaba, hacia el pasado mes de abril, en unos 20.000 disparos mensuales, esto es, en unos 240.000 anuales. También se calcula que durante el pasado 2022 llegó a consumir hasta 11 millones de disparos, agotando una parte sustancial de sus reservas, lo que se ha notado, como hemos dicho antes en el ritmo al que ahora emplea su artillería (por no hablar del efecto del fuego de contrabatería ucraniano o el consumo de tubos y recambios de todo tipo).
De esta forma, independientemente de que pretenda aumentar su capacidad de producción hasta los 2 millones de proyectiles al año a corto plazo, las cuentas no salen salvo que reciba cuantiosa ayuda desde el exterior. Es aquí en donde entra Irán, pero especialmente Corea del Norte, de ahí la importancia del encuentro de ayer entre Putin y Kim Jong-un y del acuerdo al respecto que puedan alcanzar; de ahí también el «signalling» hecho ayer por Ucrania y el posible levantamiento del veto a los ataques con armas occidentales sobre Crimea por parte de sus aliados.
Y lógicamente, de ahí también el empeño puesto por Ucrania en todo lo explicado anteriormente, pues tanto si Rusia aumenta de forma efectiva la producción, como si continúa consumiendo reservas (recordemos que siempre dejan un amplio margen por si esta guerra «local» escala a una «regional» o más allá) o consigue suministros de sus aliados, la mejor forma de que no las utilice es lograr que los proyectiles no lleguen hasta los obuses que deben emplearlos.
Por cierto que, por comparar, y antes de pasar a relatar las últimas novedades sobre el terreno, la capacidad de producción de munición por parte estadounidense se espera que pase de 14.000 a 20.000 al mes (240.000 al año), mientras que del lado europeo se espera ser capaces de suministrar 1 millón de disparos de 155mm en 12 meses a Ucrania, así como producir lo suficiente como para reponer los stocks gastados, aunque no se han dado cifras concretas de la cantidad total a producir. Eso sí, únicamente Rheinmetall (propietaria por cierto de Expal), espera llegar a 450.000 o 500.000 al año en los próximos años. En cualquier caso, la guerra sigue demostrando la distancia abismal entre las estimaciones de necesidades anteriores y la realidad de los combates en una guerra de alta intensidad… y larga duración.
Sobre el terreno, en las últimas horas se ha producido el lanzamiento de una nueva oleada de drones rusos sobre Ucrania, aunque no ha sido un golpe contundente en respuesta al ataque a Sebastopol, como suele esperarse en estas ocasiones. Las defensas antiaéreas ucranianas aseguran haber derribado 17 de los 22 drones Shahed, pese a lo cual se han producido diversos daños materiales y humanos en localidades como Pershotravneve, en Nikopol o Novodmytrivka, en Jersón, donde un niño ha resultado muerto y otro herido, aunque en este caso no por la acción de los drones sino por un bombardeo ruso.
Del otro lado, además de los ataques ya explicados sobre Yevpatoriya, un USV ucraniano trató de alcanzar una corbeta del Proyecto 22160, al parecer sin resultado. Además de esto, aunque quizá tengamos que detenernos en ello en próximos informes, hoy ha cobrado relevancia la destrucción de un señuelo ucraniano, y es que este país cada vez confía más en este tipo de ingenios destinados a imponer costes a Rusia.
Más allá de esto, hoy las tropas rusas han continuado con sus intentos al norte de Kupiansk, en donde recientemente han logrado algún alcance en la zona de Lyman Pershyy, junto a Syn’kivka. También habrían atacado al oeste de Svatove, hacia Novoiehorivka, sin cambios.
En el área de Bakhmut, han continuado los tiras y aflojas al sur, en la zona de Klischiívka, con los ucranianos avanzando contra Andriívka. La curiosidad del día ha venido de la mano de Hanna Maliar, quien actúa como portavoz ministerial y ha anunciado la reconquista de esta localidad, algo que las propias unidades implicadas no parecían tener tan claro a tenor de los mensajes en Telegram y ha llevado a una posterior rectificación por parte de Maliar.
Del oeste de Donetsk no hay noticias en cuanto a movimientos, aunque sí algún testimonio de la dureza de los intercambios artilleros en localidades como Mariínka.
Tampoco del sur llegan excesivas noticias, más allá de la continuación de los ataques ucranianos tanto al sur de Robotyne como contra Verbove y los intentos de flanqueo sobre Novoprokopivka y de la sorprendente construcción de lo que parece una verja por parte del Ejército ruso al norte de Kopani. También algunos rumores relativos al atrincheramiento de fuerzas ucranianas en algunas de las islas del Dniéper, aunque sin más datos.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
El encuentro más destacable de la jornada ha sido el del presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, si bien ha habido otras conversaciones de alto nivel del lado de Ucrania que también se destacarán, mientras continúa dando titulares el encuentro de ayer entre Kim Jong-un y Putin.
Lo más relevante en relación con esto, no obstante, es que según se ha sabido Putin ha aceptado la invitación de Kim para visitar Corea del Norte en los próximos meses, lo que indica que el mandatario ruso está confiriendo cierta prioridad a la relación con el régimen juche, que puede convertirse en una tabla de salvación para Rusia por las razones ya expuestas en la sección anterior.
Respecto a Lukashenko, estaba previsto desde tiempo atrás que Putin y Lukashenko se reuniesen hoy para discutir sobre “los asuntos internacionales y regionales”, junto con “los esfuerzos conjuntos en la economía, la industria manufacturera, la agricultura y otros sectores, así como el trabajo en el campo de la sustitución de importaciones”. Más allá de lo cual, no han trascendido grandes titulares de esta reunión, pero sí sobre el propio Lukashenko, contra quien el Parlamento Europeo parece estar decidido a luchar. De hecho, en una resolución recientemente adoptada ha pedido a la Corte Penal Internacional que emita una orden de arresto en su contra, denunciando el suministro de armas y equipo militar a las tropas rusas, la producción de componentes para el ejército ruso, el estacionamiento de tropas rusas en el país y su entrenamiento por parte de instructores bielorrusos, las amenazas de unirse la guerra y el despliegue de tropas cerca de la frontera con Ucrania.
Siguiendo con Rusia, hoy el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, ha aseverado que Moscú está dispuesto “a considerar cualquier propuesta seria que tenga en cuenta las realidades sobre el terreno y los intereses legítimos básicos de la Federación Rusa. Sobre esto añade que algunos países del Sur Global ya han enviado a Rusia iniciativas para resolver el conflicto en Ucrania “aparentemente impulsadas por motivos sinceros”, en lo que viene siendo el discurso habitual del Kremlin desde hace meses.
En otro orden de cosas, la Corte Penal Internacional (CPI) ha abierto una oficina en Kiev para investigar los crímenes de guerra ruso. De este modo, con la apertura de la oficina se espera “aumentar la eficacia y eficiencia de la respuesta a los crímenes que Rusia sigue cometiendo contra Ucrania y los ucranianos todos los días”.
Desde el otro lado del Atlántico, el presidente Joe Biden ha nominado a Penny Pritzker, ex secretaria de Comercio de Estados Unidos, representante especial de EE. UU. para la Recuperación Económica de Ucrania. Una decisión que ha sido bien recibida por las autoridades ucranianas, agradeciendo a EE. UU. y “amigos por sus constantes y múltiples esfuerzos para ayudar a Ucrania a prevalecer”.
Otra decisión que ha sido más que bienvenida en Ucrania ha sido la imposición de nuevas sanciones desde Washington anunciadas por el secretario de Estado, Antony Blinken. En particular, se han impuesto sanciones adicionales contra más de 150 individuos y entidades involucradas en el suministro de tecnologías y bienes estadounidenses y de otros países a Rusia mediante la elusión de las medidas restrictivas en vigor. Unas sanciones que están dirigidas, esencialmente, contar las élites y la base industrial, las instituciones financieras y los proveedores de tecnología a Rusia. Entre las entidades destacan una red con sede en Finlandia que entrega bienes electrónicos extranjeros a usuarios finales con sede en Rusia, o entidades turcas que exportan bienes de doble uso a Rusia.
Por su parte, el jefe del gabinete de Zelenski, Andriy Yermak, ha dado las gracias a EE. UU. por haber tomado en consideración el trabajo realizado en el marco del grupo de trabajo de expertos Yermak-McFaul sobre las sanciones. Además, ha conversado nuevamente con Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional estadounidense, sobre las necesidades de Ucrania y la Fórmula de Paz. A esto se suma que Yermak ha mantenido un encuentro en formato online con figuras políticas y públicas de América Latina.
Más allá de esto, el ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, ha mantenido varias conversaciones telefónicas en las últimas horas, por ejemplo con su homólogo canadiense, Bill Blair, al que ha informado sobre los progresos en el campo de batalla y con el que ha discutido sobre la colaboración futura. También con el Alto Representante de la Unión Europea, el español Josep Borrell, a quien ha interrogado sobre la provisión de armas y municiones a Ucrania y con Jens Stoltenberg, el Secretario General de la OTAN, con quien ha discutido sobre la implementación de los acuerdos alcanzados en la Cumbre de Vilnius.
Ucrania ha sido hoy destino de una delegación surcoreana. Así, Denys Shmyhal ha analizado diversos proyectos de recuperación junto al Ministro de Tierras, Infraestructura y Transporte del país asiático, quien también se ha reunido con el presidente ucraniano, Zelenski.
El mandatario ucraniano durante la jornada de hoy también ha mantenido un encuentro con los líderes de las comunidades judías en Ucrania, en particular con rabinos de 26 ciudades ucranianas y combatientes de origen judío. Zelenski ha aprovechado la ocasión para agradecerles sus oraciones, asistencia humanitaria y “esfuerzos para acercar la victoria ucraniana”.
Por otro lado, Shmyhal ha confirmado que Bulgaria levantará la restricción de las importaciones de productos agrícolas ucranianos. De este modo, se confirma la noticia que ya se preveía ayer y Sofía se desmarca de Polonia, Eslovaquia, Hungría y Rumanía. El presidente Zelenski no ha dudado en mostrar públicamente su agradecimiento a Bulgaria, indicando que el país es un “verdadero ejemplo de solidaridad”. En relación con esto, y tal y como ha expresado el ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, en un comunicado:
“Ucrania espera que la Comisión Europea cumpla su palabra y levante todas las restricciones a las exportaciones agrícolas ucranianas mañana. Ninguna forma de continuar con la prohibición es aceptable, ya que socavaría el mercado único, el Acuerdo de Asociación Ucrania-UE y la confianza en los compromisos de la UE.”
Por último, cerramos precisamente con Kuleba, quien ha conversado hoy con su contraparte brasileña, Mauro Vieira, para discutir sobre el desarrollo de las relaciones entre Ucrania y Brasil. Además, han coordinado sus posiciones de cara a los debates de alto nivel que tendrán lugar la próxima semana en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
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