Guerra de Ucrania – Día 564

Dos cooperantes internacionales han fallecido en Ucrania tras un ataque ruso contra el convoy en el que viajaban: la española Emma Igual y el canadiense Anthony Inhat, poniendo de relieve los peligros de una tarea que muchos voluntarios realizan de forma abnegada en Ucrania. Un país en el que la guerra vive pendiente tanto de la ayuda internacional -el nuevo ministro de Defensa ucraniano ha solicitado más armas pesadas a Occidente» mientras se sigue esperando una decisión sobre los ATACMS-, como del parte meteorológico, pues no queda tanto tiempo antes de que las lluvias y el frío vuelvan a ralentizar las operaciones.

El general Mark Milley, jefe de la Junta de Jefes de Estado Mayor estadounidense, ha declarado recientemente en una entrevista al medio británico BBC que a Ucrania todavía «le queda una cantidad de tiempo razonable, probablemente entre 30 y 45 días de clima de combate», mientras aseguraba que la ofensiva seguía progresando de forma firme, a la vez que se remitía a sus declaraciones al principio del conflicto en las que preveía una guerra «larga, lenta, difícil y que produciría muchas víctimas».

El pasado año, a pesar de que no se produjeron grandes cambios durante el invierno, en ningún momento dejó de combatirse. Los ucranianos, tras los rápidos avances en Járkov durante el mes de septiembre, retomaron Jersón en una fecha bastante avanzada -11 de noviembre- y, de hecho, unos y otros siguieron presionando en lo posible en otras localizaciones. De hecho, Rusia lanzó su ofensiva de invierno al norte con muy escaso éxito, no tanto por el clima como porque el terreno no era el adecuado y las defensas ucranianas se mostraron insalvables. El único éxito ruso real fue la toma de Bakhmut, que tomaría largos meses, extendiéndose durante toda la primavera.

Es decir, que a pesar de que el duro invierno ucraniano dificulta cualquier movimiento y de no se vieron grandes operaciones mecanizadas -porque en general, en esta guerra no se han visto-, en ningún momento se dejó de luchar durante el invierno, tomando la sufrida infantería el papel principal en los combates, algo que ha venido siendo la tónica habitual en Ucrania desde tiempo atrás. No hay más que atender a lo que ocurre ahora mismo en el frente de Zaporiyia y a la forma en la que las AFU han confiado en sus soldados a pie para abrir las brechas, para comprobarlo.

En este sentido, a pesar de que Milley lleva razón y en breve el terreno se volverá impracticable hasta seguramente febrero, cuando el suelo se congele y vuelva a permitir el paso de vehículos -al menos, a cadenas-, resulta difícil pensar que Ucrania vaya a dejar de presionar de la forma en la que lo viene haciendo en los últimos meses. Al fin y al cabo, en el mejor de los casos estamos hablando de avances que no suman un kilómetro por día -y muchas veces, menos- y que no precisan de grandes cantidades de blindados y carros de combate, sino que se realizan con la participación de unidades tamaño sección y compañía.

Por otra parte, Ucrania no puede permitirse que Rusia tenga tiempo y libertad para construir todavía más defensas entre la actual línea de frente y los objetivos ucranianos más importantes en las regiones de Donetsk y especialmente Zaporiyia. Por el contrario, están obligados a presionar a sus enemigos cada día de los próximos meses, con o sin la temida «raspútitsa». De ahí que su ministro de Defensa haya solicitado más armamento pesado para continuar con la guerra o que Zelenski afirme que «este es un mal momento para la diplomacia», mientras se preparan para una guerra larga. Es decir, que tienen previsto seguir perdiendo material en los próximos meses, al tiempo que buscan la forma de encontrar otro que lo sustituya y complemente de cara a renovar la actividad a mayor escala durante la próxima primavera.

Es la misma razón por la que desde el Gobierno ucraniano han venido en las últimas fechas endureciendo los controles relacionados con el reclutamiento y buscando la forma de hacer que la gran masa de ucranianos en edad de combatir que se han trasladado al exterior, o bien quienes se han librado de ser llamados a filas por distintos motivos, como la realización de estudios, se reduzca. Ucrania, que no ha tenido grandes problemas para poner en pie de guerra un ejército de cientos de miles de hombres, ha comenzado a sufrir algunas carencias en este ámbito, de ahí las medidas más duras, que incluyen la lucha contra la corrupción, pues no eran pocos los que se libraban de tomar las armas cheque en mano.

En relación con esto último, han sorprendido las recientes declaraciones en la red social X (Twitter) del conocidísimo Edward N. Luttwak, uno de los más reconocidos expertos en estrategia militar de las últimas décadas y quien ha publicado un tuit en el que pide que Ucrania cancele los pasaportes a los ucranianos en edad militar que permanecen en el extranjero, además de tomar otras medidas destinadas a provocar la vergüenza pública para los implicados.

Sobre el terreno, las novedades han sido relativamente pocas en estas últimas horas. Al norte del frente no se ha producido ningún cambio en la línea Kupiansk-Svatove-Kreminna, a pesar de que se siguen produciendo combates a diario.

En torno a Bakhmut, en donde un ataque ruso se ha cobrado la vida de la voluntaria española Emma Igual y de su compañero canadiense Anthony Inhat, además de dejar otros dos heridos, se ha confirmado en base al análisis de los bombardeos que ya no hay presencia rusa en la localidad de Spirne, al norte de este sector del frente. Además de esto, continúan los esfuerzos ucranianos al sur de la urbe, en la zona de Andriívka, aunque no se han reportado cambios de posición recientes.

Sin novedad al oeste de la ciudad de Donetsk.

Al sur, los ucranianos han logrado avanzar una vez más al norte y este de Novokropopivka, en el eje de Orijiv. Si bien todavía no han rodeado la localidad, para lo que deberán seguir avanzando sobre las posiciones defensivas rusas al sureste de la misma, la situación rusa es cada vez más difícil. Ahora bien, en relación con esto hay que recordar las dificultades a la hora de tomar localidades comparables como Robotyne, al norte de esta o Urozhaine, en el eje de Velyka-Novosilka. En este último caso, por cierto, no hay novedades significativas.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

La jornada dominical ha transcurrido sin demasiadas novedades a nivel institucional y diplomático, si bien han tenido lugar declaraciones reseñables como consecuencia de la finalización de la Cumbre del G20 en Nueva Delhi.

Según el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, la Cumbre del G20 ha sido un “éxito”. En sus palabras: “Pudimos impedir los intentos de Occidente de ucranizar la agenda de la cumbre”. Un éxito en tanto en cuanto Rusia ha logrado que en la Declaración conjunta ni se condene la guerra ni figure el término “agresión”. Este último aspecto sí difiere, como se subrayó en nuestro informe anterior, del texto emitido al finalizar la Cumbre del G20 en Bali en noviembre de 2022. En consecuencia, Lavrov ha afirmado que se trata de una victoria diplomática para Rusia pues la declaración “refleja plenamente nuestra posición [de Rusia]. Además, según el propio ministro no esperaban que los países occidentales aceptaran el texto resultantes, aunque incide en que “quizás fue la voz de su conciencia”.

Sobre el G20 es interesante destacar que el presidente de Brasil, Inázio Lula da Silva, ha afirmado que el presidente Putin no sería detenido si acude la siguiente cumbre del Grupo en Río de Janeiro en 2024 pese a pender sobre él una orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional (CPI). Un dato interesante, pues a diferencia de otros países, Brasil sí es signatario del Estatuto de Roma de la CPI desde el año 2000 y lo ratificó en junio de 2002, convirtiéndose en el 70º estado miembro del mismo.

Tras la Cumbre, pero en relación con las exportaciones de cereales, se ha pronunciado el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan. En concreto, sostiene que “Rusia no puede ser excluida del proceso de cereales”, incidiendo en que “sin Rusia probablemente no será sostenible”. Además, añade que “no debe haber ningún intento de avivar la tensión en la región”. Así, recordaba que el Acuerdo de Estambul que daba vida a la Iniciativa de Granos del Mar negro había permitido “evitar una crisis alimentaria en el mundo” y gracias a sus tres prórrogas se logró exportar 33 millones de toneladas de cereales. Más allá de declaraciones, lo cierto es que el avance en este ámbito ha sido completamente nulo desde que Rusia anunciase su retirada del Acuerdo el 17 de julio. Hasta que Moscú no considere que se cumplen todas las obligaciones relativas a Rusia previstas en el Acuerdo, no se planteará reanudar su participación en la Iniciativa.

Cambiando de tercio, Corea del Sur ha anunciado que proporcionará 2.300 millones de dólares a Ucrania para apoyar al país en su reconstrucción, pero también a nivel humanitario. Los primeros 300 millones se entregarán en 2024, mientras que el resto de los fondos se entregarán a Kiev en forma de préstamos a largo plazo y a bajo interés a través del Fondo de Cooperación para el Desarrollo Económico surcoreano a partir de 2025.

Por otro lado, ha sido una jornada negra a nivel humanitario pues voluntarios de la ONG Road to Relief, -organización ayuda a civiles afectados en los óblasts de Donetsk y Jersón-, han sido alcanzados por un bombardeo ruso mientras conducían por Chasiv Yar, en las afueras de Bakhmut, con destino a Ivanivske. Dos voluntarios, Emma Igual, ciudadana española y directora de la organización, y Anthony Ihnat, ciudadano canadiense, han fallecido, mientras que otros dos representantes de la ONG han resultado “gravemente heridos” por restos de metralla y quemaduras, aunque ya están estabilizados.

Por otro lado, hoy ha concluido la visita a Ucrania de Alice Jill Edwards, la relatora especial de las Naciones Unidas sobre la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes. Una visita que culmina con una declaración en la que señala que “El volumen de acusaciones creíbles de tortura y otros actos inhumanos perpetrados contra civiles y prisioneros de guerra por parte de las autoridades rusas parece no disminuir”. Es más, tras haber recopilado diversos testimonios, considera que “Estos actos graves no parecen aleatorios ni incidentales, sino más bien orquestados como parte de una política estatal para intimidar, infundir miedo, castigar o extraer información y confesiones”. Durante su visita, del 4 al 10 de septiembre, ha revisado los procedimientos y las prácticas de investigación y enjuiciamiento de esos delitos de tortura, respecto de los cuales subraya que “Un desafío importante para las autoridades es manejar la enormidad de las acusaciones, lo que ha requerido ampliar las operaciones, el personal y las habilidades”. Según las autoridades ucranianas, por el momento se han registrado más de 103.000 procesos por crímenes de guerra. De igual modo, Edwards ha hecho hincapié en lo siguiente:

“El trabajo que están realizando las autoridades ucranianas para documentar los crímenes de guerra es tanto más impresionante cuanto que se lleva a cabo ‘en tiempo real’. Esa acción temprana prácticamente no tiene precedentes en ningún lugar del mundo”.

Concluimos con una noticia interesante: por primera vez Ucrania ha cargado uno de sus reactores nucleares con combustible no procedente de Rusia. Más concretamente, este hito se ha producido en la central nuclear de Rivne, donde el reactor VVER-440 se ha cargado con combustible producido por la sueca Westinghouse Electric Swedish AB con la participación de especialistas de la empresa ucraniana NNEGC Energoatom.

El ministro de Energía ucraniano, German Galushchenko, durante la celebración de este acontecimiento ha expresado: “La grandeza de este día es el fin del monopolio ruso en este segmento del mercado de combustible nuclear. Y realmente espero que este día allane el camino para sanciones rápidas contra los rusos en el sector de la energía nuclear”. Hay que recordar que el objetivo de las autoridades ucranianas y en el que llevan meses esforzándose es lograr que se impongan sanciones contra el sector de la energía nuclear rusa. No obstante, por el momento, sus pretensiones no se han visto satisfechas ni hay noticias referentes al posible debate entre los socios de Ucrania.


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