Países Bajos y Dinamarca han confirmado hoy el envío de F-16 a Ucrania en una cantidad que si se cumple con lo anunciado por este último país, excede las previsiones más optimistas, totalizando 61 unidades. Una noticia que ha sido celebrada en Kiev, pero que merece una serie de matizaciones, pues son todavía muchas las incógnitas que rodean a la entrega de estos aparatos. Además de esto, y mientras continúan los combates, en el apartado internacional hoy cabe destacar la visita de oficiales rusos a Hungría, buscando un acuerdo de granos del que Ucrania quedaría excluída.
Las noticias son hoy mejor de los esperadas para Ucrania, en tanto los Países Bajos podrían donar hasta 42 cazabombarderos F-16 a la Fuerza Aérea ucraniana y Dinamarca, el otro país que lidera esta coalición, hasta 19, sumando pues 61 unidades. Así lo han anunciado al menos desde la presidencia de Ucrania, tras una jornada en la que Zelenski ha visitado ambos estados, viéndose con su homóloga danesa, Mette Frederiksen. Una afirmación, la ucraniana, que merece en cualquier caso comentarios, pues debe ser matizada.
En primer lugar, en cuanto al número de unidades que podrían llegar a Ucrania, recordemos que la horquilla que se ha venido manejando era de entre 24 y 36 aparatos, con un límite superior de 48, cifra que será ampliamente superada si se cumple con todo lo anunciado. Ahora bien, hay que tener en cuenta que, por diversas razones, no todos los cazabombarderos podrán ser entregados de una vez sino que lo más probable es que las unidades vayan llegando a Ucrania de forma escalonada, incluso con varios meses de diferencia entre ellas. Esto no obedece a capricho alguno, sino a la necesidad de combinar tres factores: mantener la seguridad de los Estados donantes, poner en condiciones de prestar servicio un número tan alto de aviones y lograr que la Fuerza Aérea ucraniana sea capaz de sacarles el partido esperado, lo que implica formar un buen número de pilotos y un número mucho mayor de especialistas en tierra.
En el caso de los Países Bajos hay un problema básico que impide que pueda entregar 48 F-16 de una sola vez y es que no dispone de ellos. Mantiene cierto número en reserva, pero no será -salvo que algo cambie radicalmente, cosa poco probable- hasta mediados de 2024 cuando recibirá los F-35 destinados a reemplazar a sus últimos F-16. Es decir, que hasta entonces como mucho estarán en condiciones de transferir a Ucrania un número menor, que aun así podría ser de varias decenas.
Más claros han sido los daneses, pues su primera ministra ha explicado que espera poder entregar media docena de aparatos alrededor de Año Nuevo, otros ocho a lo largo de 2024 y los últimos cinco ejemplares ya en 2025, con lo que en el mejor de los casos Ucrania tendría disponibles entre seis y -quizá- diez aparatos daneses para una hipotética nueva ofensiva en la primavera del año próximo.
Tengamos en cuenta que incluso los aparatos ahora mismo en servicio con Países Bajos, antes de ser enviados a Ucrania necesitarán pasar por el taller, bien sea para retirar equipos innecesarios, bien para montar otros, realizar el preceptivo mantenimiento, etcétera. Tareas que posiblemente se multipliquen en el caso de los cazas que llevan ya tiempo en reserva, como ocurriera en su día con la devolución al servicio de los carros de combate. Una labor que no es sencilla y requiere cierto tiempo, salvo que daneses y neerlandeses reciban «refuerzos» en forma de apoyo por parte del fabricante o de otras Fuerzas Aéreas como pudiese ser la USAF y la polaca.
Esto nos lleva al tercer problema, y es que no está nada claro que se esté formando un número de pilotos ucraniano tan alto como para hacerse cargo con garantías de todos los aparatos comprometidos. De hecho, Zelenski se ha negado a dar un número cuando ha sido interrogado al respecto, lo mismo que daneses y neerlandeses, que en sus declaraciones por separado han huido de las concreciones, como también lo han hecho en la declaración conjunta publicada hace unas horas. Dicho todo lo anterior, una cifra razonable de aquí a principios de año podría ser una vez más entre 18 y 30 aparatos en total, llegando el resto por lotes en los trimestres siguientes.
A partir de ahí, y sabiendo -ahora sí- que la Fuerza Aérea ucraniana contará con un número mayor de lo esperado de F-16, por más que no vaya a poder emplear más que una parte desde el primer momento, queda estimar qué impacto podrían tener estos aviones de combate caracterizados por su polivalencia sobre el futuro de la guerra. Esta es sin duda una cuestión polémica y abierta a interpretaciones -y en la que conviene huir de las posiciones más extremas, tanto para lo bueno, como para lo malo- en tanto lo determinante, como qué armamento y equipos complementarios serán entregados a las AFU para extraer todo su «jugo» a estos aviones, es algo desconocido.
La cuestión no es baladí. Los F-16 son sin duda un diseño magnífico, pero en sí mismos no pueden marcar ninguna diferencia, siendo lo fundamental -además del entrenamiento y apoyo que reciban- la selección de armas y equipos -como pods de distinto tipo- que sea entregada a Ucrania. Al fin y al cabo, como hemos visto por ejemplo con los Mirage 2000D RMV en el caso de Francia y con otros tantos aparatos de tercera o cuarta generación, la instalación de tal o cual equipo es suficiente como para ofrecer unas capacidades muy distintas a las de «serie».
Dicho esto, lo razonable es que Ucrania, que ha conseguido en parte denegar a Rusia el uso del espacio aéreo no tanto con su Fuerza Aérea, como con la que podría ser la mejor defensa antiaérea del continente ahora mismo, no emplee los F-16 frente a los Sukhoi rusos -que suelen escoltar a sus bombarderos-, a priori con cierta ventaja, sino para otras tareas como el ataque a tierra o mantener a la Armada rusa alejada de las costas del país bajo control de Kiev.
En este sentido, además de amenazar a los buques de superficie rusos con armas antibuque, podrían jugar un papel importante apoyando a las tropas en tierra mediante el lanzamiento de armas de precisión tanto contra defensas fijas como contra los medios logísticos rusos, así como castigando los sistemas artilleros y haciendo supresión de defensa aéreas (SEAD) con los misiles HARM. También, por supuesto, neutralizando misiles y drones entrantes mediante misiles aire-aire AIM-120 o AIM-9, de los que sus aliados cuentan con un stock importante.
Sin embargo, todo lo que digamos no deja de ser una mera especulación hasta que haya datos fiables sobre el tipo de equipos y armas a entregar. Al fin y al cabo, al menos sobre el papel incluso podrían ser útiles si aparatos como los RC-135 de reconocimiento electrónico proporcionasen información en tiempo real sobre los movimientos rusos. Pero como decimos, esta y otras posibilidades, hasta que se confirmen seguirán siendo solo eso, especulaciones.
Y todo esto por no hablar de que los cazabombarderos, como ocurriese en su momento con los carros de combate y blindados donados por distintos Estados a Ucrania, necesitan de mucho más que un buen piloto o mecánicos competentes para rendir a buen nivel. Mucho más, si cabe, dada su complejidad y posibilidades. Aquí, nuevamente, es necesario recordar que la guerra de armas combinadas implica disponer toda una serie de apoyos y medios y de la interiorización de complejas tácticas, técnicas y procedimientos (TTPs), sin los cuales los F-16 serán un importante refuerzo, pero no una ayuda determinante. Toca pues esperar y ver, una vez más.
Dado que lo que ocurra con los F-16 sigue perteneciendo al futuro, pasamos a centrarnos en lo sucedido hoy, que comienza con el lanzamiento de drones ucranianos tanto sobre la región de Rostov, visitada ayer por Putin, como sobre la región de Kursk. En todos los casos, según las fuentes rusas, habrían sido interceptados, aunque no sin daños. En este sentido, se ha visto alcanzada la estación de tren de la ciudad del mismo nombre, lo que según su gobernador ha provocado heridas a cinco personas. Además, otro drone habría sido neutralizado por Rusia utilizando medios EW en Stupino, ya cerca de Moscú.
En cuanto a los combates, pocas son las novedades de las últimas 24 horas. Al norte del frente, las tropas rusas continúan con su intento de flanquear la pequeña localidad de Syn’kivka, al noreste de Kupiansk, logrando ganancias mínimas. También se ha vuelto a luchar en dirección al oeste de Kreminna, hacia Bilohorivka y, algo más al sur, en el área de Spirne.
En el sector de Bakhmut, continúa la situación igual que ayer, con los habituales ataques y contraataques, siendo el único cambio la toma de alguna posición rusa en la zona de Andriívka por parte ucraniana.
Situación parecida se vive al oeste de la ciudad de Donetsk, aunque en este caso no hay cambio alguno a pesar de que los informes de unos y otros hablan de combates en distintas localidades como Krasnohorivka, Pervomaiske o Vesele entre otras.
Respecto al sur, para finalizar con la parte militar del informe de hoy, Ucrania ha continuado ampliando su control en ambos ejes de ataque, tanto en el de Velyka Novosilka, en donde consolidan posiciones al sur de Urozhaine, como en el de Orijiv, en donde han logrado ganar una pequeña fracción de terreno al este de Robotyno.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
La jornada dominical podría calificarse de histórica del lado de Ucrania al haber recibido las noticias que llevaba meses esperando: Países Bajos y Dinamarca transferirán aviones de combate F-16. En palabras del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se ha dado “otro paso para fortalecer el escudo aéreo de Ucrania. F-16.”, haciendo hincapié en que “estos aviones se utilizarán para mantener a los terroristas rusos alejados de las ciudades y pueblos de Ucrania”. Anunciaba así el acuerdo logrado con el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, tras la rueda de prensa conjunta.
En cuanto a las cifras hay que tener en mente lo explicado en la sección anterior, pues, aunque las autoridades ucranianas hablen de 42 aparatos, lo cierto es que desde Países Bajos no hay ninguna declaración oficial por el momento en la que se diga el número exacto. Es más, el comunicado oficial ucraniano reza lo siguiente:
“Preferiría no hablar sobre el número [de aviones], Mark dijo que estamos discutiendo el número de 42, pero también vamos a tener una conversación con nuestros colegas de Dinamarca. Como dijo Mark, es una decisión conjunta sobre la provisión de la aeronave. Creo que será justo hablar del número un poco más adelante”.
Asimismo, Zelenski ha señalado que Ucrania necesita preparar la infraestructura para operar los aviones y que el Ejército trabajará en ello, pero también ha insistido en que el país necesita mejorar la defensa aérea a medida que se acerca el periodo otoño-invierno dado que las instalaciones de infraestructura energética “volverán a convertirse en objetivos prioritarios para los ataques con misiles rusos”.
Por otro lado, durante su encuentro con Mark Rutte, el presidente Zelenski ha destacado la disposición de Países Bajos para participar en la coalición de vehículos de combate de infantería CV-90, impulsada y liderada por Suecia. Un mensaje más que pertinente tras firmar ayer con el primer ministro sueco, Ulf Kristersoon, una declaración de intenciones con el fin de “fortalecer la cooperación en la producción, operación, entrenamiento y mantenimiento de los vehículos”.
El presidente ucraniano tampoco ha dejado pasar la ocasión de agradecer personalmente al primer ministro neerlandés que el país se haya unido a la Declaración Conjunta sobre garantías de seguridad para Ucrania y por iniciar las negociaciones de un acuerdo bilateral sobre esta tema. En paralelo también han discutido los preparativos de la futura Cumbre de Paz Global que está organizando Ucrania con el apoyo del mayor número de socios posibles.
En la visita a la base aérea de Eindhoven han participado también los ministros de Exteriores de Ucrania y Países Bajos, Dmytro Kuleba y Wopke Hoekstra, así como las ministra de Defensa y de Comercio Exterior y Cooperación al Desarrollo del país anfitrión, Kajsa Ollongren y Liesje Schreinemacher. Precisamente la presencia de esta última representante neerlandesa se justifica con el propósito del encuentro que no solo versaba sobre ayuda militar, sino también de los esfuerzos de Países Bajos para ayudar a la reconstrucción y de las formas de mantener la economía ucraniana en funcionamiento.
Al término de la reunión, Zelenski se ha dirigido a Dinamarca también con la primera dama Olena Zelenska para encontrarse con la primera ministra del país, Mette Frederiksen. Una vez en el país, Zelenski ha visitado la base aérea Fighter Wing Skrydstrup de la Real Fuerza Aérea de Dinamarca para familiarizarse con las características de los F-16 Fighting Falcon y el programa de entrenamiento para los pilotos ucranianos. Además, ha tenido ocasión de hablar con los pilotos ucranianos que ya se encuentran allí, a quienes ha deseado un entrenamiento exitoso y ha entregado premios estatales.
Poco después, el presidente Zelenski hacía público que Dinamarca también brindaría 19 aparatos y que están trabajando para acelerar los preparativos para llevar a cabo la transferencia. De igual modo, durante su conversación con la primera ministra Frederiksen han abordado la posibilidad de extender las misiones de entrenamiento.
El ministro de Defensa danés, Jakob Ellemann-Jensen, por su parte ha expresado:
“Me enorgullece que Dinamarca, junto con los Países Bajos, done aviones de combate F16 a la lucha de Ucrania por la libertad contra Rusia y su agresión sin sentido. El apoyo de Dinamarca a Ucrania es inquebrantable y, con la donación de aviones F16, ahora Dinamarca está a la cabeza”.
Lo cierto es que Países Bajos y Dinamarca asumieron un rol de liderazgo de esta nueva “coalición de aviones de combate” tras haberse logrado que se echase a rodar la “coalición de carros de combate”. En el caso de Países Bajos además también impulsaron la “coalición de Patriots”. Es importante recordar también que pese a que solo estos dos países se hayan comprometido con el entrenamiento de los pilotos y mecánicos en el uso y mantenimiento de los aparatos. Precisamente en la Cumbre de la OTAN en Vilna, los ministros de Bélgica, Canadá, Luxemburgo, Noruega, Polonia, Portugal, Rumanía, Suecia y el Reino Unido, además de los de Dinamarca y Países Bajos, confirmaron su participación en este sentido. A esto se suma, además, que Rumanía decidió el pasado julio albergar el centro de entrenamiento para los pilotos de F-16 para la OTAN, incluyendo a los de Ucrania.
En la Declaración conjunta publicada por Dinamarca y Países Bajos también se subraya que el objetivo es el de ampliar la coalición e invitar a otras naciones interesadas a participar.
Tras conocerse la noticia, las autoridades ucranianas han comenzado a dar las gracias públicamente. Uno de los primeros en expresarlas ha sido Andriy Yermak, jefe del gabinete de Zelenski, presente durante la visita a la base de Eindhoven. Además de agradecer el primer ministro neerlandés la decisión también ha dado las gracias especialmente al presidente estadounidense Joe Biden y al asesor de seguridad nacional Jake Sullivan -con quien conversa frecuentemente-, pues han sido meses trabajando para lograr este hito.
Por su parte, el presidente de la Verkhovna Rada (Parlamento), Ruslan Stefanchuk, indicando que “la puntuación total de un día: Países Bajos + Dinamarca = 61 F-16”, si bien hay que tener en cuenta lo expresado anteriormente sobre las cifras de los aparatos.
Mientras el presidente Zelenski estaba gestionando todo lo relacionado con la coalición de aviones de combate, la primera dama Olena Zelenska, se ha reunido con la gerencia de Philips PR, uno de los principales fabricantes de equipos médicos. El objetivo es el de lograr una asociación entre Philips y la Fundación Olena Zelenska para reconstruir el hospital de Izyum. Como la primera dama ha recordado esta “es una decisión contundente y una cuestión de atención médica digna para más de 150.000 personas”.
Por otro lado, ha visitado el Centro Oncológico Infantil Princesa Máxima de los Países Bajos, el más grande de Europa. A partir de ahora, este Centro y el Centro Médico Infantil Especializado de Ucrania Occidental cooperarán de manera más estrecha gracias a la firma de un memorando. Como ha señalado Zelenska, este será el primer ejemplo de cooperación en el marco de la Asociación Médica Internacional que se bajo los auspicios de la Cumbre de Primeras Damas y Caballeros que comenzará el 6 de septiembre. No obstante, el Centro neerlandés ha recibido ya a 95 niños ucranianos para brindarles tratamiento.
En Dinamarca, además de por la primera ministra Frederiksen, ha sido recibida por la princesa heredera, Mary de Dinamarca. Sin embargo, al tiempo de escribir estas líneas no se ha ofrecido ningún detalle adicional sobre su agenda en el país.
Siguiendo con el plano humanitario, niños de la escuela Mykhailo-Kotsiubynsky han expresado su agradecimiento a todos aquellos que se unieron a “Game4Ukraine” el partido benéfico organizado por Ucrania y el Reino Unido para recaudar fondos permitirá a 415 menores regresar a la escuela.
Para concluir, el jefe de la región rusa de Tatarstán, Rustam Minnikhanov, ha llegado a Budapest bajo invitación del primer ministro Viktor Orban. Según el representante ruso, “Han hablado con el Sr. Primer ministro sobre la contribución que Tatarstan realiza para fortalecer las relaciones ruso-húngaras”. Además, Minnikhanov estaría presionando para que se firme un nuevo acuerdo de exportaciones de cereal con Catar y Turquía, pero sin Ucrania. Esta noticia está en línea con la conocida ayer, pero con la diferencia de que puede que Hungría también esté involucrada en las negociaciones con Catar y Turquía.
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