Las Fuerzas Armadas ucranianas han continuado avanzando al sur de Urozhaine, aprovechando una brecha en las defensas rusas, mientras amplían el territorio bajo su control al oeste de Robotyne y al norte de Verbove, ya en el eje de Orijiv. También hoy se ha confirmado la llegada de dos nuevos antiaéreos IRIS-T SLS a Ucrania, donados por Alemania. En el apartado internacional, desde Ucrania han confirmado que no cumplirán con los criterios de cara al inicio de las conversaciones sobre la adhesión a la Unión Europea durante el próximo mes de octubre.
Los medios prorrusos están alimentando la idea de que Rusia podría llevar a cabo una gran ofensiva en privamera, después de dedicar el otoño y el invierno a preparar a las tropas. Lo hacen confiriendo quizá una excesiva credibilidad a supuestas fuentes ucranianas citadas por el diario norteamericano Newsweek, de las que se desconocen detalles importantes como por ejemplo el rango.
Si hacemos memoria –pues hemos hecho referencias a ello en más de una ocasión-, más bien se ha venido hablando sobre lo contrario, es decir, sobre la posibilidad de que Ucrania estire su ofensiva hasta la primavera. De hecho, la mayor parte del artículo de Newsweek versa en realidad sobre las consecuencias que para el Gobierno de Zelenski podría tener el alargar la guerra. Eso sí, está por ver que los aliados de Ucrania decidan continuar con la formación de las AFU y el apoyo material al mismo nivel que hasta ahora -pues parece haber estados más proclives a forzar la negociación-, preparando así el terreno para una ofensiva más contundente en primavera de 2024.
Volviendo sobre la posibilidad de una gran ofensiva rusa, si la guerra se prolonga hasta el próximo año -e incluso si se llega a algún tipo de alto el fuego que no siente las bases de un equilibrio estable a largo plazo-, es lógico pensar que Rusia pueda tratar de lograr nuevos avances con la nueva primavera. También que todo esto no sea, como ha ocurrido otras veces, una forma de presionar ante una posible negociación. Ahora bien, concediendo cierta credibilidad a la posible ofensiva rusa de primavera, conviene matizar algunos detalles importantes tanto a favor como en contra de las posibilidades del Ejército ruso para entonces, comenzando por estas últimas:
- En primer lugar, aunque siempre se habla de las elecciones estadounidenses, a celebrar en noviembre del próximo año, dada la importancia de la política interna estadounidense en relación con su apoyo a Ucrania, no está de más recordar que las elecciones presidenciales rusas están previstas para marzo de 2024. Dicho esto, el Estado Mayor ruso -y especialmente el Kremlin- deberían medir con extremada precisión el momento exacto en el que lanzar una ofensiva, si finalmente se deciden por esta opción. Si bien Putin ya sobrepasa los 70 años, todo indica que se presentará a la reelección para un tercer mandato, después de obtener dos mayorías aplastantes y de modificar la ley para poder concurrir de nuevo. En este sentido, una ofensiva temprana y que se agote antes de terminar la campaña electoral podría tener un efecto adverso sobre la misma, algo totalmente opuesto, por cierto, a lo ocurrido en Chechenia a finales del pasado siglo y que ayudó a catapultarle al poder, sustituyendo a Yeltsin.
- En segundo lugar, Rusia no está cumpliendo los objetivos en cuanto a reclutamiento -a pesar de los cambios legales introducidos recientemente– y no se ha convocado por el momento ninguna nueva movilización, ni siquiera parcial. Aunque todavía hay margen, si no quieren repetir errores pasados -como ocurriera con la movilización anterior en la que buena parte de los «mobiks» causaron baja al llegar al frente sin experiencia ni entrenamiento, dada la urgencia de la situación-, deberán dar pasos firmes en cuestión de semanas.
- En tercer lugar, y relacionado con lo anterior, hay razones para pensar que incluso con una nueva movilización parcial buena parte de los reclutas terminarían por ser llevados como refuerzo al sur, pues las líneas y posiciones defensivas que no dejan de construir requieren de un importante número de infantes para resultar efectivas. Además, salvo por el envío puntual de unidades de élite a determinados puntos del frente, no parece que el Ejército ruso esté combinando realmente una defensa estática con una reserva móvil de entidad, lo que maximiza los problemas de personal, ya que las posibles brechas no pueden ser cubiertas por dicha reserva. Es decir, que deben mantener números muy altos de militares en las líneas estáticas para hacer imposible cualquier ruptura.
- Existen dudas sobre la capacidad de su economía, aunque ha demostrado una importante resiliencia e incluso podría salir beneficiada en ciertos aspectos, a costa de militarizarse. Además, el impacto de las sanciones e incluso de los topes al precio del crudo están siendo limitados.
Por supuesto, también existen algunos factores a favor que podrían animar al Kremlin a preparar nuevos intentos, aunque seguramente estos serían limitados, destinándose a Donetsk y Lugansk o a revertir la situación en Zaporiyia, que en los últimos días ha empeorado para Rusia:
- El primero tiene que ver con la activación de la industria militar rusa. Si bien han experimentado problemas de producción y tienen carencias en algunos ámbitos, llevan tiempo dando pasos sólidos y preparándose para una guerra a largo plazo, pues no hay que olvidar que la de Ucrania se ha convertido en una guerra existencial para el Kremlin.
- Incluso para entonces, es dudoso que Ucrania cuente con algunos materiales que podrían beneficiarle notablemente, como los cazabombarderos F-16 o los misiles ATACMS, que los Estados Unidos se niega a entregar.
- Ucrania está teniendo que tomar medidas para asegurar el reclutamiento, como ponen de manifiesto la decisión de destituir a los responsables regionales hace unos días, o la de hoy de extender hasta el 15 de noviembre la Ley Marcial y la movilización general (por ley han de hacerlo cada 90 días, pero las extensiones comienzan a plantear dudas sobre las elecciones que el país también debería celebrar). Sin pretender que esto suponga que la sociedad ucraniana esté exhausta -el apoyo a continuar la guerra sigue siendo mayoritario-, si implica cierto cansancio, lógico después de año y medio de esfuerzos.
- Una nueva campaña de ataques estratégicos masivos contra la red eléctrica, dado el stock de misiles antiaéreos en Occidente (hoy se ha sabido que han llegado nuevos IRIS-T a Ucrania) -y suponiendo que la capacidad rusa de producción de misiles balísticos y de crucero se mantenga constante- podría colocar a Ucrania en una situación muy precaria, no solo por los problemas que acarrearía a su sociedad, sino también al esfuerzo bélico.
En cualquier caso, todo esto no es sino especular, toda vez que, como hemos dicho al inicio, el supuesto de la campaña rusa de primavera se basa en testimonios que no pueden ser corroborados.
Como curiosidad, siguiendo con el futuro de la guerra y en referencia al apoyo a Ucrania de uno de los Estados que más dudas genera siempre -Francia-, en las últimas horas se ha desatado una interesante polémica a propósito de las declaraciones del ex-presidente de la República, Nicolas Sarkozy –quien declaró al medio Le Figaro en una entrevista previa a la publicación de sus memorias– que Ucrania debería ocupar una posición «neutral» entre Rusia y Europa y que cualquier retroceso en la ocupación de la península de Crimea no era más que una «ilusión».
La respuesta al político galo ha llegado desde donde menos cabía esperar, esto es, desde las filas del ecologismo, con el diputado Julien Bayou pidiendo que Sarkozy sea declarado como un «influenciador ruso». También, por supuesto, de medios como Le Monde, en donde en su editorial pedían, ante la perspectiva de una guerra larga, que la ayuda occidental a Ucrania no solo no decaiga, sino que se intensifique y mejore, a la vez que se perfeccionan las sanciones a Rusia y con ello, su efectividad.
Mientras tanto, muy cerca de Francia, concretamente en Alemania, siguen dando vueltas a cómo organizar la ayuda militar a Ucrania durante los próximos años, manejándose cifras que podrían superar los 5.000 millones de euros al año en este concepto hasta 2027, según algunas fuentes, lo que da idea, a pesar de las críticas constantes a Berlín, del compromiso con Kiev, que a diferencia del Elíseo, demuestra normalmente con hechos.
Respecto a lo ocurrido sobre el terreno en las últimas horas, no hay grandes cambios. Es reseñable el hecho de que en los últimos días Rusia ha vuelto a perder varios helicópteros de combate Ka-52, después de que estos aparatos se cobraran numerosos carros y blindados ucranianos en los primeros compases de la ofensiva. Esto indica que Ucrania ha mejorado sus TTPs, anulando parte de la ventaja que dichos helicópteros parecían tener en la guerra defensiva. El saldo total de Ka-52 perdidos hasta el momento se eleva a 41, lo que supondría aproximadamente un tercio de la flota total.
Además de lo anterior, Rusia ha vuelto a denunciar un supuesto intento ucraniano de atacar con un drone algún objetivo en la región de Bélgorod, asegurando que la defensa aérea lo habría destruido. Denuncias que se suceden casi a diario, aunque como es habitual Rusia no suele mostrar pruebas. De lo que sí hay pruebas es de un incendio en el puerto de Berdyansk, a consecuencia posiblemente de un ataque ucraniano, aunque no hay ninguna estimación de daños.
Pasando al frente, y comenzando por el norte, ha sido noticia el retorno al combate de la Brigada «Azov» de la Guardia Nacional, que después de un periodo de R&R ha sido destinada a la zona al sur de Kreminna, esto es, a los bosques de Serebrianske, en donde el Ejército ruso ha logrado alguna ganancia recientemente. Más allá de esto, las noticias en cuanto a movimientos son mínimas, con referencias a intentos rusos en dirección a Syn’kivka, pero no a la toma de ninguna localidad, aunque Rusia habla de «mejora de posiciones».
En el caso de Bakhmut, aunque no hay noticias de movimientos, sí continúan apareciendo día tras día vídeos que demuestran que los combates no cesan.
Al oeste de Donetsk, las únicas referencias a combates vuelven a ser las que figuran en los partes diarios ucranianos, en los que se habla de acciones en Avdiívka y Mariínka un día más, sin que haya motivos para suponer cambios de posición.
En cuanto al sur del país, el grueso de la acción sigue desarrollándose en los ejes de Orijiv y Velyka-Novosilka. En el primero, los vídeos que han podido ser geolocalizados muestran los avances ucranianos al norte de Verbove desde Robotyne, una localidad que todavía no controlan por completo y en la que siguen produciéndose choques. Al mismo tiempo están intentando expandir el territorio bajo su control, moviéndose en dirección oeste hacia Kopani. Por cierto, que hay que prestar atención al papel que las municiones de racimo recibidas por Ucrania estarían teniendo a la hora de erosionar la logística rusa desde Tokmak, y no solo a la hora de ablandar las posiciones defensivas.
En el segundo, las AFU continuarían avanzando al sur de Urozhaine, en donde han logrado abrir brecha y hacerse con algunas de las vías de comunicación a la entrada de la localidad, mientras intentan al mismo tiempo progresa algo más al oeste, desde Staromaiorske.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Abrimos la sección internacional volviendo al último apunte del informe de ayer, las controvertidas declaraciones del jefe de gabinete del secretario general de la OTAN, Stian Jenssen, acerca de que una solución podría pasar porque Ucrania cediese territorio a cambio de la membresía de la OTAN.
Unas declaraciones de las que tuvo que retractarse durante la jornada de ayer y que tuvo que aclarar. No obstante, el propio secretario general Jens Stoltenberg ha subrayado hoy que “La OTAN apoyará a Ucrania hasta que gane la guerra”. Cuando los periodistas le han preguntado acerca de la contraofensiva en Ucrania su respuesta ha sido que “Los ucranianos están progresando, pero hay mucha incertidumbre”.
De igual modo, sobre las negociaciones, el Secretario ha incidido en que “Depende de los ucranianos y solo de los ucranianos decidir cuándo se cumplirán las condiciones para las negociaciones y decidir en torno a una mesa de negociaciones, en caso de que se lleven a cabo negociaciones, que es una solución aceptable. Nuestra tarea es apoyarlos.”
A estas declaraciones deben seguirle las del ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, que quizá sean de las más tajantes que ha realizado desde que comenzase la invasión. Enfatiza que el “objetivo” de Ucrania es liberar a todo el país “no importa cuánto tiempo tome”. Sobre esto añade que “Mientras el pueblo ucraniano comparta este objetivo, el Gobierno ucraniano avanzará de la mano de su pueblo” aunque admite que “Ucrania está pagando el precio más alto”. Pero también lo siguiente: “Todos estamos cansados. Estoy cansado y tú estás cansado. Todos somos humanos. Pero hay demasiado en juego como para permitir que la fatiga determine la naturaleza de nuestras decisiones”.
Sin embargo, ha sido también claro al afirmar que no siente ninguna presión particular por parte de los aliados occidentales: “No lo sentimos. Hay un aumento en las voces de comentaristas y expertos en el espacio público. Existe, pero todos desaparecerán (…) después de la primera victoria contundente de Ucrania en el sur o el este”. A pesar de esto, sí admite estar “un poco irritado” por algunos comentarios: “El enfoque correcto para aquellos que quieren que sea rápido y brillante es unirse a la Legión Extranjera [ucraniana] y hacerlo rápido]. Para ganar, reitera una vez más que siguen necesitando armas occidentales hasta que ganen.
En su segundo plano, Kuleba también ha mantenido hoy una llamada con su contraparte de Mauritania, Mohamed Salem Merzoug, a la que ha calificado de histórica pues es la primera vez que los ministros de Exteriores de ambos países conversan. Como viene siendo lo propio en este tipo de discusiones, han abordado las distintas formas para fortalecer los lazos bilaterales y potenciar la asociación ucraniano-mauritana.
Por otro lado, la viceprimera ministra para la Integración Europea y Euroatlántica, Olga Stefanishyna, ha reconocido que Ucrania no cumplirá con las siete recomendaciones de la Comisión Europea para la adhesión a la UE en octubre como estaba previsto. Esta confirmación, que puede no sorprender a muchos, obstaculizaría que la apertura de las negociaciones de adhesión se retrasase y no se iniciaran a finales de este año como las autoridades ucranianas pretendían. La propia viceministra ha subrayado que algunas de las recomendaciones requieren reformas fundamentales que les llevará años implementar. No obstante, Stefanishyna ha señalado que eso no les impedirá seguir trabajando y adoptar todos los cambios legislativos e institucionales acordados. De este modo, también hace hincapié en que “Nuestra tarea [la de Ucrania] es asegurar que estos nuevos desafíos no se conviertan en condiciones para abrir negociaciones”.
“En octubre no escucharemos que hemos cumplido al 100% las siete recomendaciones, porque estamos hablando de transformaciones fundamentales en el país, que tienen que ver con los derechos humanos, el proceso de desoligarquización, que también se ha convertido en uno de los pilares de las reformas democráticas fundamentales… Estos son cambios que se implementarán durante años”.
Antes de pasar a la ayuda, es importante destacar que ha tenido lugar otra reunión de coordinación de las autoridades ucranianas con representantes del cuerpo diplomático acreditado en Kiev. En esta ocasión, el anfitrión nuevamente ha sido el presidente de la Verkhovna, Ruslan Stefanchuk, y ha versado sobre la implementación del punto 5 de la Fórmula de Paz referido a la implementación de la Carta de las Naciones Unidas y la restauración de la integridad territorial de Ucrania y el orden mundial.
Además, ayer Stefanchuk se reunió de manera individual con el embajador de Brasil en Ucrania, Norton Rapesta, para discutir las perspectivas para el desarrollo de la cooperación interparlamentaria bilateral, pero también de la implementación de la Fórmula. Asimismo, el representante ucraniano ha invitado a Brasil a participar en la Segunda Cumbre Parlamentaria de la Plataforma de Crimea.
En paralelo, además, Ucrania intenta no solo avanzar en las negociaciones de la Fórmula de Paz, sino que el mayor número de estados se sumen a sus iniciativas, ya sean declaraciones o eventos. En este sentido, Estonia, Letonia y Lituania se unen a la Declaración Conjunta de Apoyo a Ucrania sobre las garantías de seguridad adoptada en la Cumbre de la OTAN en Vilna en julio. De este modo, ya son 17 países los que han mostrado su respaldo a la Declaración, si bien hay que recordar que se trata de un marco general al que seguirán negociaciones individuales con aquellos socios que han mostrado su respaldo para acordar qué garantías podrían proporcionar a Ucrania.
El Parlamento de Suecia (Riksdag) ha dado luz verde a la propuesta del Gobierno sueco anunciada el pasado 15 de agosto votando a favor de transferir material militar a Ucrania por un valor de 3.250 millones de coronas suecas o, lo que es lo mismo, casi 300 millones de dólares. En particular, el gobierno de Suecia donará piezas de repuesto y suministros de emergencia por un valor máximo de 1.100 millones de coronas suecas (en torno 100 millones de dólares), y munición, minas y equipos de limpieza, y vehículos de transporte por un valor máximo de 2.150 millones (aproximadamente 200 millones de dólares).
Por otro lado, Ucrania ha recibido nuevos rifles de asalto ACAR fabricados por Thales por parte de Australia. Estos han sido enviados en dos versiones, calibre 5,56 mm y 7,62mm, que, junto con otras armas y municiones no identificadas, conforman un tramo del último paquete de ayuda militar de Canberra a Kiev.
En lo que concierne al crowdfunding, la Fundación Come Back Alive y Monobank a través de la plataforma gubernamental United24 ya han logrado recaudar los fondos necesarios para la adquisición de 10.000 drones FPV. Lo sorprende es, una vez más, el tiempo que han tardado en conseguir recaudar 235 millones de grivnas (5.850.871 euros): tres días.
Por otro lado, el primer ministro de Ucrania, Denys Shmyhal, se ha reunido con representantes de la Organización Mundial del Comercio, esperando contar Ucrania con su apoyo para restaurar sus exportaciones agrícolas. Durante la reunión, Shmyhal ha agradecido la asistencia y la disposición para apoyar los programas a las pymes ucranianas. Asimismo, el primer ministro ha hecho entrega a la OMC de un protocolo de enmiendas al acuerdo que establece la Organización y que ha sido aprobado por la Verkhovna Rada (Parlamento). En particular, se refiere a la prohibición de subsidios para la pesca ilegal no registrada y no reglamentada para proteger los recursos biológicos marinos.
Por último, y referido al plano humanitario, el Centro Nacional de Resistencia de Ucrania informa de que Rusia ha deportado a 450 menores ucranianos adicionales de territorios ocupados por las tropas rusas. Según este Centro, 50 estudiantes de secundaria fueron enviados a Yaroslav, al noreste de Moscú. Por otro lado, 200 niños del óblast de Lugansk, 150 de Jersón y 50 de Zaporiyia fueron enviados a campamentos de verano en la región de Krasnodar.
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