Guerra de Ucrania – Día 536

La última jornada de guerra en Ucrania hasta la fecha ha trascendido sin apenas novedades. A los ataques rusos contra Jersón, que han provocado al menos siete fallecidos, se corresponden los ucranianos sobre Mariúpol. En el frente, mientras el Ejército ruso continúa tratando de avanzar sobre Kupiansk, los ucranianos han logrado infligir numerosas bajas a sus enemigos al sur de Urozhaine, al atacar la ruta de llegada de refuerzos. En el apartado internacional, hoy desde el patrullero ruso «Vasily Bykov» han llegado a hacer disparos de advertencia contra el carguero «Sukra Okan«, con bandera de Palau, al negarse a ser inspeccionado.

Después de los infructuosos ataques de ayer sobre el puente de Kerch, la jornada de hoy se ha presentado bastante parca en noticias, al menos de relevancia. Ni siquiera se ha producido por el momento la anunciada respuesta rusa a lo anterior, que habitualmente se produce en forma de lanzamiento de misiles contra distintos puntos de la geografía ucraniana. Vamos pues a aprovechar el informe para responder a una duda que nos plantean recurrentemente, a la espera de un próximo artículo en el que explicaremos en detalle el tema: ¿cómo se neutralizan los drones?

Como hemos explicado en numerosas ocasiones, los drones están teniendo una importancia capital en la guerra de Ucrania. De hecho, son uno de los elementos clave que ayudan a explicar el estancamiento en el frente, al dificultar la sorpresa y favorecer la defensiva sobre la ofensiva, incluso aunque muchos de estos ingenios sean aparatos de ataque, lo que a priori parece un contrasentido. No obstante, así es.

Sin ir más lejos, hoy mismo se ha anunciado que la empresa germana del sector de la defensa Rheinmetall -a la sazón una de las más beneficiadas por la propia guerra- donará a Ucrania drones «Luna» que serán entregados a finales de este año. Aparatos pensados para tareas ISR con una autonomía de más de 12 horas y un radio de acción de más de 100 kilómetros, lo que nos lleva más allá del nivel táctico para entrar de lleno en el operacional.

Del mismo modo, hoy se ha sabido que tres nuevas empresas ucranianas se han sumado a la producción de drones FPV, según ha anunciado el asesor del ministro de Industrias Estratégicas, Yaroslav Oliynyk. Ingenios de los que todavía no hay datos fiables sobre su efectividad -pensemos que se usan miles al mes, pero solo trascienden unas decenas de vídeos de aciertos-, pero que sin duda están apuntándose numerosas bajas por ambos bandos.

En resumen, el campo de batalla ucraniano, que sobrevuelan cada mes posiblemente hasta más de una decena de miles de aparatos -tomemos la cifra con precaución- no tripulados de muy diversos tipos, ha conocido un desarrollo de esta faceta de la guerra sin parangón hasta el momento. Por la misma razón, también del número y tipología de los sistemas antidron o C-UAS (Counter Unmanned Aerial System) desplegados. Soluciones que además no han dejado de evolucionar a gran velocidad, mostrándose muy efectivos contra algunos segmentos, como los drones tipo DJI, mientras se perfeccionan también para cubrir amenazas más recientes como los citados FPV.

Como quiera que no todos los lectores están familiarizados con este tipo de tecnologías, vamos a hacer un brevísimo resumen en el que se incluirán las formas más típicas a la hora de hacer frente a los aparatos no tripulados, especialmente los drones comerciales letalizados, pues aparatos de mayor porte necesitan de medios acorde, que pueden llegar a ser incluso antiaéreos de largo alcance.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que para abatir o interferir un drone hace falta tener claro cual es la kill-chain específica. Es decir, el proceso que nos lleva desde el momento en que lo detectamos, hasta el que decidimos si es mejor destruirlo o bien probar otro tipo de solución. Grosso modo, esta se puede resumir en cuatro pasos: Detectar -> Localizar / Enganchar -> Clasificar / Identificar -> Mitigar (implique o no la destrucción).

  • Detectar: sea de forma visual o mediante sensores como radares, micrófonos o sistemas electroópticos, lo primero siempre es reparar en que, efectivamente, hay un aparato en las inmediaciones.
  • Localizar / Enganchar: Más allá de saber que hay un aparato cerca, hemos de conocer su posición exacta en un determinado momento y, si se mueve, el rumbo que sigue, a ser posible incluyendo la altura de vuelo.
  • Clasificar / Identificar: Antes de pensar en cómo responder a la amenaza, hemos de conocer qué tipo de amenaza representa. Esto implica bien conocer si consiste en un aparato de ala fija o en un multirrotor, si va o no armado y, en la medida de lo posible, incluso en determinar el modelo específico, algo cada vez más complicado pues en muchos casos se trata de drones que recurren a productos COTS, pero de producción prácticamente artesanal.
  • Mitigar: En este caso, puede consistir en interferir la señal GPS o la que une al drone con el operador (jamming) o incluso en sustituirla tomando el control del aparato (spoofing) en el caso de las medidas softkill (que no implican destrucción) o en los ataques cinéticos o mediante láser o microondas (hardkill).

Respecto a los sensores implicados en la detección, lo más normal es que se recurra a cuatro tipos básicos:

  • Detectores de radiofrecuencia: funcionan en modo pasivo (no emiten, sino que escanean las emisiones de otros) detectando las señales electromagnéticas emitidas o recibidas por los drones, bien para comunicarse con la estación de control en tierra, bien con los satélites de los distintos sistemas de posicionamiento (GNSS) que utilizan para su guiado, sean redes GPS, Galileo o alternativas como Glonass. Además las clasifican. Normalmente se combinan antenas de diversos tipos, para cubrir el máximo rango de frecuencias, aunque la mayoría de sistemas se centran en las utilizadas por los drones comerciales, generalmente 2.4 y 5.8 GHz. Sistemas como Starlink para el guiado complican de forma importante su labor.
  • Detectores acústicos: sistemas encaminados a detectar las emisiones sonoras de los drones (o más bien de sus motores), a clasificarlas y en ocasiones a triangular su posición si se dispone de varios conjuntos de micrófonos. Cada vez están más en desuso en el campo de batalla por el escaso sonido que emiten los drones, la velocidad que alcanzan (menor tiempo de reacción) y la posibilidad de confundir su sonido con el ruido ambiental, aunque siguen siendo válidos hasta cierto punto en instalaciones fijas como edificios gubernamentales.
  • Sensores electroópticos: Sean cámaras funcionando en el espectro óptico o infrarrojo (IR), intentan localizar visualmente los drones dentro de su radio de alcance. Normalmente funcionan sobre soportes giratorios o combinando varias cámaras para cubrir los 360 grados.
  • Radares: Sean 2D o 3D (en estos casos además de azimuth y distancia, ofrecen la elevación) su capacidad de detección depende de la potencia de emisión, el rango de frecuencias en el que emitan, la velocidad de escaneo o la apertura del haz, entre otros parámetros. Hay que tener en cuenta que contra drones muy pequeños y veloces y fabricados en materiales poco reflectantes de la señal del radar, la sensibilidad necesaria es enorme.

Por último, las posibilidades de actuación más comunes frente a las amenazas que representan los drones son -aunque estas no dejan de crecer-, las siguientes:

  • No cinéticas (softkill): Básicamente se reducen a:
    • Producir interferencias (jamming) en la señal que el operador utiliza para manejar el dron o, en el caso de que sean autónomos, en interferir la señal entre el drone y el satélite.
    • Suplantar dicha señal (spoofing) tomando el control, lo que permite capturarlo y de paso, analizarlo.
  • Cinéticas (hardkill): buscan la destrucción física mediante:
    • Armas de fuego: como pueden ser los sistemas CIWS, cañones de 35mm con munición airburst, etc.
    • Drones contradrones: apenas utilizados, aunque hay varios modelos con un nivel de desarrollo bastante avanzado, según se vaya mejorando la inteligencia artificial se convertirán en una solución cada vez más efectiva, especialmente contra enjambres.
    • Misiles o incluso cohetes guiado (se trabaja en ello). Su gran problema es el coste, que puede exceder en un factor de diez o más al del aparato a destruir.
    • Láser
    • Microondas

Por supuesto, cada tipo de solución merecería una explicación mucho mayor, pero esperamos que, al menos, esto resuelva algunas dudas básicas para quienes no hayan tenido la oportunidad de leer sobre el tema.

Sobre el terreno, ha sido una jornada relativamente tranquila en cuanto a novedades. No porque no se haya luchado, sino posiblemente porque no hayan trascendido como sí ocurre en otras ocasiones. Se han producido ataques rusos sobre Jersón que se han cobrado la vida de al menos siete personas, incluyendo una familia de cuatro miembros al completo. También ucranianos sobre Mariúpol, en donde hay fuentes que hablan de una base militar bajo poder ruso alcanzada.

Respecto a los combates, comenzando por la zona al noreste de Kupians, en el extremo norte del frente, las tropas rusas continúan sin tomar Syn’kivka, habiéndose hecho en su lugar con algunas franjas de bosque al sur de Vilshana. La situación en las áreas de Kreminna y Bilohorivka continúa sin cambios.

En el caso de Bakhmut, lo más destacado de la jornada ha sido un contraataque ruso al sur, en el área de Klischiívka, en el que han participado un carro de combate T-90M y dos blindados BMP-3 y que ha dejado espectaculares imágenes tomadas por un drone. Sin cambios.

Al oeste de la ciudad de Donetsk tampoco hay novedades. Los combates prosiguen en distintos puntos en torno a Avdiívka y Mariínka sin cambios de posición.

Al sur, y comenzado por el eje de Velyka-Novosilka, lo más relevante es el desgaste que han logrado los ucranianos infligir a Rusia, gracias a la capacidad de batir con la artillería la línea de comunicación terrestre utilizada para llevar refuerzos y pertrechos a las tropas que restan al sur de Staromaiorske y en Urozhaine. En cuanto al eje de Orijiv, han seguido ampliando su control sobre los alrededores de Robotyne.

Por último, continúan apareciendo mensajes en canales prorrusos de Telegram, en los que se quejan de la creciente presencia ucraniana en la zona de Kozachi Laheri, al sur del río Dniéper, en la región de Jersón. Es pronto, no obstante, para asegurar que tengan una cabeza de puente estable. En relación con esta zona, por cierto, ha sido noticia un vídeo en el que aparece un comandante ruso capturado días atrás, al parecer desvelando a los ucranianos las posiciones de las defensas rusas en la zona. Pese a ser sin duda datos valiosos, tampoco conviene magnificar el hecho, pues el rango del sujeto es el que es.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Probablemente estemos ante una de las jornadas más calmadas a nivel internacional desde el inicio de la invasión el 24 de febrero de 2022, aunque esto no ha sido óbice para que nos deje una situación novedosa en la Guerra.

La noticia más destacada del día está relacionada con las exportaciones de cereal ucraniano y el corredor marítimo en el Mar Negro. El granelero “Sukra Okan” enarbolando la bandera de Palau se dirigía al puerto ucraniano de Izmail a las 6:40 de la mañana cuando el patrullero ruso “Vasily Bykov” le ordenó que se detuviese para someterse a una inspección de transporte de mercancías prohibidas. Ante la negativa del granelero, el patrullero ruso abrió “fuego de advertencia para detener el barco por la fuerza”. Ha sido entones cuando el “Sukra Okan” se ha detenido tras haber sido contactado también por radio y recibido al equipo de inspección ruso. Posteriormente, ha podido reanudar su viaje hacia Izmail.

El hecho es significativo en tanto en cuanto es la primera vez que Rusia dispara contra un transporte marítimo mercante más allá de Ucrania desde su retirada de la Iniciativa de Granos del Mar Negro. No obstante, las autoridades rusas ya advirtieron de que podrían darse este tipo de situaciones.

Según el asesor de la presidencia de Ucrania, Mikhailo Podolyak, -único que se ha pronunciado al tiempo de escribir estas líneas-, “el ataque deliberado y la inspección forzada” son “una clara violación del derecho internacional del Mar, un acto de piratería y un crimen contra las embarcaciones civiles de un tercer país en las aguas de otros estados”. Así, califica la situación como un precedente de intento de introducir una “Carta de Corso” (“Letter of Marque and Reprisal”), lo que considera que requiere “una concreción jurídica, la identificación de todas las personas y el reconocimiento del hecho delictivo por parte de la comunidad internacional”. En consecuencia, advierte que Ucrania sacará todas las conclusiones necesarias y elegirá la mejor respuesta posible.

Asimismo, Ucrania esta misma semana ya anunció que comenzaría a registrar barcos dispuestos a utilizar el “corredor humanitario” en el Mar Negro mientras busca rutas alternativas de navegación seguras para poder exportar sus productos.

Asimismo, relacionado con las exportaciones, pero con las de Rusia, un incendio ha tenido lugar en un almacén de fertilizantes en la ciudad de Ramenskoye en la región de Moscú. Aunque el incendio ha alcanzado los 2.700 metros cuadrados antes de ser extinguidos, nadie ha resultado herido. La oficina del fiscal de la región de Moscú asevera que la causa preliminar del incendio ha sido una violación de los requisitos de seguridad.

En otro orden de cosas, una de las cuestiones que más preocupa a Ucrania como hemos destacado en más de una ocasión es el desminado. El ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, en unas declaraciones para el medio The Guardian ha realizado un llamamiento urgente a los aliados de Ucrania para que les proporcionen más ayuda, argumentando que sus soldados están desenterrando cinco minas por cada metro cuadrado en algunas zonas. Profundizando en esto, Reznikov ha subrayado que Ucrania es ahora el país más minado del mundo y que el Ejército sufre una escasez crítica tanto de soldados como de equipos capaces de despejar el frente.

“Los campos de minas rusos son un obstáculo serio para nuestras tropas, pero no insuperable. Tenemos zapadores calificados y equipos modernos, pero son extremadamente insuficientes para el frente que se extiende por cientos de kilómetros en el este y el sur de Ucrania”.

Por tanto, el ministro ucraniano no solo pide más equipos, sino también que los socios amplíen y aceleren la capacitación que están ya proporcionando en algunos casos.

Para concluir, la Oficina del Fiscal General de Ucrania ha actualizado su registro de bajas civiles de menores. En total, desde el 24 de febrero de 2022 hasta el 13 de agosto de 2023, más de 1.597 niños han resultado heridos de diversa gravedad, mientras que 500 han perdido la vida. En cualquier caso, como se ha venido subrayando desde el principio de la invasión, estas cifras no son definitivas pues además de continuar las hostilidades y no se han podido inspeccionar algunos territorios que continúan ocupados por las tropas rusas. Los niños que más se han visto afectados estaban en los siguientes óblasts: Donetsk 485, Járkov 298, Kiev 129, Jersón 118, Zaporiyia 99, Mykolaiev 97, Dnipropetrovsk 94, Chernígov 71 y Lugansk 67.


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