Guerra de Ucrania – Día 533

Las autoridades ucranianas han dado la orden de evacuar varias decenas de localidades en la región de Járkov, como precaución ante los posibles avances rusos y como medida de protección para la población, dado el aumento de los bombardeos. Pese a ello, el alarmismo en las redes respecto a una gran ofensiva rusa en la zona no se corresponde, al menos por ahora, con las pruebas que van trascendiendo desde el terreno. Más allá del campo de batalla, la actualidad de la jornada ha estado protagonizada por Joe Biden, en tanto el presidente estadounidense ha pedido 13.000 millones de dólares adicionales al Congreso, que de concederse serán destinados a ayuda militar, así como 8.500 millones más en ayuda financiera y 3.300 para infraestructuras.

Desde los Estados Unidos han lanzado en las últimas horas el tipo de mensaje que Kiev esperaba desde tiempo atrás, pues el presidente del país ha solicitado al Congreso una ayuda adicional de 24.000 millones de dólares, que se sumaría a lo ya entregado desde el inicio de la invasión. Cifras que, grosso modo, superan los 43.000 millones de dólares en asistencia militar y de 70.000 millones de dólares en total, pero que no son suficientes para garantizar el apoyo a su socio a medio plazo.

En este sentido, la petición de nuevos fondos, en un momento en el que parece haber un importante consenso en ambos partidos, así como entre la población, sobre la necesidad de continuar ayudando a Ucrania, más allá de cuándo y en qué forma se ejecute la ayuda, mejora sustancialmente la posición de Ucrania de cara al futuro por distintas razones. Incluyendo si en el plazo de unos meses se inician negociaciones de algún tipo con Rusia o incluso si la guerra se prolonga en el tiempo a la espera de recibir material como los F-16, posibilitando continuar con la ofensiva ya en 2024.

Como decíamos, la determinación tomada por Biden, si bien implica una cuantía muy inferior a lo aprobado por ejemplo en mayo de 2022 -40.000 millones de dólares-, permite un respiro a Ucrania, que ahora sabe que su principal sostén –nunca nos cansamos de repetir que esta es una guerra por delegación-, si el Legislativo da el visto bueno, continuará enviando ayuda de forma sostenida al menos hasta mediado el próximo año. Una medida que busca -que lo consiga es otro tema, pues hay matices- dos efectos claros y, además, complementarios:

  • Enviar a Moscú un mensaje de apoyo inquebrantable. La guerra de Ucrania, como hemos explicado en alguna ocasión, está permitiendo a los Estados Unidos causar un importante desgaste a Rusia a un coste ridículo -en términos de su presupuesto, claro está-. En este sentido, una nueva partida de ayuda que supone un esfuerzo mínimo, tendría la virtud de infligir a Rusia un castigo adicional durante meses, incentivando la búsqueda de una salida negociada y mejorando por tanto la posición ucraniana de cara a futuras conversaciones.

En relación con esto, cabe recordar que una de las razones por las que Rusia se animó a iniciar la guerra del Donbás y a invadir Crimea mediante los «hombrecillos verdes», fue porque los Estados Unidos y las naciones europeas no supieron responder a las barbaridades de Assad contra su propia población y que, si la invasión de Ucrania en febrero de 2022 fue autorizada por el Kremlin, fue precisamente porque en 2014 nadie respondió al órdago ruso de forma contundente. Desde Washington parecen haber aprendido, al menos en parte, la lección –no tanto desde la UE-, aunque luego todo dependa de factores ajenos como los equilibrios internos o los ciclos electorales.

Como se sabe, los planes rara vez superan intactos la prueba de la realidad. En relación con el mensaje que los Estados Unidos quiere lanzar, no podemos perder de vista que para Rusia esta no es una guerra limitada, sino por la «supervivencia», una interpretación que solo es posible dentro de su particular paranoia securitaria, pero que creen a pies juntillas y hemos de tener en cuenta.

Así las cosas, aunque esta medida permitiese avances a Ucrania en los próximos meses, o aunque constituyese un incentivo para sentarse en la mesa de negociaciones, hay que tener claro que la reacción rusa más probable sigue pasando por aumentar su apuesta, profundizar en la economía de guerra y llegado el caso, si una derrota importante estuviese cerca, escalar el conflicto.

Para evitarlo, además de aumentar el nivel de ayuda a Ucrania, habría que acompañar los medios con un compromiso de otro tipo –en forma de garantías a su seguridad-, así como restar apoyos exteriores a Rusia, especialmente la de China. Por fortuna es algo que se está haciendo y ahora que la economía de este país comienza a dar signos de agotamiento, y de ser incapaz de alcanzar «las ramas más altas del árbol» (hablando sobre la cadena de valor y el transformarse en un país completamente desarrollado), hay una posibilidad a explotar.

Al fin y al cabo, buena parte de lo que a China le ocurre es consecuencia de toda una serie de medidas tomadas en su día por la Administración Trump y en las que Biden ha profundizado. Es decir, que cabría la posibilidad de utilizarlas como baza negociadora con Beijing, a cambio de que este país retire su apoyo a Moscú.

No obstante, decirlo es mucho más sencillo que hacerlo, pues en esta compleja ecuación se mezclan muchos otros aspectos, como corresponde al actual marco de competición estratégica entre grandes potencias. Así, llegado el caso, Washington podría concluir que seguir sosteniendo a Ucrania es más rentable -y seguro- que favorecer la recuperación de China o todo lo contrario. Un equilibrio delicado…

Sobre el terreno, Rusia condujo distintos ataques, por ejemplo con drones contra un depósito de combustible en Rivne, mediante su aviación en la zona de Kupiansk y contra la localidad de Zaporiyia, en donde al menos una persona habría fallecido y catorce resultado heridas. Los ucranianos, por su parte, habrían lanzado nuevos drones contra Sebastopol, en donde la artillería antiaérea se mantuvo activa, además de atacado distintos puntos de Donetsk.

En cuanto a los combates, lo más significativo de la jornada ha tenido lugar en la región de Járkov, en dirección hacia Kupiansk. No tanto por los avances, sino por la orden de las autoridades ucranianas de desalojar hasta 37 asentamientos en la zona por el riesgo de que los combates lleguen hasta ellos y, particularmente, por el incremento de los bombardeos rusos a todo lo largo del frente en este sector. La situación, sin embargo, a pesar de los ataques rusos y la posible entrada de tropas en Syn’kivka o del traslado del general Syrskyi a la zona en los últimos días, dista mucho de ser crítica, al menos a tenor de las pruebas reales. Ni siquiera las fuentes prorrusas hablan de grandes avances. Es más, lo que ocurre en las inmediaciones de Kupiansk no debe hacernos perder de vista que también más al sur, en el área de Kreminna y Bilohorivka, se sigue combatiendo, con continuos enfrentamientos hacia Zarichne, el sur de Dibrova y la propia Bilohorivka, así como hacia Siversk a la altura de Spirne.

En cuanto a Bakhmut, al norte de la urbe los ucranianos han cedido unos metros más entre Berkhivka y Yahidne, a pesar de lo cual se muestran confiados y aseguran estar rodeando con éxito a las tropas rusas en esta localidad, según declaraciones de Hanna Maliar, que no se corresponden con el estancamiento e incluso con los retrocesos de los últimos días.

Al oeste de Donetsk, Rusia continúa atacando, en las últimas horas especialmente en el área de Mariínka, con intentos hacia Krasnohorivka, el oeste de Mariínka, y al sur, hacia Paraskokiívka.

Al sur del país, por último, hay indicios de que Ucrania habría redoblado los esfuerzos al norte de Robotyne, en el eje de Orijiv, mientras que en el de Velyka-Novosilka continúan tratando de aislar a los rusos en Urozhaine, atacando desde tres direcciones.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

La jornada 533ª ha contado con una mayor actividad a nivel institucional y diplomático que las precedentes. De hecho, cabe esperar que esta continúe incrementando a medida que transcurre el mes de agosto.

Antes de abordar los contactos que han tenido lugar hoy, las declaraciones más destacadas del día y que responderían también en parte a la crítica en torno a que Ucrania no se muestra “agradecida” con la ayuda que están recibiendo por parte de sus socios, son las del ministro de Exteriores Dmytro Kuleba. En una entrevista con la CNN ha subrayado lo siguiente: “Cuando ganemos la guerra le diré públicamente al mundo gracias por su ayuda fue suficiente para ganar, pero hasta entonces no fue suficiente y tenemos que hacer más”.

Además, esta declaración debe acompañarse de otra efectuada en una entrevista con el periódico italiano Corriere della Sera, referida no a la ayuda sino a las negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia destacando que “Nunca veremos a Putin y Zelenski en la misma mesa”. Declaraciones que deben ponerse en contexto pues Kuleba ha afirmado que Ucrania estaría dispuesta a negociar únicamente cuando las tropas rusas abandonen Ucrania, “pero no con Putin”.

De este modo defiende que “Este objetivo se puede lograr a través de una mezcla de guerra y diplomacia”, incidiendo en que el presidente de Rusia ha cometido “demasiados delitos graves” para que sea posible negociar con él. En consecuencia, destaca que, aunque no veamos a Zelenski y Putin en la misma mesa de negociaciones “Hay otros canales diplomáticos para tratar indirectamente”.

Desde el otro lado del Atlántico el portavoz del Departamento de Estado de EE. UU., Matthew Miller, destacaba en una rueda de prensa que la decisión de negociar la paz pertenece al presidente Zelenski y ha recordado que Estados Unidos ha “dejado claro que Ucrania está en el asiento del conductor cuando se trata de decisiones sobre el futuro de Ucrania, y esto se aplica a todas las negociaciones potenciales”. Por último, ha añadido:

“Pero el obstáculo siempre ha sido y sigue siendo el hecho de que Vladimir Putin no ha renunciado a sus objetivos imperialistas, no ha renunciado a su creencia de que Ucrania no es un país real, según sus términos, y no ha retirado su tropas del territorio ucraniano.”

Centrándonos en una reunión que ha pasado desapercibida en los medios generalistas y de la que se dispone de escasa información. El representante de Rusia ante las Organizaciones Internacionales en Viena, Mikhail Ulyanov, ha anunciado que se ha reunido con el director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA), Rafael Mariano Grossi. Según Ulyanov han discutido “una serie de temas de interés común, como siempre de manera constructiva y profesional”.

Entre estos temas y aunque el representante ruso no lo diga abiertamente, cabe esperar que el tema principal de la conversación sea el de la situación en la central nuclear de Zaporiyia. Esto es así dado que como nuestros lectores saben Grossi está liderando el proceso para la creación de una zona de protección y seguridad alrededor de la planta, hay misiones de la IAEA desplegadas en Ucrania y no solo en Zaporiyia, y el mismo se ha reunido con los representantes de Rusia y Ucrania.

Asimismo, el director de la AIEA ha venido poniendo de manifiesto las últimas semanas que aún no se les ha concedido permiso a sus expertos que se encuentran desplegados en Zaporiyia para inspeccionar todos los tejados de los reactores y confirmar así que no hay explosivos ni minas en ninguno de ellos. Por el momento, como ya se recogió en la última actualización de la IAEA, se ha podido comprobar que no hay minas ni explosivos en los reactores 3 y 4, pero faltan 4 por inspeccionar.

Este encuentro en sí es relevante pues el último encuentro que Grossi mantuvo cara a cara con las autoridades rusas, pero también con las ucranianas, fue a finales del mes de junio. Esto no significa que no haya contacto continuo entre la Agencia y las partes implicadas, pero no todo se hace público por razones obvias.

Por otro lado, el presidente Zelenski se ha reunido hoy con el enviado del Patriarca Ecuménico, Metropolitano Emmanuel de Calcedonia, en Kiev. Una visita que las autoridades ucranianas han calificado de “importante” y en la que han discutido sobre la independencia espiritual de Ucrania, la Fórmula de Paz y la devolución de los niños ucranianos deportados ilegalmente del país.

Mientras tanto, el ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, ha retomado su agenda de conversaciones telefónicas, comenzando con sus contrapartes de Dinamarca y Canadá. Con el ministro Jakob Ellemann-Jensen ha discutido sobre el apoyo y la contribución de Copenhague para mejorar las capacidades de combate del Ejército ucraniano. Asimismo, como hiciese el presidente Zelenski con el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, han discutido sobre la coalición de aviones de combate y según Reznikov se han acordado “más pasos conjuntos”, aunque no se han ofrecido más detalles. Más interesante si cabe es el último punto que el ministro ucraniano destaca de su conversación, pues también han abordado la “coalición de la Marina” (“Navy coalition”). Una coalición sobre la que tampoco se cuenta con información precisa por el momento.

En el caso de Canadá, la llamada tenía también otra razón de ser pues Bill Blair acaba de ser nombrado ministro de Defensa del país, tras el cambio de puesto de su predecesora Anita Anand, con quien Reznikov siempre mostró una posición muy cercana y comentaba lo buenas que eran las relaciones. De este modo, el ministro ucraniano ha expresado sus “ganas de trabajar con él para detener la agresión rusa y garantiza runa paz duradera”. No obstante, aunque haya sido una primera toma de contacto, han discutido sobre la situación actual en el campo de batalla y una mayor cooperación para fortalecer las capacidades de las AFU.

Por su parte, Bill Blair ha destacado en sus redes sociales que el apoyo de Canadá asciende ya a 1.500 millones de dólares en ayuda militar y ha contribuido al entrenamiento de 40.000 soldados; ayuda que Reznikov también ha agradecido públicamente. Asimismo, Blair ha enfatizado que el apoyo firme de Canadá continuará.

A colación del entrenamiento, el embajador de Azerbaiyán en Ucrania, Seymour Mardaliev, ha confirmado durante una reunión con el viceministro del Interior de Ucrania, Bohdan Drapiatyi, que sus expertos en desminado entrenarán a los zapadores ucranianos. Cuando surge la cuestión del desminado, hay que tener en mente que aproximadamente 174.000 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano están potencialmente contaminados con minas y otros artefactos explosivos. Además, se incluyen alrededor de 14.000 kilómetros cuadrados de aguas de ríos, embalses, aguas costeras del Mar Negro y el Mar de Azov, estructuras hidrotécnicas y puertos marítimos. Esta información fue traslada durante el encuentro por el viceministro ucraniano, quien también ha explicado cómo se realiza el proceso y expresado la necesidad que enfrentan en el suministro de equipos de desminado. En particular, máquinas de desminado mecanizadas que en un día puede reemplazar el trabajo de 100 días de los zapadores.

Además, la plataforma gubernamental United24 ha confirmado que la compañía cervecera PJSC Carlsberg Ukraine ha transferido 100.000 euros como apoyo a la campaña “LifeboatForUkraine” dedicada a superar las consecuencias de la destrucción de la presa de Nova Kakhovka. En particular, con estos fondos se han adquirido 40 detectores de metales para el Servicio de Emergencias Estatal de Ucrania para ayudar a detectar minas en las provincias de Jersón y Mykolaiv.

Por otro lado, la viceprimera ministra y ministra de Economía, Yulia Svyrydenko, se ha reunido por videoconferencia con su homóloga española en funciones, Nadia Calviño. Durante su conversación han discutido sobre el apoyo a las exportaciones ucranianas, la cooperación en digitalización, garantizar la seguridad de las empresas españolas en Ucrania, así como del apoyo financiero para atraer inversiones al país. Hay que recordar también que en estos momentos España ostenta la presidencia rotatoria del Consejo por lo que de ahí también que se estén produciendo más conversaciones entre las autoridades españolas y ucranianas.

Antes de pasar a otras cuestiones, hay una ayuda que ha pasado completamente desapercibida y es la anunciada por la UNESCO. En total, la Agencia de Naciones Unidas a través del Fondo de Emergencia Patrimonial ha decidido asignar con carácter urgente 169.000 dólares para apoyar las medidas de asistencia en Odesa. El propósito de estos fondos es el de ayudar a proteger las propiedades culturales ya vulnerables y capacitar a los primeros en responder. Todo ello teniendo en cuenta que los recientes ataques contra el centro histórico de Odesa, calificado como Patrimonio de la UNESCO, han dañado más de 50 bienes culturales.

Cambiando de tercio, el ministro de Defensa de Polonia, Mariusz Błaszczak, ha declarado que su objetivo es trasladar a un total de 10.000 soldados en la frontera del país con Bielorussia “para ahuyentar al agresor para que no se atreva a atacarnos [a Polonia]”. De esta forma, 4.000 soldados apoyarán directamente a la Guardia Fronteriza -teniendo en cuenta el aumento de 2.000 soldados anunciado también esta semana-, y 6.000 estarán en la reserva.

Finalizamos con un dato interesante, la Agencia Nacional de Prevención de la Corrupción en Ucrania (NACP) ha incluido a la compañía privada de bebidas alcohólicas más grande del mundo, Bacardí Ltd., en su lista de “patrocinadores internacionales de la guerra”. La Agencia justifica su decisión en el hecho de que la compañía continúa haciendo negocios en la Federación Rusa y está buscando activamente nuevos empleados allí. Si bien en un primer momento la compañía anunció que dejaría de exportar a Rusia y de invertir en publicidad, posteriormente esto no se materializó. Así las cosas, las autoridades ucranianas defienden que Bacardí Ltd. continúa pagando “impuestos significativos” al presupuesto de Rusia, respaldando su economía y patrocinando la agresión contra Ucrania.

En total, Bacardí posee más de 200 marcas comerciales, incluida el ron homónimo de la compañía que es la marca de ron más vendida en el mundo. Entre otras marcas famosas figuran Baron Otard, Eristoff, Bombay o Dewar’s William Lawson’s.


Comentarios

  1. Avatar de Damian5960
    Damian5960

    Eso de que hay un consenso entre la población estadounidense de seguir mandando ayuda a Ucrania, según una encuesta que hizo la CNN el 55% de los estado unidenses no apoyan seguir mandando ayuda a Ucrania. Además de que la mayor parte de los republicanos tampoco la apoyan, y ellos son los que tienen el dominio del congreso ahora mismo. Tiene toda la pinta de que no hay consenso en ese aspecto, más bien tienen postulados que son muy divergentes sobre la misma cuestión. Creo que sobre ese punto habría que matizar.

  2. Avatar de BarbaBlanca
    BarbaBlanca

    EEUU y las naciones europeas si supieron responder a las «barbaridades de Assad», financiando a grupos yihadistas (también llamados grupos rebeldes para los políticamente correctos) que trataban muy bien a las minorías cristianas, a las mujeres y demás…..

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