Mientras el mundo mira a Níger, en donde se está produciendo una crisis que también guarda relación con la guerra de Ucrania, un día más, drones de este país han logrado alcanzar el centro financiero de Moscú, dejando al aire las carencias de la defensa antiaérea en la capital rusa. Más allá de ambos Estados, en Bielorrusia, el presidente Lukashenko ha afirmado que quiere incorporar a los miembros de Wagner a su nuevo ejército profesional, en un giro de guión inesperado. En el apartado diplomático, por último, las noticias más importantes giran en torno a la mal llamada cumbre de paz que se celebrará en Arabia Saudita los días 5 y 6 de agosto.
La guerra de Ucrania siempre ha tenido un importante componente internacional, al ser parte de un todo mayor marcado por la competición entre grandes potencias y el reequilibrio de poderes en el mundo tras el «momento unipolar» vivido durante los años 90 y la primera década del presente siglo. Ayer, el profesor Sven Biscop, del Egmont Institute, nos explicaba cómo Rusia, lejos de ceñirse exclusivamente a Ucrania a la hora de contemplar su estrategia frente a Europa o los Estados Unidos, trataba de flanquear a Occidente en otras latitudes en las que tiene notables intereses.
Dentro de este intento de flanqueo, África ocupa un lugar especial, como los hechos acaecidos hace apenas unos meses en Sudán, la situación en Mali, en República Centroafricana o actualmente en Níger demuestran. Esto, por supuesto, no implica que en todos los casos Rusia haya estado detrás de lo ocurrido, pero su participación directa o indirecta en todos estos escenarios, o en otros como Mozambique -casi siempre a través de Wagner- y la forma en la que intenta ocupar los vacíos dejados especialmente por Francia, pero también por Estados Unidos, son bastante sugerentes. De hecho no es un esfuerzo nuevo, sino que desde Moscú llevan años tratando de reconstruir relaciones y afianzar su posición en el continente, tanto por razones puramente económicas, como estratégicas.
En el caso de Níger, aunque por el momento es difícil aventurar cómo evolucionará la situación –mientras estados como Francia evacúan a sus nacionales– o si los ultimátums de varios países contra la junta militar -o los anuncios de apoyo- surtirán efecto, lo cierto es que la Unión Europea, con Francia a la cabeza, se verá obligada de una forma u otra a destinar más recursos y posiblemente a colaborar -aunque no mediante el envío de tropas- con cualquier tipo de misión que intente estabilizar este país, como la que podrían lanzar algunos miembros del ECOWAS. No olvidemos que -el Sahel-, región que lleva tiempo en llamas, por razones que van desde la inmigración al terrorismo el humanitarismo, amén de su cercanía, nos es prioritario. Tampoco que desde 2020 los golpes de Estado en la zona se vienen sucediendo, con todo lo que ello implica y significa.
Es decir, que ocurra lo que ocurra, y más allá de los lazos económicos que Rusia mantiene con Níger y de la importancia de materias primas como el uranio, es Moscú quien gana con la inestabilidad en esta parte de África, en tanto detraerá atención y medios necesarios para sostener a Ucrania en su esfuerzo bélico.
Hablando de África, y como sabemos, un actor fundamental en el continente ha venido siendo Wagner Group, la organización hasta hace unas semanas liderada por Yevgueny Prigozhin y que ahora busca una nueva orientación ya instalada en Bielorrusia. Precisamente ha sido el presidente de este país, Alexandr Lukashenko, quien ha sorprendido hoy al afirmar que está pensando en utilizar al menos a parte de los efectivos de esta organización para potenciar la parte profesional de las Fuerzas Armadas bielorrusas.
Hasta donde sabíamos, los integrantes de Wagner trasladados a Bielorrusia ya habían comenzado a instruir a militares bielorrusos, aprovechando tanto la formación que ya de por sí poseían, al menos los cuadros, como la experiencia adquirida en escenarios como el ucraniano. El asunto aquí es que el número de efectivos de la organización que se han mudado a Bielorrusia tras negarse a firmar contratos con el Ministerio de Defensa ruso excede con creces lo necesario para ofrecer adiestramiento a unas Fuerzas Armadas del tamaño de las bielorrusas.
Es decir, que ni esta opción, ni la posibilidad de que la propia organización pase al servicio de Minsk para defender los intereses de este país en el exterior, siguiendo con la labor que había venido haciendo para Moscú, permitirán dar una salida a todos los efectivos ahora ociosos. En cualquier caso, ocurra lo que ocurra con esta organización, resulta difícil que pueda dar pasos sin la aquiescencia del Kremlin, incluso aunque nominalmente llegase a pasar a estar bajo control de Bielorrusia. De hecho, dada la situación en África, todo indica que sus servicios serán más y no menos requeridos, lo que hace más y más posible que de una forma u otra termine por volver a su antigua labor.
Mientras tanto, y aunque su futuro siga siendo en parte una incógnita, Lukashenko continúa jugando con esta organización y las ansiedad de Polonia, coincidiendo además con la supuesta violación del espacio aéreo de este país por parte de dos helicópteros bielorrusos, lo que añade una tensión extra a una situación ya de por sí peligrosa.
Mientras lo anterior se decide, la guerra nos lleva un día más a Moscú, la capital rusa, que ha sido nuevamente objeto de un ataque ucraniano con drones contra el barrio financiero, demostrando la incapacidad de la defensa antiaérea para hacer frente a una amenaza que está uno o dos órdenes de magnitud por debajo de la que la misma Rusia ha venido planteando a Ucrania desde el pasado otoño, combinando ataques en algunos casos masivos con drones Shahed y misiles tanto de crucero como balísticos e incluso hipersónicos.
De hecho, no estamos hablando de ninguna ciudad-dormitorio en torno a la capital, ni de un barrio secundario, sino de edificios que albergan dependencias de diversos ministerios y que, por lo tanto, se presuponen protegidos. Además, tampoco se trata de ataques llevados a cabo con aparatos con características especiales, sino que han sido realizados empleando drones de fabricación ucraniana cuya velocidad y tamaño los convierte en objetivos relativamente asequibles.
En cualquier caso, aunque su impacto mediático es importante, para lograr los objetivos ucranianos causando verdadera alarma, deberán ser capaces de intensificar un punto más su campaña, pues por el momento no parece haber ninguna reacción clara por parte de una sociedad rusa cada vez más controlada por el poder político.
Más allá de esto, los combates han proseguido en suelo ucraniano, aunque apenas han trascendido noticias sobre la situación en algunos puntos del frente, como el área de Kupyansk o al oeste de Svatove. Sí algún documento que prueba que al menos los intercambios artilleros continúan en zonas como los bosques al sur de Kreminna.
Sí más al sur, en Bakhmut, en donde las tropas ucranianas han vuelto a anotarse leves avances al norte de la localidad de Klischiívka, entre contraataques rusos.
Al sur del país apenas han trascendido novedades. En el eje de Velyka Novosilka, continúan los ataques ucranianos sobre Urozhaine y en dirección a Pryiutne, mientras las tropas rusas tratan de expulsar a las AFU de Staromaiorske. Además, en la zona de Kamianske los militares ucranianos han logrado un pequeño avance más en dirección a Luhove, ampliando lo conseguido en los últimos días.
Por último, en las últimas horas Ucrania ha alcanzado también distintos puntos del territorio bajo control ruso, como Mariúpol, o Balaclava, esta última localidad en Crimea, muy cerca de Sevastopol y en la que hay un importante depósito de municiones.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Abrimos la sección internacional de la jornada 524 con una noticia del lado de Rusia que no ha sido bien recibida en la Corte Penal Internacional (CPI).
Moscú ha decidido incorporar a la lista de buscados de Rusia a la juez que emitió la orden de arresto contra el presidente Vladímir Putin y la Comisionada para los Derechos del Niño, Maria Lvova-Belova, acusados de crímenes de guerra por la deportación ilegal de miles de menores ucranianos desde el inicio de la invasión. Según la CPI, esta decisión no es más que “otro intento de socavar el mandato internacional de la Corte”. Además, en el aviso emitido por Rusia se afirma que únicamente que la juez Tomoko Akane es una mujer nacida el 28 de junio de 1956 en Japón y que se la busca por violación de un artículo del Código penal ruso, pero sin precisarse la naturaleza del delito.
Ante esta situación la CPI ha pedido a sus 123 estados miembros que “mantengan la integridad de la Corte sin dejarse intimidar por las amenazas contra la Corte, sus funcionarios y personal, y aquellos que cooperan con ella”. Cabe recordar, además, que Akane no es la única incluida en esta lista pues en ella ya figuran el fiscal general Karim Khan y la juez Rosario Salvatore Aitala.
En Kiev la actividad también ha sido inusualmente tranquila, aunque el jefe del gabinete del presidente Zelenski, Andriy Yermak, ha hablado por teléfono con el asesor de seguridad nacional de la India, Ajit Kumar Doval. Durante su conversación han abordado la posición de Ucrania sobre la restauración de una paz justa y duradera basada en el respeto de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional, y basada en la Fórmula de Paz de Zelenski. Yermak ha trasladado al representante indio que Ucrania está intensificando el trabajo en la implementación de la Fórmula y los preparativos para celebrar la Cumbre de Paz Global este año, intentando involucrar al mayor número de líderes de los principales países del Sur Global.
Es importante detenerse en este punto pues no pocos medios están hablando de “Una cumbre de paz sin Rusia” y puede conducir a malentendidos. La reunión que tendrá lugar en Yeda, ciudad de Arabia Saudí, los días 5 y 6 de agosto, estará participada por los principales asesores políticos y de seguridad de decenas de países (se estima que aproximadamente sean unos 50). Es una reunión que sigue a la primera de este tipo y que tuvo lugar en Dinamarca el 24 de junio.
Hay que tener en cuenta que se trata de un formato mediante el cual Ucrania busca el desarrollo e implementación de la Fórmula de Paz a través de la discusión de los 10 puntos que plantea el presidente Zelenski y de las aportaciones e intereses de cada país que ha decidido involucrarse en el proceso. Un proceso, además, que, como explicamos hace varios días en nuestro informe, gira en torno a tres niveles: 1) nivel embajadores; 2) nivel asesores políticos y de seguridad y; 3) nivel líderes de Estado. De hecho, la cuarta y última reunión mantenida con los representantes de las misiones acreditadas en Ucrania tuvo lugar el pasado 28 de julio.
Por tanto, la reunión en Yeda será otro paso más que servirá de un lado, para seguir avanzando en las vías para implementar la Fórmula de Paz e involucrar al mayor número de actores posibles, como ha venido subrayando ucrania. De otro, para continuar con los preparativos de la Cumbre de Paz Global que Ucrania espera realizar este año, aunque aún no se conoce la fecha. En consecuencia, y por razones obvias al no estar sentadas Ucrania y Rusia en la mesa de negociaciones, Moscú no tiene cabida en estas reuniones preparatorias.
Siguiendo con las reuniones, el primer ministro ucraniano Denys Shmyhal y su equipo han discutido con los embajadores del G7 y de la UE las reformas, la recuperación rápida y la situación en torno a la central nuclear de Zaporiyia. El dirigente ucraniano ha agradecido a los participantes en la reunión la solidaridad de sus países para lograr exportar los cereales ucranianos y la confiscación de activos rusos congelados, pero también por el apoyo mostrado a la implementación de la Fórmula de Paz.
Sobre los “agradecimientos” la polémica más reciente es la causada por el secretario de Estado de Polonia y director de la Oficina de Política Internacional, Marcin Przydacz. En una entrevista en la que se le preguntaba sobre si la prohibición de Varsovia de las importaciones de cereal ucraniano había dañado las relaciones entre ambos países el representante polaco sugirió que Kiev debería “comenzar a apreciar el papel que Polonia ha jugado para Ucrania en los últimos meses y años”.
Respuesta que ha causado malestar en Ucrania, expresando el Ministerio de Exteriores que “las declaraciones sobre la supuesta ingratitud de los ucranianos por la ayuda de Polonia son falsas e inaceptables”. Sobre esto además ha añadido que en Ucrania están convencidos de que “la amistad ucraniano-polaca es mucho más profunda que la conveniencia política”. Por su parte, el sudirector de la Oficina del Presidente, Andrii Sybiha, expresó que estas declaraciones son “un intento de imponer a la sociedad polaca la opinión infundada de que Ucrania no valora la ayuda de Polonia” y las ha calificado abiertamente de manipulación.
Las declaraciones han escalado hasta el punto de que el Ministerio de Exteriores de Ucrania convocó al embajador de Polonia en el país, Bartosz Cichocki, para una reunión hoy. Durante esta, le han trasladado precisamente los comentarios de Sybiha enfatizando que estas declaraciones “no reflejan la realidad y, como tales, son inaceptables”. De igual modo, se ha enfatizado en el comunicado que “Ninguna declaración nos impedirá luchar juntos por la paz y construir un futuro europeo común”.
No obstante, pese a que en esta ocasión puede haberse tratado de un comentario desafortunado, opinión infundada o incluso un intento de manipulación hacia la población, lo cierto es que no es la primera vez en la que se sugiere abiertamente que Ucrania quizá debería mostrar más gratitud para con sus socios.
Pasando a la ayuda, la Policía de Miami ha realizado una donación a Ucrania de armas pequeñas y confiscadas, siendo una de las donaciones más interesantes que se han hecho hasta la fecha y la primera ciudad en decantarse por esta opción bajo la campaña “Guns 4 Ukraine” iniciada en junio de 2022. En concreto, se han entregado 101 unidades -todas armas semiautomáticas- y un donante adicional ha enviado 148.000 cartuchos. De este modo, comienza oficialmente a funcionar el proyecto “Arsenal de la Libertad de Ucrania”, según ha anunciado el diputado ucraniano Maryan Zablotskiy que también ha explicado el origen de la iniciativa. En concreto, surgió de pedir a los ciudadanos estadounidenses sus excedentes de armas, teniendo en cuenta que hay más de 800 millones de armas en propiedad de la población y que son 300 millones de habitantes. A esto se suma que cada año los estadounidenses compran 20 millones de armas y se confiscan y destruyen más de 100.000 cada año.
Por otro lado, la Guardia Nacional de Ucrania desplegada en el distrito de Kreminna en el óblast de Lugansk ha recibido un primer lote de UAVs como parte del proyecto “Drones of the Guard”, una iniciativa conjunta de las empresas ucranianas y de la propia Guardia. Lejos de ser el último lote, el objetivo pasa por adquirir 1.000 drones. Es interesante destacar que una de las personas que están impulsando la campaña es el director de cine francés Philippe Azoulay, quien está filmando una película cuyo título provisional es “Historias de Drones” en la que tratará de analizar la resistencia del país teniendo en cuenta los esfuerzos militares y civiles, y de voluntarios.
Asimismo, la Brigada 118 de las Fuerzas de Defensa del Territorio han recibido otro paquete de ayuda gracias a la campaña “Long Hands for TDF” de la Fundación Come Back Alive. Este incluye: 6 morteros de 120 mm, 3 pick-ups, 14 radios Motorola, 9 monoculares de visión nocturna, 3 cuadricópteros, 3 receptores de Starlink, 8 tablets, 3 generadores, 3 inversores y 3 binoculares.
Antes de pasar a otras cuestiones, se confirma lo anunciado ayer: Eslovaquia ha transferido a Ucrania los dos primeros obuses autopropulsados Zuzana 2 financiados por Dinamarca, Noruega y Alemania como parte de su asistencia militar a Kiev. En total, mediante este proyecto conjunto se entregarán un total de 16 unidades a Ucrania.
Otra de las polémicas del día pasa por las críticas a la financiación de la reconstrucción de la localidad de Irpin, calificando el proceso de “opaco” y que las empresas que se están beneficiando cuentan con “antecedentes sospechosos” que van desde contar con conexiones con partidos prorrusos a haber mantenido disputas con la justicia (por ejemplo, investigadas anteriormente por fraude). Esta información procede además un informe del equipo de ProZorro, el sistema electrónico de contratación pública de Ucrania que se estableció en 2016 para, entre otras cosas, aumentar la transparencia y la competencia en el proceso de licitación. La situación a día de hoy es que de los 547 contratos otorgados por el Ayuntamiento de Irpin únicamente 28 se han concluido empleado el mencionado sistema electrónico. Paradójicamente, hoy el primer ministro Shmyhal ha realizado una visita a Irpin -pero también Hostómel- junto con el viceprimer ministro de Innovación, Educación, Ciencia y Tecnología, Mikhailo Fedorov, donde se está implementando un proyecto para reconstruir edificios de apartamentos con fondos recaudados por la plataforma gubernamental United24.
Es igualmente destacable que Islandia ha cerrado su embajada en Moscú, convirtiéndose en el primer país europeo que da el paso. No obstante, se espera que “Tan pronto como las condiciones lo permitan, Islandia darán prioridad a la reanudación de las actividades de la embajada islandesa en Moscú”. Por el momento y como su ministra de Exteriores, Thordis Gylfadottir, expresó el pasado junio “la situación actual” no permite que la pequeña representación diplomática “opere en Rusia”.
Para concluir, la UNESCO ha verificado que un total de 274 sitios culturales han sido dañados como consecuencia de la guerra desde el 24 de febrero de 2022 hasta el 26 de julio de 2023. En particular, entre los sitios afectados se cuentan 117 sitios religiosos, 27 museos, 98 edificios de interés histórico y/o artístico, 19 monumentos, 12 bibliotecas y 1 archivo, y siendo las regiones más afectadas las de Donetsk y Járkov. Asimismo, la UNESCO está realizando una evaluación preliminar de los daños a bienes culturales “mediante la verificación cruzada de los incidentes informados con múltiples fuentes creíbles”.
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