Rusia ha seguido, una jornada más, cargando contra Odesa empleando para ello misiles Onyx, Kalibr e Iskander. A diferencia de ataques anteriores, en esta ocasión han sido varios los bienes culturales dañados, incluyendo la Catedral de la Transfiguración, mientras desde Moscú aseguran que únicamente han ido contra aquellos lugares en los que se estaban preparando «actos terroristas». Además de esto, sigue preocupando la situación y el futuro de Wagner, organización utilizada ahora desde Rusia y Bielorrusia como amenaza contra Polonia, del mismo modo que en otras ocasiones se ha utilizado la central nuclear de Zaporiyia o la amenaza nuclear.
A lo largo de la pasada noche, las Fuerzas Armadas rusas han lanzado un ataque con misiles contra la ciudad ucraniana portuaria de Odesa, en la que sería la quinta jornada consecutiva en la que es objetivo de las armas rusas. Ahora bien, en esta ocasión, los 19 misiles empleados (5 Onyx, 3 Kh-22, 5 Kalibr, 5 Iskander-K y 2 Iskander-M), lejos de concentrarse en las instalaciones relacionadas con el manejo y exportación de granos o productos agrícolas de cualquier tipo, han terminado por afectar a diversos bienes culturales, incluyendo la Catedral de la Transfiguración, a la sazón el templo ortodoxo más importante de esta localidad.
El ataque, que ha segado además la vida de dos personas, se ha producido curiosamente unas horas después de que la UNESCO (es la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) publicase un comunicado oficial en el que condenaba los «brutales ataques» que Rusia está llevando a cabo contra el patrimonio ucraniano lo que, según la directora de esta organización «marca una nueva escalada de violencia contra el patrimonio cultural de Ucrania». Claro está, tras el suceso la UNESCO ha vuelto a condenar las acciones rusas a través de un mensaje en las redes sociales.
Desde Ucrania, el presidente del país, Volodímir Zelenski, ha prometido represalias contra Rusia por este acto, tras firmar que «Misiles contra ciudades pacíficas, contra edificios residenciales, una catedral […] No puede haber excusa para el mal ruso». El mandatario ucraniano, además, ha vuelto a pedir a sus socios el envío de más sistemas de defensa aérea, para «luchar contra el terror ruso». Sobre esto, aunque la defensa antiaérea ucraniana se está mostrando muy eficaz en términos generales, cabe decir que muy difícil que pueda garantizar la seguridad de una única localidad que se ve sometida día tras día a este tipo de ataques, máxime cuando no es la zona del país con la red de cobertura más densa.
Desde Moscú, sin embargo, lo único que han admitido es lanzar un ataque con armas de precisión contra «las instalaciones donde se preparaban actos terroristas contra la Federación Rusa utilizando barcos sin tripulación, así como en los lugares donde se fabricaban cerca de la ciudad de Odessa. Mercenarios extranjeros se encontraban en los sitios afectados». Es más, la portavoz rusa, María Zakharova señalaba que Ucrania no tiene derecho a apelar a la legalidad después lo sucedido «con decenas de iglesias ortodoxas, con el Kiev-Pechersk Lavra, reliquias, monumentos y memoriales». De hecho, culpó a Kiev de lo sucedido en la Catedral de la Transfiguración.
Está por ver si se trata de una acción puntual o sí, por el contrario, desde Rusia continúan llevando la guerra más allá de los objetivos puramente militares hacia, como en este caso, los bienes culturales, como parte de una estrategia premeditada. Aunque por el momento es difícil de valorar en su conjunto, el daño sufrido por el patrimonio ucraniano es cuantioso, calculándose a finales de 2022 que más de 1.000 lugares relacionados bien con la herencia cultural, bien con la infraestructura cultural del país (museos, teatros, etc.) habían sido dañados.
Cambiando de tercio, en las últimas horas ha tenido lugar una reunión entre los dirigentes de Rusia y Bielorrusia, esto es, entre Vladímir Putin y Aleksandr Lukashenko. Más allá de las declaraciones de un Putin que se mostraba bastante satisfecho sobre el rumbo que estaba tomando la «operación militar especial», asegurando que la ofensiva ucraniana había fracasado y que los «mercenarios extranjeros» habían sufrido importantes pérdidas «debido a su estupidez», lo más relevante han sido una vez más las referencias que se han hecho en esta reunión a Polonia y que siguen a las que hiciera el propio Putin apenas dos días atrás.
Concretamente, lo que hoy ha afirmado Lukashenko es que están dispuestos a acudir en ayuda de los habitantes del oeste de Ucrania ante un eventual traspaso de sus territorios a la vecina Polonia, algo que evidentemente no está en la agenda de ningún gobierno, pero que sirve al consumo propio como otras tantas referencias a este país de Europa del Este.
Más preocupante si cabe, Lukashenko ha asegurado que está luchando «para evitar que las tropas de Wagner ataquen Polonia». Esto, sin pretender sacar conclusiones anticipadas, es una amenaza nada velada a Varsovia, no de una acción directa, sino de algo que podría considerarse parecido a lo que los ucranianos han hecho anteriormente contra la región rusa de Bélgorod dos meses atrás. De esta forma, Rusia -Bielorrusia no es más que un peón en esta partida-, amenaza a Occidente con llevar a cabo acciones irregulares, escalando un punto más el conflicto, un juego peligroso, pues cuesta creer que de producirse, nadie en Polonia pensase que los integrantes de Wagner estarían operando motu proprio.
Confirma con sus palabras así Lukashenko –en una declaración perfectamente escenificada– algunos de los temores de Polonia, a la sazón uno de los aliados más estrechos de Kiev y el país que más ha hecho para que la coalición para el envío de carros de combate o el envío de cazabombarderos sean posibles. No olvidemos que desde Varsovia se han mostrado muy preocupados recientemente por la llegada de los mercenarios de Wagner a la vecina Bielorrusia, algo que podría desestabilizar potencialmente Europa del Este y que, en cualquier caso, seguramente ayude a mejorar las fuerzas armadas de este último país, lo que se suma a la llegada de armas nucleares tácticas. Cuesta creer en cualquier caso que este tipo de declaraciones puedan amilanar a los polacos, separándolos de su aliado ucraniano; más bien pueden tener el potencial de provocar que este país aumente un punto más si cabe su implicación en el conflicto.
Cambiando hacia lo ocurrido sobre el terreno, una jornada más se han producido enfrentamientos en el sector más nororiental del frente, en las inmediaciones de la ciudad de Svatove. Allí, las tropas rusas continúan con sus ataques limitados, pero constantes, que se han dirigido en estas últimas horas, de norte a sur, contra Novoselivske, Andriívka, Nadiia y Novoiehorivka, además de Makiívka. Si bien las ganancias son escasas, parecen haber logrado aumentar más si cabe la cabeza de puente sobre el río Sherebets, buscando así la forma de dirigirse contra el Oskil. Sin salir de este sector, aunque más al sur, se ha seguido combatiendo también en torno a Kreminna, en donde los rusos han atacado en dirección a Nevs’ke, así como a Torske, al sur de los bosques de Serebryanske y hacia Bilohorivka.
Pasando a Bakhmut, las tropas ucranianas continúan cargando al norte hacia la M03, mientras al sur lo hacen contra Klischiívka, Ozaryanivka y Kurdyumivka. No hay novedades significativas.
La oeste de la ciudad de Donetsk, se sigue combatiendo en los alrededores de Avdiívka, especialmente al sur, sin novedad, como tampoco en Mariínka.
Respecto al sur, las Fuerzas Armadas ucranianas habrían logrado avanzar ligeramente en dirección a Pryyutne, al suroeste de Velyka Novosilka, mientras atacan también en dirección a Novodonetske, Urozhaine o Staromaiorske. También se han registrado intensos combates en las últimas horas en dirección a Robotyne, ya en el eje de Orijiv, aunque no hay cambios significativos, más allá del alto grado de desgaste que conlleva cada movimiento.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
La jornada dominical ha transcurrido sin apenas actividad a nivel internacional, siendo igualmente cierto que las miradas han estado puestas en Odesa tras los nuevos ataques.
Como se recoge en la sección anterior, tras los últimos ataques con misiles a la ciudad portuaria de Odesa, y cuyo centro histórico fue designado como patrimonio de la UNESCO, la Catedral de la Transfiguración ha sido uno de los enclaves gravemente dañados.
Desde el Ministerio de Exteriores ucraniano, tanto su ministro como la viceministra han condenado tales acciones. De un lado, el ministro Dmytro Kuleba, ha confirmado que plantearán este ataque durante la próxima sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre Ucrania para dejar claro que “Rusia es la única amenaza para la ortodoxia de Ucrania”. Por otro lado, ha instado a todos los estados y organizaciones a condenar “este bárbaro crimen de guerra”.
De otro, la viceministra, Emine Dzheppar, ha agradecido a la UNESCO y a su directora general, Audrey Azoulay, su “posición clara y su fuerte condena de los repetidos actos de terrorismo de Rusia contra Odesa y el patrimonio de la Humanidad”. De igual forma, ha manifestado que “Ucrania confía en que se restaurará la justicia y que las Naciones Unidas, la UNESCO no tolerarán el terrorismo cometido por sus estados miembros”.
A nivel de la Unión Europea, ha sido el Alto Representante y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, quien ha condenado los ataques contra Odesa reiterando que “Rusia ya ha dañado cientos de sitios culturales, tratando de destruir Ucrania”.
Los daños, por supuesto, no se limitan a la Catedral, sino que se estima que 25 edificios históricos han resultado dañados. Sin embargo, como el presidente Zelenski ha destacado en su discurso diario, un total de 50 edificios han sido dañados únicamente en el ataque de anoche. En su intervención ha subrayado que “No podemos permitir que la gente de todo el mundo se acostumbre a los ataques terroristas” pues considera que el objetivo de los misiles no son únicamente las ciudades, los pueblos o las personas, sino “la humanidad y los cimientos de toda nuestra cultura europea”.
Volviendo sobre la actividad del ministro Kuleba, hoy ha iniciado su tercera gira por África impulsado por la situación de inseguridad alimentaria que genera la retirada de Rusia de la Iniciativa de Granos del Mar Negro. Así, la primera de las paradas del ministro ucraniano ha sido Guinea Ecuatorial, donde por primera vez se da una visita oficial en la historia de las relaciones diplomáticas entre ambos países.
En Malabo se espera que mantenga conversaciones con los líderes del país sobre el desarrollo precisamente de las relaciones bilaterales entre Guinea Ecuatorial y Ucrania, el aumento del volumen comercial, la garantía de la seguridad alimentaria en el continente africano, así como el apoyo a la Fórmula de Paz de Zelenski. Hoy la reunión ha sido con su homólogo, Simeón Angüe, con quien ha abordado proyectos bilaterales en el ámbito comercial, pero también en las áreas de la sanidad y educación.
Cabe recordar, además, que en enero de 2022 Ucrania aprobó la estrategia africana y, tras el inicio de la invasión de Rusia, hemos asistido a un incremento en la labor diplomática con los países africanos. Según el Ministerio de Exteriores, la tercera visita de Kuleba a África es una continuación de la estrategia africana y el renacimiento de las relaciones ucraniano-africanas.
Sobre la situación en el Mar Negro se espera que se discuta en el marco del Consejo OTAN-Ucrania a nivel de embajadores el próximo miércoles 26 de julio. Un anuncio que se ha realizado tras la conversación telefónica que mantuvieron el presidente Zelenski y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ayer. Será esta la primera sesión del Consejo OTAN-Ucrania que se realice tras su lanzamiento y sesión inaugural en la Cumbre de Vilna.
Para concluir, dos noticias del lado de Rusia. De un lado, el representante permanente de Rusia ante la UNESCO, Rinat Alautdínov, exigirá ante esta agencia de las Naciones Unidas que condene la muerte del periodista del medio Sputnik Rostislav Zhuravliov, tras haber sido alcanzado con munición de racimo. Una situación que ya abordamos en nuestro informe de ayer, pueste este reportero no fue el único afectado del día. Según Alautdínov este asunto quedaría amparado por el mandato de la UNESCO y “llamarán la atención de los Estados miembros a este caso, otro crimen vil del régimen de Kiev”. Además, el representante ruso no ha dudado en acusar a la Secretaría de la UNESCO de mantener una política de doble rasero al no haber reaccionado ante las muertes de Daria Dúguina en agosto de 2022 y de Vladlén Tatarski en abril de 2023. De igual modo, ha arremetido contra los países occidentales subrayando que la para estos la preocupación por la seguridad de los periodistas es “pura hipocresía”: “Estos mismos países proporcionan a Kiev las armas que matan a corresponsales…En realidad, son copartícipes y patrocinadores de sus actos terroristas”.
De otro, el grupo Unilever vuelve a salir a la palestra. En esta ocasión por haber asegurado que cumplirán con la ley de reclutamiento rusa, lo que en la práctica implica que sus empleados rusos podrían ser llamados a filas y enviados a Ucrania. Una decisión que consta por escrito, aunque si bien la carta dirigida al grupo B4Ukraine data de 11 de julio, la información se ha conocido hoy. La controversia respecto del grupo comercial propietario de marcas como Dove, Cornetto, Magnum, Axe, Knorr, Lipton o Flora lleva abierta desde el inicio de la invasión, pero se acrecentó hace semanas cuando decidieron definitivamente seguir operando en Rusia.
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