Por cuarta noche, las Fuerzas Armadas rusas han atacado la localidad de Odesa, causando destrucción material y humana. No ha sido la única noticia importante en un día en el que Igor Girkin, más conocido como «Strelkov» ha sido puesto en prisión preventiva, según la justicia rusa por hacer «llamadas públicas para llevar a cabo actividades extremistas». Más allá de esto, Putin ha presidido una reunión del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa en la que ha acusado a Estados Unidos de seguir desarrollando armas biológicas en laboratorios ucranianos y en la que ha asegurado que defenderá a Bielorrusia por todos los medios de ser necesario. Todo en una jornada en la que Bulgaria ha anunciado el próximo envío a Ucrania de un centenar de blindados.
La noticia del día en relación tanto con la guerra de Ucrania como con la situación en la propia Rusia ha sido la detención y la puesta en prisión preventiva del conocido ex-comandante separatista y en la actualidad bloguero y activista ruso Igor Girkin, más conocido como Strelkov. Una noticia que han anunciado a través de Telegram –en la cuenta oficial de Girkin– tanto su esposa como su abogado, quien ha asegurado que recurrirá la sentencia en tanto la considera «injustificada». Mensaje que ha venido seguido por otro, firmado por varios de sus camaradas, en el que han asegurado que la detención de Girkin «socaba la confianza de la población del país en las fuerzas del orden» a la vez que mostraban su apoyo al detenido.
De hecho, la de Strelkov no ha sido la única detención del día, toda vez que uno de sus colaboradores, el extremista Pavel Gubarev, ha sido también detenido en la puerta del juzgado en el que Girkin estaba declarando. Además, Rusia ha abierto también un procedimiento criminal contra el coronel del GRU Vladímir Kvachkov, otro aliado cercano y también miembro del «Club de Patriotas furiosos», acusándolo de desacreditar a las Fuerzas Armadas rusas.
Si bien Girkin había acusado hace apenas dos días a Putin de ser un cobarde y un mediocre, lo cierto es que no es ni de lejos la primera ocasión en la que hace acusaciones altisonantes contra el Gobierno y especialmente contra la forma en que Shoigú y Guerásimov han estado dirigiendo la guerra de Ucrania. No olvidemos que Girkin es un extremista y además un firme defensor de la movilización total y de haber procedido con la invasión de forma mucho más rotunda de lo que se hizo. En cualquier caso, su detención no parece ser tanto consecuencia de sus últimas declaraciones, como parte del proceso de limpieza y represión interna al que está asistiendo el país y que se ha cobrado diversas víctimas en las últimas semanas, desde que se produjese el motín de Wagner.
Respecto a Girkin, se trata de un personaje singular, no en vano participó en los conflictos de Bosnia, Transnistria, Chechenia y, por supuesto, el Donbás, en donde tuvo un papel protagonista hasta el punto no solo de haber protagonizado la toma de Sloviansk sino de haber sido acusado en rebeldía por un tribunal neerlandés del derribo del vuelo 17 de Malaysia Airlines cuyo noveno aniversario se ha cumplido recientemente y que culminó con la pérdida de 298 personas. De hecho, no son las únicas acusaciones que pesan desde el exterior sobre Girkin, pues también están las de espionaje, terrorismo o secuestro, algo que ha sacado a relucir en su declaración asegurando que era ridícula la afirmación de que pudiese huir de Rusia al estar buscado por la Interpol.
Dicho lo anterior y una vez entre rejas, Girkin podría incluso ser un interesante peón para Putin ante futuras negociaciones, aunque es poco probable que se proceda a su entrega a ningún país extranjero.
El otro suceso relevante de la jornada nos sigue manteniendo en Moscú, en donde el presidente ruso ha encabezado una vez más una reunión del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa, aunque en esta ocasión con la particularidad de que ha sido online y las cámaras de televisión estaban presentes, con lo que se ha convertido más en un discurso político que en una reunión al uso. Hasta el punto de que Putin ha aprovechado para tocar temas de los más variados, en buena parte para consumo interno.
En primer lugar, Putin ha elogiado a sus mandos militares, asegurando que ni los «enormes recursos inyectados en el régimen de Kiev, ni las entregas de armas occidentales ni los miles de mercenarios extranjeros enviados allí […] son de ayuda». Además, ha asegurado que los arsenales occidentales estaban agotados, que los Estados aliados de Ucrania no pueden reponerlos y que las Fuerzas Armadas de este país han sufrido pérdidas irreparables.
No han sido las únicas declaraciones de un Putin desatado hasta el punto de aseverar que: «los líderes polacos están intensificando su ánimo de mantener el control en los territorios occidentales de Ucrania, las regiones occidentales, desplegando allí sus tropas». Una afirmación sin pies ni cabeza en el sentido de que la participación directa de Polonia en la guerra supondría una escalada sinsentido. Ahora bien, contribuye a vender a la ciudadanía rusa la idea de un país asediado que lucha contra todo Occidente por mantener su independencia y su forma de vida. Lo mismo que cuando hace referencias a la seguridad de Bielorrusia, de quien afirma que Polonia sueña con sus territorios y país al que defenderá, según dice «con todos los medios a su alcance».
Lo más sorprendente, sin duda, ha sido que Putin haya vuelto a sacar a la palestra los supuestos laboratorios financiados por el Pentágono en Ucrania, en los que «estaban creando componentes para un arma biológica» según el líder ruso. Una historia que tanto él como especialmente el portavoz del Ministerio de Defensa o incluso el representante ruso ante las Naciones Unidas han repetido hasta la saciedad sin presentar ninguna prueba mínimamente creíble. Sin embargo, saben que es algo que de puertas hacia adentro funciona y que incluso entre las sociedades de otros países tiene su público, especialmente después de que Estados Unidos hiciese algo parecido antes de la invasión de Irak en 2003.
En resumen, Putin mantiene su discurso tradicional desde ya antes del inicio de la guerra, aunque añadiendo elementos interesantes, como referencias cada vez más agresivas a Polonia y las repúblicas bálticas. Además, aunque volveremos a hablar del Acuerdo de Granos en la sección correspondiente, ha lanzado una propuesta para sustituir el grano ucraniano por el ruso en los mercados internacionales, para lo que requeriría la participación de Turquía y Catar. Curiosamente, y pese a las amenazas rusas sobre las exportaciones de granos o los ataques contra Odesa, el precio del trigo ha ido recuperando su nivel y es incluso más bajo que al inicio de la invasión.
Pasando a lo ocurrido sobre el terreno, en las últimas horas las Fuerzas Armadas rusas han vuelto a atacar distintos puntos de la región de Odesa, incluyendo una empresa de productos agrícolas, así como diversas infraestructuras en el distrito de Bilhorod-Dnistrovsky, utilizando para ello misiles Kalibr y drones Shahed. Además, también han atacado, en este caso con misiles S-300 Tavriyske, en la región de Zaporiyia, causando diversos daños materiales. Por su parte, Ucrania habría vuelto a alcanzar bien con drones o bien mediante alguna acción de sabotaje, la localidad de Simféropol, en Crimea.
Respecto a los combates, continúan produciéndose ataques rusos limitados en cuanto al número y tamaño de unidades implicadas, al norte del frente, en el área de Svatove. Así, una vez más se han dirigido contra Berestove y Novoselivske, así como hacia Serhiivka o Novoiehorivka, sin avances. También se ha seguido luchando en las zonas al oeste y sur de Kreminna, aunque hace días que no se registran cambios de posición más allá de algunas ganancias rusas en dirección a Bilohorivka, aunque para llegar de forma efectiva a la localidad deberán ser capaces de tomar las posiciones ucranianas en la mina, hasta ahora inexpugnables.
En torno a Bakhmut se ha vuelto a combatir al norte de la ciudad, con los ucranianos nuevamente intentando avanzar hacia Soledar y hacia Berkhivka, tratando de cortar el saliente ruso en la zona, que se asienta sobre las alturas a norte y sur de la E40. Al sur, por su parte, las AFU intentan expulsar a las tropas rusas de Klischiívka, así como avanzar contra Andriívka entre constantes contraataques de sus enemigos.
Al oeste de la ciudad de Donetsk, después de que Rusia completase la toma de Vesele, han intentado progresar en dirección sudoccidental, además de atacar por el sur hacia Severne y la propia Avdiívka. También en Mariínka, al norte de la localidad, en la zona de la instalación minera a la que hacíamos referencia días atrás.
Respecto al sur, en el eje de Velyka-Novosilka las tropas ucranianas habrían sido expulsadas de las partes de Staromaiorske bajo su control. No hay noticias del eje de Orihiv.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Abrimos la sección internacional con la noticia de que dos senadores estadounidenses, Lindsey Graham y Richard Blumenthal, -ya mencionados anteriormente en estas líneas por su firme apoyo a Ucrania-, han presentado un proyecto de resolución ante el Senado para apoyar la pronta adhesión de Kiev a la OTAN.
Otra de las noticias más significativas del día es la relativa al envío de ayuda militar de Bulgaria a Ucrania. Por primera vez, el país enviará un centenar de vehículos blindados BTR (aunque se desconoce la variante exacta) junto con otro armamento y repuestos tras haber sido aprobado en sede parlamentaria por 148 votos a favor y 52 en contra. Según el Parlamento “Este equipo ya no es necesario para las necesidades de Bulgaria, y puede ser de gran ayuda para Ucrania en su batalla por preservar la independencia y la integridad territorial del país tras la agresión rusa injustificada y no provocada”. Cabe recordar que desde que dio comienzo la invasión el 24 de febrero de 2022, Sofía solo había enviado ayuda militar no letal, es decir, chalecos y cascos, por ejemplo.
Sobre la ayuda militar no letal, Emmanuel Bonne, asesor del presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha afirmado a la CNN durante el Aspen Security Forum -en el que también ha participado el jefe del gabinete de Zelenski– que China está “entregando capacidades masivas a Rusia” y que “hay indicios de que están haciendo cosas que preferiríamos que no hicieran”. Además, añade:
“Necesitamos que entienda [China] que Ucrania es un conflicto de magnitud global y que no podemos ofrecer a Ucrania que pierda por razones de principio, pero también por razones que son muy operativas. Y lo que está en juego para nosotros en Ucrania es mucho más que, ya sabes, la soberanía de Ucrania. Se trata en gran medida de la estabilidad del mundo”.
En lo que concierne a la ayuda, hoy el Ministerio de Economía de Ucrania ha hecho pública la reunión online mantenida entre la vicepresidenta primera y ministra de economía del país, Yuliia Svyrydenko, y su homóloga española, Nadia Calviño, el día de ayer. Durante la conversación, Calviño destacó el compromiso de España para explorar su mercado de equipos pesados de desminado y a formar a 240 zapadores ucranianos con el objetivo de ayudar a Ucrania en el desminado humanitario pues “no puede resolver este problema por sí sola debido a los recursos muy limitados”. Es importante tener en mente que únicamente cuentan con 20 vehículos de desminado y 3.000 ingenieros, mientras que el área potencialmente contaminada es de 174.000 kilómetros cuadrados.
Entrando en temas puramente económicos, España está interesada en apoyar al sector privado de Ucrania, en particular, proporcionando 70 millones de euros en apoyo financiero a las pymes ucranianas a través del Banco Europeo de Inversiones. Estos fondos se utilizarán para proyectos de reconstrucción, pero al mismo tiempo España lanza un nuevo fondo de garantía por 70 millones de euros para las empresas que exportan a Ucrania.
Por otro lado, la representante ucraniana trasladó a su homóloga que esperan que el gobierno español “no apoye la ampliación de las restricciones de la Comisión Europea a la importación de productos agrícolas ucranianos”. En este sentido, Svyrydenko ha señalado que «es importante encontrar una solución común para desbloquear la exportación de cereales ucranianos por mar, porque bloquear las exportaciones significa bloquear la economía ucraniana”.
Mientras tanto el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, tiene la intención de convencer a su homólogo ruso para relanzar el acuerdo de exportación de productos agrícolas a través de los puertos ucranianos del Mar Negro durante su próxima conversación telefónica: “Creo que lograremos asegurar la continuación [del corredor humanitario] hablando en detalle con el señor Putin”. Igualmente, Erdoğan ha instado a “los países occidentales a dar seguimiento a las expectativas” del presidente Putin. Lo que está claro es que mañana habrá nueva declaraciones sobre este tema pues Erdoğan y Zelenski conversarán esta noche.
Del lado de las Naciones Unidas, la secretaria general adjunta para Asuntos Políticos, Rosemary DiCarlo, ha puesto de relieve ante el Consejo de Seguridad que “El riesgo de que el conflicto se extienda en respuesta a un incidente militar en el Mar Negro -intencional o accidental- debe evitarse a toda costa, en la medida en que podría tener consecuencias catastróficas para todos nosotros”. Sobre esto, añade que la decisión de Rusia de retirarse de la Iniciativa, sumada al bombardeo de puertos capitales ucranianos, “agravará aún más la crisis”. Una posición en línea con la expresada por el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, quien sostiene que “Las amenazas de apuntar a barcos civiles en el Mar Negro son inaceptables”, destacando al mismo tiempo que están preocupados por las minas colocadas en dicho mar y que amenazan la navegación civil”.
A lo anterior se suma que Moscú ha anunciado que han realizado un “ejercicio” militar en el noroeste del Mar Negro durante el cual han disparado misiles antibuque para derribar un objetivo en el mar. Un ejercicio que se publica días después de que el Kremlin afirmase hay partes -no especificadas- en el noroeste y sureste de las aguas internacionales del Mar Negro como “temporalmente peligrosas para el paso”.
Según el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Vershinin, ha hecho hincapié en que “Ahora no hay corredor marítimo humanitario, ya hay zonas de mayor peligro militar”. Además, apunta que Moscú quiere asegurarse de que “un barco no lleva algo malo”, es decir, que no se usan para transportar armas. Aclara pues que esto “significa una investigación, una inspección, si es necesario, para asegurarse de si esto es cierto o no”.
El ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, por su parte ha hablado con su homólogo beninés, Olushegun Adjadi Bakari, y le ha agradecido la solidaridad del Benin con Ucrania y han discutido formas de fortalecer la cooperación bilateral. Asimismo, Kuleba ha destacado la necesidad de continuar exportando cereales a través de la Iniciativa de Granos del Mar Negro con el fin de garantizar la seguridad alimentaria mundial.
En otro orden de cosas, el presidente Zelenski ha destituido al embajador de Ucrania en el Reino Unido y representante permanente de Ucrania ante la Organización Marítima Internacional, Vadym Prystaiko. Una decisión que se produce tras los comentarios de Pyristaiko en los que expresaba que el “sarcasmo” de Zelenski hacia el secretario de Defensa británico, Ben Wallace, no es “saludable”. Unos comentarios que calificaban la respuesta que el mandatario ucraniano dio a la sugerencia de Wallace acerca de que Ucrania debería mostrar más gratitud hacia sus socios: “Que me escriba [sobre] cómo debo expresar mis palabras de gratitud, o podríamos levantarnos por la mañana y expresar nuestras palabras de gratitud al secretario”. Sin embargo, la presidencia ucraniana no ha revelado el motivo tras la destitución.
Por otro lado, el ministra de Cultura, Oleksandr Tkachenko, ha presentado su dimisión por discrepancias sobre el uso de fondos estatales para proyectos culturales: “Presenté mi carta de renuncia al primer ministro [el jueves] por la noche, debido a una de malentendidos sobre la importancia de la cultura en tiempos de guerra”. Sobre esto ha precisado: “Durante la guerra, los fondos privados y presupuestarios para la cultura no son menos importantes que los fondos para los drones porque la cultura es el escudo de nuestra identidad y de nuestras fronteras”.
Unas declaraciones que se confrontan con el discurso diario del presidente Zelenski publicado ayer por la noche en el que enfatizaba:
“(…) En tiempos de guerra como este, la máxima atención del estado y, por lo tanto, los recursos del estado deben dedicarse a la defensa. Esto es algo obvio. Y todo proyecto que pueda ejecutarse a expensas de recursos extrapresupuestarios debe ejecutarse a expensas de recursos extrapresupuestarios. Esto se aplica a varias áreas, incluida la cultura. Museos, centros culturales, símbolos, series de televisión: todo eso es importante, pero ahora hay otras prioridades. Buscar fondos extrapresupuestarios. No fondos estatales.”
En consecuencia, Zelenski sugirió al primer ministro Denys Shmyhal que encuentre fondos extrapresupuestarios para proyectos que realmente se necesitan ahora, pero también realizó un llamamiento a todas las autoridades locales ucranianas con el siguiente mensaje: “(…) la gente debería sentir que los recursos presupuestarios se utilizan de manera justa y adecuada. Todo el mundo entiende de lo que estamos hablando. Los adoquines, las decoraciones de la ciudad y las fuentes pueden esperar hasta después de la victoria”.
Como poco resulta llamativo que el presidente Zelenski mezcle en su discurso y atribuya el mismo nivel de importancia a proteger o preservar los museos ucranianos que a decorar las ciudades. Pese a lo anterior, hay fuentes que ya afirman que se ha abierto un caso penal contra Oleksandr Tkachenko por malversación de fondos y que esa sería la razón de la dimisión y recomendación del propio Zelenski de que se buscase a otra persona para ostentar el cargo.
Para finalizar, el gabinete de ministros ucraniano ha decidido la participación del Estado en la retirada del banco Sens Bank JSC -propiedad del oligarca ruso Mikhail Fridman- para “garantizar la estabilidad del sistema financiero de Ucrania y proteger los intereses de los depositantes y otros acreedores del banco”. Una de las razones estriba en que el Banco Nacional de Ucrania presentó una propuesta solicitando que se nacionalizase el banco dado que sus propietarios son destinatarios de las sanciones. De hecho, Freedman fue detenido en el Reino Unido en diciembre de 2022.
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