Algunas de las unidades ucranianas implicadas en la ofensiva en el sur del país habrían acumulado niveles de pérdidas de alrededor del 20%, lo que explicaría algunas de las noticias que han envuelto por ejemplo a la 47ª Brigada en los últimos días y que serían consecuencia de la dificultad de hacer frente por encima de todo a las minas. Mientras intentan luchar contra estos obstáculos, los ucranianos están inmersos en una ronda de conversaciones destinada a implicar al mayor número posible de países en la defensa de su Fórmula de Paz.
Según medios estadounidenses, que citan a funcionarios europeos y estadounidenses, únicamente durante las dos primeras semanas de ofensiva, las unidades ucranianas que soportaron el mayor esfuerzo llegaron a acumular pérdidas equivalentes al 20 por ciento del material donado por Occidente, incluyendo carros de combate y vehículos de combate de infantería. A partir de ese momento, dada la imposibilidad de soportar semejante grado de desgaste, los mandos ucranianos habrían decidido cambiar de táctica, intentando avances más lentos, pero menos costosos en material y vidas, reduciendo el nivel de pérdidas a alrededor del 10 por ciento en las semanas siguientes.
Dicho de otra forma, en vista del nivel de pérdidas dejaron de intentar penetrar las defensas rusas –incluyendo los campos de minas– «por las bravas», esto es, confiando en los vehículos especializados para abrir pasillos. Por el contrario, pasaron a depender de los especialistas a pie, que se introducen durante la noche en las zonas por las que durante las horas siguientes se esperaba que tuviesen que pasar los vehículos ucranianos en su avance. Una labor peligrosa y lenta que ha permitido a los ucranianos ganar algo de terreno, pero siempre con la amenaza de que una vez desminada una zona, un cohete dispersor de minas ruso pudiese volver a sembrar de minas el terreno.
Lo ocurrido durante esas primeras dos semanas, en cualquier caso, serviría sobradamente para explicar las sonadas críticas del sargento mayor de la 47ª Brigada ucraniana a la forma en la que se hicieron las cosas durante los primeros momentos de la ofensiva -sin obviar que parte de las críticas iban dirigidas al modo en que se trataba a los suboficiales de esta unidad-. De hecho, es meritorio que las unidades implicadas sigan combatiendo, cuando muchas otras con niveles similares de pérdidas han perdido a lo largo de la historia la capacidad de lucha, al igual que la cohesión como unidad.
Por otra parte, lo sucedido no hace sino remarcar que independientemente de los errores que hayan podido cometerse en términos de tácticas, técnicas y procedimientos, el gran enemigo de los ucranianos continúan siendo –como lo fuera en su momento de los rusos-, las minas terrestres, además de la falta de apoyo aéreo y, por supuesto, la red de construcción defensivas fijas construida por los rusos en estos meses, por este orden.
Otro aspecto interesante que afecta a la guerra tiene que ver con el espionaje y la amenaza cibernética. Por supuesto, son temas de los que apenas trascienden datos en abierto y, en muchos casos, lejos de ser fiables se trata de medidas de desinformación filtradas voluntariamente por alguna de las partes. Ahora bien, es una suerte de guerra silenciosa que se libra activamente por todos los actores implicados y que se libra a diario.
Sin ir más lejos en las últimas horas se han publicado noticias casi cómicas como el «secuestro» del anuncio de venta de un vehículo BMW por parte de un diplomático polaco, que habría servido a piratas informáticos rusos para propagar malware en un intento de infiltrarse en las redes de las embajadas extranjeras en Ucrania. Resulta que el diplomático polaco había enviado el anuncio de venta a docenas de embajadas durante la pasada primavera, alto que el grupo Cozy Bear habría aprovechado en beneficio ruso.
Del lado contrario, las autoridades rusas habrían prohibido a millares de funcionarios y empleados estatales utilizar tanto móviles iPhone como otros dispositivos y servicios de la estadounidense Apple, con una doble intención. En primer lugar, por el riesgo de espionaje por parte de las autoridades norteamericanas, que Rusia teme -con razón- que puedan estar utilizando «puertas traseras» para espiar a sus funcionarios. Por otra, como represalia contra las sanciones impuestas a la Federación Rusa por parte de los EEUU y que están dificultando notablemente el acceso a productos tecnológicos, por más que recurran a canales alternativos y a proveerse a través de terceros como China, Irán o Corea del Norte.
No han sido los únicos capítulos de esta particular guerra que también está afectando al sistema financiero occidental, víctima de las acciones de propaganda y desinformación tanto chinas como rusas, dos países que están actuando de forma coordinada haciendo que sus campañas converjan sobre objetivos e interés común. Así por ejemplo, en los últimos meses han tratado de amplificar el impacto de sucesos como el colapso de Silicon Valley Bank o todo lo relativo al fondo de pensiones sueco, controlado por el Gobierno de este país nórdico, entre varias acciones más.
Respecto a la actualidad sobre el terreno, como casi cada día -lo cual es significativo, pues Rusia solo busca causar desgaste a los antiaéreos ucranianos, más que destruir nada-, este país ha lanzado una nueva oleada de drones, de pequeña entidad. Aun así, se habrían registrado explosiones en Zaporiyia y Sumy. El asunto es que, lejos de esperar unos días para lograr reunir un número suficiente de drones y misiles que permita saturar las defensas en puntos concretos, alcanzando algún objetivo de valor, Rusia lo que hace es más bien «tener ocupadas» a dichas defensas, repercutiendo los costes a Occidente, que debe hacerse cargo de suministrar los en algunos casos carísimos misiles antiaéreos.
Por lo demás, al norte del frente las tropas rusas han seguido atacando en la zona de Kreminna, en dirección tanto a Nevs’ke como hacia el sur de Dibrova, sin que se hayan registrado cambios significativos sobre el terreno.
En la zona de Bakhmut sí habrían logrado algunos avances, en este caso los ucranianos, tanto al norte -hacia Soledar- como al sur de la urbe, tras una jornada en la que habrían presionado sobre el primer anillo defensivo ruso en el centro de la ciudad. Lo más interesante, en cualquier caso, es que las AFU habrían logrado cruzar el canal de agua por varios puntos entre Klischiívka y Kurdyumivka, logrando reforzar su cabeza de puente en toda este área, lo que permitirá empujar sobre las anteriores localidades así como en dirección a Andriívka con mayor intensidad.
Al sur de Ucrania, por último, han seguido los ataques ucranianos en dirección, en el eje de Velyka Novosilka, a Urozhaine y Staromaiorske, así como a Pryiutne, mientras que en el de Orijiv se han dirigido contra Novopokrovka y Robotyne, con cambios mínimos.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Un día en Kiev marcado por la visita del presidente de la República de Corea y su esposa, Yoon Suk Yeol y Kim Keon-hee, que han sido recibidos por el presidente Volodímir Zelenski y la primera dama Olena Zelenska. El líder ucraniano ha indicado que, durante su estancia en el país, el presidente de Corea ha podido “ver con sus propios ojos las consecuencias de la agresión rusa” al visitar las localidades de Bucha e Irpin. Ante la destrucción que enfrenta el país, Corea ha decidido aumentar su ayuda humanitaria de 100 millones de dólares en 2022 a 150 millones en 2023, y así lo ha anunciado el presidente coreano durante la rueda de prensa.
De otro lado, el presidente Yoon ha mostrado la disposición del país para apoyar el sistema educativo ucraniano, aunque el presidente Zelenski les ha invitado a que Corea muestre liderazgo en otras áreas como en la creación de centros de rehabilitación en Ucrania. Asimismo, han confirmado la implementación del acuerdo de transferencia de vehículos y equipos de desminado a Ucrania.
Asimismo, uno de los temas centrales en la agenda ha sido el de lograr el regreso de los menores ucranianos que han sido deportados forzosamente a Rusia. Recordemos que, de 19.474 menores deportados, únicamente han logrado devolver con sus familias a 383, según las autoridades ucranianas. Además, hay 994 menores desaparecidos.
Relacionado con estas cuestiones, el fiscal general de Ucrania, Andriy Kostin, ha aseverado que los tribunales del país han declarado culpables a más de 50 rusos por la comisión de crímenes de guerra. Asimismo, 200 rusos han sido acusados y la investigación ha concluido con la suficiente recopilación de pruebas y ahora los casos están en manos de los jueces.
Por último, uno de los temas que no puede faltar en las reuniones: la Fórmula de Paz. El presidente Zelenski ha agradecido a su homólogo el interés en puntos específicos de la Fórmula, pero también que vayan a participar en la Cumbre de Paz Global. Al respecto, el presidente Yoon ha señalado que Corea actuará como mediador en las negociaciones con los países del Sur Global. De igual modo, Zelenski ha invitado a Corea a que se sumen a la Declaración de apoyo a Ucrania acordada por los líderes del G7 al margen de la Cumbre de la OTAN en Vilna.
A colación de la necesidad de implicar al mayor número de países posibles en la Fórmula de Paz, la Cumbre de Paz Global, la Declaración sobre las garantías para Ucrania, etcétera, Zelenski ha resaltado que en los primeros 15 días de julio ya han mantenido negociaciones, reuniones y asistido a eventos con los líderes de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Holanda, Turquía, la República Checa, Polonia, Eslovaquia, Bulgaria, Lituania, Suecia, Portugal, España, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, la República de Sudáfrica y Guinea Bissau, pero también con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el patriarca ecuménico Bartolomé. Sin embargo, el líder ucraniano adelanta que mantendrán “el ritmo más alto de trabajo internacional en todos los niveles para restaurar la paz”.
Igual importancia revisten las conversaciones sobre la prórroga de la Iniciativa de Granos del Mar Negro que expirará, salvo acuerdo, el próximo lunes 17 de julio a medianoche. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha afirmado en una conversación con el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, que el primer objetivo del acuerdo, esto es “la entrega de cereales a los países necesitados, sobre todo del continente africano, no se logra”. Es decir, que Rusia sigue considerando que enfrentan trabas a la hora de exportar sus productos agrícolas y fertilizantes a terceros países. Por tanto, habrá que seguir esperando el resultado final de las conversaciones entre Ucrania y Rusia, y sus mediadores, las Naciones Unidas y Turquía.
Hablando de acuerdos, Ucrania y la Unión Europea intensifican la cooperación contra la ciberagresión mediante la discusión de las medidas efectivas para prevenir ataques cibernéticos, construir defensas cibernéticas y una estrecha cooperación entre los actores de seguridad cibernética del país como un factor clave para combatir con éxito las amenazas cibernético. Durante la reunión mantenida entre representantes de una y otra parte, han discutido también el creciente nivel de ciberdelincuencia internacional debido a la participación activa de actores de Rusia. Por otro lado, entre los objetivos de la cooperación también se encuadra el de armonizar aún más la legislación de ciberseguridad de Ucrania con los estándares de la UE.
Las autoridades de Ucrania han incidido en que esta reunión es un paso importante para profundizar de la cooperación y el fortalecimiento de las capacidades de defensa de ambas partes, pues además están deseando compartir su experiencia con la UE al estar al frente de la lucha contra la agresión rusa en el ciberespacio.
Para concluir, la comisionada de Derechos Humanos de Rusia o Defensora del pueblo, Tatiana Moskalkova (no confundir con la comisionada de los Derechos del Niño, Maria Lvova-Belova, contra quien pende una orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional), ha declarado que apelará al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para proteger al metropolitano Pavel del monasterio Kiev-Pechersk Lavra, rector de la Iglesia ortodoxa ucraniana (UOC). En particular, fue acusado de “violar la igualdad de los ciudadanos en función de sus creencias religiosas” y de “justificar la negación de la agresión armada de Rusia contra Ucrania”. Por estos cargos podría llegar a enfrentar hasta 8 años de prisión y ver sus bienes confiscados.
Así pues, Moskalkova considera “este tipo de acciones una flagrante violación del derecho a al libertad de conciencia y un insulto a los sentimientos de cientos de miles de feligreses y ministros de la UOC”.
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