A lo largo de esta última jornada, más allá de las dudas en torno a la situación de la cabeza de puente ucraniana al sur del puente Antonovsky, o de lo ocurrido en otros puntos del frente, la mayor parte de noticias relevantes han tenido que ver con el posible freno a la ayuda militar a Ucrania y con el agotamiento de ambos contendiente después de casi año y medio de guerra. Además de lo anterior, el presidente del Gobierno de España, de visita en Kiev, ha anunciado que la candidatura ucraniana a la Unión Europea será una «prioridad» durante la presidencia española de turno.
Desde Ucrania, coincidiendo con la visita del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, a Kiev, Zelenski se ha quejado amargamente de los retrasos en todo lo relativo al envío de cazabombarderos F-16 al país. Si bien hace apenas unas semanas todo indicaba que el entrenamiento de pilotos ucranianos comenzaría en breve y que los aparatos podrían llegar al país en cuestión de meses -aunque no antes del cambio de año-, ahora mismo esto no parece ser tan claro.
Zelenski asegura no conocer las razones por las que sus aliados «arrastran los pies», lo que obliga a especular sobre si lo ocurrido estas semanas en la ofensiva, que se ha saldado con numerosas bajas ucranianas y avances más lentos de lo previsto en las simulaciones, podría estar pesando sobre el grado de apoyo que algunos países están dispuestos a prestar a Kiev.
No hay que olvidar que, como hemos explicado en alguna ocasión, las grandes rondas de ayuda han sido consecuencia de éxitos ucranianos. Es decir, que la ayuda internacional, especialmente en términos militares, nunca ha sido a «fondo perdido», ni es infinita, sino más bien una inversión que se vigila atentamente y se renueva si el retorno es el adecuado, como corresponde a una guerra proxy.
Quizá por ello han aumentado en las últimas horas los rumores en torno a un gran esfuerzo ofensivo en los próximos días por parte ucraniana, al menos entre fuentes prorrusas. Incluso es posible que las primeras acciones ya se hayan producido, aunque es complicado todavía asegurarlo. La intención, que no carece de lógica, pasaría por colocarse en una situación favorable de cara a la próxima cumbre de la OTAN en Vilna, de forma que las Fuerzas Armadas ucranianas puedan vender algún tipo de avance, demostrando así a sus aliados que la continuación del apoyo es la mejor opción.
Por otra parte, unido a los rumores sobre la hipotética entrega de misiles ATACMS a corto plazo, o de municiones de racimo, hay publicaciones que aseguran que Ucrania y los Estados Unidos habrían trazado una ambiciosa estrategia para recuperar el territorio ocupado por Rusia y establecer negociaciones hacia fin de año. Es decir, que perfectamente podría ocurrir que se esté confiriendo prioridad a esto último y dejando en segundo plano el tema de los F-16, que en ningún caso tendrán un impacto a corto plazo en el devenir de los combates.
Todo esto que explicamos puede parecer descarnado, pero la realidad del apoyo a Ucrania, por muchas que sean las simpatías que pueda generar este país entre sus aliados y entre la población de estos, obedece en su mayor parte a un cálculo político de costes y beneficios. No se trata pues de «qué sería lo moralmente aceptable», sino de bregar con «lo que es», lo que no implica que los decisores estén siempre en lo cierto, obviamente.
De hecho, también hemos explicado en más de una ocasión que dado que para Rusia esta es una guerra por la supervivencia y que lo que pretende no son objetivos limitados sino un cambio total de la arquitectura de seguridad en Europa e incluso más que eso, del orden internacional, lo suyo es evitarlo a toda cosa -hablamos desde el punto de vista occidental-, de forma que se mantenga aquel orden que más nos favorece.
En relación con esto, hay que entender también que llegados a este punto de la guerra, está pesando el agotamiento, no solo en el bando ucraniano, sino también el ruso y no solo por las bajas o la presión que supone vivir en un estado de guerra. Simplemente unos y otros están consumiendo muchos más recursos en términos de material y suministros militares de lo que las atrofiadas industrias bélicas están en condiciones de producir.
También las economías se han resentido. En el caso ucraniano, por los destrozos y el bloqueo, medidos en una brutal caída del PIB, y en el ruso por el peso de las sanciones. Además hay otros factores añadidos, desde cierto cansancio entre algunas sociedades europeas, afectadas por la crisis y que, sin embargo, siguen dando acogida a millones de refugiados ucranianos, a lo ocurrido en ciertos países del Este, inundados de productos agrícolas ucranianos.
Las medidas implementadas de uno y otro lado para paliar la falta de medios, aumentando la producción, tampoco tienen un efecto a corto plazo. Algunas iniciativas, como las europeas, tardarán meses en fructificar en el mejor de los casos. Del lado ruso, aunque está reorganizando su industria, tampoco es probable que pueda llegar a producir un número de plataformas suficiente como para dar un vuelco a la guerra, sino que simplemente podrá sostener el esfuerzo en un contexto de estancamiento.
Pasando a lo ocurrido sobre el terreno, pocas han sido hoy las novedades. Comenzando por el sector más septentrional del frente, se han seguido registrando combates en los bosques al sur de Kreminna y también en la localidad de Bilohorivka. Allí, se ha visto a efectivos rusos nuevamente dentro de la planta de depuración de agua, al este de la localidad, aunque pasar de ahí les resulta sumamente difícil por la cercanía de la cantera de tiza, que controla la zona.
En el área de Bakhmut, se han reportado numerosos ataques por parte ucraniana y contraataques rusos, tanto al norte, en Rozdolivka y Vesele, como al noroeste hacia Zalinianske u Orikhovo-Vasylivka. También hacia Berkhivka e incluso en dirección a Ivanivske. Al sur de la localidad la actividad principal se sigue concentrando entre Klischiívka y Kurdiumivka. Se comienza a especular sobre los planes futuros ucranianos, que podrían pasar por cercar la ciudad, en lugar de embarcarse en una batalla urbana para retomarla bloque a bloque.
Al oeste de la ciudad de Donetsk, la actividad principal se ha producido en Avdiívka, en donde los ucranianos presionan por completar la toma de Vesele, mientras intentan repeler los ataques rusos al sur de la localidad, desde Opytne.
En cuanto al sur del frente, en el eje de Velyka Novosilka, los ucranianos continúan con sus ataques en dirección a Staromaiorske y Urozhaine, así como hacia Pryiutne, mientras Rusia contraataca hacia Novodarivka. No hay cambios de posición.
Tampoco hay novedades importantes en la zona de Orihiv, a falta de que se confirmen los rumores en torno a un redoblamiento de los esfuerzos ucranianos que hemos comentado anteriormente. En estas últimas horas se han reportado ataques, de este a oeste en dirección a Polohy, Novopokrovka, Verbove y Robotyne. Precisamente hacia esta última localidad es hacia donde Ucrania está concentrando los mayores esfuerzos, apareciendo mensajes en Telegram que hacen pensar que se combate en el interior de la localidad.
Por último, al sur de la ciudad de Jersón, en donde Ucrania habría tratado de establecer una cabeza de puente en el extremo más meridional del puente de Antonovsky, hay fuentes prorrusas que aseguran que esta había sido erradicada tras los ataques con misiles de ayer y también gracias a la acción de la compañía militar privada rusa «Shtorm-Z», vinculada a… Shoigú. Por supuesto, hay mensajes en sentido contrario, incluso en canales prorrusos, asegurando que la presencia ucraniana allí es sólida pese a todo.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
La jornada de hoy a nivel institucional y diplomático tal y como se ha señalado en la sección anterior ha estado centrada en la visita del presidente de España, Pedro Sánchez, a Ucrania.
El presidente Zelenski a la llegada de su homólogo español que visita Ucrania por tercera ocasión desde que comenzó la guerra ha subrayado que es “sumamente simbólico que esta visita tenga lugar el primer día de la Presidencia española del Consejo de la UE. Sobre esto, ha añadido que “nuestro hogar europeo común no se puede imaginar sin Ucrania, sin nuestro coraje y compromiso con la libertad y la justicia”.
Tras su reunión, en la rueda de prensa conjunta Zelenski ha dado precisamente las gracias a España por apoyar a Ucrania en el camino hacia su incorporación a la UE, incidiendo en que han discutido el próximo inicio de las negociaciones para que esto sea posible. De este modo, el líder ucraniano ha subrayado que “La próxima adhesión a la Unión Europea motiva mucho a nuestros defensores, porque convence de que Europa ve a qué precio nuestra gente protege los mismos valores que ya están protegidos para todos los países de la Unión Europea”.
Asimismo, ha agradecido el apoyo recibido para su adhesión a la OTAN, aunque para ver avances en este camino habrá que esperar a los resultados de la Cumbre de Vilna pero teniendo en cuenta que tanto los aliados como las autoridades ucranianas son conscientes de que con la guerra en curso no podrá culminarse la membresía.
También han conversado sobre las sanciones, respecto de las cuáles Zelenski ha manifestado que Ucrania no entiende por qué aún no se han introducido sanciones contra Rosatom, cuyos representantes continúan ocupando la central nuclear de Zaporiyia.
Tal y como han realizado líderes europeos en sus últimas visitas a Ucrania -por ejemplo, de Dinamarca, Francia, Polonia, Alemania e Italia- Sánchez y Zelenski han firmado una Declaración conjunta en la misma línea exponiendo, entre otras cosas, el apoyo concreto de España, incluido en lo que se refiere a la implementación de la Fórmula de Paz y la Cumbre de Paz Global, pero también en la rendición de cuentas.
El presidente Sánchez se ha dirigido también a la Verkhovna Rada (Parlamento ucraniano) destacando tres puntos esenciales en su discurso:
- España considera que Ucrania merece ser miembro de pleno derecho en la Unión Europea
- En la UE, apoyan la Fórmula de Paz del presidente Zelenski
- España facilitará una ayuda económica de 55 millones de euros, incluidos 51 millones a través del Banco Mundial para apoyar a las pequeñas y medianas empresas, así como para equipar las escuelas con sistemas de energía respetuosos con el medio ambiente.
Por otro lado, el presidente Zelenski se ha mostrado preocupado hoy ante el retraso en el inicio del entrenamiento de los pilotos ucranianos en el manejo de los aviones de combate F-16. En sus palabras:
“Estuvimos de acuerdo y enfatizamos que tenemos una coalición de países listos para comenzar a entrenar a los pilotos ucranianos. No hay un cronograma de misiones de entrenamiento, esto se está retrasando. No sé por qué lo están haciendo.”
A modo de recordatorio, la coalición de aviones de combate está formada por el Reino Unido, Países Bajos, Polonia, Dinamarca, Suecia, Bélgica, Portugal, Francia y Estados Unidos.
Retomando el tema de Zaporiyia, el líder ucraniano hoy ha vuelto a poner el acento en que cree que Rusia “puede recurrir a un acto terrorista en la central nuclear de Zaporiyia, que ocupa, para asustar al mundo con las posibles consecuencias de su agresión contra Ucrania y crear influencia política en las acciones de contraofensiva del ejército ucraniano”. En este sentido, ha aclarado una vez más que están discutiendo este asunto con sus socios para que todos entiendan “por qué Rusia está haciendo esto y presionan políticamente a la Federación Rusa para que ni siquiera piensen en tal cosa”.
Además, ha hecho hincapié en que considera que es crucial que expertos independientes verifiquen todo en el momento en el que se produzca la transferencia del control de la planta de Zaporiyia a Ucrania porque puede haber explosivos activados por control remoto, destacando que la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA) que es mediador puede involucrar a otros estados.
Zelenski también ha firmado un nuevo decreto en el que impone sanciones contra 192 individuos y 291 entidades rusas -pero también bielorrusas, georgianas y kazajas- por un periodo de 10 años. Entre las entidades se cuentan 17 refinerías de petróleos, incluidas aquellas asociadas a las grandes petroleras Lukoil y Gazprom Neft, pero también Georgian Airways debido a la reanudación de los vuelos directos entre Georgia y Rusia.
Por su parte, el jefe de gabinete del presidente Zelenski, Andriy Yermak, ha analizado la implementación de la Fórmula de Paz con las jefes de las misiones diplomáticas del G7, G19 (G20 sin contar con Rusia), Dinamarca y las Naciones Unidas. Asimismo, la reunión ha versado sobre el retorno de los niños ucranianos deportados ilegalmente por Rusia. Hasta la fecha, un total de 19.492 menores ucranianos han sido deportados según informan las autoridades ucranianas.
Antes de pasar del lado de Rusia, el ministro de Defensa de Lituania ha visitado hoy Ucrania para reunirse con su homólogo, Oleksii Reznikov. Durante su encuentro ha compartido que su país ha establecido un plan de tres años para apoyar a las AFU, pero también el último paquete de ayuda militar.
A largo plazo Lituania se ha fijado tres objetivos: 1) continuar haciendo todo lo posible para garantizar un apoyo militar ininterrumpido para el ejército ucraniano; 2) proporcionar rehabilitación a los soldados ucranianos heridos y; 3) continuar las consultas sobre las reformas de defensa iniciados antes de la guerra, con el objetivo de acercar a Ucrania a la membresía de la OTAN.
En lo que concierne al último paquete de ayuda militar, este consiste en el envío de NASAMS que se entregarán en otoño, 10 vehículos blindados de transporte de personal M113, granadas para lanzagranadas y 2,5 millones de municiones.
Cambiando de tercio, el Ministerio de Política Agraria y Alimentación de Ucrania ha confirmado que Rusia ha suspendido por completo el registro de la nueva flota desde el 26 de junio, por lo que Ucrania considera que esto indica “su intención de interrumpir el suministro de alimentos a los mercados mundiales”. En otras palabras, hay 29 barcos que exportarán 1,4 millones de toneladas de alimentos a 5 países de África y Asia, incluidos China, Egipto, Bangladesh y Turquía, y que ahora se encuentran bloqueados por Rusia en aguas territoriales turcas y no han pasado aún el procedimiento de inspección en el Centro de Coordinación Conjunta en Estambul.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) transfirió 430 generadores comprados con fondos del gobierno de Japón para el óblast de Jersón. A principios del mes de junio el PNUD ya entregó, además, 142 generadores para ayudar a satisfacer las necesidades de las regiones de Dnipropetrovsk y Zaporiyia. En lo que queda de año, el PNUD espera entregar más de 1.000 generadores adicionales.
De otro lado, el Ministerio de Exteriores de Rumanía ha anunciado la expulsión de 40 miembros del personal de la embajada de Rusia en Bucarest en cumplimiento de la orden emitida el 8 de junio. En concreto, 11 diplomáticos y 29 miembros del personal técnico y administrativo, junto con sus familias, “saldrán de Rumanía a bordo de un avión civil perteneciente a una aerolínea rusa”. El Ministerio ha indicado que esta decisión “refleja el nivel actual de las relaciones bilaterales después de que Moscú lanzara su guerra de agresión contra Ucrania”.
Por último, el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, ha declarado hoy que no tiene sentido hablar con el presidente ucraniano, ya que no actúa de manera independiente incidiendo en que “se le dice qué hacer, qué política seguir” y que “por supuesto, está improvisando mientras sigue este curso, dependiendo de la situación en este día concreto”.
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