Mientras Ucrania continúa atacando puntos bajo control ruso com Berdyansk, que ha sido alcanzado de nuevo en las últimas horas, desde Rusia están desplegando en las inmediaciones de Bakhmut distintas unidades de las VDV mientras se debate si los efectivos de Wagner salidos de esta parte del frente se reubican en Bélgorod para hacer frente a las incursiones de los grupos contrarios al Kremlin. En el aparato internacional, la noticia del día ha sido la propuesta de paz presentada por el presidente de Indonesia, que rápidamente ha sido rechazada por Ucrania al considerar que respondía únicamente a los intereses rusos.
La posibilidad de que en un breve espacie de tiempo comience la ofensiva ucraniana, sumada a la campaña de ataques tras las líneas enemigas que este país está llevando a cabo tanto en territorio ruso, como en las zonas de Ucrania controladas por Rusia, ha vuelto a poner de manifiesto, más allá de la importancia de los vectores y armas, la de los medios de reconocimiento.
El reconocimiento estratégico –que va más allá del que pueden las unidades realizar a nivel táctico u operacional– es un concepto clave que permite a las fuerzas armadas obtener una comprensión clara y detallada de las capacidades, disposiciones e intenciones del adversario, así como del terreno y otras condiciones del entorno operativo.
Esta estrategia de recolección de información debería, si se ejecuta como debe, ofrecer al Estado Mayor que la implemente un panorama global o «fotografía» de los medios del enemigo susceptible de utilizarse para planificar operaciones, anticipando además las probables del contrario. A lo largo de la historia, diferentes medios se han utilizado para llevar a cabo el reconocimiento en profundidad, entre ellos aviones, satélites y, más recientemente, medios electrónicos y digitales.
En el caso de las aeronaves, son muchas las naciones que recurren a modelos adaptados para llevar a cabo tareas específicas de vigilancia y reconocimiento. Seguramente el aparato más conocido en términos históricos sea el Lockheed U-2 -con permiso del SR-71– utilizado por Estados Unidos durante décadas y protagonista de momentos únicos durante la Guerra Fría. Capaz de volar a altitudes extremadamente altas para evitar la detección y el fuego enemigo mientras capturaba imágenes de alta resolución y recopilaba otros datos de inteligencia. Por supuesto, no es el único, pues se uniría a otros medios complementarios:
- RC-135 Rivet Joint: Este es probablemente el avión de reconocimiento electrónico más reconocible de la USAF y sigue siendo utilizado en los escenarios más significativos. El Rivet Joint está equipado con una amplia gama de equipos de interceptación de señales y está diseñado para recopilar inteligencia de señales (SIGINT) y de señales electrónicas (ELINT).
- E-8C Joint STARS (Surveillance Target Attack Radar System): Aunque este avión se utiliza principalmente para el control y la vigilancia del campo de batalla, también tiene la capacidad de llevar a cabo tareas de reconocimiento electrónico, siendo capaz de rastrear una gran cantidad de objetivos terrestres, así como de proporcionar una imagen detallada de la situación en el campo de batalla.
- F-35 Lightning II: Aunque es más conocido como un avión de combate de quinta generación, el F-35 también tiene capacidades de reconocimiento electrónico significativas. Sus sistemas avanzados de sensores pueden recopilar y analizar una amplia gama de señales electrónicas y de radio, proporcionando tanto capacidades de reconocimiento como de guerra electrónica.
- RQ-4 Global Hawk: Este vehículo aéreo no tripulado tiene también entre sus tareas la de realizar misiones de reconocimiento de largo alcance, incluyendo SIGINT y ELINT, algo en lo que ha venido destacando desde su entrada en servicio.
En realidad son más las plataformas y sistemas implicados, aunque es imposible enumerarlos todos aquí por razones de espacio. Incluso aparatos pensados en origen para la Patrulla Marítima como los P-8A Poseidon tienen importantes capacidades en este ámbito. Lo importante en cualquier caso es que se entienda que existen aeronaves especializadas y que los Estados más poderosos gastan ingentes cantidades de dinero en su diseño, producción y operación, algo reservado a una élite.
Algo parecido, aunque en parte se ha venido democratizando en los últimos años, ocurre con los satélites de observación y reconocimiento. Estos pueden capturar imágenes de alta resolución de casi cualquier lugar del mundo sin ser detectados ni amenazados por las defensas enemigas –salvo excepciones-, siendo complementados por otros ingenios dedicados al espionaje electrónico, sin ir más lejos. Además, la posibilidad de observar la tierra en distintos espectros más allá del visual, los hace sumamente interesantes.
Volviendo sobre el reconocimiento electrónico, este se refiere a la recolección de inteligencia a través de las ondas de radio y otras señales electromagnéticas. En términos muy básicos podríamos subdividirlo en dos categorías principales: SIGINT (Inteligencia de señales) y ELINT (Inteligencia de señales electrónicas):
- SIGINT: se refiere a la interceptación y análisis de señales de comunicación e información electrónica. Esto incluye la recopilación de metadatos (por ejemplo, quién se está comunicando con quién, cuándo y dónde) así como la interceptación y el descifrado del contenido de las comunicaciones.
- ELINT: se ocupa de las señales no comunicativas, como las emitidas por los sistemas de radar, sistemas de guiado de misiles y otras instalaciones militares.
Dicho todo lo anterior, unas fuerzas armadas que dispongan de medios de reconocimiento suficientes estarán en situación de elaborar algo tan valioso como el EORBAT (Orden de Batalla Electrónico), es decir, de identificar la fuerza, el mando y la disposición de las capacidades militares de una organización particular o de un adversario en un determinado teatro de operaciones. Dicho de otra forma, se refiere a la identificación y clasificación de las instalaciones, equipos y procedimientos de emisión de señales electrónicas (comunicaciones, radar, etc.) que se utilizan en un área de operaciones específica, lo que permite hacerse una idea bastante aproximada del despliegue de las unidades, su potencia de combate, o sus posibles movimientos entre otras cosas.
No hemos hecho esta larga introducción por capricho. Desde los días previos al comienzo de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, la primera se ha beneficiado, por más que sea un aspecto clasificado y falten muchos datos, de las capacidades de reconocimiento de sus aliados, especialmente de los Estados Unidos, aunque no solo. Esto ha permitido, además de adelantar la mayor parte de los movimientos de una Rusia que rara vez ha podido contar con el factor sorpresa, aprovecharse de los «vacíos» detectados para lanzar operaciones como la ofensiva de Járkov.
Ahora que la ofensiva ucraniana está cada vez más cerca, por mucho que se lleve retrasando varias semanas, el poder contar de nuevo con estos medios, haciéndose una composición de lugar lo más exacta posible sobre el despliegue ruso y la densidad y calidad de sus defensas en los posibles ejes de avance ucranianos, se torna crucial. Todo ello complementado con la inteligencia recolectada por medios OSINT, así como por aquellos que los aliados suministran a Ucrania en términos de acceso a satélites comerciales, por supuesto.
De hecho, ya lo está siendo, toda vez que los ucranianos están logrando lanzar una gran cantidad de ataques por ejemplo con los cohetes GMLRS de los HIMARS, los misiles de crucero Storm Shadow o incluso misiles balísticos Tochka-U, algo impensable si no se dispone de datos fiables sobre los objetivos a batir, en tanto no se pueden desperdiciar medios tan valiosos en objetivos que no merezcan la pena.
Así las cosas, buena parte de lo que ocurra con la ofensiva dependerá no solo del material enviado, de la habilidad ucraniana -indudable- para gestionar un parque de vehículos y sistemas tan variopinto o incluso de la llegada o no -y parece que no llegarán a tiempo- de los F-16 o los Abrams. Tampoco, aunque será fundamental, de que las AFU solucionen las carencias que todavía arrastran en cuanto a armas combinadas. Dependerá, por el contrario y una vez más, de la superioridad que le proporcione un conocimiento detallado del despliegue ruso, algo con lo que parece que cuentan.
Respecto a lo ocurrido sobre el terreno, sigue en marcha la operación de los voluntarios anti-Kremlin en la región de Bélgorod, en donde se habrían producido varias víctimas civiles, sin que por el momento las Fuerzas Armadas o las fuerza de seguridad rusas hayan logrado expulsar o abatir a los atacantes. No es de extrañar que Prigozhin, que cada vez más parece estar haciendo campaña política a su favor -o que intenta mantenerse en el candelero como garantía de supervivencia- haya asegurado que si el Ministerio de Defensa no es capaz de atajar la crisis, Wagner defenderá el territorio ruso.
Más allá de esto, se han vuelto a reportar combates en dirección a Novoselivs’ke y Makiívka, ambos al oeste de Svatove, así como en Spirne, en donde como explicamos ayer, se combatía en las calles de esta pequeña aldea. No hay cambios de posición.
En el área de Bakhmut, por su parte, los únicos enfrentamientos se habrían producido al sur, en dirección a Ivanivs’ke. No obstante lo anterior, la acción de la artillería, y también de la aviación, en este caso ucraniana, sigue produciéndose, con bombardeos sobre posiciones rusas en los bloques al suroeste de la ciudad, en los que se libraron algunos de los últimos combates.
En cuanto al oeste de la ciudad de Donetsk, se han registrado un día más combates en Mariínka.
Además de lo anterior, en las últimas horas ha vuelto a ser alcanzada la localidad portuaria de Berdyansk, en donde los destrozos causados por las explosiones y el posterior incendio ocurridos ayer eran perfectamente discernibles en las imágenes por satélite. Además, también al sur de Ucrania, una línea férrea de suma importancia para el traslado de tropas y pertrechos rusos ha sufrido un sabotaje en las últimas horas. Rusia, por su parte, ha atacado hace unas horas la ciudad ucraniana de Dnipró.
Como curiosidad, recientemente se han avistado más buques de la Armada rusa moviéndose en el área de Sebastopol, en todos los casos fuera de la protección relativa que la base y los sistemas antiaéreos desplegados les ofrecen. Esto podría indicar que la marina de guerra de este país está recuperando cierta confianza, aunque sigue estando lejos de lo visto al inicio de la guerra, antes de que la capacidad de negación del espacio marítimo ucraniana, gracias tanto a drones como a misiles antibuque, terminase relegándola a puerto.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Aunque la actividad institucional y diplomática ha decrecido en comparación con los días previos debido a que ya ha concluido la reunión informal de los ministros de Exteriores de la OTAN y la formal del mismo ramo de los BRICS, así como la segunda Cumbre de la Comunidad Política Europea, lo cierto es que la jornada 464ª también ha dejado tras de sí declaraciones de lo más interesantes.
La más relevante ha sido la del ministro de Defensa de Indonesia, Prabowo Subianto, quien ha propuesto un plan para poner fin a la guerra durante el Diálogo Shangri-La organizado por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos en Singapur, a la que nos referimos en nuestro informe de ayer. En particular, ha realizado un llamamiento a Rusia y Ucrania para “que se comprometan a cesar de inmediato todas las hostilidades” y ha subrayado que las economías y el suministro de alimentos de los países asiáticos se han visto gravemente afectados por este conflicto. En otras palabras, Subianto ha propuesto un alto al fuego “sobre las posiciones actuales”, la desmilitarización de determinadas zonas garantizadas por observadores y fuerzas de paz de Naciones Unidas. De igual modo, ha sugerido la realización de un “referéndum en las áreas en disputa” también organizado por Naciones Unidas.
La respuesta tanto de Ucrania como de sus socios no ha tardado en llegar, incluso durante la realización del evento. En particular, otro de los panelistas que acompañaban al ministro indonesio era Josep Borrell, Alto Representante y vicepresidente de la Comisión Europea, quien ha defendido que “Necesitamos llevar la paz a Ucrania”, pero esta debe ser “una paz justa, no una paz de rendición”.
A esto el ministro Subianto ha respondido que le pregunten a los indonesios cuántas veces han sido invadidos, ya que las violaciones de soberanía no solo se dan en Europa y añade: “Estoy presentando un plan de resolución de conflictos. No estoy diciendo quién tiene razón o está equivocado”.
En nombre de Ucrania ha sido el ministro de Defensa Oleksii Reznikov, también participante en la conferencia en Singapur, ha rechazado esta propuesta declarando: “Parece un plan ruso, no un plan indonesio. No necesitamos que este mediador venga a nosotros [con] este extraño plan”.
Desde Rusia, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha declarado que el presidente Putin “ha estado, está y estará abierto a cualquier contacto para lograr nuestros objetivos por otros medios que no sean la operación militar especial” de modo que “Si es posible, sería preferible”. Sobre esto ha agregado que “tanto el Sr. Macron y otros líderes europeos deberían ser conscientes de ello”.
Mientras tanto en Alemania, en un festival cerca de Berlín ha interrumpido un grupo de personas han gritado “belicista”, “mentiroso” y “bandido” al canciller del país, Olaf Scholz, que participaba en el evento. Acto seguido, y como puede verse en el vídeo a continuación, Scholz se muestra tajante afirmando que es el presidente Putin el belicista que ha llevado a 200.000 soldados a Ucrania para conquistarla y destruirla. Así pues, ha enfatizado que no ve otra alternativa que enviar armas a Ucrania para que pueda defenderse.
A nivel diplomático es importante destacar que el Ministerio de Exteriores de Ucrania ha emitido un comentario con respecto a la designación incorrecta de Ucrania en el mapa que figura en un vídeo publicado por el canal de YouTube del gobierno de Hungría. Se trata de la designación de la península de Crimea como territorio no perteneciente a Ucrania, lo que contradice “la postura repetidamente declarada oficialmente por Budapest sobre el apoyo a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas”. Así las cosas, el Ministerio ucraniano ha señalado que Hungría tiene que poner fin a las provocaciones y cumplir con las obligaciones internacionales contraídas en el marco de su pertenencia a las Naciones Unidas, a la UE y la OTAN. Además, agregan: “Seguirle la corriente a la política agresiva de Rusia no contribuye al pronto establecimiento de la paz en Europa, que el gobierno húngaro defiende en público”.
Cambiando de tercio, tras la visita del presidente de Estonia, Alar Karis, a Kiev ayer, las noticias siguen llegando del apoyo del país a Ucrania en diferentes ámbitos. Asimismo, hemos conocido que el ministro de Exteriores del país, Margus Tsahkna, también se reunió ayer con su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba, para discutir sobre la adhesión de Ucrania a la OTAN y las sanciones a la industria de misiles y drones de Rusia.
Uno de los últimos apoyos mostrados es respecto del proyecto promovido por la Fundación Olena Zelenska para la construcción de viviendas para aquellas familias que han perdido sus hogares como consecuencia de la guerra. En concreto, han acordado construir dos casas más para familias de acogida numerosas.
Sobre el apoyo a la infancia también es destacable que la plataforma gubernamental United24 ha logrado cerrar su primera campaña de crowdfunding destinada a la reconstrucción de centros educativos. Más concretamente, han sumado 1.250.000 dólares en donaciones que permitirán reconstruir la escuela en Buzova, en el óblast de Kiev, y permitirá que 452 niños puedan volver a las aulas.
Para concluir, es igualmente interesante plasmar en estas líneas que el Ministerio del Interior de Polonia ha entregado un lote de armas, municiones y equipos para equipar a la policía de Moldavia. El propio cabeza del ministerio, Mariusz Kamiński, ha señalado: “Moldavia independiente y soberana, que resiste los intentos de desestabilización interna, necesita nuestro apoyo. Por eso decidí entregar una gran carga a la policía moldava”.
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