En las últimas horas han sido noticias tanto los renovados ataques de los voluntarios anti-Putin en la región de Bélgorod, así como las explosiones registradas en la ciudad portuaria de Berdyansk, posiblemente consecuencia del lanzamiento de uno o varios misiles de crucero ucranianos. También las declaraciones del Jefe de la Junta de Jefes de Estado Mayor de los EEUU, Mark Milley, quien ha afirmado que ni los F-16 ni los Abrams tomarán parte en la ofensiva ucraniana. Todo en una jornada en la que Armenia se ha distanciado de Rusia al no apoyar su guerra, lo que nos recuerda cómo la influencia de Moscú en su extranjero cercano está viéndose socavada desde que comenzara la invasión.
Un día más, integrantes tanto del «Cuerpo de Voluntarios Rusos» como de la «Legión de la Libertad» han vuelto a llevar a cabo incursiones en territorio ruso, moviéndose por distintas áreas de la región fronteriza con Ucrania de Bélgorod. Resulta significativo que días después de las primeras acciones, y a pesar del descrédito que esto supone para el Kremlin, Rusia apenas haya sido capaz de tomar ningún tipo de medidas, más allá de los bombardeos aéreos de los primeros días y el despliegue de algunas unidades.
Por supuesto, se han vuelto a mover unidades de operaciones especiales a la zona, pero no parecen suficientes para evitar que los proxies de Kiev sigan jugando una suerte de juego del gato y el ratón en el que se aprovechan del conocimiento del terreno y de la ausencia de densidad defensiva por parte rusa para ir dando sucesivos golpes de mano. Buscan precisamente dar un carácter estratégico -por el daño en cuanto a imagen- a unas acciones que por lo demás apenas tienen impacto táctico.
Por más que este tipo de movimientos no vayan a cambiar el equilibrio de fuerzas, hay que recordar que se enmarcan dentro de la campaña de «shaping» que está llevan a cabo Ucrania, buscando que Rusia desvíe tropas a zonas secundarias, despejando así las de mayor interés para la futura ofensiva. Por el momento, no ha logrado demasiado éxito en este aspecto, pues no es demasiado lo que Rusia puede trasladar a Bélgorod sin dejar desprotegidas en otras zonas, en un momento clave. Ahora bien, sí que están logrando cierto impacto en términos de imagen, tanto interna como externa no solo con lo ocurrido en la frontera, sino también con ataques como el de Moscú días atrás.
En el primer caso, mientras desde el Kremlin tratan de obviar el problema, haciendo como si no ocurriese y evitando pronunciarse al respecto –más allá del mensaje habitual de que Putin está trabajando al máximo en la solución de todos los males que aquejan a Rusia o de apelar a la gran resistencia del pueblo-, la población no parece entenderlo. Incluso propagandistas como Solovyov se lamentan amargamente, mientras que el gobernador regional, Gladkov, se ha visto obligado a llamar a la calma a la población hace unos días, intentando evitar que se formasen milicias para luchar contra los «saboteadores», todo un signo de la poca confianza en la acción del Estado.
En el caso del exterior, cada vez que Rusia no toma medidas contundentes ante la violación de las sucesivas «líneas rojas» (puente de Kerch, territorio ruso…), un buen número de Estados toman nota concienzudamente, especialmente aquellos que por una u otra razón ven cómo su día a día está mediatizado por la injerencia rusa, como ocurre con los que sufren uno de los varios conflictos congelados que Moscú utiliza como herramienta de influencia exterior.
Rusia, no lo olvidemos, mantiene fuerzas en varios países de su entorno cercano, consecuencia en muchos casos de una intervención en conflictos que no han llegado a una resolución total, dejándolos en un estado de impasse o «congelados». Los más relevantes -al margen de Ucrania, que desde 2014 había sufrido el mismo destino- son sin duda los siguientes, de todos conocidos:
- Transnistria, Moldavia: Rusia mantiene alrededor de 1.500 soldados en Transnistria, una región separatista de Moldavia. Esta presencia ha estado en vigor desde el final de la guerra de Transnistria en 1992, permitiendo a Rusia una influencia mucho más allá de sus fronteras hasta cierto punto artificial. Ahora, con Moldavia llamando a las puertas de la UE y de la OTAN, el miedo en Moscú a verse expulsado de la zona es real, y no son pocas las referencias, entre otros de Zelenski, a que de una forma u otra esto se lleve a efecto. De ahí el empeño del Kremlin en usar a sus afines en la zona para desestabilizar Moldavia.
- Osetia del Sur y Abjasia, Georgia: Estas dos regiones separatistas de Georgia se escindieron después de las luchas de los primeros 90, consolidando su estatus independiente -es decir, bajo control ruso de facto- tras la guerra ruso-georgiana de 2008. Rusia reconoce a ambas como naciones independientes y tiene tropas en ellas para «mantener la paz», estimándose el número de efectivos desplegados por el Kremlin en alrededor de 5.000 en cada una de estas regiones.
- Nagorno-Karabaj, Azerbaiyán/Armenia: Aunque Rusia no reconoce oficialmente a Nagorno-Karabaj como una nación independiente, desplegó alrededor de 2000 soldados para mantener el alto el fuego tras el conflicto de 2020 entre Azerbaiyán y Armenia.
Más allá de los conflictos congelados, Rusia mantiene una presencia militar en Tayikistán, cerca de la volátil frontera con Afganistán, en la propia Armenia, y también en la base aérea de Kant, en Kirguistán, algo que obviamente también le ayuda a mantener su influencia regional. Una influencia que es lo que está en juego desde el inicio de la invasión de Ucrania en tanto a cada revés militar y cada vez que Rusia no hace respetar sus propias «líneas rojas», los incentivos para desembarazarse de la presencia de sus tropas crece. De esta forma Estados como Moldavia o Georgia podrían verse tentados a solucionar -con el consiguiente riesgo de extensión- sus problemas (cuidado con los errores de cálculo) aprovechando la debilidad aparente de una Rusia que parece incapaz de proteger incluso su propio territorio.
Respecto a lo ocurrido sobre el terreno en las últimas horas, es necesario comenzar un día más por Bélgorod, en donde elementos contrarios al Kremlin han seguido llevando a cabo acciones en localidades rusas como Shebekino, donde se han reportado varias explosiones o en Urazovo-Vértigoka. Además, las defensas antiaéreas han vuelto a estar activas en la zona, lo que indica que al menos drones ucranianos han sobrevolado la región.
Además de lo anterior, se han vuelto a registrar ataques rusos en la línea a poniente de Svatove, así como en dirección a Bilohorivka, en todos los casos sin avances. Algo diferente es la situación en dirección a Spirne, algo más al sur, en donde milicianos y rusos habrían avanzado unos metros y se combatiría ahora en las primeras casas de esta pequeña aldea.
En el caso de Bakhmut, los combates se han librado en dirección a Khromove y Bila-Hora, especulándose sobre la posibilidad de que, una vez completada la retirada de Wagner Group, Rusia esté a la espera de volver a pasar a la ofensiva en la zona, aunque nada indica que haya reunido efectivos suficientes como para acciones de entidad.
En las inmediaciones de la ciudad de Donetsk, los enfrentamientos reportados hoy han vuelto a afectar a los alrededores de Avdiívka y Mariínka sin novedad.
Más interesante es sin duda la situación al sur de Ucrania, comenzando por el área de Vuhledar, en donde se han registrado leves avances ucranianos. Decimos interesante no tanto por los pequeños movimientos de los últimos días, como por la campaña de ataques en profundidad que Ucrania sigue implementando y que hoy han afectado a la costera Berdyansk, en donde se han registrado explosiones en el puerto.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
La de hoy ha sido una jornada plagada de intercambios diplomáticos, pero sin demasiadas novedades más allá de las firmes declaraciones del presidente Zelenski en relación con la OTAN o la contraofensiva.
El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, se ha reencontrado hoy con varios de sus homólogos europeos en el Diálogo del International Institute for Strategic Studies Shangri-La en Singapur. Entre otros, ha tenido ocasión de conversar con el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, sobre la situación en el campo de batalla y los próximos pasos en su cooperación militar.
De igual modo, ha coincidido con el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, y los ministros de Defensa de Singapur, Ng Eng Hen, y de Australia, Richard Marles. Asimismo, ha tenido ocasión de conversar con su contraparte canadiense, Anita Anand, sobre el frente de batalla y la contraofensiva, pero también sobre el entrenamiento de los soldados ucranianos. Anand le ha trasladado a Reznikov que Canadá continuará apoyando a Ucrania para lograr la victoria en esta guerra y que ayudará en la reconstrucción.
Por otro lado, el presidente de la Verkhovna Rada (Parlamento de Ucrania), Ruslan Stefanchuk, se ha reunido hoy con la presidenta de la Asamblea Nacional de Eslovenia, Urška Klakočar Zupančič, durante su visita al país. El representante ucraniano ha puesto de manifiesto que Ucrania necesita más armas para defenderse y ha destacado la importancia del apoyo parlamentario a Ucrania en su camino hacia la adhesión a la UE y a la OTAN.
Asimismo, Stefanchuk hoy se ha dirigido en persona al parlamento de Lituania y les ha pedido que respalden el camino euroatlántico de Ucrania, destacando que la única garantía efectiva de seguridad para el país puede ser la pertenencia a la Alianza.
Relacionado con esto último, el asesor de la presidencia de Ucrania, Mikhailo Podolyak, ha comentado hoy que “la soberanía de Ucrania es incondicional” y que “solo Ucrania determina a qué organización, cómo y por qué entra”. De este modo, considera que la OTAN “es el futuro obligatorio e inmediato”, y que Rusia necesita centrarse en su propio estado de posguerra que requerirá un desarme a gran escala, “abandono de bloques ficticios y estados aliados” y cambios en su política exterior, entre otras cosas.
Pese a estas declaraciones, el presidente Zelenski tras su reunión con el presidente de Estonia, Alar Karis, ha vuelto a ser claro al afirmar:
“Ucrania no involucrará a ningún país de la OTAN en la guerra, por lo que es muy consciente de que no se convertirá en miembro de la OTAN mientras continúe la guerra con Rusia. No porque no queramos, sino porque es imposible”.
De esta forma ha enfatizado que las garantías de seguridad para Ucrania hoy por hoy son las sanciones, las garantías financieras, las armas, etc. Esto no significa que su principal prioridad no sea la búsqueda de garantías de seguridad para Ucrania y por escrito, antes de ser miembro de la Alianza.
De otro lado, ha afirmado que la contraofensiva “no es una película” y que es difícil describir de antemano al público cómo se procederá. Durante su discurso diario, el presidente ha subrayado que está agradecido con todos en el mundo que entienden cuán crucial es que Ucrania prevalezca sobre el ruscismo en este momento y en tierra ucraniana, “crucial para las naciones vecinas de un estado terrorista”. Zelenski se muestra, además, seguro de que lograrán proporcionar esta seguridad y la victoria sobre la agresión rusa a Ucrania, a toda Europa y al mundo libre.
Antes de pasar al lado de Rusia, el primer ministro de Ucrania, Denys Shmyhal, también se ha reunido con el presidente estonio, con quien ha discutido sobre la restauración, y la cooperación militar y en el ámbito de las sanciones. Además, ambos dirigentes han coordinado el apoyo a Ucrania en su camino hacia las dos organizaciones (UE y OTAN), y el establecimiento de un tribunal especial contra los líderes rusos. Cabe recordar que Estonia es uno de los países más activos en la persecución de la rendición de cuentas por parte de Rusia y, además, lidera la iniciativa relativa al desarrollo de un mecanismo nacional que permita la confiscación de activos rusos existentes para ser utilizados en la reconstrucción de Ucrania. De manera complementaria, durante su visita a Ucrania el presidente estonio también se ha reunido con el Defensor del Pueblo de Ucrania, Dmytro Lubinets.
Del lado del Kremlin, el portavoz Dmitry Peskov ha puesto el acento en que no se dan los requisitos previos para las negociaciones entre Rusia y Ucrania en estos momentos: “Hemos dicho en repetidas ocasiones que se recalifique un diálogo; no existe tal opción en este momento. No está a la vista y no hay requisitos previos”. Sobre esto ha añadido que no hay voluntad política para tener en cuenta los objetivos y las preocupaciones de Rusia “en estas especulaciones” en referencia a declaraciones abstractas de autoridades europeas sobre “algún tipo de proceso de paz”, pero para ellos es una prioridad máxima.
Por su parte, el enviado especial de China a Europa, Li Hui, secundando claramente el discurso ruso, ha pedido hoy que finalicen las entregas de armas a Ucrania y se celebren conversaciones de paz:
“China cree que si nos tomamos en serio el fin de la guerra, salvar vidas y construir la paz, es importante que dejemos de enviar armas al campo de batalla, de lo contrario, las tensiones solo aumentarán”.
En paralelo a todo lo anterior, se ha continuado desarrollando la cumbre de los ministros de Exteriores de los BRICS en Cabo Verde. Ha sido en este foro donde el ministro de India, Subrahmanyam Jaishankar, ha señalado que los “BRICS ya no es una ‘alternativa’, sino un pilar de la política global. Así, incide en que el mensaje de reforma que “BRICS encarna debe impregnar el mundo del multilateralismo”.
Al margen de la reunión principal, también es importante destacar que el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, se ha reunido con sus homólogos de Brasil, Mauro Vieira, de Emiratos Árabes Unidos, Abdullah bin Zayed Al Nahyan, e Irán, Hossein Amirabdollahian. En términos generales, han discutido por separado sobre el desarrollo de sus relaciones bilaterales, e intercambiar puntos de vistas sobre asuntos globales y regionales de interés mutuo, si bien en el caso de Irán si han conversado sobre las perspectivas para reanudar el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) relativo al programa nuclear iraní.
Cambiando de tercio, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) ha firmado en Kiev una subvención de 50 millones de euros para la adquisición de puentes temporales. Esto permitirá que las autoridades ucranianas reconstruyan su infraestructura crítica al tiempo que mejoran la movilidad y conectividad de la población con la ayuda y los servicios necesarios para su supervivencia y resistencia.
Ayuda que no ha de minusvalorarse, al igual que la conseguida por la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA). Tras la promesa del director de la Agencia, Rafael Mariano Grossi, en abril, expertos van de camino a varias centrales nucleares ucranianas para proporcionarles apoyo y equipo médico esencial.
Por otro lado, según la Oficina del Fiscal General de Ucrania, en la ultima semana (del 26 de mayo al 2 de junio) los crímenes de agresión y de guerra han incrementado en 1.272 casos, situando la cifra total en 90.835. De otro lado, los crímenes contra la seguridad nacional han aumentado en 59 por lo que ya se registra un total de 17.295 casos.
Para finalizar y relacionado con la infancia, la Presidencia sueca del Consejo de la UE ha finalizado hoy una reunión de alto nivel sobre la protección y el apoyo a los niños en Ucrania que ha culminado con una Declaración a la que numerosos Estados miembros se han sumado. Uno de los aspectos que se ha destacado en la reunión es precisamente que la deportación forzosa de menores supone la comisión de crímenes de guerra, según informa el primer ministro sueco, Ulf Kristersson. Además, ha añadido que Suecia ha tomado la iniciativa para incluir a las personas involucradas en los traslados de menores en la lista de sancionados de la UE pretendiendo seguir ampliando dicho listado en el próximo paquete de medidas restrictivas para que nadie quede impune.
Es igualmente reseñable que UNICEF ha ayudado a las autoridades ucranianas a crear un espacio “cómodo en el que volver a una infancia sin preocupaciones” para los niños ucranianos. Lo curioso, es que el espacio “Children’s Point Together” se sitúa en la estación Central de Kiev.
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