La última jornada de guerra en Ucrania hasta la fecha ha venido marcada por los drones: si durante la noche una nueva oleada de drones rusos golpeaba Ucrania, también un drone ucraniano ha impactado contra un depósito de combustible en la ciudad rusa de Tamán y otros sobre el aeródromo de Seshcha. Lo más importante, sin embargo, ha sido una acción todavía no aclarada: un supuesto ataque por parte de una pareja de drones sobre el mismísimo Kremlin que desde Moscú han interpretado como un intento de acabar con Putin y que en cambio otros consideran una acción de falsa bandera que podría ser la antesala de una escalada, mientras el gobierno ucraniano niega cualquier implicación. Además de esto, hoy la UE ha presentado un plan dotado con 500 millones de euros para apoyar la producción de munición de artillería y los Estados Unidos han anunciado un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania por valor de 300 millones de dólares.
La guerra de Ucrania es, sin duda, la guerra de los drones. Por supuesto, hace muchos años que se viene operando con estos ingenios, además a todos los niveles: estratégico, operacional y táctico. También, como sabemos, mucho de lo visto en Ucrania había sido anticipado en otros conflictos como el de Siria, el de Libia o el de Nagorno-Karabaj. Ahora bien, tanto por su importancia, como por los avances que se han ido constatando y por los cambios que se han ido introduciendo en el carácter (que no en la esencia) de la guerra, lo visto en Ucrania tiene una importancia un orden de magnitud mayor.
Lo ocurrido hoy es una buena muestra de ello. En el plazo de unas pocas horas hemos asistido al lanzamiento de una nueva oleada de drones de diseño iraní por parte de Rusia contra el territorio ucraniano. Según las fuentes de este último país, habrían sido un total de 26 unidades, de las cuales las defensas aéreas ucranianas habrían logrado abatir 21, lo que no ha evitado que se hayan producido algunos impactos, incluyendo localidades como Dnipró o Kiev.
También, aunque del lado contrario, se han registrado impactos sobre territorio ruso. En primer lugar sobre una base aérea en la localidad de Seshcha, en la región de Briansk, aunque no han trascendido daños. En segundo lugar, sobre una serie de depósitos de combustible en la ciudad portuaria de Tamán, en el extremo oriental del Estrecho de Kerch. En este último caso, aunque han sido al menos dos los drones ucranianos lanzados, solo uno de ellos ha alcanzado su objetivo.
Lo más intrigante -y potencialmente peligroso- ha ocurrido sin embargo en Moscú, sobre el propio Kremlin, en donde un drone ha explotado en el aire no está claro si por acción de las defensas antiaéreas o por otra razón, pues la calidad de la imagen en los vídeos que han aparecido en las redes es insuficiente para determinarlo. En cualquier caso habrían sido dos los aparatos utilizados para el ataque, llegados además de direcciones diferentes.
Desde el Gobierno ruso rápidamente han acusado a Ucrania de una acción que consideran «terrorista» y dirigida a terminar con la vida del Presidente ruso, Vladímir Putin. Por el contrario, desde el Gobierno ucraniano han negado cualquier relación con el suceso, algo que no es habitual, en tanto generalmente ni confirman ni desmienten este tipo de acciones, jugando con la negación plausible. Para añadir leña al fuego, Medvedev ha pedido la eliminación física de Zelensky como respuesta.
El caso aquí es que hay varios elementos que apuntan a un ataque de falsa bandera, pero también buenos argumentos para pensar que efectivamente podría tratarse de una acción ucraniana. En el primer caso, el hecho de que dos RPAS hayan conseguido llegar hasta la que es probablemente la zona más protegida del mundo en estos momentos contra este tipo de amenazas, es indicativo o bien de que se les ha permitido pasar, o bien de que las defensas rusas son peores de lo esperable. En cualquier caso, la falta de resolución, que las explosiones sean casi pirotécnicas, la llegada desde direcciones opuestas que apunta a un lanzamiento cercano o la posible presencia de personal (dudosa) en la cúpula cercana, son hechos todos ellos bastante extraños. Además, como decimos, Ucrania ha negado explícitamente la autoría, saltándose su política habitual.
Del lado contrario, haber alcanzado el Kremlin, de ser verdaderamente un ataque ucraniano, sin duda obligará a Rusia a redistribuir sus medios de defensa aérea al haberse demostrado su ineficacia, situando una cantidad mayor de ellos en torno a su capital y al propio complejo presidencial. Esto permitiría, a su vez, que estas defensas fuesen menos densas en otras zonas, lo que tendría un efecto claro sobre la capacidad rusa de defenderse frente a la ofensiva ucraniana y facilitaría ataques contra la logística rusa como el de Tamán o el de hace un par de días sobre Sebastopol. Además, como explicamos hace unos días, Ucrania había planeado una campaña de ataques en profundidad contra territorio ruso, abortada por las presiones estadounidenses. Además, también desde Ucrania se han atacado bases aéreas rusas y se han lanzado drones que han terminado cayendo relativamente cerca de Moscú… todo lo cual no hace descartable que se busque un ataque simbólico contra Moscú en fechas cercanas al 9 de mayo. Incluso podrían haber sido miembros de la «línea dura» ucraniana, sin informar a Zelenski.
Respecto a los medios empleados, resulta difícil a falta de más pruebas asegurar que la autoría sea ucraniana. Es posible que el drone destruido fuese un Mugin-5 pero, como hemos visto anteriormente, estos aparados de diseño chino se venden a través de Internet, con lo que sería casi imposible la atribución. Incluso podría tratarse, aunque es poco probable, de una acción llevada a cabo por parte de algún grupo ruso opuesto al Kremlin.
Sea como fuere, el suceso añade una tensión extra al conflicto en un momento complicado, pues se espera que la ofensiva ucraniana comience en breve –e incluso hay quien piensa como Prigozhin que ya ha comenzado-. Así las cosas, es posible que lo ocurrido, falsa bandera o no -pero especialmente si lo es- sirva a Rusia para justificar una escalada, que podría consistir en una segunda movilización, pero que también podría tomar otras formas como ataques contra la cúpula ucraniana, algo a lo que apuntaba Medvedev e incluso más contundentes, como piden algunos políticos ucranianos o se exige en algunos canales de Telegram. Mientras tanto, Rusia ha iniciado una investigación, aunque es poco probable que sirva para nada que no sea corroborar las acusaciones vertidas por el Kremlin, respaldando cualquier decisión que se tome.
En cualquier caso, lo ocurrido en el Kremlin constituye un suceso sobre el que planean todavía demasiados interrogantes como para asegurar que la responsabilidad caiga de uno u otro lado, lo que obligará a seguir recolectando pruebas a la espera de conclusiones más sólidas.
Más allá de esto, los combates siguen su propio rumbo. En el sector más septentrional del frente se han vuelto a registrar combates en la localidad de Dibrova, a poniente de Kreminna y en la región de Lugansk. No han trascendido cambios de posición. Además de esto, aunque ya en territorio ruso, un drone habría alcanzado un depósito de agua en la región de Bélgorod, concretamente en la localidad de Viazove, cercana a la frontera ucraniana. Sigue pues también la campaña de lanzamiento de drones por parte de Ucrania contra objetivos poco ambiciosos en esta zona.
En cuanto a Bakhmut, prosiguen los enfrentamientos en la fracción más occidental de la ciudad, cambiando las posiciones de manos con rapidez dados los constantes ataques rusos y contraataques ucranianos. También se está combatiendo con intensidad al sur de Bakhmut en la zona de Ivanivske y hacia Predtechyne, en donde los ucranianos aseguran el terreno, así como en los alrededores de Ozarianivka.
Pasando al área a poniente de la ciudad de Donetsk, se han vuelto a registrar combates en torno a Avdiivka, concretamente en Permovais’ke, aunque no cambios de posición. También en Mariínka, ciudad completamente destruida que, sin embargo, no ha servido a Rusia para ganar más de cinco kilómetros en lo que va de guerra.
Además de esto, hoy al menos dieciocho personas habrían muerto y más de cuarenta habrían resultado heridas en un ataque artillero ruso sobre la región de Jersón.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Si bien la semana no está siendo especialmente intensa a nivel institucional y diplomático, sí se están dando numerosos pasos y poco desdeñables como en el caso de la Unión Europea, o reuniones de alto nivel entre Ucrania y sus socios. Además, se ha aprobado nueva ayuda militar a Ucrania por parte de los Estados Unidos.
Comenzando por este último país, el Departamento de Defensa ha anunciado el próximo envío de un nuevo paquete de ayuda militar por valor de 300 millones de dólares y consistente esencialmente en munición de todo tipo, aunque también se hable de obuses de 155mm o de armas contracarro, entre otros.
Pasando a Europa, el presidente Zelenski ha viajado hasta Helsinki sin previo aviso para asistir a la cumbre de los líderes nórdicos, a saber: Finlandia, Dinamarca, Islandia, Noruega y Suecia. Países que junto con el invitado ucraniano han emitido una Declaración conjunta en la que se condena nuevamente y de manera inequívoca la invasión de Rusia a Ucrania, destacan la determinación de Ucrania para ejercer su derecho a la legítima defensa, así como el apoyo y firme compromiso de los países nórdicos con la independencia, la soberanía y la integridad territorial del país dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas.
De otro lado, han puesto de manifiesto las contribuciones a nivel militar que estos países han realizado, también destacando la importancia de contar con el Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania o formato Ramstein para coordinar la ayuda a nivel internacional. En este punto también han destacado que los países nórdicos participan por ejemplo en el Fondo Europeo de Apoyo a la Paz (European Peace Facility, EPF) como es el caso de Noruega que sin ser Estado miembro de la UE decidió contribuir o mediante la formación de soldados ucranianos en el marco de la Misión de Asistencia Militar de la UE a Ucrania (EUMAM Ukraine).
Por supuesto, en la Declaración también ha tenido su espacio el apoyo de este bloque para perseguir los crímenes que se están cometido en Ucrania e impulsar la rendición de cuentas. Asimismo, otro de los temas que, por supuesto, no podían quedarse en el tintero es el del camino de Ucrania hacia la adhesión a la OTAN y a la UE, procesos que los países nórdicos apoyan. En el caso de la membresía de la UE apoyarán, además, a Ucrania para que las negociaciones de adhesión comiencen lo antes posible, a la espera del informe de la Comisión a finales de 2023.
En paralelo, Ucrania y Finlandia también han comenzado a preparar el que será el 16º paquete de asistencia militar de Helsinki y que el propio presidente Zelenski ha calificado como “crucial”. De igual modo, Zelenski también se ha reunido por separado con el primer ministro de Noruega para discutir sobre la situación en el frente y el apoyo que su país está brindando a Ucrania.
El presidente Zelenski, por su parte, además hoy ha subrayado que “La independencia de Ucrania no es una especie de abstracción, sino un resultado concreto que todos los que luchan por Ucrania logran”.
Sin embargo, la noticia del día a nivel europeo ha sido la presentación de la “Ley de Apoyo a la Producción de Municiones (ASAP)”, la propuesta de Reglamento para ayudar a la industria de la UE a aumentar su capacidad de producción de municiones y misiles. En su anuncio, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha hecho hincapié en que la UE mantiene su promesa de apoyar a Ucrania y a su población, durante el tiempo que sea necesario.
El marco establecido por este nuevo Reglamento incluirá:
- Un mecanismo para mapear, monitorear y anticipar mejor la existencia de cuellos de botella en las cadenas de suministro;
- un instrumento para apoyar financieramente el refuerzo de las capacidades de producción industrial de la Unión;
- la introducción de un marco regulatorio temporal para hacer frente a la crisis de suministro de municiones.
En particular, se prevé una inyección de 500 millones de euros. Sin embargo, lo que no se ha aclarado la procedencia de los fondos. En este sentido, cabe esperar la aclaración -y confirmación- definitiva de la Comisión Europea sobre si 250 millones de euros se restarán a la iniciativa que se está tramitando en estos momentos a nivel parlamentario sobre la adquisición conjunta de municiones a corto plazo; el ya conocido EDIRPA. Y, además, si los otros 250 millones de euros restantes procederán de los fondos -no presupuestarios- asignados al Fondo Europeo de Apoyo a la Paz (European Peace Facility, EPF).
Asimismo, no hay que confundir esta “tercera vía” (third track) con la segunda, para la cual se prevé emplear 1.000 millones de euros del EPF para adquisiciones conjuntas y ayudar a entregar 1 millones de proyectiles a Ucrania durante 12 meses.
Una propuesta legislativa que ha sido bienvenida por las autoridades ucranianas y así lo han hecho constar -como viene siendo lo habitual- en sus redes sociales.
El ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, ha dado la bienvenida a la “decisión esperada durante un largo tiempo” señalando que este aumento de la producción ayudará a cubrir las necesidades de las AFU. En el mismo tono que la presidenta Von der Leyen, también ha subrayado que es un paso que Ucrania esperaba y que es una señal del apoyo duradero al país. En la misma línea también se ha pronunciado el ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, así como el primer ministro Denys Shmyhal.
En relación con el primer ministro, ha sido él quien ha recibido a una delegación de la Asamblea parlamentaria de Portugal encabezada por su presidente, Augusto Santos Silva, en Kiev. Durante su encuentro Shmyhal ha instado a las empresas portuguesas a que apuesten por invertir en Ucrania ahora y, sobre todo, teniendo en cuenta la fase de reconstrucción del país.
De hecho, Santos Silva posteriormente ha intervenido ante la Verkhovna Rada (Parlamento de Ucrania), cuyos parlamentarios hoy han continuado con su actividad. En particular, han apelado a los parlamentos, gobiernos, organizaciones internacionales y asambleas interparlamentarias para que emitan una condena por los “crímenes de deportación forzosa de niños ucranianos cometidos por Rusia”. El presidente de la Verkhovna, Ruslan Stefanchuk, ha destacado que estos crímenes suponen un “calculado proceso de reeducación ideológica y la imposición del “ruscismo”.
Para concluir, retomamos hoy el tema cultural con dos noticias en particular. De un lado, la viceministra de Exteriores ucraniana, Emine Dzheppar, ha agradecido a Reino Unido la aportación de 10 millones de libras para organizar Eurovisión en su territorio en lugar de en Ucrania, lo cual sería la práctica habitual en el caso del ganador del certamen. Además, van a proporcionar 3.000 entradas para ucranianos que se vieron obligados a abandonar el país debido a la guerra.
De otro, el ministro Kuleba ha agradecido a su homólogo italiano, Antonio Tajani, haya propuesto celebrar la primera etapa del evento ciclista italiano por excelencia, el Giro, del próximo año e Ucrania. El ministro ucraniano sostiene que este es un gran ejemplo de “deportes que verdaderamente unen a personas y naciones”. Una noticia que llega, además, cuando en varias competiciones se está permitiendo la participación nuevamente de deportistas rusos y bielorrusos, y en un momento en el que el Comité Olímpico Internacional (COI) sigue afianzado en su postura de permitir que estos deportistas participen en los próximos Juegos bajo bandera neutral.
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