Mientras desde los Estados Unidos el general Milley vuelve a poner en duda la posibilidad de que Ucrania logre expulsar a Rusia de todo su territorio este año, desde Kiev han encargado a Polonia un centenar de blindados Rosomak, que serán financiados con fondos tanto de la Unión Europea como de los Estados Unidos. Los combates continúan, en cualquier caso, aun a pesar de que el Ministerio de Defensa británico haya dado a la ofensiva rusa, 80 días después de su inicio, por fracasada. Todo a la espera de ver si la anunciada ofensiva ucraniana sigue o no un destino diferente.
Rusia, como sabemos, lleva desde mediados de enero inmersa en un esfuerzo por hacerse con el Donbás, según algunos y por seguir ganando territorios y alejando a los ucranianos de algunas ciudades capitales como Lugansk o Donetsk, según otros. Ofensiva que desde el Reino Unido consideran fracasada, atendiendo a las ganancias marginales logradas en este tiempo, y dejando de lado otros factores como precisamente el desgaste sufrido por Ucrania.
Sin embargo, y tal y como hemos explicado en alguna ocasión, lo más probable es que después de lo ocurrido en Járkov y Jersón, la ofensiva rusa tuviese como objetivo principal desgastar a Ucrania haciéndole perder un gran número de efectivos y condicionando así el rendimiento futuro de sus Fuerzas Armadas, limitando así las posibilidades ucranianas de lanzar una tercera ofensiva, con más éxito si cabe que las anteriores.
Respecto a esta, hoy el ministro de Defensa germano, Boris Pistorius, ha asegurado que será difícil suministrar a Ucrania más carros de combate Leopard 2 en el futuro-, lo que sin duda va en contra de las esperanzas ucranianas de recibir nuevos carros si el desgaste en la ofensiva es importante. Tengamos en cuenta que hablamos de dos batallones disminuidos de estos carros, a los que se suman los Challenger 2 y los Abrams. También los Leopard 1, totalizando unos 150 carros, lo que los convierte de facto en el grueso de la aportación occidental -salvo por los T-72 en distintas variantes enviados hasta la fecha-.
Esto quiere decir que, en el mejor de los casos y teniendo en cuenta las tasas de pérdidas históricas, aunque solo sea por avería y no por fuego enemigo, introduce una limitación importante para Ucrania, en tanto el número de carros que logren reunir será, ni más ni menos, que el que dispongan para lanzar su ofensiva, sin demasiadas posibilidades de recibir a corto plazo un relevo que permita cubrir las bajas. No es de extrañar por tanto que el general Mark Milley haya vuelto a señalar en una entrevista que las posibilidades de que se expulse a las tropas rusas del territorio ucraniano a lo largo de este año, sean muy remotas (salvo que sea desinformación, que nunca debe descartarse).
Como siempre, el factor clave es la voluntad política entre los aliados de Ucrania, que a pesar de las muestras de apoyo públicas o del envío de nuevos sistemas, no parece estar en su mejor momento, con el cansancio de guerra haciendo mella en algunos países europeos, especialmente aquellos que más lejana sienten la amenaza rusa. En este sentido, la estrategia rusa implementada en origen por Surovikin, sí se estaría mostrando efectiva, al menos al aumentar considerablemente los costes de cualquier ofensiva ucraniana, costes que no olvidemos se repercuten a sus patrocinadores.
Pese a ello, Ucrania no cede. En las últimas horas se ha sabido que ha encargado a Polonia un centenar de blindados 8×8 KTO Rosomak, la variante del Patria AMV finlandés que el país de Europa del Este fabricará bajo licencia para Ucrania. Los fondos procederán de los Estados Unidos y la Unión Europea. Al mismo tiempo siguen en conversaciones con Rheinmetall, empresa germana de la que esperan abra una factoría en la parte occidental del país, con la que ayudar a sostener un esfuerzo de guerra que podría tener que mantenerse a muy largo plazo.
Esto nos sitúa ante la desagradable posibilidad -posibilidad, solo eso- de una guerra con una intensidad mucho mejor que la actual, debido al agotamiento de ambos bandos y el actual estancamiento, que suponga un goteo constante de bajas de quizá 20, 50 o 100 al día según las fechas, en la que habría que lidiar al tiempo con los esfuerzos rusos por rearmarse, reconstituir sus fuerzas armadas y, en el futuro, volver a la ofensiva con mayores garantías.
Ocurra lo que ocurra, pues todavía no se percibe voluntad alguna de negociación, y desde luego Rusia –que busca en Corea del Norte nuevas municiones y apoyos– no tiene incentivo alguno para llegar a ningún acuerdo de paz, los enfrentamientos continúan, como también los intercambios artilleros diarios, y lo hacen con notable crudeza, a pesar de que el apagón mediático forzado por Kiev suponga una limitación a la hora de seguir los acontecimientos en la línea de frente.
Pasando a las novedades sobre el terreno, el norte del frente hoy se han reportado ataques rusos en dirección a Makiívka, Chervonopopivka y el este y sur de Kreminna, tanto en la zona de Dibrova como en los boques de Serebryanka. También contra Bilohorivka, en lo que es prácticamente una rutina.
Respecto a Bakhmut, hay diferentes interpretaciones respecto a los avances rusos en el centro de la ciudad, aunque parece haber acuerdo en que en las últimas semanas Rusia ha dejado de empujar en los flancos, dado el alto coste que esto supone, optando por concentrarse en el centro de Bakhmut para intentar reclamar su toma en cuanto sea posible –y después de una posible rotación– aunque se siga luchando en partes de la ciudad durante un tiempo. Más allá de esto, en las últimas horas Ucrania habría logrado retomar alguna posición al sur. Los combates habrían afectado también a Bohdanivka e Ivanivske.
En el área de Avdiívka un día más los combates han tenido como protagonistas las localidades de Novobakhmutivka, el sur de la propia Avdiívka, en Vodyane y Permovais’ke. También se ha luchado en Mariínka. Sin cambios.
Además de todo lo anterior, el impacto de un misil Iskander ruso en la ciudad ucraniana de Zaporiyia provocó heridas al menos a 82 personas.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
La jornada 402ª a nivel institucional y diplomático ha transcurrido sin grandes novedades, como viene siendo lo propio durante los fines de semana. Aun así, es reseñable que hoy Rusia ha asumido la presidencia rotatoria del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para el mes de abril. Hecho que ha provocado que hoy haya sido el presidente Zelenski quien haya criticado a la organización en su discurso diario por permitir que “un estado terrorista” presida el Consejo, subrayando que con Rusia al frente del CSNU “es difícil imaginar algo más evidente que demuestre la quiebra total de tales instituciones”. Así, reitera que “los terroristas deben perder, deben rendir cuentas por el terror y no presidir ningún lugar”.
Andriy Yermak, jefe del gabinete presidencial ucraniano, ha comentado que esta situación: “No es solo una vergüenza, es otro golpe simbólico al sistema de relaciones internacionales basado en reglas”.
Sobre la cumbre de Bucha, Ucrania considera que la localidad debe ser considerada como una de las opciones para establecer la sede del tribunal especial para enjuiciar el crimen de agresión contra Ucrania. Con motivo del aniversario cumplido ayer desde la liberación de Bucha, Ucrania ha inaugurado en Nueva York una exposición dedicada a los crímenes de la Federación Rusa en Ucrania bajo el título “Ucrania. Crucifixión. Tribunal”.
El primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, ha destacado que nadie duda hoy de que Rusia y sus líderes “deban pagar por el mal que han hecho” con libertad, dinero y el estatus de estado paria, pero que el siguiente paso es la confiscación de los activos rusos congelados por los socios de Ucrania y la transferencia de estos para la reconstrucción del país. En esta tónica ha agradecido a Estados Unidos y a la UE por las sanciones adoptadas, si bien consideran que deben imponerse medidas adicionales en los ámbitos militar, energético, comercial, financiero y de tecnología. En especial se ha referido, no obstante, al sector de la energía nuclear incidiendo en que “debemos rechazar el uranio y el combustible nuclear rusos”.
En cuanto a las sanciones, el dirigente ucraniano ha firmado otro decreto mediante el que se imponen sanciones a 33 individuos y 255 entidades rusas por una duración de 10 años y que abarcan, entre otras, la congelación de activos, la cancelación de licencias o la prohibición del comercio. Entre los sancionados figura el ex presidente de Motor Sich, Viacheslav Bohuslaiev, detenido acusado bajo cargos de traición y colaboración con Rusia.
Por otro lado, el presidente Zelenski ha hablado durante una hora por teléfono con su homólogo Emmanuel Macron, para discutir sobre la cooperación de defensa entre Ucrania y Francia, así como para informarle de la situación en el frente. De igual modo, se han centrado en nuevas medidas para implementar la «Fórmula de Paz» y han coordinado sus acciones a la luz de los próximos eventos internacionales que tendrán lugar. No hay que perder tampoco de vista que esta llamada se produce a escasos días de que el presidente galo emprenda su viaje a China, donde se reunirá con el presidente Xi Jinping.
Para concluir y a colación de Francia, la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, se ha pronunciado sobre la votación de la Asamblea francesa del pasado 28 de marzo en virtud de la cual reconocen al Holodomor como genocidio ucraniano. Ha afirmado que “El celo antirruso de los diputados franceses parece tanto más repugnante cuanto que la propia Francia aún no ha cerrado la página de sus crímenes en el periodo colonial” incidiendo en que “una vez más nos enfrentamos a la duplicidad y la rusofobia de nuestros adversarios europeos” y denunciando, además, “el doble rasero del Occidente colectivo”. Sobre Francia también precisa:
“Otra acción vacía y sin sentido de París supuestamente para «restaurar la justicia histórica», organizada apresuradamente para complacer al régimen de Kiev y bastante sazonada con enfoques ciegos y celo pro-ucraniano, es un claro ejemplo de la especulación descarada de que París está lista para ir a convencer a los ciudadanos de la necesidad de alimentar un conflicto armado lejos de su propio país.”
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