En la que hace la jornada número 400 desde que comenzó la invasión, nada ha cambiado en la guerra de Ucrania, después de meses ya marcados por el estancamiento. No obstante, que la línea del frente apenas se haya movido desde que concluyera la ofensiva ucraniana sobre Jersón no implica que la guerra se haya detenido, pues los combates continúan siendo intensos, tanto como el esfuerzo puesto en innovar para dejar atrás dicho estancamiento. Mientras esto ocurre, en el apartado internacional la jornada ha estado marcada por la polémica en torno a la presidencia rusa del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que comienza hoy entre fuertes críticas por parte tanto de Ucrania como de algunos de sus aliados.
Una vez más, se alcanza en lo que va de guerra una cifra redonda y, una vez más, lo único que podemos decir al respecto es lo mismo que en las anteriores ocasiones: que es algo totalmente irrelevante. La guerra de Ucrania continúa presa del estancamiento, entre planes ucranianos para una ofensiva que todavía es pronto para ejecutar y planes rusos para fortalecer su ejército, entre otras cosas reclutando nuevos uniformados.
Mientras todo esto ocurre, ambos continúan con las adaptaciones ingeniosas, uno de los aspectos más interesantes de analizar en este conflicto, pues de lo que ocurra en él saldrán muchas de las lecciones que influirán sobre los análisis de entornos operativos futuros y, con ello, los nuevos planes de adquisiciones de armamento y material.
Cuando hablamos de adaptaciones, a todos nos vienen a la cabeza los desarrollos vistos en los últimos meses a partir de drones, en muchos casos comerciales. Sin duda son la «estrella» de esta guerra, por decirlo de alguna manera, pero hay otros desarrollos, en ocasiones con medios de fortuna, que también ofrecen interesantes lecciones o que, al menos, merecerán un profundo análisis en el futuro. De entre estas, algunas de las más relevantes tienen que ver con el papel de los sistema heredados o, como los denominan los anglosajones, legacy.
En las últimas horas hemos podido ver algunas iniciativas curiosas en este aspecto. Por ejemplo, proyectos destinados a modernizar carros de combate rusos T-55 con la incorporación, básicamente, de nuevas torretas más capaces que las originales, totalmente analógicas y propias de un diseño que data de los años 40 del pasado siglo, así como con nueva electrónica y blindaje.
También hemos visto, durante la jornada de ayer, la imagen de un carro de combate Leopard 2A4 -podría tratarse de un Leopard 2A4PL polaco donado a Ucrania, aunque no está del todo claro-, ataviado con módulos de blindaje explosivo en la parte frontal de la barcaza. Es algo que no se estila en Occidente, o al menos no de esta forma, pues sí que hay blindados que recurren al blindaje reactivo como nuestros Pizarro sin ir más lejos, pero que a poco que se piense constituye un paso lógico en un conflicto en el que -como en todas las guerras de verdad, por otra parte- la diferencia entre la vida y la muerte puede depender de detalles muy pequeños.
Del mismo modo, los ucranianos aprecian sobremanera plataformas tan «desfasadas» como los M-113, blindados de transporte de tropas sobre cadenas de mediados del siglo pasado que precisamente por lo que destacan es por su simpleza. La facilidad a la hora de repararlos, en oposición a la complejidad de sistemas de armas como los Leopard 2A6 o los M1A1 Abrams que Ucrania va a recibir es un punto a favor. Es cierto que la función no es la misma, que no están a la altura en cuanto a blindaje o comodidad para sus tripulaciones de los modernos APC y que tienen mil y una limitaciones. Con todo, en una guerra de desgaste precisamente esa simplicidad se convierte en un argumento a favor y no en contra.
El asunto aquí es que con la Guerra -no la de Ucrania, sino la guerra en general, de ahí la mayúscula- en una etapa histórica en el que los cambios técnicos la empujan al estancamiento al favorecer la defensiva sobre la ofensiva, dada la multiplicación de medios de observación y reconocimiento que eliminan la sorpresa y la proliferación de armas ligeras y letales como los ATGM o los drones de ataque, que dificultan cualquier ruptura de líneas, invertir en sistemas sencillos y baratos tiene todo el sentido.
Por supuesto, ningún T-55 será rival para un Challenger 2, por poner un ejemplo. No obstante, para una Rusia que sigue disponiendo de miles de carros de combate en sus depósitos, recurrir a estos para tareas secundarias por una fracción del coste que tendría producir un T-90 o incluso de lo que supondría modernizar un T-72 tiene todo el sentido del mundo. Así, lo que a simple vista parece en ocasiones hilarante, lo cierto es que es una apuesta lógica. Tanto como cuando los ucranianos montan un módulo lanzacohetes sobre una pick-up porque es una alternativa asequible (técnica y económicamente) y en ocasiones suficiente, frente a la producción o adquisición de un MLRS moderno.
Sucede lo mismo cuando se añade blindaje de rejilla sobre blindados vetustos como los BMP-2 con la intención de protegerse por ejemplo de las granadas de RPG que portan ya algunos cuadricópteros o incluso cuando las tropas rusas, como ocurría al principio de la invasión, llenaban los paneles de sus camiones de transporte de troncos. Es una solución que muchos tachan de ridícula, ya que ningún tronco que pueda ser colocado en el frontal o en las puertas de un camión va a detener un arma del calibre suficiente y, sin embargo, es una forma barata y efectiva de hacer frente a otras, máxime para unos soldados que en esos momentos no estaban equipados con equipos de protección individual suficientes.
Y es que lo importante, en un mundo en el que prácticamente nadie dispone de medios suficientes -o no los destina a su defensa- sigue siendo esa capacidad de innovación y adaptación, que muchas veces pasa no por embarcarse en complejísimos e interminables programas, en caer en lo que Mary Kaldor denominó el «arsenal barroco», sino en algo tan simple como coger lo que se tiene y dotarlo de nuevos usos o, invirtiendo lo mismo, mejorándolo ligeramente.
Además, y en este caso saliendo de la guerra de Ucrania, en una época en la que será el «sistema de sistemas» lo determinante, y no cada plataforma por separado, lo que marcará la diferencia entre unos ejércitos y sus capacidades y otros, tiene todo el sentido reutilizar todo aquello que ofrezca una relación coste/efectividad aceptable. En algunos casos no habrá más remedio que recurrir a plataformas o sistemas de armas de nuevo cuño, muy caros, pero necesarios, mientras que en otros las tareas podrán ser llevadas a cabo por otros que sean prescindibles, lo que nos devuelve a los M-113. Curiosamente, y para concluir con esta parte, todavía ninguno de los dos bandos ha recurrido a robotizar algunos de sus vehículos y sistemas más antiguos para misiones tan poco atractivas para un ser humano como el reconocimiento o el engaño, aunque sospechamos que no tardará en llegar.
Pasando a lo ocurrido en las últimas horas sobre el terreno, lo cierto es que las novedades son francamente pocas. Al norte las tropas rusas han continuado atacando como ayer, en dirección a Stel’makhivka. Un día más, también, se han registrado combates en el área de Dibrova, al oeste de Kreminna, así como en Bilohorivka. Sin embargo no hay cambios relevantes en la zona.
En el área de Bakhmut, además de los combates en el centro urbano, se han reportado intentos rusos en Orikhovo-Vasylivka. Al sur de Bakhmut los ucranianos continúan utilizando el canal de agua dulce como barrera infranqueable, tanto por el obstáculo que supone en sí mismo como por la ventaja que otorga el terreno despejado a su alrededor y la gran cantidad de posiciones defensivas construidas.
En la zona de Avdiívka, por su parte, los ataques rusos se han centrado hoy en la dirección de Novokalynove, así como hacia Stepove, ambas al norte de la ciudad, mientras que al sur han afectado a Severne y Pervomais’ke. También se ha vuelto a combatir, como es habitual desde hace meses, en el centro de Mariínka. No hay cambios apreciables, siendo la única novedad un pequeño contraataque ucraniano que habría hecho retirarse ligeramente a los milicianos de Donetsk en Permovais’ke.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Abrimos la sección institucional y diplomática de hoy con las declaraciones del ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, que muestran su clara indignación frente al hecho de que Rusia pase a ostentar la presidencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) el 1 de abril.
El representante ucraniano ha calificado la situación como “una broma de mal gusto”, pues sostiene que además de que Rusia no debería ostentar su asiento permanente teniendo en cuenta cómo lo obtuvo históricamente, está “librando una guerra colonial” y su “líder es un criminal de guerra buscado por la Corte Penal Internacional por secuestrar niños”. Consecuentemente, señala que “El mundo no puede ser un lugar seguro con Rusia en el CSNU”.
A colación, el ministro Kuleba ha dado la bienvenida a la invocación del Mecanismo de Moscú por 45 Estados parte de la OSCE -de un total de 57- para abordar las deportaciones forzadas de menores ucranianos a territorio ruso por parte de Rusia. En virtud de este Mecanismo -que complementa y fortalece al de Viena- se podrían enviar misiones de expertos para asistir a los Estados participantes en la resolución de una cuestión o problema particular relacionado con la dimensión humana. Así ha enfatizado que son necesarias las acciones conjuntas para detener esta “práctica genocida”, lograr que los menores regresen a Ucrania y que los responsables rindan cuentas. En el caso de Polonia, además, han adoptado una resolución que condena las “acciones inhumanas del secuestro de niños ucranianos por Rusia durante la guerra contra Ucrania”.
Desde Moscú, Maria Zakharova como portavoz del Ministerio de Exteriores ha declarado que “Rusia hará todo lo posible para garantizar el funcionamiento eficiente de este organismo [CSNU] en aras de encontrar soluciones políticas y diplomáticas a las crisis agudas y mantener la estabilidad global”.
De otro lado, Zakharova ha puesto de manifiesto que la Corte Penal Internacional “sigue obedientemente el curso establecido por los patrocinadores occidentales”. Hace alusión así a que la Corte nunca investigará los crímenes cometidos por Estados Unidos, el Reino Unido y otros miembros de la OTAN en Irak y Afganistán.
La portavoz también se ha pronunciado sobre otro asunto: el sabotaje al Nord Stream. El CSNU no ha apoyado finalmente la resolución planteada por Rusia y China -y con Bielorrusia, Venezuela, Corea del Norte, Nicaragua, Siria y Eritrea como coautores no miembros del CSNU-para llevar a cabo una investigación internacional sobre el accidente de los oleoductos en septiembre de 2022. La resolución fue apoyada por 3 países mientras que 12 se abstuvieron, por lo que no hubo ningún voto en contra. Sí resulta interesante enumerar los países en uno y otro caso:
- A favor: Rusia, China y Brasil
- Abstenciones: Albania, Reino Unido, Gabón, Ghana, Malta, Mozambique, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Francia, Suiza, Ecuador y Japón.
A pesar del resultado, desde el Kremlin ya anticipan que exigirán informes sobre investigaciones nacionales sobre este asunto.
Por su parte, el embajador de la Misión de Rusia ante las Naciones Unidas en Ginebra, Gennady Gatilov, se ha pronunciado sobre el suministro de proyectiles de uranio empobrecido a Ucrania. Considera que aunque son mucho más baratas que sus alternativas de tungsteno son mucho más tóxicas y que las personas en las áreas donde se usen estarán expuestas a riesgos elevados de desarrollar cáncer y malformaciones en el caso de los niños. Sobre el tema también ha añadido:
“El suministro de proyectiles de uranio empobrecido a Ucrania (y su posterior uso imprudente por parte del régimen de Kiev) será otra manifestación de la hipocresía occidental hacia los residentes de este país, quienes estarán expuestos a riesgos adicionales para que EE. UU. y el Reino Unido puedan «cortar atajos» en las municiones suministradas y prolongar deliberadamente el conflicto”.
Pasando a otras cuestiones, el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, ha discutido sobre cómo fortalecer a las AFU con su homólogo croata, Mario Banožić, en Ucrania, prestando especial atención a las capacidades antiaéreas del Ejército ucraniano. De igual modo, Reznikov ha agradecido la ayuda ofrecida por Zagreb hasta el momento.
Continuando con la ayuda a Ucrania, contamos con novedades desde Berlín. El gobierno de Alemania ha acordado enviar 12 millones adicionales en asistencia militar a Kiev. En particular, incluiría 3.200 millones de euros a desembolsar en 2023 y 8.800 millones de euros en líneas de crédito para el periodo 2024-2032.
En paralelo, el Bundestag también ha aprobado la compra de 10 obuses autopropulsados PzH 2000 por un valor de 184 millones para sustituir el material entregado a Ucrania. No obstante, aun pende la aprobación parlamentaria.
Esta no es la única noticia relacionada con Alemania, pues el presidente Zelenski ha recibido hoy en Kiev a una delegación de la germana Rheinmetall AG, encabezada por su director ejecutivo Armin Papperger. Durante su encuentro han discutido en detalle el estado actual de la cooperación entre Ucrania y la empresa de defensa, así como las perspectivas para su desarrollo. El dirigente ucraniano ha enfatizado la necesidad de “profundizar e intensificar aún más la asociación” con el objetivo de poder satisfacer las necesidades urgentes de las AFU, así como las capacidades de defensa del país en general.
Noruega también incrementará su ayuda, pero en esta ocasión lo hará mediante la entrega de 12 trenes diésel a Ucrania en 2023. El ministro de Transporte Jon-Ivar Nygård ha precisado que 4 de ellos los enviarán de cara al periodo estival, mientras que los 8 restantes llegarán durante el resto del año.
Contamos además con más resultados de la campaña de crowdfunding “Army of Drones” lanzada a través de la plataforma gubernamental ucraniana United24. En particular, se ha logrado el envío de 300 drones DIJ Mavic 3T Thermal a Zaporiyia y Jersón. Desde el Ministerio de Transformación Digital ucraniano ponen en valor que en apenas tres días lograron recaudar casi 61 millones de grivnas. Asimismo, señalan que durante los primeros 9 meses de la guerra se han podido adquirir 3.201 drones.
Por su parte, Japón también ha anunciado que concederá una subvención a Ucrania por un importe de 400 millones de dólares a través de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón y que se destinará a la recuperación de la infraestructura crítica del país. De manera complementaria, el gobierno nipón destinará 70 millones de dólares no reembolsables para la recuperación de Ucrania a través del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En el caso de Estados Unidos la noticia relacionada con la ayuda es otra distinta y no se trata de nuevos anuncios de envío de material. La USAID ha informado que los inspectores de Estados Unidos no han encontrado signos de violaciones graves en el uso de cómo se está gestionando la ayuda brindada a Ucrania. Asimismo, la subinspectora Nicole Angarella ha declarado que se ha establecido un sistema de múltiples niveles para monitorear la asistencia estadounidense y se han llevado a cabo actividades divulgativas sobre cómo denunciar presuntas violaciones.
Para concluir, otra de las noticias del día ha sido la detención del reportero de The Wall Street Journal, el estadounidense Evan Gershkovich como “medida de prevención” al ser considerado sospechoso de espionaje.
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