Putin ha anunciado que Rusia desplegará armas nucleares tácticas en Bielorrusia, una decisión que es consecuencia en buena medida de la pérdida de credibilidad militar rusa dado su desempeño en Ucrania, así como del gran desgaste sufrido. La guerra de Ucrania sigue, por tanto, provocando cambios en cadena sobre la seguridad europea, apenas horas después de que se firmasen las leyes nacionales que permitirán la entrada de Finlandia en la OTAN -a la que seguirá Suecia antes o después-. En el campo de batalla, mientras tanto, continúan los combates en el centro de Bakhmut, pero también en localidades como Avdiívka, Mariínka o Vuhledar.
La noticia del día, sin duda, ha sido el anuncio por parte de Rusia del futuro despliegue de armas nucleares tácticas en Bielorrusia, una decisión de profundo calado para la seguridad continental y mundial, pero en absoluto inesperada o ilógica. De hecho, era un paso que Rusia estaba tardado en dar, toda vez que Finlandia ya ha firmado las leyes internas que hacen posible su adhesión a la Alianza atlántica, Suecia hará lo mismo seguramente en unos meses y la guerra de Ucrania ha dejado negro sobre blanco sus carencias en cuanto a capacidades militares convencionales, lo que obliga a contrapesar a la OTAN mediante un despliegue más cercano a sus fronteras de armas nucleares.
Este es un tema que adelantamos en su día en nuestro primer libro sobre la guerra y que, en realidad, viene de lejos. Lo sorprendente, realmente, es que el paso no se haya dado antes, dado el grado de erosión de la capacidad de disuasión rusa, no desde febrero de 2022, sino desde tiempo atrás. No obstante, dado que probablemente Rusia sí haya situado anteriormente armas nucleares en Kaliningrado, esto ayudaba a paliar una situación de desequilibrio creciente en relación con la OTAN. Una situación que está en buena parte detrás de la decisión de invadir Ucrania y, anteriormente, del ultimátum lanzado a la Alianza, en virtud del cual esta debería haber retirado sus fuerzas en la práctica del territorio de algunos de sus estados miembros.
Las palabras de Putin, aunque la noticia no es en absoluto positiva, no dejan de ser ciertas: “No hay nada inusual aquí: en primer lugar, Estados Unidos ha estado haciendo esto durante décadas […] Colocaron sus armas nucleares tácticas en seis diferentes países aliados de la OTAN en Europa. […] hemos acordado hacer lo mismo, sin, recalco, violar nuestras obligaciones internacionales de no proliferación”. Falta en cualquier caso conocer algunos detalles fundamentales, como el número aproximado de armas, los vectores para su hipotético empleo o el régimen elegido para su despliegue en Bielorrusia.
En relación con esto, todo indica que no se optará por un régimen de doble llave, como por ejemplo ha sucedido históricamente con las armas nucleares estadounidenses basadas en Alemania, sino que se optará por mantener el control total de las mismas por parte de Moscú. Esto aumenta el grado de influencia de Rusia sobre Bielorrusia, países que por muchas razones nunca tuvieron una relación de igual a igual, a pesar de que nunca haya llegado a producirse en la práctica la integración entre ambos, al menos en términos formales.
El despliegue de armas nucleares tácticas en Bielorrusia, donde se está construyendo un almacén al efecto, no implica en cualquier caso que su uso en Ucrania sea más probable que hace tan solo unas semanas o meses, pues los problemas derivados del mismo, que ya explicáramos en un artículo específico, no han cambiado.
En lo básico, estas trabas, además del tabú nuclear, se relacionan con la gran cantidad de ojivas que habría que lanzar para lograr un resultado decisivo en términos militares -sería más adecuado el uso estratégico aunque dificultase el control de la escalada- y la no disponibilidad de un número adecuado de estas, ni siquiera en el caso ruso.
Queda por ver la respuesta occidental, aunque todo apunta a que no será ni inmediata ni evidente, más allá de alguna adaptación en la postura de la fuerza de estados como Polonia o las repúblicas bálticas, dada su cercanía con Bielorrusia. Al fin y al cabo son, junto a Ucrania, los únicos países que podrían llegar a sufrir el efecto de alguna de estas armas, pues en ningún caso el plan pasa por utilizarlas para atacar el territorio de los estados de Europa Occidental o los Estados Unidos, algo que en su día ya dejara claro el propio Lukashenko.
Pasando a la realidad sobre el campo de batalla, las últimas 24 horas de guerra en Ucrania han visto cómo se producían ataques rusos contra Hryanikivka y Synkivka, al norte de Kupiansk y en la región de Járkov, así como en dirección a Dibrova, los bosques de Serebryanka y Bilohorivka, ya en la óblast de Donetsk, pero sin apartarnos del sector más septentrional del frente. Además de esto, cerca de esta zona se han registrado en las últimas horas explosiones en las ciudades de Sloviansk y Kramatorsk, aunque no se ha reportado ninguna cifra de heridos o fallecidos.
En Bakhmut, continúan los combates en el centro urbano, a muy corta distancia, entre la infantería de ambos bandos. También los intercambios artilleros, que recogen nuevamente herramientas como FIRMS. Después de meses de combates, la ofensiva rusa en esta zona -y también en términos generales-, parece agotada y la situación en esta zona estable. Pese a ello, hoy se han reportado combates en dirección a Orikhovo-Vasylivka, Bohdanivka, el norte, este y sur de Bakhmut, Ivanivske y, más al sur, en la zona de Kurdyumivka.
Al oeste de Donetsk las tropas rusas y milicianas continúan intentando cercar Avdiívka sin éxito. La línea sigue estable en las mismas localidades que hace unas semanas, con escasos cambios en cualquier caso. Los combates han alcanzado hoy las poblaciones de Stupochky, Keramik, Stepove, Avdiivka y Severne en esta zona. También se han reportado enfrentamientos en Mariínka y Novomykhailivka, así como en Vuhledar.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Pese a ser sábado, los presidentes de Rusia y Turquía, Vladímir Putin y Recep Tayyip Erdoğan, han hablado por teléfono para discutir los pasos para mejorar las relaciones entre ambos países. Asimismo, el líder turco ha agradecido a Putin “su actitud positiva hacia la extensión de la Iniciativa de Granos del Mar Negro y desbloquear las exportaciones rusas de alimentos y fertilizantes”.
En un segundo plano, el presidente Erdoğan ha elogiado el papel constructivo de Rusia al mediar en la normalización de las relaciones entre Turquía y Siria.
Por su parte, el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitry Medvedev, ha comentado que cree que 2023 será un año “heterogéneo, dramático también, pero, por otro lado, nos permitirá responder las preguntas más desafiantes”. Así, defiende que este año “revelará el verdadero heroísmo de nuestro pueblo”.
Continuando con Rusia, el líder de la Duma, Vyacheslav Volodin, ha propuesto prohibir todas las actividades de la Corte Penal Internacional (CPI) en territorio ruso tras la emisión de las órdenes de arresto contra el presidente Putin y la Comisionada para los Derechos del Niño, Maria Lvova-Belova. Más concretamente, Volodin ha destacado que deben llevarse a cabo los siguientes trabajos teniendo en cuenta que la Constitución Federal de Rusia establece prioridad de la legislación nacional sobre las normas internacionales:
- Es necesario desarrollar cambios a la legislación que prohíba cualquier actividad de la CPI en el territorio de nuestro país, así como prever la responsabilidad de promover y apoyar la CPI.
- Es importante organizar el trabajo para concluir acuerdos bilaterales con países amigos que prevean la renuncia mutua a la cooperación y asistencia a la CPI.
- El Comandante en Jefe Supremo de la Federación Rusa debería tener derecho a tomar cualquier medida para proteger a nuestros ciudadanos en caso de que las estructuras internacionales tomen decisiones que contradigan las normas de la Constitución Rusa.
Asimismo, sus comentarios los ha complementado haciendo alusión al caso estadounidense en los siguientes términos:
“En 2002, Estados Unidos aprobó una ley especial sobre la protección del personal militar, según la cual ningún ciudadano estadounidense o aliado puede ser arrestado o detenido por orden de la Corte Penal Internacional (CPI). Además, permite que Washington inicie una intervención militar si el ejército, los funcionarios y los políticos estadounidenses están en el banquillo.”
Siguiendo con los Estados Unidos, hoy cabe comentar que en las últimas horas el presidente Biden se ha reunido con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, en Ottawa. Ambos han reiterado su apoyo a Ucrania, haciendo hincapié en el apartado militar, aunque el presidente Biden también ha enfatizado:
“Putin estaba convencido de romper la OTAN. Él estaba seguro de ello. ¿Pero sabes qué? Su sed de conquista y poder hasta ahora ha fallado. Prevalecerá el amor del pueblo ucraniano por su país.”
Cambiando de tercio, el presidente de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA), Rafael Mariano Grossi, ha anunciado que tiene previsto visitar la planta nuclear de Zaporiyia la semana que viene para ver por sí mismo cómo ha evolucionado la situación desde su última visita el 1 de septiembre de 2022 “y hablar con quienes operan la instalación en estas circunstancias sin precedentes y muy difíciles”. Así, pretende tanto evaluar la situación de seguridad en las instalaciones, así como subrayar la urgente necesidad de protegerlas durante el conflicto. Sobre esto ha añadido:
“A pesar de nuestra presencia en el sitio durante siete meses, la situación en la central nuclear de Zaporiyia sigue siendo precaria. Los peligros para la protección y la seguridad nuclear son demasiado obvios, al igual que la necesidad de actuar ahora para prevenir un accidente con posibles consecuencias radiológicas para la salud y el medio ambiente de las personas en Ucrania y más allá. Por lo tanto, sigo trabajando en una propuesta para proteger la planta”.
No es la única situación que requiere un tratamiento urgente en la agenda, pues hay otras cuestiones también relevantes. En este sentido, el ministro para la protección del Medio Ambiente y Recursos Naturales de Ucrania, Ruslan Strilets, ha advertido en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua para el Desarrollo Sostenible 2023 que en torno al 70 por ciento de la población ucraniana está en riesgo de no contar con agua potable debido al estado de la infraestructura hídrica del país. También ha advertido de la posibilidad de que tenga lugar un accidente nuclear si se interrumpen los sistemas de enfriamiento de la planta de Zaporiyia debido a que se vean afectados por el agua que llegue desde el embalse de Kakhovka.
En otro orden de cosas, el gigante gasístico Gazprom ha reducido sus exportaciones de gas a la UE a través de Ucrania en un 15 por ciento en las últimas horas. A modo de ejemplo, durante la jornada de ayer el tránsito de gas alcanzó los 42,5 millones de metros cúbicos, si bien hoy 25 de marzo el volumen ha caído a 36,2 millones. Hay que recordar que Gazprom ya no suministra gas a través de los gasoductos Yamal-Europe y Nord Stream.
Moviéndonos a la UE, según el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, la Unión adoptará su 11º paquete de sanciones contra Rusia en los próximos dos meses a pesar de que algunos Estados miembros estén experimentando “fatiga”:
“Hoy en día, hay mucha menos disposición y apetito por nuevas sanciones. Creo que hay fatiga, se puede ver, por así decirlo, fatiga del material. (…) Soy cautelosamente optimista de que podamos convencer a nuestros socios para adoptar más paquetes”.
Para concluir, el gobierno de Ucrania ha adoptado una resolución que busca mejorar las condiciones para la producción de UAVs en el país, ya que permitirá que las empresas puedan iniciar rápidamente la producción en masa en lugar de tener que perder varios meses enfrentándose a procesos burocráticos. Además de esto, los fabricantes podrán obtener más ganancias y posteriormente reinvertirlas en un mayor desarrollo debido a las rebajas fiscales adoptadas.
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