La jornada 385ª de guerra ha estado marcada por el incidente entre un Su-27 ruso y un drone MQ-9 estadounidense acaecido ayer, en tanto ha elevado la tensión entre ambos estados. También por el encuentro digital del grupo de apoyo a Ucrania (Ramstein), el nuevo paquete de ayuda de Dinamarca, la nueva ronda de destituciones llevada a cabo por Zelenski entre los mandos militares y por supuesto, por la situación en Bakhmut, en donde Ucrania continúa perdiendo terreno.
Las últimas 24 horas han sido particularmente intensas en cuanto a información, por más que en el campo de batalla la situación apenas haya variado desde ayer. El impacto, muy posiblemente involuntario (técnicamente todavía está siendo investigado) del cazabombardero Su-27 ruso contra el RPAS MQ-9 Reaper estadounidense ha sido, con diferencia, el tema más comentado del día. A tenor de algunos medios su importancia sería crítica, variando esta desde una importante escalada, al preludio de la Tercera Guerra Mundial.
Más allá de bromas, pues algunas noticias solo pueden catalogarse de esta forma, hemos asistido a un «signalling» coercitivo de libro de Rusia a los Estados Unidos (o la OTAN en su conjunto), pero que en absoluto constituye una novedad. De hecho hace ya tiempo que los pilotos rusos vienen actuando contra los RPAS estadounidenses siguiendo cierto patrón, que pasa por derramar parte de su combustible sobre estos, obligándoles así a suspender la misión por el riesgo de accidente que implica volar en esas condiciones.
En esta ocasión, todo indica que hemos asistido a un choque fortuito, en el que durante una de las aproximaciones realizadas por el piloto ruso, el Su-27 golpeó la hélice del MQ-9, provocando un fallo mecánico. Según la versión estadounidense, la decisión de derribarlo fue voluntaria y tomada a posteriori, cayendo finalmente el aparato en aguas del Mar Negro, en donde equipos rusos habrían tratado de recuperar los valiosos restos para hacer ingeniería inversa.
Sobre esto, los estadounidenses aseguran haber tomado medidas para que no ocurra, aunque lo cierto es que no es un aparato de especial valor en este sentido, dada su relativa antigüedad y que no es el primero que cae sobre territorio hostil. Por ejemplo, en 2019 un MQ-9 Reaper, posiblemente basado en Sigonella (como parte del 324th Expeditionary Air Reconnaissance Squadron), se estrelló en Libia, a unos 80 kilómetros de Trípoli, cerca de la localidad de Tarhouna. Tampoco en lo económico, pues aunque su coste asciende a varios millones de dólares, suele confundirse el coste de un sistema completo, incluyendo más de un aparato y la estación de control en tierra, con el de la plataforma.
Por de pronto, hoy el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú y el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin III, han mantenido una conversación telefónica a iniciativa del norteamericano, para tratar seguramente de desescalar la situación y de frenar a Rusia a la hora de proseguir con sus tácticas hostiles contra aparatos que vuelan sobre el espacio aéreo internacional. Esto último, independientemente de la posición rusa sobre el estatus de dichas aguas y espacio aéreo en relación con lo que siguen denominando «operación militar especial».
Pese a la pérdida, y como es obvio, los Estados Unidos junto a otros miembros de la OTAN continuarán realizando patrullas tanto sobre las aguas del Mar Negro, como alrededor de las fronteras de Ucrania. No se trata solo de proveer información sensible a este país, como denuncian desde Rusia, sino también de garantizar la seguridad de los miembros de la Alianza ante una situación de guerra en sus fronteras. No olvidemos que con varios los estados miembros cuyas costas dan al Mar Negro y que, en previsión de una posible escalada, deben monitorizar continuamente los movimientos rusos.
Pasando a lo ocurrido sobre el terreno, cabe comenzar un día más por el sector más septentrional del frente. Allí, las tropas rusas se han lanzado nuevamente contra Dvorichna, sin que por el momento hayan logrado traspasar las defensas ucranianas. Además de lo anterior, aunque hoy no se han reportado combates en la zona de Kreminna o en Bilohorivka, siguen apareciendo vídeos de diversas acciones –incluyendo ataques en profundidad sobre radares rusos– que demuestran que la actividad es diaria, aunque no quede reflejada en los partes oficiales.
En torno a Bakhmut, la situación ha variado ligeramente, con la posible captura de Zaliznyans’ke, al norte de la ciudad, por parte de los efectivos de Wagner, algo que ha anunciado el propio Prigozhin. Los combates más fuertes en cualquier caso se están produciendo al noroeste de Bakhmut, en torno a la carretera de Khromove, fundamental para que la cada vez más menguada guarnición ucraniana siga recibiendo abastecimientos y tropas de refresco. Es precisamente en esta zona en donde se tomó hace un par de días un interesante vídeo en el que se muestran los combates entre efectivos de Wagner y miembros de la 92ª Brigada ucraniana luchando por el control de unas trincheras apenas 400 metros al norte de la carretera T-0506. Por otra parte, han circulado mensajes en canales rusos asegurando que a pesar de que los ucranianos habrían abandonado la aldea de Khromove, las tropas rusas no se habrían atrevido a entrar debido a la violencia del fuego artillero.
Además de lo anterior, se han registrado combates hoy en Yahidne, Khromove, Orikhovo-Vasylivka, Bakhmut y Novokalynove. En el caso de Bakhmut con nuevos avances de Wagner al sur de la ciudad, en donde habrían consolidado posiciones tomadas ayer e incluso logrado alguna ganancia en el distrito de Vodokanal. Por último, y para terminar con este sector del frente, hoy un Su-25 ruso (operado por miembros de Wagner) ha sido derribado (al parecer por medios de la 93ª Brigada ucraniana) cerca de la ciudad, sobreviviendo el piloto, que se habría eyectado, como se aprecia en el vídeo que da fe de la pérdida del aparato.
En el área de Donetsk se ha seguido la tendencia de días anteriores, con las tropas rusas y milicianas tratando de avanzar en el cerco de Avdiívka, para lo que han vuelto a atacar en dirección a Kam’yanka, Severne, Permovais’ke y Nevels’ke. Además, más al sur, se habrían lanzado contra Novomykhailivka, Mariínka y Vodyane.
También han trascendido combates en Zaporiyia, en donde varios vehículos de combate ucranianos han resultado destruidos en las inmediaciones de Novodanylivka, al sur de Orejov. En los canales rusos, no obstante, se ha hablado además de otra acción en Polohy, incluyendo apoyo aéreo. Nada parecido, en cualquier caso, a la gran ofensiva que vienen anunciando desde hace un par de días. De hecho, parecen más bien acciones de reconocimiento, pensadas para evaluar las defensas rusas y que han terminado en fiasco, que no un intento serio de avance.
Por último, es importante resaltar que según algunas evaluaciones en las últimas semanas el número de disparos de artillería hecho por unos y otros habría caído de forma notable. De hecho, nos estaríamos moviendo en cifras de 3.000 disparos (sumando todos los calibres) en el caso ucraniano y unos 10.000 en el caso ruso. Números muy diferentes a los de tan solo uno o dos meses atrás y, especialmente, a los de mayo o junio del año pasado, que quintuplicaban o sextuplicaban esa cifra, todo lo cual habla de los problemas que tienen unos y otros para llevar al frente municiones y recambios para la artillería.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Durante la jornada 385ª de guerra ha tenido lugar la 10ª reunión del «Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania», más conocida como formato de Ramstein, en modalidad online. La reunión, auspiciada por Estados Unidos y en la que han participado representantes de Defensa de casi 50 países, se ha centrado nuevamente en discutir sobre el curso de la guerra y en la “estrecha coordinación continua” para proporcionar al pueblo de Ucrania los medios necesarios para que puedan defender su territorio soberano.
En su discurso de apertura, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ha señalado que se reúnen para asegurarse de seguir cumpliendo con sus promesas de apoyar a los defensores de Ucrania tras la creación del Grupo en abril de 2022. Así, señala que el Grupo de Contacto “siempre se ha comprometido a ayudar a las AFU a obtener lo que necesitan, cuando lo necesitan”.
En este sentido, ha recordado el último paquete de ayuda militar estadounidense por valor de 400 millones de dólares o que en la reunión anterior Italia y Francia comentaron su contribución a Ucrania con un sistema antiaéreo SAMP/T. Igualmente, ha recordado las donaciones recientes de sistemas Patriot por Estados Unidos, Alemania y Países Bajos, o la de NASAMS e IRIS-T por Canadá y Alemania. Austin también ha puesto de manifiesto que por el momento 9 países ya se han comprometido a enviar más de 150 carros de combate Leopard 2 a Ucrania y que la coalición “continuará creciendo”.
De otro lado, ha puesto el acento en que los socios de Ramstein deben encontrar formas de obtener nuevas donaciones de municiones y sistemas de defensa aérea para Ucrania. De hecho, ha comentado que para aumentar la producción de munición los miembros del Grupo se están uniendo para desarrollar soluciones innovadoras a los problemas de la producción industrial.
Según el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, quien también ha participado en la reunión, la décima reunión de Ramstein “inspira optimismo” en lo que se refiere a la defensa aérea, suministro de munición, entrenamiento de las tropas y en la formación de un “puño acorazado”. Así, ha agradecido el liderazgo a Estados Unidos y a “los amigos de la coalición anti-Kremlin” por su voluntad de apoyar a Ucrania hasta la victoria.
A diferencia de otras ocasiones y viendo que no se han producido anuncios de nueva ayuda militar a Ucrania, todo apunta a que la reunión de hoy ha sido preparatoria y destinada a allanar el camino a futuras decisiones por parte de los socios y aliados de Ucrania.
En este sentido, ocho senadores estadounidenses de ambos partidos han enviado una carta al secretario de Defensa Lloyd Austin pidiendo que se les proporcione una evaluación a finales de esta semana sobre los factores necesarios para que se transfieran F-16 a Ucrania. Los senadores hacen especial hincapié en que “Esta sería una capacidad significativa que podría cambiar las reglas del juego en el campo de batalla”.
A colación, desde Polonia afirman que varios países estarían dispuestos a enviar aviones de combate MiG-29 a Ucrania y así se lo han hecho constar en “declaraciones claras”.
El gobierno de Dinamarca junto con el Parlamento ha acordado establecer un fondo para Ucrania dotado con 7.000 millones de coronas adicionales (940 millones de euros) y que permita apoyar a nivel militar, civil y económico.
El ministro de Exteriores, Lars Løkke Rasmussen, defiende que estamos en una “encrucijada histórica” y que “Los ucranianos luchan no solo por su propia libertad, sino también por la seguridad de toda Europa” y que con el establecimiento de este Fondo estarían llevando el apoyo danés a un nuevo nivel.
Asimismo, en el comunicado oficial se señala que se reservan fondos en 2024-2027 que pueden contribuir a manejar los costos de los reemplazos asociados con las donaciones militares realizadas en 2022 y 2023. El Fondo se sustentará sobre tres bases:
- Apoyo militar a la lucha de Ucrania por la libertad en forma de, entre otras cosas, armas, otro equipo militar y esfuerzos de entrenamiento por un importe de 5.400 millones de coronas en 2023 (725 millones de euros).
- Apoyo civil dirigido a esfuerzos humanitarios, así como a la reconstrucción a largo plazo. Se reserva una partida de 1.200 millones de coronas danesas (161 millones de euros) en 2023 para apoyo civil en Ucrania y otros países vecinos del este.
- Apoyo a iniciativas empresariales que brindan a las empresas danesas la oportunidad de contribuir a la reconstrucción de Ucrania por un valor de 400 millones de coronas (53,7 millones de euros).
El presidente Zelenski ha trasladado su sincero agradecimiento a Dinamarca, dado que considera que esta nueva ayuda es “una garantía de acercar nuestra victoria común sobre el agresor y el regreso de la paz a Europa”.
El primer ministro de Ucrania, Denys Shmyhal, se ha reunido con una delegación de la Secretaría de la Comunidad de la Energía encabezada por su director, Artur Lorkowski. El propósito de la reunión era discutir sobre los pasos para sincronizar aún más los sistemas energéticos de Ucrania y la UE, así como para aumentar la capacidad de exportar e importar electricidad. Como resultado, han firmado un Memorando de Entendimiento sobre cooperación entre ambas partes en la reconstrucción del sector energético de Ucrania.
Moviéndonos a otras cuestiones, desde Ucrania continúa pidiéndose que se le retire a Rusia su asiento como miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU). El ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, ha acusado a Rusia de desafiar la existencia misma del mundo, en lugar de salvaguardar la paz como uno de los cinco “jueces del mundo”, en referencia a los países que ostentan poder de veto en el CSNU. Además de argumentar en sus declaraciones nuevamente por qué se le debería retirar tal derecho, incide en lo siguiente relacionado con el funcionamiento del sistema multilateral:
“Hoy, Rusia no es ni un juez ni una solución a ninguno de los problemas del mundo. La guerra de Rusia debe terminar con la clara derrota del presidente ruso Vladímir Putin. Pero también debe generar un replanteamiento fundamental del sistema de seguridad global y una reforma de los organismos internacionales encargados de defender y restaurar la paz.”
Por su parte, el presidente Putin ha exigido a los fiscales que sean más activos en la lucha contra el extremismo y respondan con dureza a cualquier intento de desestabilizar la situación sociopolítica de Rusia. Asimismo, les ha instado a que presten una atención constante a asuntos como el apoyo al enjuiciamiento en los tribunales, la protección del medio ambiente y el control de la observancia de los derechos de los convictos.
Para concluir, como continuación de la noticia de ayer, la cámara alta del Parlamento de Rusia ha aprobado el proyecto de ley que amplía las medidas para castigar a cualquier a quienes desacrediten a los grupos de “voluntarios” que luchan en Ucrania. Por tanto, únicamente restaría la firma del presidente Putin para que se apruebe esta ley y los integrantes del Grupo Wagner queden más “protegidos”. Más concretamente, el proyecto de ley aumenta de 3 a 5 años la pena máxima de presión para quienes hayan desacreditado a las Fuerzas Armadas rusas en Ucrania, si bien puede incrementarse hasta los 7 años si las acciones de desprestigio conducen a la muerte o desórdenes masivos.
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