Guerra de Ucrania – Día 383

La ofensiva rusa prosigue, con pequeñas pero constantes ganancias territoriales, al menos en torno a Bakhmut y al oeste de Donetsk, en donde aseguran haber tomado Krasnohorivka. Desde fuentes rusas, no obstante, se quejan de la falta de municiones, un extremo todavía a confirmar y que de ser cierto podría avalar la estrategia ucraniana en Bakhmut. En cuanto al apartado internacional, Rusia se ha mostrado dispuesta a renovar el acuerdo de cereales únicamente por dos meses mientras la UE ha prorrogado por seis meses más las sanciones contra personas e instituciones rusas, en un día en el que las críticas sobre Suiza han arreciado, tras comenzar la destrucción de sistemas antiaéreos dados de baja que algunos de sus vecinos consideran que debería enviar a Ucrania.

La última jornada de guerra en Ucrania hasta la fecha ha llegado plagada de novedades. Si bien en el campo de batalla, pese a los constantes avances rusos, el estancamiento sigue siendo la tónica dominante dado que las ganancias territoriales son en el mejor de los casos de cientos de metros, la actualidad es intensa en otros aspectos como el presupuestario. En relación con esto, Ucrania ha anunciado incrementos de gasto, especialmente en defensa, profundizando en la transformación de su golpeada economía en una economía de guerra.

No es el único país que destinará más fondos a defensa, pues la guerra, por más que afecte a Ucrania más que a nadie, también está motivando cambios en la preparación de algunos estados para un futuro que se prevé más inestable y peligroso. Buen ejemplo de ello es Lituania, cuyo jefe de Estado Mayor se ha pronunciado hoy sobre la necesidad de dotarse de más carros de combate. En concreto, estima que el Ejército lituano debería contar con medio centenar de carros modernos, susceptibles de constituir el puño acorazado de una división mecanizada.

De Australia, aunque en este caso tiene más que ver con la amenaza que les plantea China que con la que pueda suponerles Rusia, mejor ni hablar. Al fin se han conocido cifras sobre su nuevo programa de submarinos que hacen palidecer cualquier previsión anterior. Lo significativo es que el AUKUS, tanto el submarino como la alianza industrial, han llegado para quedarse y responden a la decidida voluntad anglosajona de seguir teniendo un papel principal en un mundo más peligroso y en el que potencias revisionistas como Rusia y China pretenden revertir el orden liberal internacional del que los EE. UU. son los máximos garantes.

https://www.revistaejercitos.com/2023/03/13/la-flota-del-mar-negro-en-la-guerra-de-ucrania-i-antecedentes/

Siguiendo con los EE. UU., la mayor potencia militar del planeta, ha tomado buena nota de las carencias que también sufre de cara a una guerra de alta intensidad y de las cuales una de las principales es, ahora mismo, la producción de municiones. De ahí que para el año fiscal 2024 sus militares hayan solicitado 30.600 millones de dólares para todo lo relacionado con el diseño, producción y adquisición de nuevas municiones, desde obuses de artillería a misiles hipersónicos. Esto supone un 12% más que en el presente ejercicio y un 50% más que lo destinado al mismo apartado hace apenas 5 años.

El Reino Unido también ha adoptado hoy una decisión interesante, anunciando una inversión adicional de 5.000 millones de libras esterlinas (unos 5.600 millones de euros al cambio actual) en Defensa con motivo de la revisión de su Estrategia Integrada. Este fondo, que se une a otro de 20.000 millones a gastar en cuatro años aprobado anteriormente, tiene como objetivo acercar al país al objetivo de gasto del 2,5% del PIB en defensa.

En la Unión Europea, mientras tanto, hoy ha sido el comisario europeo de Industria, Thierry Breton, quien ha apremiado a aumentar la producción de municiones para Ucrania en una entrevista radiofónica, antes de anunciar que viajará esta misma semana a Bulgaria y Eslovaquia para asegurarse de que los fabricantes pueden aumentar su producción rápidamente.

Además de lo anterior, hoy el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), ha publicado un informe en el que se concluye que las importaciones de armas entre los estados europeos de la OTAN ha crecido en un 65 %, motivados por la percepción de una mayor amenaza por parte de Rusia. Un aumento del gasto que ha beneficiado especialmente a los Estados Unidos, país que sigue siendo el principal exportador de armamento a nivel mundial y que representa el 40% de las exportaciones, mientras que la cuota rusa ha caído del 22 al 16%.

Y es que la guerra, que ha supuesto un antes y un después en muchos aspectos, está provocando movimientos tectónicos en Occidente en general y en la UE en particular. Si por una parte ha puesto negro sobre blanco las miserias de la defensa europea, que en buena parte ya se conocían, por otra ha servido para impulsar avances en la Política Común de Seguridad y Defensa que hasta el pasado 24 de febrero de 2022 ni los más europeístas creían posibles a corto plazo.

Ahora bien, el impulso otorgado a la defensa europea es casi tan grande como lo son las divisiones internas entre los 27 en algunos aspectos. En los próximos meses publicaremos un libro hablando sobre este particular, centrándonos en los factores estructurales que hacen muy difícil que la Unión Europea progrese a partir de determinado punto en esta materia, debido a la existencia de grupos que, aun teniendo ahora mismo importantes roces entre sus miembros como ocurre con el Grupo de Visegrado, seguirán siendo rémoras a la construcción europea en los años venideros.

Eso por no hablar del impacto de la guerra sobre el reparto de poder en la Unión. Si bien no afecta en nada al número de escaños en el Parlamento, por ejemplo, la creciente inversión en Defensa que algunos EEMM están llevando a cabo y que poco a poco irán capitalizando en términos industriales y políticos, amenaza con trastocar por completo el equilibrio en el seno de los 27, en donde podría considerarse que lo que conoce como «grupo de los 4», del que forman parte Alemania, Francia, Italia y España, está en peligro de dejar de ser tal. Es así, en tanto están apareciendo nuevos actores como Polonia o los Países Bajos que irán reclamando más y más presencia en detrimento de alguno de los anteriores, un cambio tectónico de consecuencias difíciles de prever.

Por último, y antes de pasar a la actualidad en el campo de batalla, conviene hacer una parada en Suiza, país que continúa en lo posible (pues se ha alineado con la UE de cara a las sanciones, lo que en su día motivó importantes críticas por parte rusa) manteniendo su neutralidad. El caso es que han comenzado a destruir hasta 60 sistemas antiaéreos dados de baja, lo que ha motivado críticas tanto en el interior del país como desde algunos estados europeos (y por supuesto de Ucrania), en tanto podrían haber sido enviados a Kiev para protegerse de los misiles y drones lanzados por Rusia. Sea como fuere, en Berna consideran más importante mantener su estatus neutral, que tan bien les ha funcionado históricamente, tomando una decisión que se une a otras como el veto a la exportaciones a Ucrania de ciertos tipos de munición.

Hoy se han diseminado por las redes sociales rumores relativos a una inminente ofensiva ucraniana, aunque por el momento no hay pruebas concluyentes.

Cambiando de tercio, y pasando a lo ocurrido sobre el terreno, hoy sí se ha registrado actividad en el sector más septentrional del frente, con ataques rusos sobre las localidades de Dvorichna, Hryanykivka y Masyutivka, todas ellas al norte de Kupyansk y junto al río Oskil. Lo mismo en la zona de Kreminna, en donde se han reportado movimiento en dirección a Nevs’ke, Chervonopopivka, el sur de Kreminna, la zona de Dibrove, Bilohorivka y Verkh’okam’yans’ke. No hay cambios.

En el caso de Bakhmut los ataques han sido un día más generalizados, mientras desde fuentes anglosajonas especulan sobre si el alto coste de la ofensiva en esta zona podría llevar a Putin a sacrificar a Prigozhin, algo que no parece que pueda ocurrir inmediatamente, toda vez que siguen logrando algunos avances, especialmente al norte de la urbe. Por de pronto, hoy se han registrado combates de norte a sur en Vasyukivka, Min’kivka, Orikhovo-Vasylivka (que parece seguir en poder ucraniano, al menos en su mayoría), Hryhorivka, Bakhmut, Ivanivske y Chasiv Yar. En estas localidades se ha registrado movimiento de carros de combate y blindados ucranianos, posiblemente para tratar de recuperar alguna posición perdida.

Parecida ha sido la situación en Donetsk. Allí los canales rusos aseguran que sus tropas realmente se han hecho con Krasnohorivka, algo que tiene visos de realidad. En cualquier caso, los intentos rusos por cercar Avdiívka prosiguen, con ataques sobre Vodyane, kam’yanka, Serene, Permovais’ke, Nevels’ke y en la citada Krasnohorivka.

Por último, cabe señalar que hoy se han producido rumores sobre una inminente ofensiva ucraniana a gran escala en el Donbás, que podrían ser consecuencia de la acumulación de carros para retomar posiciones en torno a Bakhmut pero que, según algunos, podría esconder algo más. Por el momento no hay pruebas concluyentes y parece algo prematuro, toda vez que los tripulantes de las armas que verdaderamente podrían decidir la ofensiva, siguen en formación, como ocurre con los carristas ucranianos que entrenan en España.

Siguiendo con los rumores, también se ha hablado de una importante falta de municiones del lado ruso. Recordemos que una de las apuestas ucranianas en Bakhmut pasaba por obligar a Rusia a consumir un alto número de municiones, lo que podría estar pasando factura. No obstante, está por ver si es algo puntual, provocado por los intensos combates de estos días y los ataques ucranianos tras las líneas rusas como los de Melitópol de jornadas pasadas o si es el inicio de una tendencia.

Mapa de situación actualizado a 13 de marzo de 2023. Fuente - @War_Mapper.
Mapa de situación actualizado a 13 de marzo de 2023. Fuente – @War_Mapper.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Abrimos la sección institucional y diplomática de hoy con la última noticia de la jornada: Rusia no se opone a la renovación de la Iniciativa de Granos del Mar Negro.

Tras la reunión de la delegación rusa encabezada por el viceministro de Exteriores de Rusia Sergei Verchinin con altos funcionarios de Naciones Unidas que estaba prevista para hoy en Ginebra, Moscú ha expresado su predisposición para aceptar una renovación del Acuerdo de Estambul, aunque espera cambios en la implementación del mismo. Con esto los funcionarios rusos están refiriéndose como hemos explicado en numerosas ocasiones a que no ven satisfecha su parte del acuerdo gracias a la cual podrían exportar sus productos agrícolas y fertilizantes rusos sin trabas. Así pues, la delegación rusa ha insistido en que “la exportación comercial de productos ucranianos se lleva a cabo a un ritmo constante generando ganancias considerables para Kiev” -sin entrar en las acusaciones de Ucrania sobre las demoras provocadas por Rusia en las inspecciones de los buques-, mientras que “las exenciones de sanciones para alimentos y fertilizantes anunciadas por Washington, Bruselas y Londres están esencialmente inactivas”. 

En paralelo, el Ministerio de Exteriores de Rusia ha publicado en su perfil de Twitter lo que considera mito y realidad respecto de este último punto. Considera que es un mito que “Ninguna de las sanciones de la UE adoptadas contra Rusia impide el suministro de productos agroalimentarios”. Así, defienden que la realidad sería que “La UE busca causar daño a Rusia a toda costa, incluso a costa del hambre en los países necesitados”. Sobre el liderazgo de la UE añaden: 

“La UE considera las exportaciones rusas de trigo nada menos que una herramienta geopolítica o un arma política, a la que la UE pretende plantar cara en el futuro. Por lo tanto, desmiente su propia declaración de que las sanciones unilaterales antirrusas no irán dirigidas contra los suministros rusos de alimentos y fertilizantes.”

Por su parte, la Unión Europea sigue defendiendo que las sanciones impuestas no afectan a la seguridad alimentaria y que solo cubren el comercio bilateral entre la UE y Rusia, no el comercio internacional. Asimismo, se excluyen de las sanciones y de manera explícita el suministro de alimentos y fertilizantes rusos.

Sin embargo, a diferencia de la vigencia inicial acordada en julio y de la que se logró gracias a la primera prórroga en el mes de noviembre, su extensión se producirá por 60 días en lugar de 120.

Pasando a otras cuestiones, Dmytro Kuleba, ministro de Exteriores de Ucrania, ha intervenido la Cumbre Oxford-Ucrania titulada “Horizontes Europeos para Ucrania” y ha puesto el acento en 3 aspectos clave para que los asistentes retuviesen: 

  1. No hay otra alternativa que anclar firmemente a Ucrania en Occidente, donde siempre ha pertenecido. 
  2. La seguridad de Europa es indivisible de la de Ucrania. 
  3. La adhesión de Ucrania a la OTAN y a la UE es en el mejor interés estratégico de Occidente.

Sobre esto último, el representante ucraniano sí ha sido claro al señalar que la ambigüedad estratégica con respecto a la pertenencia de Ucrania a la UE y a la OTAN “ha sido uno de los errores estratégicos más graves”, enfatizando que “Los políticos occidentales pueden haber justificado su indecisión presentándola como una política cautelosa diseñada para apaciguar los temores de Rusia”, aunque lo cierto es que “en realidad, no había ninguna estrategia en absoluto”.

De otro lado, Kuleba también se ha reunido hoy con el secretario de Estado de Polonia, Marcin Przydacz, para discutir sobre el refuerzo de la asociación estratégica entre ambos países, los nuevos esfuerzos para poner fin a la guerra, la reconstrucción de Ucrania y la integración europea. 

Más concretamente, durante su reunión con el jefe de la presidencia de Ucrania, Andriy Yermak, han acordado reanudar los trabajos del Comité Consultivo de los presidentes de Polonia y Ucrania para, entre otros, mejorar la cooperación entre ambos países de cara la fase de reconstrucción del país. Sobre esto último, desde Varsovia desean, además, que sus empresas “tengan una muy buena posición de partida”. 

Pasando a otra cuestión importante, la Corte Penal Internacional (CPI) planea abrir casos por presuntos crímenes de guerra buscando la emisión de órdenes de arresto contra altos funcionarios rusos. En particular, por deportar a la fuerza a menores de Ucrania que habrían sido enviados a los llamados “campos de reeducación”, así como por atacar la infraestructura civil del país. Pese a que la CPI no se ha pronunciado por el momento, fuentes alegan que estas órdenes podrían incluir el delito de genocidio y que se esperaba que llegasen a “corto plazo” una vez la solicitud del fiscal general Karim Khan sea aprobada por un juez de instrucción.

Por su parte, el Consejo de la UE ha renovado las medidas restrictivas individuales por un periodo de 6 meses, es decir, hasta el 15 de septiembre de 2023. Hasta la fecha, la UE ha incluido en su lista negra a 1.473 personas y 205 entidades por considerarles responsables de socavar o amenazar la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania. A modo de recordatorio, las sanciones individuales prevén las restricciones de viaje para las personas físicas, al congelación de activos y la prohibición de poner fondos u otros recursos económicos a disposición de las personas y entidades incluidas en la lista. 

Para concluir, en lo que concierne a la ayuda, el Ministerio de Sanidad de Ucrania ha informado de que han recibido ayuda humanitaria adicional por parte de varios socios, a saber: la Agencia Gubernamental para Reservas Estratégicas de Polonia, la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, el proyecto benéfico Medical Life Lines Ucrania, Evitas y la organización benéfica humanitaria Direct Relief. Más concretamente, los socios han sido capaces de entregar: 6 ambulancias, 98 palets de medicamentos y 66 palets de equipos de protección personal. 


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