A punto de cumplirse un año desde el inicio de la invasión rusa, son muchos los que están dedicando una renovada atención al conflicto coincidiendo con la efeméride. La guerra, no obstante, continúa sin entender de fechas y sigue con su propia dinámica de destrucción; de choque de voluntades. Mientras Rusia prosigue atacando a todo lo ancho de la línea de frente y logrando diminutos, pero constantes avances, Ucrania recurre a la diplomacia para tratar de reunir cuanta ayuda sea posible en preparación de su ofensiva. Por de pronto, hoy ha logrado que el Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, aumente su compromiso pasando de seis a diez carros de combate Leopard 2A4. Todo en un día en el que la Asamblea General de las Naciones Unidas ha aprobado por amplia mayoría el proyecto de Resolución sobre la paz en Ucrania.
En alguna ocasión, coincidiendo con efemérides anteriores, como los primeros cien días o los primeros seis meses del conflicto, hemos explicado que las fechas únicamente tienen un sentido para los humanos. Cazadores y recolectores, también agricultores, estamos especialmente dotados para la búsqueda de patrones, sean huellas de animales, sean rutas migratorias, sean estaciones, todo aquello que es cíclico nos ayuda a dar cierto sentido a las cosas, cierto orden.
La guerra, por el contrario, es un fenómeno mucho más caótico e impredecible (aunque no imposible de aprehender), que no entiende el concepto tiempo como tal. Por supuesto la guerra entiende de tiempo y de espacio, de intercambiar uno por otro, de coordinación, de ritmos y de cadencias, de concentraciones y dispersiones, pero no de fechas. Esas solo las ponemos los humanos en el calendario y cuando intentamos trasladarlas al campo de batalla generalmente termina mal, pues «forzamos la máquina» militar para alcanzar determinados objetivos de forma artificiosa, ignorando la dinámica del fenómeno guerra.
Buen ejemplo de lo anterior lo tuvimos en verano, cuando un Putin seguramente hastiado del conflicto y de los reveses, ordenó poner toda la carne en el asador para tomar la óblast de Lugansk, que finalmente nunca llegaron a controlar los rusos al cien por cien. El desgaste sufrido en las sucesivas batallas (Soledar, Severodonetsk…) terminó por pasar factura al Ejército ruso, provocando la ventana de oportunidad que los ucranianos aprovecharon para lanzar su ofensiva sobre Járkov.
Más recientemente, ha ocurrido algo parecido, pues según algunas fuentes el Presidente ruso habría dado la orden de tomar Bakhmut a cualquier precio para el aniversario de la invasión que se cumple en unas horas. Que no haya sido así y que las cosas hayan ido más lentas de lo esperado obedece tanto a la tenaz resistencia ucraniana, que está vendiendo caro cada palmo de terreno, como a haber mantenido cierto respeto por la estrategia marcada en su día por el degradado Surovikin, evitando comprometer más y más unidades.
Esto son, en el fondo, buenas noticias para Rusia, pues en la medida en que Wagner asuma el sacrificio en solitario, aunque los avances sean más lentos, estará dando oxígeno a las Fuerzas Armadas rusas para seguir con su proceso de reconstitución y para seguir con la construcción de defensas en previsión de la ofensiva ucraniana. Recordemos que llegados a determina punto, a los rusos -tengan o no fuerzas para seguir atacando- les interesa más congelar el conflicto que otra cosa.
El hecho de que el discurso de Putin del pasado día 21 estuviese carente de grandes anuncios en relación con la guerra (movilización general, determinación de x objetivos…) y sin embargo sí hablase de una «guerra de supervivencia» para Rusia, o de los planes para aumentar el tamaño de las Fuerzas Armadas y su modernización, son muy indicativos en este sentido.
Es más, intentan dar una imagen de normalidad, con noticias como la reanudación del tráfico a plena capacidad en el puente de Crimea 40 días antes de lo previsto. Y tiene su lógica, pues la guerra podrá ir mejor o peor, pero en ningún momento ha puesto en cuestión la figura de Putin, que puede permitirse dejarla si es necesario en segundo plano como hiciera Yeltsin con Chechenia después de 1994.
Nada de lo anterior, en cualquier caso, descarta la posibilidad de un aumento en la intensidad de la ofensiva en las próximas horas o días. De hecho, de producirse al menos serviría para confirmar que se ha producido cierta evolución y que han sido capaces de discriminar unos objetivos de otros, sin forzar los tiempos.
Mientras esto ocurre, los ucranianos, que en ningún momento han pretendido ir más rápido de lo que el buen juicio aconseja, siguen a lo suyo, preparando el camino a una futura ofensiva, que es su gran baza para lograr una posición de fuerza de cara a unas hipotéticas negociaciones (toda vez que no todos sus socios confían -o creen conveniente- en la expulsión del Ejército ruso de las provincias conquistadas).
En este sentido, aprovechando que hoy se ha producido la visita del Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, a Kiev, han logrado arrancarle el compromiso –o intención, no queda del todo claro– de enviar no seis sino diez carros de combate Leopard 2A4 a Ucrania. Al mismo tiempo, desde Finlandia anunciaban el envío de otros tres, así como de tres carros de zapadores, vitales en un entorno plagado de minas y obstáculos a remover. Además, siguen presionando para obtener apoyo aéreo, incluida España, que por el momento considera, como otros estados, que de enviarse debe hacerse de forma coordinada como con los carros de combate.
Al mismo tiempo, continúan con el entrenamiento de sus carristas y personal de apoyo en Alemania y Reino Unido y, quizá incluso más importante, lo hacen no solo de forma individualizada, sino intentando poner remedio a algunos de sus problemas más importantes, como los que tienen que ver con las armas combinadas. Además, como se puede ver en el tuit que enlazamos a continuación, continúan «sacando petróleo» de todo tipo de herramientas, uno de los aspectos que con más detenimiento debe analizarse y en el que ya trabajamos para el tercer libro sobre la guerra de Ucrania.
Pasando a lo ocurrido sobre el terreno, hoy no han llegado noticias de ataques rusos sobre Dvorichna, más allá de con la artillería. Sí se ha reportado no obstante un ataque algo más al sur, desde la localidad de Kolomyichykha, bajo control ruso, hacia Stel’makhivka. También en el bosque de Serebryanka han seguido, pese al varapalo de días pasados, tratando de avanzar las tropas rusas en dirección sur desde Kreminna en lo que está siendo una lucha a cara de perro, mientras que han intentando avanzar sobre Bilohorivka desde Novodruzhes’k. Además de lo anterior, algo más al norte, en la región rusa de Bélgorod, ha caído un Su-25, resultando muerto el piloto.
Pasando a Bakhmut, Rusia una vez el Ministerio de Defensa y el Grupo Wagner han sellado una mínima tregua después de las polémicas de los últimos días, ha seguido atacando especialmente en el norte, en donde está consiguiendo avances más exitosos que en el sur, en donde el canal que corta el terreno entre Stupochy e Ivanivske continúa siendo un obstáculo insalvable.
De esta forma, los ataques hoy se han concentrado en el área septentrional, afectando a Orikhovo-Vasylivka, Dubovo-Vasylivka, Berkhivka y Yahidne. Los efectivos de Wagner, además, habrían logrado nuevos avances al este de la ciudad. Por cierto, que el jefe de Wagner, Prigozhin, ha estado de visita en la localidad, concretamente al este de la misma.
En el área de Donetsk los combates, de norte a sur, han afectado hoy a Novobakhmutivka, Avdiivka, Vodyane, Nevels’ke, Mariinka y Pobjeda. En los últimos días, además, cabe comentar que en el caso de Avdiivka, hasta ahora impenetrable, las tropas rusas y milicianas han estado lanzando reconocimientos en fuerza, no exentos de bajas, como se puede ver en varios vídeos procedentes de localidades cercanas, como Opytne.
Más al sur, en Vuhledar, han continuado los enfrentamientos, con ataques rusos una vez más al sureste, desde Mykils’ke, así como al oeste, desde Novomaiors’ke hacia Prechystivka. Mientras tanto, continúan también los ataques por parte de la artillería rusa, sobre una población de la que apenas queda nada.
Además de lo anterior, un día más Mariúpol parece haber sido objetivo de ataques ucranianos, registrándose varias explosiones. También en el distrito de Bakhchysarai, en Crimea, se ha registrado un acto de sabotaje contra una vía férrea, que ha sido detectado a tiempo. Por último, varias estaciones de radio en Crimea han difundido un mensaje del Jefe de la Inteligencia Militar ucraniana a los ciudadanos que residen en los territorios bajo control ruso, al parecer como consecuencia de un ataque cibernético.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
A escasas horas de que se cumpla el primer aniversario del inicio de la invasión de Rusia en Ucrania, las muestras de apoyo siguen dándose ante la Asamblea General de Naciones Unidas con el fin de adoptar una resolución sobre la paz en el país. El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha transmitido el siguiente mensaje, en línea con el de todos aquellos socios y aliados de Ucrania que también han intervenido:
“La invasión de Rusia a Ucrania desafía los principios y valores de nuestro sistema multilateral. La posición de Naciones Unidas es inequívoca: Estamos comprometidos con la soberanía, la independencia, la unidad y la integridad territorial de Ucrania, dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas.”
Respecto al proyecto de resolución para una paz justa, duradera y amplia en Ucrania, se ha votado hace escasos minutos, mientras redactábamos este informe, y ha sido respaldado por 141 votos a favor, 7 en contra y 32 abstenciones. Los países que han votado en contra han sido, como cabía esperar: Bielorrusia, Corea del Norte, Eritrea, Mali, Nicaragua, Siria y Rusia. Entre las abstenciones destacan Uganda, Sudan, Uzbekistán, Vietnam, Bolivia, Armenia, Argelia, Angola, China, India o Cuba.
Guterres también se ha reunido con el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, con el fin de discutir vías para poner fin a la agresión rusa sobre la base de los principios contenidos en la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional. Además, Kuleba ha elogiado los esfuerzos del Secretario General para sacar adelante la Iniciativa de Granos del Mar Negro, enfatizándole que pasará a la historia como su legado.
En su encuentro con el presidente de Naciones Unidas, Csaba Kőrösi, Kuleba ha enfocado la discusión en torno a la implementación de la Fórmula de Paz y le ha presentado la posición de Ucrania respecto de la ilegitimidad de Rusia como miembro permanente del Consejo de Seguridad. Asimismo, han discutido sobre la necesidad de defender la Iniciativa de Granos del Mar Negro. Sobre esto último es importante recordar que antes del próximo 20 de marzo deberá adoptarse una decisión sobre una segunda prórroga del acuerdo espejo firmado por Ucrania y Rusia por separado con Naciones Unidas y Turquía.
Esta cuestión también ha salido a relucir en la llamada entre el presidente Zelenski y su homólogo egipcio, Abdelfattah Elsisi, pues han conversado sobre seguridad alimentaria, la cooperación en la apertura de centros alimentarios ucranianos en África y la importancia de continuar con la Iniciativa de Granos.
Retomando el hilo, el embajador adjunto de China, Dai Bing, ante la Asamblea General, ha hecho hincapié en que tras un año de guerra “los hechos brutales ofrecen una amplia prueba de que enviar armas no traerá la paz”. Sobre esto ha añadido que “prolongar y extender el conflicto solo hará que la gente corriente pague un precio más alto”.
Según el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, Rusia quiere que termine la guerra en Ucrania, pero todo dependería de las acciones que emprenda Estados Unidos.
Mientras tanto, según una encuesta de la Kiev School of Economics un 87 por ciento de ciudadanos ucranianos siguen oponiéndose a las concesiones territoriales a Rusia, a la vez que un 9 por ciento cree que esta medida podría lograr la paz.
De otro lado, cabe destacar la intervención del Alto Representante de la UE y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, ante la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Además de reiterar el apoyo a Ucrania, condenar la agresión de Rusia y pedir el respaldo para lograr la paz en el país, enfatizando que “no cualquier paz”, sino una que sea justa, amplia y duradera, ha puesto el foco en otras cuestiones.
En este sentido, en su intervención ante el Consejo de Seguridad también ha destacado que anteriormente ya había advertido sobre un “déficit de multilateralismo” y que “el precio que se estaba pagando en términos de problemas no resueltos, conflictos que se enconaban y personas dejadas a merced de los acontecimientos”. Borrell defiende que la situación este año es peor y que continuará empeorando. En consecuencia, argumenta que tanto Naciones Unidas como el sistema multilateral están amenazados como nunca antes. Ha recuperado así la advertencia del secretario general Guterres acerca de que “se está acabando el tiempo para que el mundo evite un colapso” y su llamamiento para que todos actúen con decisión “antes de que sea demasiado tarde”.
Aun así, la aprobación del 10º paquete de sanciones de la UE sigue pendiente al tiempo que Ucrania sigue esperando que este incluya restricciones contra la industria nuclear de Rusia. A este respecto, el primer ministro Shmyhal ha destacado que la cartera de pedidos extranjeros de Rosatom asciende a 200.000 millones de dólares. De otro, Ucrania querría ver sancionada a la industria del diamante, aunque esta medida cuenta con la firme oposición de Bélgica entre otros.
Otro asunto que Shymhal ha resaltado hoy es el del déficit presupuestario de Ucrania, pues el país está gastando casi todo su presupuesto “de tiempos de paz” en el Ejército. Tras haber perdido más del 30 por ciento de su PIB, el déficit presupuestario está fijado en 38.000 millones de dólares.
Actuando en consecuencia, tras la reunión de hoy, el G7 aumentará el apoyo a Ucrania a 39.000 millones de dólaresen 2023 pues consideran que estos fondos “darán certeza a Ucrania”. Según el comunicado, de este modo las autoridades ucranianas puedan seguir prestando servicios esenciales, llevar a cabo las reparaciones más urgentes de las infraestructuras dañadas y estabilizar la economía.
Cambiando de plano, la ministra de Exteriores de Bélgica, Hadja Lahib, durante su intervención ayer en el evento de alto nivel sobre violación de derechos humanos en Ucrania, puso el acento en pedir más cooperación internacional para encontrar a los menores ucranianos que han sido desplazados forzosamente a Rusia y poder devolverlos a sus familias. En palabras de la Ministra:
“Nada es más cruel e inhumano que la reubicación de niños, privados de sus padres y separados de sus raíces”.
Hoy, en su discurso ante la Asamblea General ha incidido en que Rusia debe retirarse de los territorios ucranianos y que “la paz también requerirá justicia”.
Sobre la ayuda militar cabe destacar que Finlandia ha confirmado que entregará 3 carros de zapadores, incluyendo la capacitación relacionada con su uso y mantenimiento, lo que supondrá que este nuevo paquete de ayuda ascienda a 160 millones de euros. En total, Helsinki ha destinado 750 millones de euros en ayuda militar desde que comenzó la invasión.
El país vecino, Suecia, está también dispuesto a transferir carros de combate a las AFU en su próximo paquete de ayuda y ya están manteniendo un estrecho diálogo sobre la cuestión sobre todo con Alemania. Cabe recordar que en estos momentos Suecia cuenta con 120 carros Stridvagn 122 en servicio.
Por otro lado, durante la visita del presidente Pedro Sánchez a Kiev para reunirse con el líder ucraniano ha anunciado que España podría entregar 4 carros de combate 2A4 adicionales a Ucrania, aunque la decisión llegará en las próximas semanas. También durante la rueda de prensa conjunta que han ofrecido, Sánchez ha comentado que España pretende “sincronizar la entrega de los Leopards con la finalización de los entrenamientos” de las tropas en su uso.
A colación, mientras Sánchez se reunía con Zelenski en Kiev, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares lo hacía con su homólogo, Dmytro Kuleba, en Nueva York para discutir sobre la asistencia de seguridad al país y la creación de un tribunal especial para el crimen de agresión contra Ucrania. Durante su intervención ante la AGNU, Albares ha exigido la retirada de las tropas rusas de Ucrania y que se ponga fin a la agresión.
El ministro ucraniano también se ha reunido con su homóloga francesa, Catherine Colonna, para recabar apoyos antes de la votación en la Asamblea General. Ya entrada la tarde, ante la Asamblea Colonna ha subrayado que: “Fiel a su tradición y a sus valores, Francia dará a este texto todo su apoyo; llama a todos los Estados a hacer lo mismo, con responsabilidad”.
Es interesante destacar que República Checa ha informado de manera clara y precisa a cuánto asciende su asistencia a Ucrania. En particular, la ayuda militar asciende a 442 millones de euros y la industria de defensa checa ha transferido armas y equipos por valor de 1.270 millones de euros.
Entrando en detalle, el primer ministro Petr Fiala ha confirmado que el país ha entregado: 89 carros de combate, 226 vehículos blindados, 38 obuses, 6 sistemas de defensa aérea y 4 helicópteros. A esto habría que sumar que la industria de defensa ha entregado a las AFU 33 MLRS, y hasta medio millón de unidades de munición de muy diversos tipos, incluidos 60.000 cohetes para los MLRS en servicio con Ucrania.
Más allá de las fronteras de la UE, Australia ha anunciado que entregará drones a Ucrania valorados en 33 millones de dólares. Así pues, en total la ayuda militar australiana asciende a 510 millones de dólares, incluidos los 90 vehículos Bushmaster ya comprometidos.
Esta información llega a la par que la ofrecida por las autoridades ucranianas en la que señalan que han recibido un nuevo lote de 14 puentes humanitarios enviados por Praga. Estos se unen a los 10 que entregaron en 2022.
Asimismo, han ampliado sus sanciones contra Rusia. En particular, 90 individuos y 40 entidades rusas adicionales, incluido el medio de comunicación Sputnik, pasan a engrosar la lista de aquellos que se verán afectados por prohibiciones de viaje y congelamiento de activos.
En el caso del Reino Unido, el presidente Zelenski y el primer ministro Sunak han conversado en las últimas horas sobre el cumplimiento de los acuerdos que cerraron durante su visita a Londres. En este sentido, Zelenski ha enfatizado que aprecia la comprensión británica de que la velocidad de los suministros de ayuda militar es el éxito en el campo de batalla.
Para concluir, ha dado comienzo la reunión de dos días de la Asamblea Parlamentaria de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en Viena, marcado por el boicot de Ucrania y Lituania al participar delegados rusos en la misma. Ha sido la primera vez que miembros de la Duma estatal rusa pueden viajar a territorio de la UE desde que se les impusieron sanciones. Austria como país anfitrión ha sostenido que está obligado a emitir los visados a los representantes de Rusia.
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