Tras tres semanas en marcha -a pesar de no haber sido anunciada oficialmente- la ofensiva rusa está topando con notables problemas, logrando apenas éxitos limitados tanto en dirección al Oskil como en los alrededores de Bakhmut y sufriendo un importante revés en Vuhledar, en donde los ucranianos avanzan en dirección sur. Mientras tanto, desde Europa se debate la forma de aumentar sustancialmente el envío de municiones a Ucrania, a pesar de que no todos los socios compartan la misma definición de lo que supondría una victoria para Ucrania o una salida aceptable a la guerra.
Las últimas jornadas, además de explicar lo ocurrido en el campo de batalla, las hemos dedicado a hablar sobre aspectos como la evolución previsible de la guerra, los cambios introducidos por unos y otros y sus fortalezas y debilidades. A la espera de que la ofensiva rusa, que lleva alrededor de tres semanas en marcha aun sin haber sido anunciada oficialmente pueda dar frutos -algo que por el momento apenas ha ocurrido-, o de lo que pueda conseguir la futura -y por ahora hipotética- ofensiva ucraniana a finales de primavera, el resultado del conflicto está todavía abierto.
Queda no obstante por tratar un aspecto crucial, que condiciona por completo la posibilidad de establecer negociaciones y, en su caso, de que estas lleguen a buen puerto. Hablamos, de lo que ucranianos y rusos entienden por victoria y, más exactamente, lo que podrían considerar aceptable de cara a detener las hostilidades.
En el caso ucraniano, obviando la retórica, podríamos identificar una victoria de forma muy simplificada, como el mantenimiento en lo posible su integridad territorial y su independencia como Estado, entendida como disponer de la libertad para elegir su futuro, integrándose en las organizaciones internacionales que considere oportunas. Además, habría que tener en cuenta algunas de las reclamaciones hechas por Zelensky en su «Fórmula de paz», como las reparaciones o los juicios por los crímenes cometidos por Rusia. A modo de recordatorio, estos son los diez puntos que la conforman:
- Seguridad radiológica y nuclear.
- Seguridad alimentaria.
- Seguridad energética.
- Liberación de todos los presos y deportados.
- Restauración de la integridad territorial de Ucrania.
- Retirada de las tropas rusas y cese de hostilidades.
- Justicia.
- Protección inmediata del medio ambiente frente al ecocidio.
- Prevención de la escalada.
- Confirmación del fin de la guerra.
Sin embargo, ese es un programa de máximos, que difícilmente se cumplirá no porque sea militarmente imposible, sino porque la capacidad ucraniana para enfrentar a Rusia depende de la ayuda que reciba de sus socios y aliados y ni todos muestran el mismo grado de compromiso, ni tienen la misma percepción de lo que es aceptable que Zelensky, no hay más que recordar las declaraciones de ayer de Macron, que muchos respaldan.
Además, la «Fórmula de paz» no hace referencia a alguno de los motivos fundamentales por los que Rusia se decidió a lanzar la operación de decapitación del pasado 24 de febrero de 2022, ni por las que se ha mantenido en la lucha a pesar de sufrir descrédito, sanciones e importantes pérdidas militares. Nos referimos a las cuestiones securitarias como el acercamiento de Ucrania a la OTAN y la UE o, en términos más amplios, al viraje prooccidental del país, que tiene su origen en un cambio en la sociedad ucraniana que choca contra la cosmovisión rusa.
Así las cosas, incluyendo estos aspectos y siguiendo con la simplificación -ya que podrían incluirse todo tipo de reclamaciones o temas secundarios que por el momento dejaremos de lado-, podríamos hablar de tres escenarios que irían de óptimo a positivo y de ahí a aceptable. A muchos podrá sorprender que incluyamos en estos la pérdida del Donbás y de Crimea, pero a tenor de las declaraciones de algunos de sus aliados, parece darse por descontada. De este modo, tendríamos:
- Escenario óptimo: Expulsión total de las fuerzas rusas de territorio ucraniano, incluyendo la Península de Crimea y el Donbás, libertad para entrar en el futuro próximo en la UE y en la OTAN, cobro de reparaciones de guerra y establecimiento de un tribunal especial internacional para juzgar los crímenes tanto de guerra como contra la Humanidad cometidos durante la guerra.
- Escenario positivo: Retirada rusa de todos los territorios ocupados salvo Crimea y el Donbás, libertad para entrar en el futuro próximo en la UE y en la OTAN, empleo de activos rusos retenidos por la UE y algunos estados para la reconstrucción y establecimiento de un tribunal internacional para juzgar los crímenes tanto de guerra como contra la Humanidad cometidos durante la guerra.
- Escenario aceptable: Retirada rusa de todos los territorios ocupados salvo Crimea y el Donbás, libertad ucraniana para entrar en la UE pero no en la OTAN, empleo de activos rusos retenidos por la UE y algunos estados para la reconstrucción y establecimiento de un tribunal internacional para juzgar los crímenes tanto de guerra como contra la Humanidad cometidos durante la guerra.
En el caso del primer escenario, cabe señalar una vez más el riesgo inherente de escalada -que no tiene por qué ser vertical/nuclear sino que puede darse en la Zona Gris o ser horizontal-, de ahí que sea o no posible militarmente es casi seguro que algunos aliados de Ucrania harían por evitarlo.
Por el contrario, del lado ruso, hemos de tener en cuenta un aspecto fundamental que cambia cualquier cálculo que quiera hacerse: para el Gobierno ruso actual (y buena parte de su sociedad) la existencia de Ucrania como estado independiente es inaceptable. Es decir, que independientemente de que en los próximos meses se pueda llegar a una situación que haga recomendable entablar negociaciones, e incluso aunque Rusia viese satisfechas muchas de sus reclamaciones con el establecimiento de una nueva arquitectura de seguridad en Europa más favorable a Moscú, es probable que solo fuese una situación temporal. Al menos hasta que no se produzca un cambio en la vida política de Rusia y se reviertan algunas de las tendencias ideológicas que la han venido marcando en las últimas dos décadas.
Dicho esto, para Rusia el escenario óptimo, que habría llegado de triunfar la operación del 24 de febrero de 2022, tomando el control del país de forma relativamente incruenta y poniendo un Gobierno títere que cortase el acercamiento a Occidente, es ya un imposible. Sin embargo, todavía hay algunas posibilidades que podrían satisfacer al Kremlin al menos temporalmente y que podrían ser vendidas como una victoria.
- Escenario sub-óptimo: Control de todo el Donbás y Crimea, así como del pasillo terrestre entre la península y el resto del territorio ruso. Ucrania fuera de la OTAN y de la Unión Europea (quizá integrándose en la «Comunidad Política Europea» propuesta por Macron). Levantamiento de parte de las sanciones o al menos liberación de los activos congelados en el extranjero.
- Escenario positivo: Control de una parte sustancial del Donbás y Crimea. Ucrania fuera de la OTAN, pero no de la Unión Europea. Levantamiento de parte de las sanciones o al menos liberación de los activos congelados en el extranjero.
A partir de ahí, aunque podría especularse con periodos de transición antes de una entrada de Ucrania en la OTAN o con distintas soluciones territoriales, pero es posible que cualquier solución por debajo del escenario positivo, tanto por no poder ser vendido a la población como una «victoria» como por no cubrir las necesidades en cuanto a seguridad, podrían hacer más atractiva a Moscú la opción de congelar el conflicto a la espera de una nueva oportunidad en el futuro.
Pasando a lo ocurrido sobre el terreno, comenzamos un día más por el norte, por la zona de Dchorivna/ Kupyansk, en donde las tropas rusas continúan presionando a los defensores ucranianos y algunos hablan de un posible intento de cruce del Oskil para, llegado el caso, tomar la espalda del resto del despliegue ucraniano a lo largo de este río y en dirección a Izium. Aunque esta opción no es descartable con el recuerdo de Bilohorivka todavía presente y sin mayores apoyos parece complicado por ahora, siendo más lógico un ataque desde Bélgorod que, por el contrario, tendría la desventaja de dejar largos flancos expuestos, como ocurriera en marzo de 2022.
No es la única zona del frente norte en la que se ha luchado, pues en el área de Kreminna prosiguen los combates, nuevamente en dirección a Tors’ke y Zarichne, como al sur de Kreminna y Dibrova y hacia Bilohorivka. No se han producido cambios sustanciales desde ayer.
En el área de Bakhmut, los efectivos de Wagner y las tropas rusas tratan de avanzar desde la zona de Blahodatne y Krasna Hora hacia Zaliznyans’ke, en dirección a orikhovo-Vasylivka y en dirección suroeste para rodear las defensas ucranianas en Berkhivka. Hacia esta última localidad, como también hacia Yahidne se dirigen desde la región tomada Paraskokiivka, aunque están topando con notables dificultades, pues las alturas de la zona controladas por Ucrania le permiten fuego directo contra los atacantes.
En la ciudad, hoy se han producido combates tanto al norte como en la zona de la avenida Patrice Lumumba, así como al sur desde Opytne y desde Klischiivka. Los ucranianos, por su parte, continúan intentando asegurar la T-0504 atacando desde Chasiv-Yar y más al sur, hacia Kurdyumivka, posiblemente intentando aliviar la presión sobre otros puntos del frente.
Respecto a la zona sur del frente, hoy apenas han llegado noticias de Donetsk (más allá de un bombardeo ucraniano sobre el centro urbano), aunque sí han trascendido nuevos combates en el área de Vuhledar, en este caso con los ucranianos retomando terreno al sur de la localidad, hasta el punto de haber llegado al embalse entre Pavlivka y Mykils’ke.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Durante la jornada de hoy ha concluido la Conferencia de Seguridad de Múnich dejando tras de sí declaraciones significativas, al tiempo que comienzan a incrementarse las declaraciones cruzadas en torno a la situación en la central nuclear de Zaporiyia.
El Alto Representante de la UE y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, ha intervenido en la Conferencia con un discurso sobre “la Arquitectura Europea de Seguridad”. En sus primeros comentarios ha resaltado que “Zelenski y los ucranianos reciben muchos aplausos, pero no las municiones suficientes” y que “Esa es la paradoja: necesitan menos aplausos y más suministros de armas”.
De igual forma, el Alto Representante ha señalado que no deben confundirse los objetivos a corto plazo con los propósitos a medio plazo. A corto plazo, a muy corto plazo, es enviar más municiones a Ucrania, pero en la UE tenemos que hacer “nuestra propia tarea” y para ello refiere el papel de la Brújula Estratégica de la UE.
Ha hecho especial hincapié a que lo que los alemanes han denominado “Zeitenwende” -en referencia a un punto de inflexión- lo es para toda la UE, de modo que desde esta deberían acelerar aún más el apoyo militar a Ucrania y fortalecer la Defensa europea. En esta línea, considera que los europeos se enfrentan a tres grandes retos:
- Primero, nuestra credibilidad como actor global: esto es lo que llamamos la Europa geopolítica;
- En segundo lugar, nuestra responsabilidad estratégica como proveedor de seguridad y defensa;
- Y tercero, nuestro compromiso con socios de todo el mundo para preservar o incluso reconstruir una cooperación de confianza con muchos de los llamados Sur Global
Mañana en el Consejo de Asuntos Exteriores se espera, como ya comentamos, que Estonia ponga sobre la mesa una propuesta concreta consistente en destinar 4.000 millones de euros a la adquisición de munición conjunta por los Estados de la UE para Ucrania a través del Fondo Europeo de Ayuda a la Paz (European Peace Facility). Por el momento, la iniciativa ha obtenido el apoyo provisional por parte de Rumanía y Países Bajos.
Tanto el Alto Representante, como la presidenta de la Comisión Europea, se han mostrado a favor de redoblar los esfuerzos de la UE en lo que a asistencia militar se refiere por lo que cabría esperar también un impulso por su parte esta semana. Máxime coincidiendo con el primer aniversario de la invasión y cuando se espera la aprobación del 10º paquete de sanciones de la EU contra Rusia. No obstante lo anterior, las decisiones sobre cómo acelerar las entregas, contemplando incluso la compra conjunta, cabría esperar que lleguen los días 7 y 8 de marzo con ocasión de la reunión de los ministros de Defensa de la UE.
Ante nosotros, una nueva semana especialmente intensa a nivel institucional, ya que más allá de las declaraciones que se esperan con ocasión del primer aniversario de la guerra y la sesión en Naciones Unidas en las que se presentará la Resolución relativa a la paz en Ucrania, habrá otras citas importantes.
La primera ministra de Italia, Georgia Meloni, visitará Kiev el próximo martes 21 de febrero. Un viaje que ha sido adelantado debido a las críticas del ex primer ministro Silvio Berlusconi hacia el presidente Zelenski y el apoyo de Europa al país. A esto se suma que ha comentado que de haber sido él primer ministro “nunca” habría hablado con Zelenski y le juzga “muy negativamente”.
Día que, además, como indicamos ayer se llevará a cabo la reunión a tres en la que estarán presentes el secretario general Stoltenberg en representación de la OTAN, el Alto Representante Borrell en nombre de la UE y el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba. Del lado de Rusia, el presidente Vladímir Putin pronunciará su discurso del Estado de la nación ante la Duma estatal.
El ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, junto con su homóloga alemana, Annalena Baerbock, han copresidido una reunión conjunta con las principales empresas de la industria de defensa tanto de Ucrania como de Alemania. Como señala Kuleba, han promovido este encuentro para poder vincular directamente a sus fabricantes, esperando que la cooperación cree nuevas oportunidades para fortalecer a Ucrania.
Sobre la industria alemana, Krauss-Maffei Wegmann ha comenzado ya a preparar el traslado de los carros de combate Leopard 1A5 que serán transferidos a Ucrania, según ha informado el propio consultor de la empresa, Nicholas Drummond:
El representante ucraniano también ha instado nuevamente a los socios y aliados de Ucrania que puedan proporcionar aviones de combate que comiencen las tareas de capacitación de los pilotos ucranianos incluso antes de que se tome una decisión sobre su transferencia a Kiev. Durante su encuentro con su homólogo sueco, Tobias Billstrom, ha coordinado los pasos para acelerar el envío de Archers y han discutido otras formas para fortalecer aún más las capacidades de defensa aérea ucraniana.
Al respecto, el ministro de Defensa de Francia, Sébastien Lecornu, no descarta el inicio de entrenamiento de militares ucranianos en el uso de los aviones de combate occidentales. Además, ha enfatizado que la cuestión de entregar aviones de combate a Ucrania no es un tabú para Francia. Aun así, sí ha precisado que “La transferencia de aeronaves plantea problemas logísticos y prácticos muy complejos”.
El asesor de la presidencia de Ucrania, Mikhailo Podolyak, ha subrayado que “la neutralidad no es una opción” pues la “Federación Rusa es un riesgo extraordinario para Europa, una destrucción deliberada de derecho internacional, escenarios de seguridad, democracia, asesinatos masivos demostrados”. En consecuencia, sigue defendiendo que Ucrania necesita proyectiles, carros de combate y aviones de combate, así como misiles de largo alcance.
Además, respondido a por qué es necesario que se les envíen aviones de combate aludiendo a dos razones principales:
- Se necesitan aviones de combate para cerrar completamente el cielo de los misiles balísticos e hipersónicos y salvar a los civiles.
- Se necesitan aviones de ataque para asegurar un gran avance de la defensa rusa en los territorios ocupados, para cubrir nuestra ofensiva y minimizar las pérdidas.
A esto se suma que los presidentes Zelenski y Macron han hablado por teléfono en lo que el líder ucraniano ha calificado como un “diálogo amistoso” sobre la cooperación en materia de defensa y para acercar la paz. Han discutido sobre los resultados de las visitas realizadas recientemente y los próximos eventos diplomáticos y, en particular, sobre la implementación de la Fórmula de Paz.
La portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, ha comentado las últimas declaraciones del presidente Macron que recogimos en nuestro informe de ayer acerca de que desea una derrota rusa, pero sin «aplastarla». Más concretamente, Zakharova ha declarado:
“Emmanuel Macron admitió que Occidente no estaba simplemente interfiriendo en los asuntos nacionales de Rusia, sino que incluso intentó derrocar al gobierno. Recuerda esto cuando escuches a alguien hablar de sentimientos y amistad”.
El secretario de Estado Antony Blinken ha expresado a su partida de Múnich hacia Turquía que está “motivado por los logros que nuestros aliados y socios han logrado en apoyo de Ucrania a través de la unidad, la acción y el sacrificio colectivos”, enfatizando que seguirán “unidos y veremos la victoria de los ucranianos que luchan por el destino de su país”. Asimismo, ha expresado que a Estados Unidos le preocupa que China esté considerando la posibilidad de proporcionar “apoyo letal” a Rusia. Ha advertido que esta escalada significaría “graves consecuencias” para China.
De hecho, el ministro de Exteriores Kuleba se ha reunido hoy con el Consejero de Estado chino, Wang Yi. Ambos representantes se han mostrado de acuerdo en que el principio fundamental de integridad territorial contenido en la Carta de las Naciones Unidas es “sagrado” para los dos países. Así pues, Kuleba le ha reiterado que todas las iniciativas dirigidas a restaurar la paz en Ucrania deben estar basados en dicho principio.
Cambiando de tercio, el Ministerio de Exteriores de Ucrania ha emitido una Declaración “sobre el bloqueo de Rusia de la rotación del personal de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA) y la militarización de la central nuclear de Zaporiyia”.
En el texto, de un lado, se pone de manifiesto que Rusia estaría violando gravemente las normas de derecho internacional, socavando las normas de seguridad nuclear y radiológica y también demostrando un total desprecio por las resoluciones de la Junta de Gobernadores de la IAEA en las que se exige a Rusia que retire con carácter inmediato el equipo militar y a su personal de la central de Zaporiyia.
A esto añaden que “Si no se detiene a Rusia, sus acciones criminales en la instalación nuclear ucraniana podrían conducir a una catástrofe, cuya escala era desconocida para Europa”. Consideran que la única forma de restaurar la seguridad nuclear y seguridad en Europa es mediante la retirada del personal militar y civil de Rusia de la central junto con su desmilitarización y toma del control de la misma por parte de Ucrania.
Por ende, piden el desbloqueo de inmediato de la rotación de expertos de la Agencia y garanticen su movimiento inmediato y seguro a través de los territorios temporalmente ocupados de Ucrania hacia la central nuclear de Zaporiyia.
De otro lado, en la Declaración realizan un nuevo llamamiento a la comunidad internacional para que se adopten sanciones contra Rosatom, sus empresas e instituciones afiliadas, así como otros factores clave en la industria de energía nuclear de Rusia.
Adicionalmente, el Ministerio ucraniano también ha pedido que se termine por completo la cooperación con Rusia en el campo de las tecnologías nucleares, pero también que se limiten los derechos y privilegios de Moscú en la IAEA.
Continuando con Moscú, el Ministerio de Defensa sostiene que Ucrania está “tramando una provocación a gran escala para acusar a Rusia de una supuesta ‘violación flagrante’ de la Convención sobre Seguridad Nuclear” antes del comienzo de la 11ª sesión especial de emergencia de la Asamblea General de Naciones Unidas.
El Ministerio defiende que “la provocación” tiene como objetivo culpar al ejército ruso de los “ataques indiscriminados en instalaciones radioactivamente peligrosas en Ucrania que causan fugas de sustancias radioactivas y la contaminación del terreno”. En este sentido, aseveran que las autoridades ucranianas han entregado varios contenedores con sustancias radioactiva desde un país europeo a Ucrania sin pasar por el control aduanero. Posteriormente, “se supone que estas sustancias se utilizarán para contaminar localmente el terreno de una instalación radioactivamente peligrosa controlada por Kiev”.
Para concluir, el jefe del Comité de Investigación de Rusia, Alexander Bastrykin, ha aseverado en una entrevista con la agencia TASS que la investigación conducida sobre el “ataque terrorista” en el puente de Crimea el 8 de octubre de 2022 ha demostrado que los servicios especiales ucranianos estuvieron detrás del mismo. Así, ha incidido en que 12 personas involucradas ya han sido identificadas y que 8 ya están bajo custodia.
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