La localidad de Krasna Hora ha sido tomada por efectivos de Wagner Group en las últimas horas. La situación en Bakhmut se complica un poco más para los defensores, mientras las cifras de bajas en esta fase de la guerra podrían ser las más altas en lo que llevamos de conflicto. Ucrania, por su parte, ha probado recientemente un nuevo modelo de drone suicida de largo alcance que sigue la estela de los Shaheed iraníes empleados por Rusia y podría permitir a Kiev llevar la guerra al territorio de esta última con más intensidad de lo que lo ha hecho hasta ahora. Mientras tanto, se especula con el discurso que el martes 21 pronunciará Putin, en un día en el que Suiza ha congelado más de 19.000 millones de dólares en activos rusos.
La guerra de Ucrania sigue en constante evolución, incluso a pesar del estancamiento que sugieren los mapas. Según algunas fuentes, con la ofensiva rusa ya comenzada -algo que no todos creen- se estarían produciendo las cifras de bajas diarias más altas desde el inicio de la contienda, superando de largo en algunas de las últimas jornadas el millar del lado ruso.
Eso es, al menos, lo que dice el Estado Mayor ucraniano, que ofrece datos que pueden -y deben- cuestionarse en términos absolutos, pero cuyas variaciones sí se ajustan bastante bien a lo que se puede extraer de los vídeos e imágenes que llegan del campo de batalla. Es decir, que aunque la cifra de bajas pueda no ser exacta o estar inflada, sube o baja diariamente en función de la intensidad de los enfrentamientos de la jornada anterior.
De esta forma, si ayer hablábamos de cómo Rusia lejos de acomodarse o perder espíritu combativo dadas las enormes bajas, estaba introduciendo mejoras constantes y adaptándose en lo posible a los cambios en el campo de batalla, tanto estratégicos como doctrinales o tecnológicos (por no hablar de la forma magistral en la que está haciendo frente a las sanciones), los ucranianos en absoluto se quedan atrás.
Pese a ello, al analizar esta guerra se produce un fenómeno muy curioso. Por una parte, cuando hablamos de Rusia partimos de una situación determinada por la sobreinformación. Es así dado que existía muchísima más «información» (entrecomillamos el término porque mucho de lo que creíamos saber, ha resultado o ser falso, o estar exagerado) sobre la estrategia, el nivel operacional o la táctica rusas, así como sobre sus desarrollos. Al fin y al cabo, centenares de analistas han estudiado hasta el más mínimo detalle cada uno de estos aspectos no en los últimos años, sino en el último siglo.
Del lado ucraniano no ocurría lo mismo, en absoluto. Por supuesto, desde la guerra del Donbás ha existido cierto interés en los desarrollos ucranianos, como ocurre con el uso de drones, pero no tanto por su doctrina o por los cambios introducidos en sus Fuerzas Armadas para hacer frente a un conflicto congelado, del que el Mundo terminó de olvidarse hasta los últimos meses de 2021.
De esta forma, a la hora de analizar la forma en que se está desarrollando la guerra de Ucrania, tendemos siempre a hablar de los errores rusos, como los que en los últimos días han costado más de una treintena de vehículos y numerosas vidas en Vuhledar (lo que casi garantiza el título de «De la Guardia» a la 155ª rusa) que de los aciertos ucranianos, más difíciles de aprehender.
Sin duda, una vez el conflicto termine y pueda analizarse con calma lo ocurrido, se irá haciendo justicia a los ucranianos, que lejos de adoptar a ciegas las doctrinas OTAN -algo por lo demás imposible, como hemos explicado alguna vez, dada la diferencia abrumadora de medios-, han ido adaptándose y haciendo de la necesidad virtud para sacar el mayor partido a sus fortalezas, mientras intentaban corregir o minimizar sus debilidades.
En algunos casos, como ocurre con el uso dado a las armas de precisión, tanto contracarro, como de largo alcance, hemos comenzado a hacer un análisis previo de lo visto. Lo mismo con las comunicaciones y el mando y control, para el que han sabido aprovechar las posibilidades que brinda por ejemplo Starlink. También, sin ir más lejos, hemos hablado sobre la forma en que han sabido sacar partido a la superioridad táctica, gracias al conocimiento del terreno, el aprovechamiento de la mayor movilidad y ligereza, de los drones para ISR, etc.
Pese a ello, queda mucho análisis por hacer, ya que se sabe muy poco -y deducir únicamente en base a lo observado hasta ahora aquí no sirve, pues harán falta entrevistas y apertura de archivos- sobre los planes reales del Estado Mayor ucraniano y sobre cómo estos han ido cambiando por la acción rusa (el choque de voluntades) o se han visto afectados por determinados acontecimientos como las luchas internas o la aprobación o no de determinada ayuda extranjera. También, en relación con esto último, sobre los entresijos de algunos desarrollos como los drones de largo alcance sobre los que se han visto hoy las primeras imágenes y que buscarían emular lo que Rusia consigue con los Shaheed iraníes.
Incluso en los casos más obvios, como el del uso de drones COTS para lanzar granadas, hostigar, observar o marcar objetivos a la artillería se ha avanzado tanto en un plazo tan corto, que resulta difícil hacer -y sería erróneo hacerlo en caliente- un análisis decente. No hay más que ver cómo han cambiado las cargas o cómo han mejorado en cuanto a control para entender que esto no va solo de adquirir o recibir por donación un cuadricóptero un poco más avanzado, sino que implica una doctrina, numerosas pruebas y un aprendizaje continuo sobre del que habrá que investigar.
Lo mismo podría decirse de la forma en que desde los días previos a la guerra Ucrania ha sabido -con ayuda- contrarrestar las capacidades cibernéticas de Rusia o hacer frente a sus capacidades de Guerra Electrónica, que se habían demostrado hasta entonces netamente superiores, provocando la aparición de numerosos estudios en diversos think tanks occidentales tras algunos hechos bastante preocupantes o la inclusión de mejoras técnicas en algunos sistemas en uso en los ejércitos OTAN por lo que pudiese pasar en caso de crisis.
Así pues, al menos durante un tiempo y mal que nos pese, será mucho más sencillo hablar de los errores rusos, dado que hay cierto corpus en base al que juzgar lo que hacen bien o mal incluso de acuerdo a su propia doctrina, pero mucho más difícil valorar la magnitud de los éxitos ucranianos o la causa de algunos fracasos y errores, dada la relativa falta de datos. Y pese a ello, que Ucrania haya logrado -ayuda mediante- llegar tras un año de guerra a la situación en la que está, sigue siendo tan meritorio como sorprendente y fascinante a un tiempo, lo que garantiza que será estudiado y que habrá un análisis exhaustivo de lecciones aprendidas.
Dicho todo esto, toca bajar un día más al terreno, para ver cómo ha cambiado la situación en las últimas horas, comenzando por el norte. Con los movilizados formados en los últimos meses entrando en combate, Rusia está pudiendo lograr algunos avances tanto en el área de Troits’ke-Svatove-Kreminna en dirección oeste, como también en Bakhmut.
No obstante, por el momento tal y como era de prever, no hay nada parecido a avances en profundidad, sino más bien una presión constante a lo largo de todo el frente. Es, en la zona septentrional, en torno a Kreminna donde más se está notando, con las tropas rusas encabezadas por las VDV y milicianos BARS acercándose en dirección a Tors’ke y Zarichne y con ello al río Zherebets. También se han vuelto a lanzar ataques en dirección a Serebryanka a través de los bosques al sur de Kreminna y a Bilohorivka.
En Bakhmut, la situación ha seguido un día más complicándose para los defensores, a pesar de las declaraciones de ayer del Jefe del Estado Mayor ucraniano, hablando de estabilización. En las últimas horas efectivos de Wagner han culminado la conquista de la parte urbana de Krasna Hora, al norte de Bakhmut, mientras avanzan hacia el oeste en dirección a la carretera E40.
El problema de estos avances es que aunque la toma de tal o cual localidad pueda parecer importante, al ritmo en que se producen las Fuerzas Armadas ucranianas tienen tiempo de sobra para retirarse a posiciones más retrasadas preparadas de antemano, salvando tanto hombres como material. De esta forma, el único efecto práctico es combatir apenas uno o dos kilómetros más allá.
Incluso la caída de Bakhmut, por más que fuese importante para que Rusia tuviese un punto de partida de cara a nuevos ataques en el futuro, supondría a estas alturas un éxito muy limitado y difícilmente cambiaría la dinámica propia de la actual guerra de posiciones. Dicho de otra forma, incluso en posiciones tan comprometidas como lo está ahora mismo Paraskoviivka, junto a Krasna Hora y prácticamente rodeada, los embolsamientos o «calderos», son prácticamente imposibles. De ahí que Rusia esté apostando no por buscarlos, como hiciera en parte en el pasado, sino por cambiar bajas por bajas, sabiendo que el elemento humano es mucho más importante para Ucrania que para el Ejército ruso tras las movilizaciones.
Además de en Krasna Hora, en esta zona se ha combatido hoy en el noreste de Bakhmut y nuevamente a este y oeste de Ivanivske, pese a lo cual son ya días sin avances rusos constatases en dicha área, complicándose los ataques por la ventaja que la orografía confiese a las AFU. Y es que al igual que ha ocurrido recientemente en Vuhledar, los intentos por evitar el combate urbano, rodeando algunos núcleos de población, hacen bastante previsibles los ejes de avance rusos, lo que a la postre está costando también un altísimo número de bajas. Más allá de esto, se ha rumoreado en las redes sociales que habría un grupo de «saboteadores» (AKA SOF) rusos en el interior de Bakhmut, debido a lo cual a partir de mañana la ciudad se cerrará a reporteros, civiles y personal humanitario, dado el riesgo de que se produzcan combates en zonas céntricas. Esto, obviamente, también puede interpretarse como una maniobra de las AFU para que dejen de trascender noticias desde esta urbe, por lo que pueda pasar.
En los alrededores de Donetsk, hoy se han registrado combates en el noroeste, concretamente Avdiivka y en dirección a Permovais’ke, así como en Mariinka (con ligero avance ruso) y hacia Pobjeda, al sur de esta. También en Vuhledar habrían vuelto a producirse enfrentamientos, aunque la mayor parte de la información que ahora se hace pública es en realidad de días atrás.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Al tratarse de una jornada dominical, el día 354º de guerra ha transcurrido sin grandes noticias a nivel institucional y diplomático. Algo que es también fruto lógico de la intensidad de los anteriores, marcados por la cumbre del Consejo Europeo a la que asistió el presidente Zelenski en Bruselas.
No obstante, cabría esperar que esta semana próxima volvamos a ser testigos de numerosas declaraciones y comunicados, quizá incluyendo avances en lo que al envío de armas a Ucrania se refiere, dado que tendrán lugar dos reuniones importantes. De un lado, la novena reunión del Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania, más conocido como grupo de Ramstein en el Cuartel General de la OTAN en Bruselas el martes 14 de febrero. De otro, este mismo día comenzará la reunión de dos días de los ministros de Defensa de la OTAN. Además, a medida que se acerque el día 24 de febrero cabe esperar precisamente que la actividad institucional y diplomática vaya in crescendo.
El fin de semana, sin embargo, no ha sido óbice para que en las últimas horas conversen el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, y su homólogo estadounidense, el secretario de Defensa, Lloyd Austin. Precisamente, ha sido una llamada que se ha centrado en las prioridades para el Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania, incluida la defensa aérea y la artillería. También han discutido sobre la importancia de que las capacidades prometidas en la última reunión de Ramstein “se lleven al campo de batalla lo antes posible”. Esto es, entre otras cosas, los carros de combate occidentales.
El asesor de la presidencia de Ucrania, Mikhailo Podolyak, ha subrayado que tiene 3 “soluciones clave” para que el mundo vuelva a la estabilidad:
- Armas de largo alcance para reducir las capacidades de Rusia en el campo de batalla.
- Aumento de las sanciones. La economía mundial tiene que vivir sin Rusia.
- Tribunal especial. Putin y su séquito deben perder la inmunidad. La responsabilidad penal es crucial.
Sobre la ayuda militar a Ucrania, el movimiento NAFO Fellas ha logrado enviar un total de 139 vehículos a Ucrania, los últimos 11 llegaron a Kiev el pasado viernes 10 de febrero.
Asimismo, la Fundación “Come Back Alive” a la que hemos hecho referencia en numerosos informes ha recaudado 6.000 millones de grivnas (153.671.400 euros) desde que comenzó la invasión gracias a las contribuciones de casi 2 millones de donantes. Entre otros, han logrado donar 510 camionetas para los soldados ucranianos o inaugurar una estación móvil de control de drones en un minibús adaptado.
Por otro lado, los militares ucranianos comenzarán a recibir el entrenamiento para el manejo de los Leopard 2 en Alemania esta semana próxima. Más concretamente, recibirán la formación en el campo de entrenamiento de Münster en Baja Sajonia, donde las unidades ucranianas están ya adiestrándose en el uso de los IFV Marder.
También, en lo relativo a la ayuda militar, habrían llegado a Alemania los primeros IFV Bradley donados por los Estados Unidos, que serán utilizados antes de entrar en combate, para formar a las tripulaciones ucranianas en este país.
Además de lo anterior, habría sido avistado en Ucrania el primer vehículo de reconocimiento Fennek, con su reducida silueta característica. Este sistema, desarrollado por Alemania y los Países Bajos, servirá a las unidades de exploración ucranianas para hacer ISR en vanguardia, gracias a su movilidad y a su optrónica alojada sobre un mástil extensible, al modo de los VERT españoles.
Adicionalmente, hay que resaltar que, según medios británicos, las armas y vehículos militares británicos podrían fabricarse en un futuro en Ucrania bajo licencia. Según The Telegraph estos planes se habrían discutido en Kiev por parte de representantes de la industria británica, incluyendo el establecimiento de empresas conjuntas para promover la fabricación local del material.
En lo que respecta a las sanciones, Ucrania ha impuesto medidas restrictivas adicionales contra 199 individuos rusos y un ciudadano ucraniano. Este último sería Yurii Chernichuk, antiguo jefe adjunto de ingeniería de la central nuclear de Zaporiyia quien fue despedido el 1 de diciembre de 2022 ya que Energoatom aseveró que colaboraba con las tropas rusas que incautaron la central. Entre los ciudadanos rusos, incluidos los empleados de Rosatom, destacaría Yuriy Ushakov, miembro de la junta de supervisión de Rosatom, además de diplomático ruso y asesor del presidente Putin en temas de política exterior.
El Grupo de Expertos en Sanciones contra Rusia Yermak-McFaul ha señalado que Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda “deberían ponerse al día”. Es decir, endurecer las sanciones contra determinados sectores implementando por ejemplo una prohibición de servicios legales y de tecnología rusos.
Asimismo, el Grupo Yermak-McFaul ha señalado otras sanciones que podrían imponerse contra la industria del oro rusa:
Por otra parte, en Ucrania continúa la lucha contra la corrupción, que sigue siendo una de los mayores problemas para el país. De esta forma, hoy Zelenski ha destituido a Ruzlan Dzyuba, hasta ahora Comandante Adjunto de la Guardia Nacional, aunque no ha ofrecido más información al respecto, más allá de una declaración sobre la necesidad de seguir modernizando las instituciones, procesos y procedimientos.
Para concluir, desde Suiza los medios informan que Credit Suisse ha congelado un total de 19.000 millones de activos rusos Esta cifra equivaldría a un tercio de todos los activos rusos declarados en el país.
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