Guerra de Ucrania – Día 333

Con el frente estancado a pesar de las continuas noticias desde medios rusos y afines sobre avances en Zaporiyia, las noticias más importantes del día han estado relacionadas con las acusaciones de corrupción dentro del Ministerio de Defensa ucraniano, más que con el campo de batalla. También con la polémica en torno al número de bajas de rusos y ucranianos en lo que va de guerra, a propósito de las declaraciones del jefe del Estado Mayor del Ejército noruego, quien ha hablado de 180.000 y 100.000 bajas (sumando muertos y heridos) respectivamente. Más importante que todo ello es el contenido de la declaración conjunta franco-alemana publicada hoy, coincidiendo con el 60º aniversario del Tratado del Elíseo.

En las últimas horas, ha vuelto a discutirse el número de bajas de ambos bandos en los más de trescientos días de guerra. Después de que desde los Estados Unidos hablasen de 188.000 bajas rusas (anteriormente el general Milley había hablado de «mucho más de 100.000 bajas«), sumando muertos y heridos, hoy se ha unido a la discusión el jefe del Estado Mayor del Ejército noruego, país que estima en 180.000 las bajas rusas y en 100.000 las ucranianas, a las que habría que sumar 30.000 civiles muertos (datos estos últimos que contrastan con los de Naciones Unidas, aunque en este caso se trata de muertes confirmadas).

Por supuesto, cualquier cifra es especulativa, aunque para los servicios de inteligencia e incluso para medios OSINT con personal y tiempo suficiente hay formas de hacer estimaciones bastante sólidas, aunque es mucho más sencillo en el caso de las pérdidas materiales. Respecto a las cifras oficiales, solo conocemos las publicadas sobre Rusia por el Estado Mayor ucraniano (en cuanto a personal, ya que Rusia publica datos sobre el material supuestamente destruido a Ucrania).

A día de hoy ascenderían a 120.760 muertos, algo que no casa con ninguna de las estimaciones que hemos ido compartiendo y parece, a todas luces, una exageración. Respecto a las propias, no hay cifras, aunque teniendo en cuenta que en alguna ocasión (más bien en fases concretas, como las luchas por Severodonetsk o Bakhmut) han llegado a hablar de entre 100 y 200 muertos diarios, sin duda serán altas.

Por cierto, que capítulo aparte merece el número de oficiales fallecidos en lo que va de guerra. Del lado ucraniano hay menos datos, aunque alguno trasciende. Del ruso son varias las fuentes que llevan cuenta, hablando de una decena de generales, medio centenar de coroneles, más de un centenar de tenientes coroneles y, en suma, 1.666 oficiales rusos muertos hasta la fecha.

Tan interesante como el número de bajas en ambos ejércitos es el que pueda afectar a los mercenarios de Wagner Group, empresa que hasta antes de comenzar la invasión servía a Moscú para ganar influencia exterior manteniendo la negación plausible y que, dado el protagonismo que ha tomado, será difícil que vuelva a recuperar su papel tras la guerra, en tanto ya es indivisible del Estado ruso. Como sabemos, en los últimos meses distintas fuentes han hablado de reclutas por toda Rusia, incluyendo por supuesto las cárceles, hasta totalizar según las fuentes entre 20.000 y 50.000 mercenarios.

En el caso de los reclusos, las condiciones implicaban servir durante seis meses en Ucrania antes de que su condena quedase conmutada. Hoy se han licenciado 124 mercenarios, que ya han cumplido con su medio año de guerra. Sin embargo, la escueta cifra, por más que mayor a otros grupos anteriores, hace pensar en cifras de bajas exageradas, que posiblemente nunca lleguemos a conocer.

Desde Ucrania hablan de casi un 80% de heridos o muertos, una cifra que podría ser exagerada, por supuesto, pero que si se piensa bien no es particularmente descabellada. No si pensamos en la forma en la que están siendo utilizados, formando grupos de asalto que han de enfrentarse a los ucranianos en combate urbano o en las trincheras.

Más allá de las bajas, hoy ha saltado a la palestra un posible caso de corrupción dentro del ministerio de Defensa ucraniano que afectaría a los contratos relacionados con la alimentación de la tropa. Al parecer, habrían estado adquiriendo alimentos a precios que doblaban e incluso triplicaban los de mercado, en lo que sería un caso de malversación de libro. El Parlamento ucraniano ha convocado a los principales cargos de la institución para que den explicaciones, negando desde el ministerio cualquier caso de corrupción. Pese a esto, por de pronto se ha defenestrado al viceministro de infraestructuras, Vasyl Lozynkiy, a la espera de más datos.

Lo importante del caso no es que se produzcan casos de corrupción –no olvidemos que Ucrania es uno de los países más corruptos del continente-, sino que en esta ocasión se están aireando y se están intentando depurar responsabilidades. Parece que el país está entendiendo que hay prácticas que no son admisibles y que juegan en su contra, de ahí el esfuerzo en cuanto a transparencia.

Antes de hacer nuestro repaso a las novedades sobre el terreno, es obligado hacer referencia a la noticia aparecida hoy en el diario estadounidense The New York Times, que citando a oficiales de inteligencia estadounidenses y europeos, achacan la oleada de cartas bomba llegadas a distintos puntos de España como Presidencia del Gobierno o la embajada de Ucrania en Madrid, a un grupo supremacista blanco denominado «Movimiento Imperial Ruso» con sede en Rusia. Además, alertan de que podrían volver a producirse hechos similares si se mantiene el apoyo a Ucrania mientras se rastrean las conexiones con otros grupos de corte similar, pero en este caso, españoles.

A colación de lo anterior, no debemos olvidar el uso que Rusia está haciendo de algunas cuentas en redes sociales -algunas de ellas españolas- para defender sus intereses y vender su relato, llegando en las últimas horas incluso a intentar reclutar voluntarios para que luchen en Ucrania como parte de la PMC Wagner Group.

Por último, aunque en las últimas horas también se ha venido hablando del envío de 20 carros de combate T-72B marroquíes a Ucrania, a cambio de los más modernos y capaces Abrams estadounidenses, lo cierto es que no es una información en absoluto nueva, por más que se hayan hecho eco ahora en algunos medios, sino que tiene semanas de antigüedad.

Pasando a lo ocurrido sobre el terreno, la jornada de hoy ha estado carente de grandes novedades. En la zona más septentrional del frente, en la línea Troits’ke-Svatove-Kreminna se ha seguido combatiendo, con ataques rusos en dirección a Kuzemivka llevados a cabo por elementos del 1º Ejército ruso, unidad del Distrito Militar Occidental de la que hemos hablado en varias ocasiones. La intención pasa por evitar que los ucranianos puedan alcanzar las alturas que controlan la T1312, reteniéndolos en Kuzemivka y Kryvashylvka. También se han registrado enfrentamientos al oeste y sur de Kreminna, en dirección a Terny y en el bosque de Serebryanka. Sin novedad.

En torno a Bakhmut, los ataques rusos se han dirigido desde Vasylivka y Bilohorivka en dirección a Vesele, desde Soledar hacia Krasna Hora y desde Pokrovs’ke contra el noreste de Bakhmut. En los canales rusos se habla de avances, pero sigue sin haber evidencia gráfica, por lo que conviene tomarlos por el momento con precaución. Lo mismo en el caso de Klishchiivka y sus alrededores, desde donde siguen llegando vídeos de ataques artilleros ucranianos contra las tropas rusas. En Bakhmut, por cierto, se ha reportado el uso una vez más de municiones termobáricas, quizá de las más eficaces de la guerra, pese a su brutalidad.

Respecto a Donetsk, durante esta ultima jornada los únicos movimientos se han registrado en Mariinka, en donde no dejan de producirse ataques rusos que, pese a todo, no han logrado mover la línea de frente más de 200 o 300 metros al oeste, incluso a pesar del uso de armas incendiarias o carros de combate T-90M, los más modernos en servicio con Rusia.

Respecto a los ataques rusos en la región de Zaporiyia, con la intención de tomar Orihiv, aunque siguen sucediéndose los anuncios rimbombantes y se publican mapas de lo más vistosos, la evidencia de avances rusos es más bien nula. De hecho, los vídeos nos hablan por ahora más bien de pérdidas que de toma de localidades, a la espera de pruebas en sentido contrario.

Mapa de situación de la guerra de Ucrania actualizado a 22 de enero de 2023. Fuente – @War_Mapper.
Mapa de situación de la guerra de Ucrania actualizado a 22 de enero de 2023. Fuente – @War_Mapper.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el Día de la Unidad de Ucrania los discursos del lado de Ucrania han estado enfocados precisamente a poner en valor el 105 aniversario de su declaración de independencia a la que siguió la unificación política y legal del país. El del presidente Zelenski quedaría resumido en que “Ucrania está unida porque es fuerte” y que “Ucrania es fuerte porque está unida”, tras hacer un repaso de las regiones y lugares emblemáticos del país. 

Por otro lado, a nivel institucional tampoco hay que obviar que el ex primer ministro de Reino Unido y actual miembro del Parlamento, Boris Johnson, ha visitado Kiev para reunirse con el presidente Zelenski y visitar las ciudades de Bucha y Borodyanka a las afueras de la capital. Durante su conversación Zelenski y Johnson han intercambiado sus puntos de vista sobre los pasos que podrían darse para ayudar a Ucrania en este momento como, por ejemplo, la preparación de una “cumbre de paz” que el líder ucraniano presentó en la cumbre del G20 en Indonesia en noviembre de 2022. 

El presidente Zelenski tampoco ha dejado pasar la ocasión de trasladarle a Johnson que uno de los puntos de la Fórmula de Paz son las garantías de seguridad para Ucrania y que está seguro “de que la mejor garantía para nosotros [Ucrania] sería la membresía de la OTAN”. En este sentido, ha enfatizado que es importante promover la idea de que Ucrania debe convertirse en un miembro de la Alianza. De igual modo, ha puesto de manifiesto que necesitan más armas como carros de combate, aviones de combate y misiles de largo alcance.

De la misma forma, el debate sobre la decisión de Alemania sobre el envío y/o autorización del envío por parte de socios de los carros de combate Leopard a Ucrania ha seguido y seguirá trayendo cola. El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, no ha dudado hoy en afirmar que Ucrania ganará la guerra “con o sin Alemania”. Declaración en línea con las anteriores en las que afirmaba que formarán una pequeña coalición de países que sí están listos para enviar carros de combate y otro armamento a Ucrania. En relación con este asunto, cabría esperar una visita del ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, a Kiev próximamente, aunque no se conocen más detalles por el momento. 

A colación, también el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, estaría considerando viajar a Kiev para mantener una reunión con el presidente Zelenski y demostrar como miembro del G7 que su país tiene la intención de seguir ayudando a Ucrania. Conviene tener presente que Japón es uno de los alrededor de 40 países que se han alineado con las sanciones de la Unión Europea contra Rusia. 

Mientras tanto, durante la jornada de hoy el canciller Olaf Scholz y el presidente Macron se han reunido para festejar el 60º aniversario del Tratado del Elíseo suscrito entre Alemania y Francia. En su comunicado conjunto reflejan siete objetivos estratégicos en los que quieren trabajar para “construir nuestra Unión Europea para la próxima generación”.

El primer punto se dedica precisamente a “Responder a los cambios en nuestro entorno estratégico y fortalecer la seguridad y la defensa” haciendo referencia en primer lugar a que tanto Francia y Alemania están decididas a defender los valores e intereses europeos y preservar el orden internacional basado en los principios de la Carta de las Naciones Unidas.

A esto le sigue la condena de las acciones de Rusia en Ucrania y la promesa de su apoyo inquebrantable a Ucrania en todos los ámbitos posibles y durante el tiempo que sea necesario. De igual modo, Francia y Alemania apoyan la rendición de cuentas por parte de los perpetradores de los crímenes en Ucrania, pero también respaldan la Fórmula de Paz impulsada por el presidente Zelenski. 

Debemos hacer una pausa pues el Comunicado además de contener referencias a Ucrania también incluye algunas cuestiones importantes para entender la magnitud de los cambios que la Guerra está impulsando en la Defensa europea. Como en más de una ocasión hemos afirmado en esta Revista, las palabras en los documentos políticos y legales no son azarosas, pues pese a ser simplemente “palabras” reflejan el resultado de negociaciones -más o menos tediosas- y que, como en este caso, tratan de hacer que el momentum político se mantenga impulsando reformas que durante tiempo habían estado descartadas o no recibían el suficiente apoyo, tema que tratamos a fondo en nuestro primer libro sobre la guerra de Ucrania.

Prueba de ello es que Francia y Alemania están alineándose en temas como la puesta “en marcha de un proceso de toma de decisiones eficaz” en virtud del cual, entre otras cosas, consideran que “debemos ampliar los ámbitos en los que se vota por mayoría cualificada en el Consejo para romper los estancamientos observados, por ejemplo, en determinados puntos de la política exterior y de seguridad común y fiscalidad”. Así pues, abogan el uso de instrumentos contenidos en los Tratados de la Unión como las cláusulas pasarelas y la abstención constructiva, o bien de la cooperación reforzada que no cuestiona el acervo de la UE y estaría abierta a todos los Estados miembros. Todo ello por no decir que ambos países apoyan que se modernice la ley electoral europea, incluida la creación de una circunscripción única en toda la UE con listas transnacionales. 

Asimismo, más allá de que tanto Berlín como París coinciden que su primer desafío será garantizar que Europa sea aún más soberana y se muestren a favor de invertir más en sus respectivas fuerzas armadas y en la industria de defensa con el consecuente impacto positivo en la relación transatlántica, tocan otros temas relacionados e igualmente importantes. No es cuestión baladí que ambas capitales europeas manifiesten por escrito que quieren acercar sus estrategias de defensa y seguridad nacional, y que sus países deben “ayudar a aumentar la capacidad de Europa para defenderse y promover sus intereses, en particular fortaleciendo la cultura estratégica de Europa”. En este sentido, tanto Alemania como Francia defienden que “Es crucial profundizar las capacidades de defensa europeas, incluso para fortalecer el pilar europeo dentro de la OTAN y mediante una cooperación más estrecha entre la Unión Europea y la OTAN”.

Al hilo de lo anterior, no olvidemos que los Estados Unidos y la UE por más que sean aliados también son competidores en algunos sectores como el armamentístico y que Washington podría estar utilizando la guerra de Ucrania para poner palos en las ruedas de la industria de defensa europea. Tanto es así que si Alemania decidiese enviar sus carros de combate Leopard dejaría un vacío que podría ser cubierto por la adquisición de material de fabricación estadounidense. 

Así las cosas, si Estados Unidos incentiva a Alemania a que autorice las exportaciones por parte de otros Estados europeos, Berlín podría terminar dañando a su propia industria. En particular, empresas como Krauss-Maffei Wegmann y Rheinmetall serían las principales afectadas ya que en lugar de que estos países enviasen Leopard 2 a Ucrania adquiriendo mas carros alemanes como reemplazo, se beneficiarían de la donación por parte de Washington de carros Abrams. Es decir, que por más que Estados Unidos pudiese estar actuando para ayudar a Alemania a dar este paso, una decisión positiva podría ir en contra del Mercado Europeo de la Defensa en la medida en que los Estados que disponen de Leopard 2 acaben adquiriendo carros de combate de fabricación estadounidense. Una tendencia que por otra parte se viene produciendo desde tiempo antes de iniciada la guerra. No olvidemos que por ejemplo Polonia, que antes confiaba en los carros germanos, ya ha cerrados dos contratos con Estados Unidos -el último el pasado 4 de enero– para la adquisición de un total de 366 carros de combate Abrams. 

Por ende, y para concluir, esto choca directamente con algunas iniciativas puestas en marchas en el marco de la Política Común de Seguridad y Defensa de la UE y con el objetivo último, el refuerzo de la base tecnológica e industrial de defensa europea. En suma, Alemania no solo tendría que aprobar la reexportación de carros o enviar sus propios carros, sino tratar de supeditar dicho permiso a que se adquiera material alemán o, al menos, europeo.  


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