Tras la oleada de ataques con misiles de ayer, hoy Rusia ha lanzado casi dos decenas de drones sobre Ucrania. En un día en el que la nieve ha cubierto de blanco Bakhmut, los combates han seguido con la misma intensidad que en las jornadas previas. Todo sin que por ello se traduzcan en avances importantes, más allá del cambio de manos de alguna aldea como Dzherelne, al oeste de Svatove y ahora bajo poder ucraniano o entre Opytne y Klischiívka con ligeras ganancias del lado ruso.
Como el lector puede extraer de la entradilla, la guerra sigue estancada y nada hace pensar que a corto plazo esto pueda cambiar, pese a la presión que sufre especialmente Ucrania por dinamizar el conflicto. En una guerra de desgaste como esta, será la economía más que la pericia de los combatientes, la que marque el devenir del conflicto, que se prevé largo.
Del lado ruso, pese a los nubarrones que le acechan sobre el horizonte, ya hemos explicado en alguna ocasión cómo Putin está cambiando la vertical del poder para consolidar su control sobre el país -incluyendo la eliminación de cualquier voz discordante- y cómo ha tomado medidas tanto para acallar a la población civil, como para movilizar la industria de forma que pueda apoyar a sus Fuerzas Armadas mejor que hasta ahora. También consolidando la relación con sus principales socios, como China, aunque en este caso eviten comprometerse en el plano militar.
Del lado ucraniano, aunque Zelenski también toma medidas para controlar el país, en algunos casos polémicas como las que afectan a los medios de comunicación. También de la capacidad de responder con premura a ataques como los de ayer con misiles y hoy con drones, que Rusia lanza contra su infraestructura.
En lo fundamental, en cualquier caso, el futuro de Ucrania sigue dependiendo del apoyo exterior. Este, para mantenerse en el largo plazo implica que alguno de sus principales aliados, como Alemania, siga avanzando en su camino por convertirse en un país «normal», en el sentido de ser estados conscientes de la realidad de las relaciones internacionales, algo que hasta ahora ha supuesto un problema irresoluble y que la guerra de Ucrania está ayudando a cambiar.
Y es que a estas alturas, con el frente estancado, parece que nadie se engaña sobre un hecho fundamental: el flujo de armas a Ucrania debe continuar y de hecho aumentar, especialmente en lo relativo a la artillería, tanto de campaña como antiaérea. No olvidemos que incluso las ofensivas de Járkov y Jersón han visto enormes problemas del lado ucraniano en este ámbito. También de algunos equipos muy especializados como los receptores Starlink, de los que recientemente han recibido un nuevo lote.
Estos último, como el acceso a imágenes de reconocimiento por satélite y, en suma, el acceso al Espacio, es quizá el componente crítico para Ucrania, pues desde el guiado de proyectiles al de los drones o las comunicaciones, entre muchos otros aspectos, dependen de este ámbito. No olvidemos que la disponibilidad de receptores Starlink permitió a Ucrania mantener el mando y control independientemente de los impactos que lograsen los misiles rusos, algo que se ha mantenido.
Mientras tanto, como hemos dicho al principio, los combates continúan sucediéndose con una crudeza que quedará para los libros de historia, con un protagonismo especial para Bakhmut y las localidades cercanas, en donde están pereciendo miles de combatientes de uno y otro lado en los últimos meses, sin que se atisbe el final, pese al desgaste.
Dicho esto, comenzamos el repaso a las novedades diarias por el norte, como es habitual. Allí, se han registrado ataques rusos en dirección a Kolomyichyka y Dzherelne, localidades ambas al oeste de Svatove. Precisamente Dzherelne es posible que esté al menos en parte en poder ucraniano, toda vez que los rusos la habrían bombardeado en las últimas horas. Además, los ucranianos habrían estado bombardeando las vías férreas en Svatove, posiblemente atacando a los refuerzos enviados por Rusia a la zona. Más al sur, en el área de Kreminna, los combates hoy se han centrado en el este de Bilohorivka, sin que haya en ningún caso novedades.
En el área de Bakhmut, los efectivos de Wagner, con apoyo de las tropas rusas, habrían atacado hoy hacia Ivana-Dar’ivka y Spirne, Vesele, Yakolivka, Soledar, el oeste de Opytne y Klishchiívka. No parece haber novedad, salvo quizá por algún pequeño avance en campo abierto en estas últimas zonas.
En Donetsk, se han vuelto a registrar combates en los alrededores de Avdiívka, con Rusia y la milicia tratando de rodear la localidad desde Novoselivka Drusa y Kam’yanka. También, en el área de Pisky, en dirección a Vodyane, desde Staromikhailivka hacia Krasnohorivka y en Mariínka, como viene siendo habitual desde el comienzo de la guerra.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Tal y como estaba previsto, antes de que finalizase el año los presidentes de Rusia y China, Vladímir Putin y Xi Jinping, han vuelto a hablar por videoconferencia. Como resultado de la llamada, han acordado fortalecer su cooperación bilateral en mitad de las “tensiones geopolíticas” y una “situación internacional difícil”.
En palabras de Putin: “Ante las crecientes tensiones geopolíticas, la importancia de la asociación estratégico ruso-china está creciendo como factor estabilizador”. El presidente ruso también ha hecho especial hincapié en que la cooperación militar tiene “un lugar especial” en la relación entre sus países, esperando “fortalecer la cooperación entre las fuerzas armadas de Rusia y China”.
Asimismo, Putin espera que su homólogo chino visite Moscú la próxima primavera pues dicho viaje “demostrará al mundo entero la fuerza de los lazos ruso-chinos en temas clave, se convertirá en el principal evento político del año en las relaciones bilaterales”.
Sin embargo, durante sus intervenciones de apertura que son la única parte de la reunión que se transmite públicamente no se han realizado menciones a la guerra de Ucrania.
Continuando con noticias surgidas desde Moscú, el portavoz del Kremlin Dmitry Peskov ha reiterado que el objetivo principal de Rusia es permitir que los territorios ilegalmente anexionados “ocupen firmemente su lugar digno entre todas las entidades de la Federación Rusa”. De igual modo ha comentado que “El proceso de integración de estas repúblicas (República Popular de Donetsk y República Popular de Lugansk) en el espacio legal, económico, social y de seguridad de Rusia está en pleno apogeo”. Hoy además en sendas autoproclamadas repúblicas se ha adoptado una nueva constitución para cada territorio.
Del lado de Ucrania, Denys Shmyhal, primer ministro de Ucrania, ha confirmado que durante los 10 meses que han transcurrido desde que comenzó la guerra, el país ha captado más de 31.000 millones de dólares en ayuda. Asimismo, las gestiones del Gobierno y del Ministerio de Finanzas han permitido posponer el pago de la deuda externa durante dos años y se han recaudado casi 200.000 millones de grivnas (5.107 millones de euros) procedentes de la emisión de bonos de guerra.
No obstante, según la valoración realizada por el Gobierno ucraniano junto con el Banco Mundial y la Comisión Europea, Ucrania necesitará más de 700.000 millones de dólares en fondos para la reconstrucción. El pasado junio la cifra se fijó en 350.000 millones. Pese a ello, ya se han logrado restaurar 15.000 infraestructuras de todo tipo dañadas, incluyendo puentes, viviendas, escuelas, guarderías e instituciones médicas, si bien 10.000 más aun precisan ser reparadas.
En otro orden de cosas, a nivel energético hay que reseñar que la última línea que ofrecía suministro eléctrico a la planta nuclear de Zaporiyia se desconectó anoche de la red eléctrica debido a los bombardeos, con lo que no podrá operar con seguridad hasta que el suministro se restituya.
De otro lado, Shmyhal ha informado que durante la guerra el Gobierno ha asignado más de 1,2 billones de grivnas (30.645 millones de dólares) para el sector de seguridad y defensa. Además de aumentar los pagos al personal militar se han destinado más de 250.000 millones de grivnas (6.384 millones de euros) para la compra y modernización “de armas y equipos que destruyen efectivamente a los ocupantes”. El primer ministro ha recordado también que han concluido contratos a largo plazo destinados a la producción de armas para Ucrania y que serán financiados por los gobiernos de Estados Unidos, Alemania, Dinamarca, Gran Bretaña, Países Bajos, Noruega y otros socios durante los próximos 2-3 años.
En lo que concierne a la ayuda, durante la jornada de hoy también se ha confirmado la recepción del tercer lote de terminales de Starlink enviado por Polonia.
Por su parte, el Ministerio de Sanidad ucraniano confirma que a través de la plataforma gubernamental United24 han recaudado más de 1.000 millones de grivnas (25,5 millones de euros) para la adquisición de material y equipos médicos. Por ejemplo, gracias a las donaciones han podido adquirir, entre otras cosas, 133 ambulancias, 12 vehículos de evacuación, 81 mesas de operaciones, y decenas de dispositivos de ventilación pulmonar.
También continúan los esfuerzos por recabar más ayuda en lo que a las labores de desminado se refiere. Además, y en relación con esto, el Ministerio de Reintegración de los Territorios Temporalmente Ocupados de Ucrania ha firmado un memorando de cooperación con la organización no gubernamental Norwegian People’s Aid (NPA) que prevé entre sus acciones la de informar a la población sobre los peligros de los explosivos, realizar campañas conjuntas de seguridad, así como ejercicios para que los ucranianos se familiaricen con las reglas de protección y entrenamiento durante los conflictos.
A colación, el secretario de Defensa de Reino Unido, Ben Wallace, así como el primer ministro Rishi Sunak, han anunciado la donación de más de 1.000 detectores de metales Vallon y cien equipos de desactivación de minas y artefactos explosivos.
En otro orden de cosas, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, también ha insistido hoy en la necesidad de suministrar más armas a Ucrania: “Hago un llamamiento a los aliados para que hagan más. Está en todos nuestros intereses de seguridad asegurarnos de que Ucrania prevalezca y Putin no gane”. Asimismo, ha precisado que es casi más importante proveer a Ucrania de municiones y repuestos para los sistemas que ya están en funcionamiento.
Por último, el jefe de la Oficina de la Presidencia de Ucrania, Andriy Yermak, ha visitado el Cuartel General de Coordinación sobre el tratamiento de los prisioneros de guerra y ha mantenido una reunión con militares ucranianos liberados del cautiverio ruso.
Entre otras cuestiones, Yermak ha enfatizado la importancia del trabajo del Cuartel pues considera que prácticamente no existe ninguna organización internacional que pueda visitar los lugares de detención de los prisioneros ucranianos y, por ende, monitorear su estado de salud ni controlar las condiciones de su estancia en dichos centros. Además, ha precisado:
“Nosotros [Ucrania] no aceptamos lo que escuchamos del Comité Internacional de la Cruz Roja. Es imposible que en el siglo XXI haya campos de concentración en el centro de Europa, y están esperando meses para que les den la aprobación para llegar y verificar las condiciones”.
Desde el inicio de la invasión el 24 de febrero de 2022, se ha logrado la liberación de 1.456 prisioneros de guerra ucranianos. Sin embargo, se desconoce el número total de prisioneros rusos que han sido liberados en los sucesivos intercambios.
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