La última jornada de guerra en Ucrania hasta la fecha ha estado protagonizada, como no podía ser de otra forma, por la visita de Volodímir Zelenski a los Estados Unidos y su intervención en el Congreso del que es su principal aliado. Aun así, se han producido más hechos importantes, como el ataque artillero ucraniano con munición de precisión que ha terminado el ex viceministro ruso Dmitry Rogozin herido, o la confirmación de que las tropas rusas habrían sido expulsadas de Opytne, al sur de Bakhmut.
Antes de empezar con el análisis de lo acaecido sobre el terreno, nos gustaría responder a una duda recurrente entre los lectores. En más de una ocasión nos han preguntado acerca de una pequeña maldad que en alguna ocasión hemos compartido en nuestra cuenta de Twitter, esto es, que Rusia es el «mayor donante de armas a Ucrania». Ciertamente lo es, al menos a título individual.
Si atendemos a los datos más fiables disponibles, que siempre son los confirmados visualmente, como los que proporciona Oryx, tenemos que, únicamente en el caso de los carros de combate, Ucrania ha capturado 534 unidades al Ejército ruso o las milicias hasta el día de hoy, frente a los 252 entregados por los aliados de Ucrania a las AFU (según el Instituto Kiel).
En el caso de los obuses, se han entregado 197 unidades de distintos tipos, en oposición a los 196 capturados, entre remolcados y autopropulsados. Si hablamos de MLRS, Ucrania ha capturado 51, mientras que ha recibido por el momento 38 de parte de sus aliados.
Por supuesto, una parte del material capturado seguramente no haya podido ser devuelto al servicio, aunque también es posible que no todo lo que Ucrania ha obtenido del Ejército ruso esté contabilizado, lo que quizá iguale la cuenta. Para otros tipos de vehículos y plataformas, además, es más difícil llevar la cuenta.
Así por ejemplo, Ucrania habría capturado 580 vehículos de combate de infantería o 535 camiones y 4×4 ligeros, pero no hay datos demasiado exactos de los recibidos, pues países como España son muy poco transparentes al respecto. Pese a ello, hay razones para pensar que a título individual, efectivamente Rusia ha hecho más (involuntariamente, como es lógico) por equipar a las Fuerzas Armadas ucranianas que ningún otro país. Además, hay muchos otros activos, desde documentos a municiones o incluso vituallas que Ucrania ha capturado en este tiempo y que han servido para su abastecimiento o para mejorar su capacidad de infligir daño a Rusia de una u otra forma.
Eso sí, tampoco conviene olvidar que Rusia también ha capturado material ucraniano durante estos meses, lo que ayudaría en parte a equilibrar la balanza, aunque las mismas fuentes demuestran que esto se habría producido en mucha menor medida.
Un tema que nos lleva al de las bajas. Hoy, según los datos que ofrece el Estado Mayor ucraniano, Rusia habría superado la barrera de los 100.000 muertos desde el inicio del conflicto, hace 302 días. La cifra, sin duda está abultada y choca frontalmente con las que manejan algunos de sus propios aliados, que hablaban en noviembre de 100.000 bajas, sí, pero sumando muertos y heridos.
Esta segunda cifra parece mucho más factible que la primera, aunque desde principios del mes pasado podría haberse incrementado en buena medida, debido a la batalla de desgaste que se está luchando en Bakhmut y alrededores, región convertida en una auténtica «kill zone» por parte de Wagner Group seguramente por las razones que hemos explicado días atrás.
Aun así, más de 100.000 bajas en menos de 10 meses de conflicto supone ni más ni menos que más de la mitad del personal movilizado previamente a la invasión habría quedado apartado de la guerra (aunque una fracción de las bajas podría haber vuelto a luchar, pese a que la sanidad militar rusa se ha demostrado bastante deficiente). Unas pérdidas que como explicamos en nuestro segundo libro, explican el colapso de Járkov.
Dicho todo lo anterior, y pasando ahora sí a lo ocurrido en las últimas horas sobre el terreno, en la línea Troits´ke-Svatove-Kreminna, se han producido ataques rusos en dirección a Kuzemivka y Stel,makhivka, ambas localidades al noroeste de Svatove, así como hacia Ploshanka y Chervonopopivka, al norte de Kreminna, zona a la que Rusia estaría llevando refuerzos, como los T-90M vistos ayer.
Entre Lysychansk y Bakhmut los únicos documentos gráficos aparecidos hoy sirven para confirmar que los ucranianos habrían logrado expulsar, al menos momentáneamente, a los efectivos de Wagner del sur de Bakhmut, concretamente de Opytne. No hay más que atender a la forma en que se mueven, para entender que no hay una amenaza inmediata, lo que implica, dado que están en el centro de la localidad, que no hay enemigos en las calles aledañas. Pese a ello, las fuentes ucranianas hablan de ataques rusos rechazados en las zonas de Berestove, Yakolivka, Soledar, Bakhmut y Kurdyumivka, así como de combates al norte y oeste de Gorlóvka.
En Donetsk se habrían producido enfrentamientos en el norte de Avdiívka, en Pisky y hacia Nevels’ke y en Mariínka. Lo más sorprendente del día, no obstante, ha tenido que ver con el bombardeo ucraniano sobre el centro de Donetsk en el que ha sido alcanzado el restaurante en el que se encontraba el ex viceministro ruso de Defensa e Industria Espacial, Dmitry Rogozin, quien habría resultado herido por la metralla, según ha confirmado la agencia rusa de noticias Tass.
A diferencia de los bombardeos ucranianos habituales en Donetsk, que parecen tener como objetivo en muchas ocasiones la simple represalia -en otras se han alcanzado objetivos militares rusos o milicianos-, en este caso parece que tras un chivatazo o una labor bastante buena de sus servicios de información, se han servido de munición guiada de 155mm para lanzar un ataque lo más quirúrgico posible.
No ha sido la única noticia de este tipo hoy, pues en la región de Jersón, concretamente en la aldea de Lyubimovka, un colaboracionista ruso, Andrey Shtepa, ha sido asesinado mediante una bomba instalada en su vehículo, que tras la explosión ha ardido, como se puede ver en el siguiente vídeo.
Por último, y como curiosidad, hoy ha llegado de Ucrania un vídeo que recoge lo que podría ser el primer uso de un drone para rescatar a otro abatido. Por supuesto, por el momento no tiene ninguna significación más allá del hecho de que los ucranianos han podido recoger del campo de batalla un cuadricóptero que posiblemente podrán devolver al servicio, pero el hecho queda ahí como antesala del uso de drones para muchas otras tareas además de la observación o el ataque. Algo sobre lo que se trabaja desde hace mucho, por otra parte, especialmente en lo relativo al transporte de suministros o incluso la realización de MEDEVACs en el caso de los UGV.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
La sección institucional del informe de hoy debe comenzar con la intervención del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en el Congreso de Estados Unidos durante su visita a Washington.
En su discurso ha agradecido la ayuda proporcionada por Estados Unidos y sus ciudadanos subrayando que Ucrania no ha caído y que “esta batalla no se puede congelar ni posponer” ni tampoco “ignorarse con la esperanza de que el océano u otra cosa brinde protección”. Sin embargo, ha compartido con los estadounidenses su “primera victoria conjunta: derrotamos a Rusia en la batalla por las mentes del mundo. No tenemos miedo. Ni nadie en el mundo debería tenerlo”. En este sentido, ha comentado que los estadounidenses y europeos han obtenido esta victoria uniendo a la comunidad internacional y siendo más fuerte e independiente que nunca respectivamente, y que “la tiranía rusa ha perdido el control sobre nosotros y nunca volverá a influir en nuestras mentes”.
Por supuesto, ha pedido más ayuda militar siendo sincero al afirmar que, por ejemplo, la artillería con la que cuentan no es suficiente y que Rusia sigue teniendo muchos más misiles y aviones de combate que los que Ucrania ha tenido nunca. De igual modo, la cuestión humanitaria especialmente ligada a la situación de la infraestructura crítica ucraniana ha estado presente pues millones de personas como ha señalado pasarán la Navidad sin luz, calefacción ni agua corriente. También ha hecho hincapié en que ya han propuesto su «Fórmula de Paz» que pretenden implementar, un concepto que seguramente choque con las referencias a una «paz justa» hechas por Biden.
Además, al agradecer la ayuda financiera el Presidente les ha enfatizado a los congresistas y senadores que “Su dinero no es caridad, es una inversión en seguridad global y democracia que manejamos de la manera más responsable”. Con esta última frase podríamos entender que está tratando de acallar las preocupaciones entre los representantes americanos. Aun así, el Servicio de Investigación Criminal de Defensa de Estados Unidos (DCIS) fortalecerá la supervisión de los contratos aprobados bajo procedimiento acelerado para ayudar a Ucrania para garantizar la trazabilidad del armamento y su buen uso.
Su intervención finalizó haciendo entrega de la bandera que los combatientes en Bakhmut le habían pedido que hiciese llegar al Congreso.
Zelenski, además de dirigirse a ambas cámaras del Congreso de EE. UU., ha mantenido una serie de rondas negociadoras y conversaciones bilaterales sobre cómo contrarrestar “el terrorismo ruso” y restaurar la infraestructura energética ucraniana destruida. Al término de estas, Zelenski ha sido claro al afirmar que EE. UU. y Ucrania han “alcanzado el nivel de una alianza real, que está 100 % llena de contenido real”.
Desde Rusia la visita del presidente Zelenski a Washington ha sido vista como un medio para obtener más ayuda militar demostrando así que tanto “él y sus aliados estadounidenses no estaban luchando por la paz”.
Según el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, Moscú no ha escuchado “los llamamientos reales a la paz” durante la visita de Zelenski a Estados Unidos, pues considera que Washington está decidido “a luchar de facto e indirectamente con Rusia hasta el último ucraniano”. Además, ha criticado el “bárbaro bombardeo de edificios residenciales” llevado a cabo por las AFU en las áreas ocupadas por Rusia en el este del país.
El presidente Biden por su parte, y durante la rueda de prensa ofrecida con su homólogo ucraniano precisó que desde el inicio de la invasión han “proporcionado un flujo constante de armas, incluidos sistemas de defensa antiaérea, armas de artillería y más” y que no lo han hecho solos. En particular, ha subrayado que más de 50 estados se han comprometido a transferir casi 2.000 carros de combate y blindados, más de 800 sistemas de artillería, más de dos millones de proyectiles de artillería y más de 50 lanzacohetes modernos, entre otras cosas.
Mientras tanto, el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, ha hablado por teléfono con su homólogo americano, el secretario de Defensa Lloyd Austin, sobre el último paquete de ayuda militar, agradeciéndole especialmente el envío del sistema Patriot. Asimismo, los secretarios de Defensa de Estados Unidos y Reino Unido han hablado por teléfono en las últimas horas para reafirmar su cooperación en defensa y su esfuerzo para apoyar a Ucrania.
Estados Unidos impone sanciones a 10 entidades navales rusas como respuesta a las operaciones navales rusas contra los puertos ucranianos, incluidos aquellos que proporcionan alimentos y cereales muy necesarios para el mundo.
Hablando de puertos, por primera vez en la historia de Ucrania desde que se convirtió en un estado independiente, desde el Fondo de Propiedad Estatal ucraniano se está preparando la privatización del puerto marítimo comercial de Ust-Dunaysk. La subasta se efectuará el 17 de enero y el precio inicio inicial será de 60 millones de grivnas.
Continuando con los puertos ucranianos, en los últimos días, 5 barcos que transportaban 221.000 toneladas de productos agrícolas han partido de los puertos de la Gran Odesa con rumbo a África y Asia. Desde el 1 de agosto, 574 barcos han logrado dar salida a 14,6 millones de toneladas de alimentos.
En relación con Ucrania, Rusia y los Estados Unidos, por cierto, el Senado estadounidense ha votado hoy por unanimidad una propuesta para transferir los activos decomisados a los oligarcas rusos a Ucrania, como forma de costear la reconstrucción. La medida, si llega a implementarse en algún momento, más allá de la inyección de fondos a Ucrania, abriría las puertas a otro debate más peliagudo: qué hacer con los activos confiscados o congelados del Estado ruso en el extranjero.
Una cifra que asciende a cientos de miles de millones de dólares y de la que ya se ha hablado alguna vez, por ejemplo en la UE, en donde están buscando la forma de hacer que puedan ser empleados también para la reconstrucción de Ucrania. El problema es que sentaría un precedente bastante peligroso, que podría volverse en el futuro en contra de algunos Estados miembros, en determinadas situaciones.
Además, asestaría un golpe a la confianza internacional -no solo rusa- sobre la UE como lugar seguro en el que depositar fondos y, por supuesto, sobre el orden internacional basado en reglas que la propia UE afirma defender. Es pues un problema complejo que necesita -de ahí las enrevesadas negociaciones- de mucha meditación.
Durante su camino de vuelta a Ucrania, el presidente Zelenski ha aprovechado para reunirse con su contraparte polaca, Andrzej Duda, en la ciudad de Rzeszów. Le ha agradecido el apoyo que Polonia y sus ciudadanos han prestado a Ucrania y han discutido sobre los planes estratégicos para el futuro, su agenda relativa a su relación bilateral y la cooperación a nivel internacional para el próximo año. Por mencionar cuestiones más específicas, han dialogado, entre otras, sobre el fortalecimiento de las capacidades de defensa de Ucrania y de la situación de los refugiados ucranianos.
Pasando a la ayuda militar, Dinamarca destinará 300 millones de coronas danesas (42 millones de dólares) para la compra de armas y equipos a Ucrania a través del Fondo Internacional para Ucrania (IFU).
Croacia además planea proporcionar a Ucrania 3 millones de euros para labores de desminado y, en particular, vehículos especiales para llevar a cabo esta tarea.
Por su parte, la Fundación benéfica de Dmitry Hovorenko “Hovor Help” junto con el Ministerio de Defensa de Ucrania han lanzado una campaña para recaudar 20 millones de grivnas para adquirir drones kamikaze.
De otro lado, el G7 ha movilizado hasta 32.000 millones de dólares en apoyo presupuestario y económico para Ucrania el próximo año 2023, incluyendo 19.000 millones que serán suministrados por la UE.
Asimismo, a última hora de ayer la Comisión Europea uniéndose a la campaña #LightUpUkraine anunció que están movilizando la entrega de 900 generadores a Ucrania, incluidos sus hospitales. La presidenta Ursula von der Leyen también recordó que están enviando bombillas de bajo consumo como parte de su compromiso con el sector eléctrico ucraniano.
En las últimas horas también se ha anunciado por parte de Von der Leyen y de Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, que el 3 de febrero de 2023 tendrá lugar una cumbre UE-Ucrania si bien aun no se ha decidido dónde tendrá lugar. De igual modo, desde la UE han confirmado que “hay una invitación abierta al presidente Zelenski para visitar Bruselas”. Sobre esto, no han sido pocos los que han hecho hincapié en que el hecho de que el líder ucraniano haya elegido EE. UU. como su primera salida de Ucrania desde que comenzó la guerra – y posteriormente se haya reunido con el presidente de Polonia – es una clara señal hacia los Veintisiete.
Para concluir y a modo de seguimiento, el director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA), Rafael Mariano Grossi, y la compañía estatal rusa de energía nuclear Rosatom han comentado hoy que continúan las negociaciones para la creación de una zona de protección y seguridad alrededor de la central nuclear de Zaporiyia en Ucrania. Rosatom ha afirmado que las posiciones de ambas partes están “cercanas” entre sí.
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