Las combates se concentran en el Donbás, desde donde llegan imágenes espeluznantes, especialmente de los alrededores de Bakhmut y al este de la ciudad. El cambio de estrategia ruso, que comenzó con la llegada de Surovikin, parece estar dando sus frutos, si no para ganar terreno, sí para frenar el impulso ucraniano y ganar el tiempo suficiente como para prepararse de cara a la primavera y, como sugieren las palabras de Putin, una guerra larga. Del otro lado, la ayuda a Ucrania sigue afluyendo con intensidad, lo que no significa un cheque en blanco ni financiero, ni en cuanto a tiempo.
En las últimas horas, los enfrentamientos más intensos están teniendo lugar en Bakhmut, con especial incidencia en la parte oriental de la ciudad, en donde los rusos mantienen posiciones en la avenida Patrisa Lumumby, en la fábrica SINIAT y en el vertedero, y desde donde intentan avanzar bajo la cobertura de su artillería, que en esta región mantiene superioridad en cuanto a bocas de fuego.
Se desconoce el número de bajas de unos y otros, pero hay quien sostiene que pueden ser perfectamente de 500 al día para cada uno de ellos (sumando muertos y heridos), en lo que sería una de las fases más sangrientas en lo que va de guerra. Lo interesante del caso es que, a pesar de que el gran problema ruso en este conflicto ha sido el humano -falta de personal-, estén buscando desgastar a Ucrania de esta manera, sacrificando especialmente a efectivos de Wagner, pero en cierto modo guardando la parte del león de los «mobiks» para más adelante.
Se supone que, a estas alturas, cuando ya han pasado meses desde el anuncio de la movilización, alrededor del 50 por ciento de los 300.000 movilizados -hay quien considera que la cifra real es inferior hasta en un tercio-, estaría ya en el frente, como anunció Shoigú. De ellos, la mitad estarían insertos en unidades de primera línea y la otra mitad, en retaguardia, implicados en tareas logísticas, incluyendo la preparación de las nuevas líneas defensivas cada vez más en profundidad. El 50 por ciento que no está en el frente, estaría todavía en distintos puntos de Rusia recibiendo formación.
Como explica Dara Massicot, esto es significativo, pues deja entrever que existe un plan para utilizar toda esta masa humana con cierto orden, pese a que lo visto en Bakhmut y en otras zonas haga parecer lo contrario. Así las cosas, los movilizados que han sido enviados en primer término, lo habrían sido sabiendo perfectamente que su valor combativo era casi nulo y que únicamente permitirían sostener el frente, rellenando las unidades más castigadas momentáneamente, además de ayudar en la preparación de posiciones fortificadas para estabilizar la guerra durante el invierno.
Lo preocupante para Ucrania sería que la otra mitad de los movilizados estarían recibiendo entrenamiento a largo plazo. Difícilmente este será comparable en calidad al que se ofrece a las tropas ucranianas en Occidente, pero aun así, podría ser bastante mejor que el recibido por los primeros «mobiks» e incluso por algunos de los soldados profesionales que habían sido enviados a Ucrania desde febrero.
En resumen, Surovikin estaría gestionando sus fuerzas dividiéndolas en tres grupos: 1) tropas prescindibles, como los primeros movilizados y especialmente, la carne de cañón de Wagner Group, que dista mucho de ser la fuerza de élite que pudo haber sido al comienzo de la guerra, dado que la mayoría de integrantes con formación y experiencia habrían fallecido; 2) tropas destinadas a recomponer el Ejército Ruso, que había quedado como un cuerpo exangüe tras la toma de Lugansk y necesitaba urgentemente personal para cubrir bajas y asumir tareas logísticas además de a estabilizar el frente y; 3) tropas destinadas a la ofensiva de primavera, que serían las que estarían recibiendo más y mejor entrenamiento y a las que posiblemente se dote de un material algo mejor, en la medida en que la industria de defensa rusa pueda producirlo en estos meses.
Por supuesto, en Moscú saben perfectamente el sacrificio en términos humanos que esto significa. También cuáles son las condiciones de la tropa, especialmente ahora que el frío arrecia. Sin embargo, dado que están decididos a librar esta guerra hasta sus últimas consecuencias, las pérdidas son un mal necesario. Al fin y al cabo, ya no están luchando por objetivos maximalistas, como antes de lanzar la invasión, sino por conservar lo ganado en lo que saben es una guerra de desgaste. De ahí también la importancia de la campaña de ataques estratégicos, que si bien difícilmente doblegará a Ucrania, al menos a corto plazo, impone a sus socios un esfuerzo adicional, aumentando el «cansancio de guerra».
En Occidente, sin embargo, parecen decididos a seguir apoyando a Ucrania, aunque esto no supone un cheque en blanco, sino que el límite de crédito se va renovando periódicamente, de forma que si en la campaña de primavera -y durante el mismo invierno- Ucrania no es capaz de lograr éxitos militares, la presión para lograr una salida pactada, irá aumentando paulatinamente. El Kremlin lo sabe y también lo saben en Kiev. No obstante, y en previsión de que la jugada de Surovikin pueda no salir bien y a pesar de lo mal que salió anteriormente a Putin esgrimir la amenaza nuclear, parece que sopesan introducir cambios en su doctrina, de forma que el ataque preventivo sea una más entre las opciones a valorar en caso de amenaza existencial.
Pasando al análisis de lo ocurrido sobre el terreno, en las últimas horas rusos y ucranianos han seguido enfrentándose al oeste de Svatove, con los primeros tratando de alcanzar Stel’makhivka, mientras los segundos intentan alcanzar Patalakhivka y Nezhuryne, las dos últimas localidades antes del cruce entre la P66 y la P07 y, con ello, la entrada a Svatove. Más al sur, son los ucranianos quienes presionan toda la línea rusa entre Ploshchanka y Bilohorivka, intentando cercar Kreminna, por ahora con poco éxito, pese a los rumores que afirmaban, días atrás, que la ciudad estaba presta a caer.
Más o menos lo contrario ocurre entre Lycyhansk y Gorlóvka, con el centro del esfuerzo ruso y ucraniano situado en Bakhmut. En las últimas horas las tropas rusas han atacado en dirección a Verkh’okam’yans’ke, Ivano-Darivka, Spirne, Yakolivka, Soledar, Pidhorodne, el este de Bakhmut, Opytne y Klyshchiivka, además de Ozarianivka y en dirección a Druzhba.
En Donetsk, rusos y milicianos han vuelto a atacar en dirección a Kam’yanka, Opytne, Permovais’ke, Krasnohorivka y Mariínka. El dato más curioso del día procede de la zona de Pisky / Permovais’ke. Allí, fuentes prorrusas aseguraban que las tropas ucranianas estaban en retirada y, sin embargo, el vídeo compartido, que era perfectamente geolocalizable, demostraba exactamente lo contrario. Esto quiere decir que las tropas ucranianas estaban luchando en Pisky y no al sur de Permovais’ke, lo que significa que habrían recuperado varios kilómetros de terreno en los últimos días, sin que haya trascendido.
Por último, siguen los rumores en torno a la situación de la península de Kinburn y de algunos de los territorios y localidades al sur del Dniéper. Las últimas novedades tendrían que ver con la llegada de tropas rusas para hacer frente a las incursiones SOF ucranianas y asegurar así la ribera sur del río hasta su desembocadura.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Comenzamos la sección institucional y diplomática del lado de Rusia. El presidente Vladímir Putin ha defendido ante los ministros de Defensa de la Organización de Cooperación de Shanghai que “el potencial de conflicto en el mundo está creciendo y esto es una consecuencia directa de los intentos de las élites occidentales por preservar su dominio político, financiero, militar e ideológico por cualquier medio”. Igualmente, ha acusado a Occidente de “explotar a Ucrania y utilizar a su población como “carne de cañón” en el conflicto contra Rusia.
De otro lado, el presidente ruso ha comentado que es posible realizar más intercambios de prisioneros entre Washington y Moscú tras el que ha permitido la llegada al país del traficante de armas ruso Viktor Bout a cambio de la estadounidense Brittney Griner.
Mientras tanto el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, ha visitado Bielorrusia con ocasión de la firma de un protocolo que enmienda el acuerdo de seguridad regional firmado entre ambos países en 1997, aunque se desconocen más detalles. Al mismo tiempo, el parlamento bielorruso está considerando introducir la pena de muerte para los funcionarios y el personal militar que “cometan actos de traición”.
Recep Tayyip Erdoğan, presidente de Turquía, por su parte ha anunciado que mantendrá otra ronda de conversaciones sobre el corredor humanitario tanto con el presidente Putin el próximo 11 de diciembre como con el presidente Zelenski, aunque no se ha especificado la fecha.
El día, no obstante, ha estado marcado por los nuevos anuncios de ayuda militar para Ucrania. En primer lugar, hay que resaltar que Bulgaria ha enviado su primer paquete de ayuda militar a Kiev tras haber obtenido la aprobación parlamentaria de la lista de armas presentada por el gobierno en funciones. Es destacable precisamente porque es de los pocos Estados miembros de la UE que no habían enviado asistencia militar a Ucrania.
Pese a no haber ofrecido muchos detalles sobre el contenido del paquete, funcionarios del gobierno búlgaro han comentado que enviarán principalmente armamento ligero y municiones. El ministro de Defensa interino sí ha comentado que su país no puede permitirse enviar sistemas antiaéreos S-300 o aviones de combate MiG-19 y Su-25 como quiere Ucrania dado que tiene que “asegurar las capacidades de defensa de Bulgaria”.
También se ha confirmado el próximo paquete de ayuda militar de Eslovaquia por valor de 10,5 millones de euros destinado a sistemas de desminado y munición. Ayuda adicional que ha sido agradecida por el ministro de Defensa ucraniano, así como por el primer ministro Denys Shmyhal que, a su vez, ha agradecido el apoyo recibido de Eslovaquia en su camino hacia la membresía de la UE.
Al otro lado del Atlántico, el Departamento de Estado de EE. UU. destinará 91,5 millones de dólares a la remoción de minas en Ucrania. En palabras del representante del Departamento, “más de 160 mil kilómetros cuadrados deben ser revisados en busca de minas”, lo que supone “el mayor desafío para los zapadores desde la Segunda Guerra Mundial”. Además de la ayuda para labores de desminado que están ofreciendo otros países como Canadá, Nueva Zelanda, Camboya y Japón, y la UE, como parte de la Misión de la UE de Asistencia Militar en Ucrania, Chipre y Letonia también entrenarán a las tropas ucranianas en este ámbito.
A esto se suma el nuevo paquete de asistencia militar adicional por valor de 275 millones de dólares cuyo anuncio se está esperando en el día de hoy. Se espera que el paquete incluya cohetes para los HIMARS, munición de 155 mm, vehículos HUMVEE y generadores.
También se han impuesto más sanciones contra Irán por parte de Estados Unidos y Canadá, reafirmando que siguen comprometidos con imponer costos a los perpetradores de abusos contra los derechos humanos. Estados Unidos impondrá sanciones contra aquellos que están involucrados en el uso de drones iraníes por parte de Rusia en Ucrania y las violaciones de derechos humanos.
En el caso de Canadá, recientemente las sanciones también se dirigen contra 33 altos funcionarios rusos actuales o anteriores y seis entidades presuntamente responsables de “violaciones sistemáticas de los derechos humanos” contra ciudadanos rusos que se oponen a la guerra de Rusia en Ucrania.
El secretario de Defensa americano, Lloyd Austin, se ha reunido en Washington DC con su homólogo británico, Ben Wallace, para discutir sobre su colaboración y los próximos pasos “críticos” para apoyar a Ucrania, además de abordar los temas concernientes a AUKUS.
A colación, el presidente Zelenski ha dialogado hoy con el primer ministro británico, Rishi Sunak, sobre la implementación de la Fórmula de Paz, así como sobre la cooperación en defensa y la estabilidad energética de Ucrania. Zelenski también ha comentado que han “sincronizado” sus posiciones antes de la próxima cumbre del G7.
Desde Berlín estarían preparando el envío de 18 obuses sobre ruedas RCH 155, 80 camionetas, 100 sensores antidrones y jammers (anteriormente 10), 2 carpas y 7 camiones 8×6 con sistema de carga intercambiable. Además, han confirmado la entrega de 50 vehículos de transporte Dingo (se suman a los 30 ya entregados) y 12 camiones M1070 Oshkosh (previamente habían entregado 10). También está que Alemania envíe dos sistemas de defensa aérea adicionales Skynex fabricados por la alemana Rhreinmetall en 2024.
De igual modo, Ucrania recibirá drones D-80 Discovery y E-300 Enterprise producidos por AeroDrone, empresa que ha recibido la certificación para operarlos en el país.
Cambiando de tercio, la economía ucraniana se ha contraído en un 30,8 por ciento en el tercer trimestre de 2022, según informa el Servicio Estatal de Estadísticas del país. Sin embargo, es una ligera mejora respecto del segundo trimestre en el que se redujo un 37,2 por ciento.
Ukrenegro, operador eléctrico ucraniano, asegura que Ucrania se enfrentará a un déficit eléctrico durante el invierno, si bien se están restaurando gradualmente las capacidades ucranianas de generación de energía, a la espera de los próximos ataques rusos, claro está.
De hecho, el gobierno ucraniano ha logrado que Ukrenegro reciba un préstamo por importe de 32,5 millones de euros del banco estatal alemán KfW, fondos que servirán para restaurar las subestaciones eléctricas dañadas. El primer ministro Shmyhal también ha confirmado la aprobación de un proyecto de ley en virtud del cual se reorientan parte de los fondos del préstamo de Banco Europeo de Inversiones para la reconstrucción de una de las subestaciones clave en el óblast de Kiev.
Continuando con el tema energético, la compañía francesa Total Energies se separa del grupo ruso Novatec, del que ostentaba una participación del 19,4 por ciento.
Por último, la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA) ha informado de que las tropas rusas han detenido a un empleado de la planta nuclear -responsable de la seguridad- y secuestrado a otros dos tras haberles golpeado.
Deja una respuesta