Guerra de Ucrania – Día 272

En las últimas horas Ucrania ha lanzado un ataque con drones sobre Sebastopol, del que todavía se desconocen las consecuencias. También han aparecido nuevos vídeos que podrían dar fe de ejecuciones de soldados rusos por parte ucraniana y que se suman a los publicados la pasada semana. Rusia, por su parte, ha comenzado a instalar defensas en la frontera con Ucrania a la altura de Bélgorod, que se suman a las construidas en Lugansk, Jersón e incluso Crimea. Por último, la Unión Europea ha desbloqueado un nuevo tramo de 2.500 millones de euros de la ayuda macrofinanciera a Ucrania, que se suma a los 4.500 millones movilizados por el Banco Mundial y otros tantos procedentes de los EE. UU. que contribuirán a sostener la economía del país y el gasto del Estado, en una situación precaria.

Hace pocas horas, han comenzado a llegar imágenes de los sistemas antiaéreos rusos haciendo fuego contra objetivos indeterminados en los cielos de Sebastopol. Rusia afirma haber derribado al menos dos drones, sin que se conozcan todavía los efectos de todos los ataques, que han afectado, además de a Sebastopol, a Yevpatoria y Balaklava.

Más allá de esto, un nuevo vídeo publicado hoy en Telegram, parece apuntar nuevamente a ejecuciones de prisioneros rusos por parte ucraniana, en línea con lo visto la pasada semana. Aunque no tenemos medios para asegurar al cien por cien que el vídeo sea real, a simple vista lo parece y abunda en la idea de que también Ucrania está cometiendo crímenes de guerra, tal y como dijimos días atrás. Unos hechos que deberán ser investigados y juzgados y que lo único que hacen es perjudicar la imagen de Kiev ante sus socios mientras alimenta el relato ruso y le ayuda a que sus propios crímenes pasen más desapercibidos.

Por lo demás, Rusia ha comenzado a instalar defensas como las vistas hasta ahora en Lugansk, Jersón o Crimea, esta vez en la frontera con Ucrania a la altura de la región de Bélgorod. Aunque este tipo de defensas difícilmente serán eficaces, tienen la virtud seguramente de tranquilizar a la opinión pública, que en esta óblast rusa en concreto, ha vivido más de cerca que ninguna otra del país los rigores de la guerra.

Por otra parte, que Rusia recurra a este tipo de líneas fijas en la zona, indicaría también que temen posibles acciones ucranianas de flanqueo. Es una posibilidad muy remota, ya que Rusia se vería obligada a escalar el conflicto si su integridad territorial se pone en juego -obviando que Ucrania ha recuperado en las últimas semanas territorios técnicamente rusos-. Sin embargo, no es descabellado que unidades SOF ucranianas puedan adentrarse en Bélgorod para dar golpes de mano, aunque en ese caso este tipo de defensas son también bastante inútiles.

Pese a todo, que Rusia esté dedicando tantos esfuerzos a establecer defensas estáticas es sugerente y una muestra de su intención de mantenerse tras ellas en los meses más fríos del invierno mientras dedica tiempo a reconstituir su Ejército, recibir nuevo material, formar en lo posible a los movilizados y, en definitiva, prepararse para retomar la ofensiva en primavera, sin abandonar el castigo a la infraestructura ucraniana. No está tan claro cuál es el plan entonces, pues aunque hay quien especula con nuevas ofensivas, es Ucrania quien tiene la iniciativa estratégica y además se ve obligada a mantener la presión.

https://www.revistaejercitos.com/2022/08/28/la-guerra-de-ucrania-y-la-guerra-mosaico/

De esta forma, tal y como hemos ido explicando, resultaría muy lógico desde el punto de vista ruso abundar en la negación, de forma que imponga a Ucrania un alto coste a cualquiera de sus ofensivas. Así, incluso aunque Rusia no logre grandes avances o ningún avance, en combinación con los ataques a la infraestructura ucraniana, podría ir forzando a Kiev a valorar la opción de una salida negociada, mientras limita las pérdidas propias.

Si desde Moscú pretenden ser más ambiciosos, tendrán que recurrir a más armamento extranjero (léase misiles y drones iraníes, bien enviados o bien fabricados en la propia Rusia), deberán lograr erosionar lo suficiente las defensas antiaéreas ucranianas, de forma que su aviación pueda prestar un apoyo efectivo a las tropas y deberán estar dispuestos, con la ayuda de sus aliados, a seguir la guerra de desgaste poniendo más presión sobre los stocks occidentales.

Hay que tener en cuenta que Rusia, ocurra lo que ocurra, deberá seguir luchando en la práctica con las mismas herramientas o peores, con la salvedad de la llegada de drones y misiles balísticos o los desarrollos en material de municiones merodeadoras que sea capaz de implementar. Todo lo demás, caso del nivel de sus tropas, la calidad de sus sistemas de armas, armas y plataformas o el hecho de que estas son, según se van perdiendo las anteriores, cada vez más antiguas, parece imposible que pueda revertirse. Así, por más que la industria entregue nuevos carros de combate, blindados o incluso aviones de combate, lo cierto es que será siempre en cantidades mínimas y muy posiblemente no tengan como destino el frente, sino los distritos militares.

Así las cosas, y aunque seguramente Surovikin tenga cierta presión y sienta la necesidad de hacer algo, parece más juicioso en estos momentos mantenerse a la defensiva, jugando con las defensas estáticas y las capacidades de ataque estratégico -y entendiendo que la ofensiva en términos estratégicos no implica que a nivel táctico u operacional deba ser siempre así-, mientras Ucrania se desgasta, que intentar una y otra vez ofensivas como la de Pavlivka, con gran coste humano y material y sin retorno alguno. En el mejor de los casos, podría aspirar a corto plazo a aumentar ligeramente la zona de búfer, de forma que Ucrania no tenga la posibilidad de atacar los puntos clave de su logística, ni siquiera con GMLRS. Ahora bien, visto el resultado del ataque sobre Pavlivka es dudoso que pueda hacerlo y Ucrania, envíen o no los EE. UU. los famosos ATACMS, podría acudir al mercado para hacerse con municiones de mayor alcance incluso para sus HIMARS/M270.

https://www.revistaejercitos.com/2022/10/04/la-ofensiva-de-jarkov-ii/

Respecto a lo ocurrido sobre el terreno, hoy se ha producido una pequeña acción rusa desde Svatove hacian Stel’makhivka, sin consecuencias. De hecho, no es la primera vez estos días que atacan y posteriormente se retiran de esta localidad. A pesar de las primeras nieves, la situación en Járkov es demasiado complicada para librar combates de gran envergadura debido a la raspútitsa, por lo que es previsible que hasta que esta no remita, la situación siga estancada.

Entre Lysychansk y Bakhmut ha habido más movimientos, siguiendo las tropas rusas y de Wagner el guión de días previos. Así, se habrían lanzado ataques sobre Spirne, Bilohorivka, Yakolivka, Soledar, Bakhmut y Zaitseve. No hay pruebas de avances de ningún tipo. Pese a que la situación lleva meses prácticamente estática, en los canales prorrusos se insiste en que rodear Bakhmut es el paso previo antes de una ofensiva sobre Sloviansk y Kramatorsk, algo que Rusia intentó en abril, a través del saliente de Izium, sin éxito.

En Donetsk, la situación es la misma que en días previos, salvo por ataques ligeramente al norte de la ciudad, por parte de los milicianos, contra Kamyanka y Krasnohorivka, que han acompañado a los habituales sobre Permovaiske, Krasnohorivka (otra localidad del mismo nombre situada al norte de Mariínka), Mariínka y Novomykhailivka. No hay cambios.

Al sur, en Jersón, funcionarios ucranianos han reconocido que su país está llevando a cabo operaciones en la península de Kinburn, en la ribera sur del Dniéper o más bien al sur de su desembocadura. Sin embargo, no han especificado a qué se referían exactamente y no hay motivos, en vista de la limitadísima capacidad ucraniana para transportar plataformas, equipos y pertrechos al sur, de que estas vayan más allá de unidades SOF haciendo reconocimiento o divirtiendo tropas rusas.

Mapa de situación actualizado a 22 de noviembre de 2022. Fuente @War_Mapper.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Durante la jornada de hoy las noticias a nivel institucional y diplomático han brillado por su ausencia, con la salvedad de las novedades respecto de la ayuda financiera a Ucrania.

La UE ha desembolsado el siguiente tramo de ayuda macrofinanciera por un importe de 2.500 millones de euros. Únicamente restaría la entrega de 500 millones antes de que finalice el año según lo comprometido. Desde el 24 de febrero el monto total suministrado asciende a 6.700 millones de euros. En estos momentos aún pende la aprobación del nuevo paquete de ayuda anunciado por la Comisión Europea para 2023 por valor de 18.000 millones de euros. 

Unido a lo anterior, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, también ha anunciado que el Banco Mundial ha movilizado 4.500 millones de dólares adicionales que les servirán para satisfacer las necesidades urgentes durante el invierno. Asimismo, ha concretado que han recibido 60 millones de dólares hoy, de los cuales 50 se han proporcionado en condiciones preferenciales de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) y los 10 millones restantes como garantías de Letonia. 

Por su parte, la Agencia Francesa de Desarrollo proporcionará a Ucrania un préstamo por hasta 100 millones de euros para financiar los gastos del fondo general del presupuesto estatal.

Continuando con la ayuda financiera, Estados Unidos proporcionará 4.500 millones de dólares como apoyo presupuestario directo para ayudar a Ucrania a mejorar la estabilidad económica y respaldar los servicios gubernamentales críticos. Según la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, los fondos comenzarán a desembolsarse en las próximas semanas. 

En lo que concierne a la destrucción de la infraestructura energética ucraniana, ha sido también Shmyhal quien ha confirmado en la sesión del gobierno hoy que la cantidad de pérdidas de NPC Ukrenegro, operador de la red eléctrica nacional de Ucrania, debido a la agresión asciende a más de 70.000 millones de grivnas (1.840 millones de euros al cambio). El director ejecutivo de Ukrenegro, Volodymyr Kudrytskyi, por su parte, ha enfatizado que los daños causados a las instalaciones generadoras de energía fueron “colosales” y no pueden “generar tanta energía como la que pueden usar los consumidores”, si bien descarta la necesidad de evacuar a los civiles. 

De otro lado, desde el principal proveedor de energía privado para Kiev, YASNO, comentan que “lo más probable es que los ucranianos vivan con apagones hasta al menos finales de marzo”. 

En estos momentos, 70 equipos de mantenimiento y más de 1.000 especialistas están trabajando para restaurar las redes eléctricas. De igual modo, el primer ministro ha enfatizado que desde el 11 de octubre Ucrania no vende electricidad a la Unión Europea. 

Sobre la situación en Zaporiyia que comentamos ayer y las negociaciones que está llevando a cabo la Agencia Internacional de la Energía Atómica, el Kremlin asevera que no hay avances importantes respecto de la creación de una zona de seguridad alrededor de la planta. No obstante, Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, afirma que Rusia seguirá hablando con la Agencia si bien ha arremetido contra Ucrania, ya que considera que Kiev es responsable de los bombardeos en las instalaciones y arriesgarse a un accidente nuclear. Según Peskov:

“Hablando de la zona de seguridad, uno solo debería hablar de aquellos que están bombardeando esta estación. ¿Quién es una amenaza? La amenaza son aquellos que la están bombardeando”

Por último, el ministro de Defensa de Lituania, Arvydas Anušauskas, ha reiterado que su país continuará proporcionando armas y entrenamiento al Ejército de Ucrania. Así pues, el próximo año entrenarán a 1.500 soldados más. Hasta la fecha el apoyo lituano asciende a 640 millones de euros y el apoyo militar a más de 232 millones. 


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