Rusia ha golpeado Ucrania con una nueva oleada de misiles de crucero y drones coincidiendo con la cumbre del G20 y un día antes de la nueva reunión del Grupo de Contacto de Apoyo a Ucrania. El ataque ha golpeado diversos puntos del país, afectando nuevamente a su ya castigada infraestructura eléctrica. Los efectos, todavía sin medir, han quedado no obstante eclipsados por la caída de uno o dos misiles en territorio polaco, matando a varias personas. Por el momento, el incidente ha motivado la reunión del Consejo de Seguridad de este país. Sin embargo, todavía no está realmente claro el origen del misil o misiles caídos en Polonia, por lo que habrá que esperar al análisis de los restos. Sobre el terreno, los cambios son mínimos y la atención ha estado centrada en los incursiones ucranianas al sur del Dniéper, de las que todavía no se conoce el objetivo último.
La última jornada de guerra en Ucrania se ha visto sacudida por un suceso no por previsible, menos preocupante, dadas sus posibles consecuencias: al menos un misil ruso habría caído en territorio polaco, segando la vida de dos ciudadanos de este país y, según algunas fuentes, de un natural lituano. Por el momento se desconoce cómo se ha producido el incidente, si se ha tratado de un misil desviado de su rumbo, si son los restos del mismo tras ser derribado en el aire, si se trata en realidad de un misil antiaéreo o si ha sido algo deliberado, opción muy remota pues Polonia es Estado miembro de la OTAN.
Lo más factible, a nuestro entender -y aceptando que no tenemos pruebas- es que hayan caído los restos tanto de un misil ruso lanzado desde Bielorrusia (y que quizá se haya desviado), así como del misil antiaéreo ucraniano que lo haya derribado. Los polacos, en cualquier caso, disponen de medios suficientes en la zona como para aportar pruebas concluyentes, que sin duda sus socios solicitarán.
Por el momento, en los canales rusos se habla de «falsa bandera» ucraniana, para provocar una intervención de la Alianza. Desde fuentes oficiales rusas, critican la «arrogancia» polaca, a la que culpan curiosamente de haber comenzado la Segunda Guerra Mundial a la vez que niegan cualquier implicación en lo ocurrido y acusan a Polonia de buscar una escalada. Mientras tanto, algunos de sus propagandistas más destacados, como Margarita Simonyan, han echado leña al fuego, algo bastante irresponsable en estas circunstancias. Como es habitual en estos casos, desde Rusia se lanzan mensajes contradictorios, buscando sembrar la duda razonable o incluso confundir, desviando así la atención de los hechos.
Por su parte, desde los Estados Unidos fuentes oficiales afirman tener constancia de la caída de misiles, pero no tenerla todavía sobre el origen de los mismos. Así, según ha declarado el portavoz del Pentágono:
«Estamos al tanto de los informes de prensa que hablan de que dos misiles rusos misiles rusos han impactado en un lugar dentro de Polonia cerca de la frontera Ucrania. Puedo decirles que no tenemos ninguna información en información que corrobore esos informes y que estamos investigando el portavoz del Pentágono, el general de brigada Patrick Ryder, en una una sesión informativa.
Como es lógico, en las redes sociales rápidamente ha comenzado a hablarse de una posible invocación del Art. 5 del Tratado del Atlántico Norte, opción que no creemos probable, aunque sin duda el hecho tendrá consecuencias -siempre que se demuestre que el misil había sido lanzado por Rusia- y seguramente se exija una disculpa a este país de ser así.
Entre las consecuencias probables, la invocación del Art. 4, que exige consultas en el seno de la Alianza, un redoblamiento de la ayuda militar a Ucrania, un reforzamiento de las defensas orientales de la Alianza, puede que una postura de la fuerza más agresiva por parte de Polonia y con toda seguridad se promoverían nuevas sanciones a Rusia en sede europea. Respecto al Art. 5, cuesta creer que sin intencionalidad, llegue a aplicarse. En cualquier caso, hay precedentes históricos incluso más graves, como el impacto de cinco bombas con kit JDAM contra la embajada de la República Popular de China en Belgrado en 1998, que no desembocaron en un conflicto tras disculparse públicamente el presidente estadounidense.
El suceso se ha producido dentro de la campaña de ataques estratégicos contra la infraestructura energética ucraniana que Rusia ha reanudado -algo que se esperaba y veníamos anunciando desde la retirada de Jersón- de forma espectacular, con más de un centenar lanzamientos entre misiles de crucero Kh-101/555 y drones Shaheed-136 y Orion, de los que Ucrania afirma haber derribado un total de 84. Por el momento no hay una evaluación real del grado de daño provocado en la infraestructura ucraniana con este último ataque, pero sí aspectos interesantes que comentar.
- En primer lugar, si Rusia ha elegido lanzar una oleada tan numerosa de misiles, es en gran medida para tratar de saturar las defensas antiaéreas ucranianas, ya que de lanzarlos poco a poco serían presa relativamente fácil, ahora que Occidente ha enviado nuevos sistemas antiaéreos al país. Es difícil también saber cuáles son las reservas rusas de este tipo de ingenios, o cuál su capacidad de fabricación, pero según estimaciones ucranianas, todavía dispondrían de más de medio millar de Kh-101/555, teniendo en cuenta que hacia el 14 de octubre se creía que contaban con 609 unidades.
- A poco que destruyan algunos transformadores más (difíciles de producir y reemplazar), la situación para Ucrania será muy complicada, si bien creemos que no determinante desde el punto de vista militar. Decimos esto porque Ucrania es un país que depende casi por completo del exterior en estos momentos para prácticamente todo, al estar su industria y su economía ya muy castigadas por la guerra. Es decir, que hay cierta disociación entre el curso de la guerra, al menos en lo relativo a las operaciones y la economía y la sociedad ucranianas. En este sentido, es posible que incluso con una situación precaria para muchos habitantes, las Fuerzas Armadas ucranianas puedan seguir luchando. El grado de apoyo y cómo este se erosione, será lo que haya que evaluar.
En cualquier caso, en Occidente deberíamos aprender de las lecciones de la Guerra de Ucrania, al menos en este aspecto. Es cierto que todavía no se conocen los efectos reales de una campaña masiva dirigida contra la infraestructura eléctrica, pero aun así, las posibilidades no son nada halagüeñas. No en el caso de economía plenamente desarrolladas y dependientes de la electricidad para absolutamente todo, desde las telecomunicaciones a la actividad fabril o, cada vez más, la movilidad.
En este sentido, apostar por redes distribuidas, por el autoconsumo y por la resiliencia, en todas sus formas, parece la única forma lógica de prepararse para el futuro. Además, bien entendidas, estas medidas no dejan de ser un elemento de disuasión por negación, al subir los costes de cualquier ataque debido a la complejidad intrínseca que conlleva destruir redes distribuidas. El ejemplo más claro en estos momentos es Starlink, asunto que abordamos meses atrás en una serie de artículos sobre Guerra Espacial.
En este caso, a diferencia de los grandes satélites de telecomunicaciones tradicionales, por lógica escasos y vulnerables a los ataques ASAT, hablamos de miles de pequeños satélites uniformemente distribuidos en múltiples órbitas. De esta forma, ni es rentable atacarlos uno a uno, ni hay posibilidad, al menos por ahora, de derribar un número suficiente de ellos como para que la red quede inoperativa. Por supuesto, se pueden atacar infraestructuras de control en tierra con ataques cinéticos o se puede amenazar la red mediante ataques cibernéticos, sin embargo, la propia arquitectura de Starlink es, en sí misma, un elemento que aporta seguridad y disuade a posibles enemigos.
Dicho todo lo anterior, pasamos al análisis de lo ocurrido sobre el terreno. Allí, un día más, las líneas se han mantenido estáticas, lo que no significa que hayan cesado los combates. Las temperaturas continúan bajando y se espera que el suelo se congele en breve, lo que ayudará a retomar los movimientos.
Mientras tanto, hoy en Lugansk apenas se ha registrado un ataque ruso en dirección a Novoselivs’ke. Ahora bien, hay que tener en cuenta que la mayor parte de información que trasciende es de fuentes ucranianas, lo que quiere decir que en muchos casos minimizan sus propios movimientos. Así las cosas, pese a todos los ataques rusos de los días pasados, las Fuerzas Armadas ucranianas están sólidamente asentadas en una línea paralela a las carreteras P07 y P66, desde donde pueden seguir erosionando la logística y las posiciones rusas.
En la zona de Bakhmut se ha seguido luchando tanto al este de esta ciudad, como en Bilohorivka (la más cercana a Vesele) y Soledar. No se han registrado cambios.
En Donetsk, los combates se han circunscrito, de norte a sur, a Permovais’ke, Krasnohorivka, Novomikhaylivka y Nenuchke, localidad esta última en dirección a Velika Novosilka. En ningún caso se han reportado novedades y sigue sin estar claro el grado de control que los rusos ejercen sobre Pavlivka a pesar de que llevan días reclamando haberla tomado por completo.
Por último, al sur siguen los rumores sobre incursiones ucranianas en una franja de terreno de unos kilómetros al sur del río Dniéper. Por el momento no hay prueba alguna de que los ucranianos tengan intención de avanzar allí, ni de que hayan retomado ninguna localidad. Además, hay que tener en cuenta que la mayoría de estas fueron abandonadas, con lo que aunque no sea descartable que veamos banderas ucranianas ondear en próximas jornadas, el impacto real sobre el devenir de la guerra será prácticamente nulo.
Aunque se desconoce el objeto último de estas misiones, posiblemente de reconocimiento y para captar la atención rusa, está claro que se producen: 1) en tierra de nadie y; 2) bajo la cobertura de la artillería ucraniana, tanto de 155mm como cohete. Por otra parte, respecto a esta, se han registrado bombardeos ucranianos más allá de las líneas defensivas rusas en la zona, por lo que es probable que estén por una parte testando el dispositivo defensivo ruso y por otra, aprovechando también para vender un relato, según el cual Rusia está en desbandada y Ucrania en disposición de seguir sus avances.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
La actividad durante jornada 265 ha ido in crescendo a lo largo del día, pues mientras los dirigentes de las veinte economías más grandes del mundo se están dando cita en la Cumbre del G20 en Bali, los ataques con misiles rusos en Ucrania han dejado tras de sí intensos cruces de declaraciones. Por supuesto, la guinda a esta jornada la ha puesto el impacto de dos misiles en suelo polaco tal y como se ha explicado en la sección anterior.
Además, el hecho de que mañana vaya a tener lugar la séptima reunión bajo el formato de Ramstein ha sido aprovechado por el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, para poner el acento en que los ataques con misiles rusos se producen justo antes de la reunión que es “donde encontramos soluciones para nuestra seguridad y defensa”.
Cabe esperar que la oleada de ataques con misiles rusos en Ucrania y los hechos sucedidos hoy en territorio Ucraniano sean el elemento central de la reunión y sirvan también como argumento para reiterar la necesidad de recibir más ayuda para proteger el cielo ucraniano. En este sentido, Reznikov ha insistido en que necesitan fortalecer la defensa antiaérea y antimisiles ucranianas de la siguiente forma:
- Aumentar el número de IRIS-T y NASAMS
- Recibir los sistemas HAWK y Crotale en cantidades suficientes
- Aprobar e implementar la decisión sobre SAMP-T
- Recibir UAVs de reconocimiento y combate, así como defensa antidrón
A esto añade que también necesitan otro tipo de apoyo adicional como aumentar la cantidad de artillería, asegurar suministros estables de munición, etc.
De otro lado, el ministro de Defensa ucraniano también ha intervenido virtualmente ante el Consejo de Ministros de Defensa de la UE que ha tenido lugar hoy y ha sido presidido por el Alto Representante Josep Borrell. El Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, también estaba presente. Concretamente, durante su intervención ha compartido información sobre la destrucción y el saqueo ruso en Jersón.
Mientras tanto, en Kiev se estaba produciendo el ataque ruso con misiles, del que ya hemos hablado y sobre el cual el Mikhailo Podolyak,tampoco ha tardado en pronunciarse afirmando a través de las redes sociales que:
“Bombardeo masivos de ciudades ucranianas durante #G20: la humillación de Rusia de todos los líderes que apoyaron la idea del “diálogo” con el agresor. Recuerde: RF [Federación Rusa] no propone negociaciones, pero da ultimátums territoriales. Cualquier coqueteo con terroristas acaba con misil en edificio residencial”.
En el mismo sentido se ha pronunciado el primer ministro de Ucrania, Denys Shmyhal al señalar que “los terroristas rusos han vuelto a mostrar hoy su supuesta disposición a negociar”. Por su parte, el presidente Zelenskidurante su intervención en la Cumbre del G20 ha insistido en que “Ucrania siempre ha sido líder en los esfuerzos de pacificación” de modo que “si Rusia quiere poner fin a esta guerra, que lo demuestre con acciones”.
Del lado ruso, el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, ha reiterado que Rusia no se niega a negociar con Ucrania enfatizando que “Cuánto más tiempo continúe negándose [el gobierno de Kiev] más difícil será llegar a un acuerdo”.
Sobre el impacto de los dos misiles en suelo polaco, el Ministerio de Exteriores de Estonia ha comunicado que están consultando de cerca las noticias con Polonia y otros aliados y que su país “está listo para defender cada centímetro del territorio de la OTAN.”
Por su parte, la ministra de Exteriores de Lituania, Ingrida Šimonytė, se ha pronunciado en este mismo sentido al señalar que están consultando la situación con Varsovia y otros aliados, al tiempo que ha expresado su plena solidaridad con Polonia y traslada sus condolencias a las familias de las víctimas.
Cabe comentar, además, que hoy el ministro de Exteriores de Países Bajos, Wopke Hoekstra, tras su reunión ayer con Stoltenberg en La Haya, ha visitado Kiev. Una visita intensa, pues ha tenido que buscar refugio con su homólogo ucraniano ante los ataques rusos con misiles. Hoekstra ha sido tajante al afirmar que “Ucrania debe ganar esta guerra” y que Países Bajos continuará apoyando a Ucrania tanto a nivel militar como financiero y humanitario.
En consonancia ha agregado que los ataques rusos vuelven a demostrar que “la voluntad de Putin es recurrir a métodos criminales” y que la única respuesta es “continuar: continuar apoyando a Ucrania, continuar entregando armas, continuar trabajando en justicia, continuar trabajando en la prestación de ayuda humanitaria”.
Al margen de la Cumbre, el presidente estadounidense Joe Biden y el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan se han reunido. Durante su encuentro Biden le ha expresado su agradecimiento a Erdoğan por sus esfuerzos para renovar la Iniciativa de Granos del Mar Negro, sobre la que ambos coinciden en que debe continuar. Asimismo, también discutieron la coordinación continua en temas de la OTAN y otros asuntos de interés regional y mundial.
Para finalizar, cabe señalar que hoy la ministra de Defensa germana, Christine Lambrecht, ha comunicado que Alemania está estableciendo un centro en Eslovaquia para labores de reparación y mantenimiento de las armas y equipo donado por Berlín a Ucrania. De igual modo, ha anunciado que hasta 5.000 soldados serán entrenados en Alemania para junio de 2023.
Además, desde Washington el presidente Biden ha solicitado al Congreso que proporcione más de 37.000 millones de dólares en ayuda de emergencia a Ucrania, mientras desde la UE se han publicado los detalles sobre la misión de entrenamiento que permitirá formar hasta a 15.000 militares ucranianos en los próximos meses.
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