El Kremlin ha anunciado el fin abrupto de su campaña de bombardeos estratégicos sobre Ucrania, sin dar una explicación convincente, lo que ha dado lugar a la especulación en una jornada en la que se han producido escasos cambios sobre el terreno. No es la única noticia relevante, en un día que ha estado marcado también por la polémica en torno a Elon Musk y SpaceX, propietaria de la red de satélites Starlink y compañía que está en conversaciones con el Departamento de Defensa de los Estados Unidos para devolver el servicio a Ucrania.
Contra todo pronóstico, Putin ha anunciado el final de la campaña de bombardeos estratégicos contra Ucrania cuando apenas habían transcurrido unos días desde su inicio y se había dañado alrededor de un tercio de la infraestructura eléctrica ucraniana. Como es lógico, pues no parece un daño suficiente como para torcer la voluntad de Kiev, el anuncio del Kremlin la provocado todo tipo de especulaciones, que podemos resumir en los siguientes grupos:
- Las reservas rusas de armas de precisión de largo alcance estarían bajo mínimos, por lo que no podrían sostener la campaña de bombardeos de forma indefinida. La inteligencia ucraniana y occidental parece ser de esta opinión e incluso se ha publicado un gráfico al respecto. Sin embargo, resulta demasiado difícil verificar la realidad de estas afirmaciones y en cualquier caso hay que tener en cuenta dos factores: 1) la capacidad de la industria de defensa rusa de reponer pérdidas (aunque está en entredicho por la dificultad para acceder a ciertos componentes de alta tecnología que debe adquirir en el extranjero); 2) la necesidad de reservar una parte nada despreciable de su stock de armas de este tipo por si se produjese una guerra contra la OTAN.
- La campaña de bombardeos estratégicos habría sido una demostración destinada a que tanto Kiev como los aliados de Ucrania viesen cuáles son realmente las capacidades rusas en este ámbito y cómo, de desearlo, podría provocar una destrucción mayúscula. De esta forma, al cortar en seco la campaña de bombardeos estratégicos, estaría abriendo una puerta a la negociación. De hecho, hoy mismo habría declarado desde Astaná que Rusia «no desea destruir a Ucrania como Estado», algo que choca en parte con otras declaraciones vistas anteriormente tanto del propio Putin como de otros miembros del Gobierno, como Medvedev.
- Se mantienen las disensiones dentro de la cúpula rusas, lo que habría forzado el cambio de parecer a las pocas horas de iniciada la campaña. Además, coincide con una serie de nuevos rumores sobre una «limpieza» dirigida a restar apoyo al ala más dura del Gobierno concentrándose en sus apoyos mediáticos, un tema del que hemos hablado en alguna ocasión y que parece ir a más.
- El incremento en la ayuda militar occidental y la aceleración de los envíos –hoy ha comenzado a operar el primer IRIS-T-, unidos a las líneas rojas trazadas en los últimos días, habrían convencido al Kremlin de que es una apuesta sin futuro, como también lo sería la escalada nuclear salvo en casos concretos.
Sea como fuere, lo relevante en estos momentos es que no se ha causado el daño necesario a Ucrania y que esto en principio, y atendiendo a las informaciones publicadas desde el país y a las que hemos hecho referencia, no hace sino aumentar la disposición a seguir luchando, al interpretarse como una muestra de la debilidad rusa y de sus limitaciones.
La otra polémica de la jornada, que incluso podría estar relacionada con la anterior, tiene que ver con Elon Musk. El magnate, que habría cortado el servicio de Starlink a Ucrania -recordemos que es crítico para mantener las comunicaciones y el mando y control-, ha sido noticia por sus declaraciones en Twitter una vez más. Así, habría respondido a la salida de tono del diplomático ucraniano Andrij Melnyk limitando el acceso de Ucrania al servicio de Starlink y afirmando que no podía seguir suministrando cobertura sin cobrar. Al parecer, ha sido llamado a capítulo por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, sin que por el momento se sepa si va a restablecer el servicio o a cambio de qué.
Más allá del papel que Musk se ha arrogado a sí mismo prácticamente como mediador -recordemos la encuesta que hizo en Twitter días atrás o sus declaraciones tras hablar con Putin- y de que el corte del servicio pueda estar relacionado -incluso con buena intención- con un deseo legítimo de poner fin a la contienda, no deja de ser preocupante que un empresario tome tal protagonismo en un problema que atañe a los Estados. De hecho, recuerda al papel de algunos grandes industriales y capitalistas estadounidenses en la etapa anterior a la Segunda Guerra Mundial, a los que finalmente el Estado terminó por meter en vereda.
Ocurra lo que ocurra con Musk, desde los aliados de Ucrania continúan haciéndose anuncios de nuevos envíos. En el caso de Estados Unidos se espera que en las próximas horas se anuncie un nuevo paquete de ayuda militar por valor de 725 millones de dólares, que se suma a todo lo anunciado en las últimas 48 horas, incluyendo material de invierno o media docena de helicópteros Ka-32A11BC donados por Portugal.
Estas noticias no hacen sino augurar el mantenimiento de las operaciones militares durante la próxima estación por parte de Ucrania, mientras que en el caso ruso la movilización parece no haber dado el resultado esperado y se está llevando a cabo en condiciones durísimas para los «mobiks» pese a los intentos por parte de Gobierno e industria de mejorar sus condiciones de vida y suministrar equipación adecuada.
Mientras esto ocurre, en el campo de batalla prosiguen las tendencias de las jornadas anteriores, con los ucranianos (Kraken) avanzando hacia el norte de Svatove y rebasando la P-66 en Kyslivka, mientras las tropas rusas intentan contraatacar desde Kreminna en dirección oeste como parte de su defensa móvil. Sigue sin estar claro qué pretenden conseguir exactamente en esta zona, tratando de recuperar una serie de poblaciones que están prácticamente rebasadas por los flancos, lo que podría culminar con una bolsa rusa. Además de esto, durante la noche se ha registrado un nuevo ataque ucraniano contra Bélgorod y más concretamente contra una central eléctrica, seguramente en represalia por la campaña de bombardeos contra el país.
En dirección a Bakhmut, hoy las tropas rusas y milicianas, junto a Wagner y los voluntarios chechenos, estarían acumulando tropas y material para futuros ataques, mientras someten tanto la ciudad como las localidades y posiciones ucranianas en los alrededores a intensos bombardeos. Pese a ello, hoy han seguido los intentos de asalto un día más en dirección al vertedero al sureste de Bakhmut, así como hacia Opytne y Odradivka, sin cambios de posición.
En Donetsk se han vuelto a producir combates, en esta ocasión desde Novoselivka Druha en dirección a Krasnohorivka, desde Vesele hacia Opytne (no es la misma Opytne que en Bakhmut) y desde Pisky hacia Nevels’ke. Precisamente en la zona de Pisky se ha podido ver al batallón «Somali» en acción en vídeo, así como los intensos bombardeos.
Respecto al sur, pese a los rumores de ayer, hoy las tropas rusas han tratado de lanzar ataques en la zona de Brushkyns’ke y hacia Nova Kamyanka. También hemos podido ver imágenes de los suministros rusos cruzando el Dniéper en ferry, sistema que se está demostrando efectivo pese a todo. Además, las autoridades prorrusas en la parte ocupada de la región de Zaporiyia han anunciado la formación de un nuevo batallón de voluntarios.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
A nivel institucional y diplomático la declaración más destacable del día ha sido la del presidente Vladímir Putin, en la que ha afirmado que Rusia no desea destruir a Ucrania como estado:
“Nuestro objetivo no es destruir toda Ucrania. En cuanto a ellos, en algún momento cortaron el suministro de agua a Crimea, donde viven 2,4 millones de personas. Nuestras tropas tuvieron que ingresar al área y reabrir el suministro de agua a Crimea. Si se hubieran abstenido de tomar esa acción, no habría habido acciones de represalia”.
Por otra parte, el líder ruso ha señalado también que la decisión de Alemania de sacrificar los intereses nacionales a pro de cumplir con los compromisos de la OTAN es un “error”, subrayando que corresponde a las autoridades alemanas decidir qué es más importante para ellos.
“Aparentemente, algún tipo de obligaciones aliadas gozan de prioridad. En este caso, las de la República Federal de Alemania en el marco de la Alianza del Atlántico Norte. ¿Está bien o mal? Creo que esto es un error y que las empresas, la economía, y los ciudadanos de la República Federal tienen que pagar por esto, porque tiene consecuencias económicas negativas para la Eurozona en general y para la República Federal en particular.”
Del lado ucraniano, el presidente Volodímir Zelenski ha pronunciado un discurso por vídeo con ocasión del Día de los Defensores de Ucrania en el que señala que Ucrania honró este día hace un siglo, y lo honrará un siglo después, dado que es “el Día del tipo de victoria que obtendremos”. Ha expresado su gratitud a todos los que han luchado por Ucrania y siguen haciéndolo, señalando que “el mundo está con nosotros [Ucrania]” y que es una guerra por el derecho a la vida del pueblo y del Estado de Ucrania, por sus valores, memoria y tradición.
Por otro lado, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, se ha reunido hoy con sus homólogos del “Bucharest 9”, esto es, Bulgaria, República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía y Eslovaquia.
En relación con EE. UU., se espera que Washington anuncie su próximo paquete de ayuda militar a Ucrania por valor de 725 millones de dólares, incluyendo el envío de VLTT HMMWV y municiones. No obstante, como ha sucedido en otras ocasiones tanto la cifra total como el contenido pueden variar finalmente en el anuncio oficial.
A colación, el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, ha confirmado que el primer NASAM americano llegará este mes. Además, en las últimas horas uno de los PzH2000 reparados por Lituania ha sido enviado de vuelta a Ucrania, para seguir sirviendo.
A nivel de la UE, se espera que el próximo lunes los ministros de Exteriores den luz verde a la misión de entrenamiento y también restaría que los Estados miembros aprueben el próximo tramo de ayuda militar de 500 millones de euros a través del Fondo Europeo de Ayuda a la Paz (EPF). De esta forma, la ayuda militar de la UE ascendería a 3.000 millones.
Del mismo modo, el lunes discutirán la posibilidad de imponer sanciones a Irán por el suministro de drones Shahed-136 a Rusia. Se tratará en cualquier caso del primer paso para obtener un acuerdo político al respecto.
Además, 33 países estarían preparándose para dar nuevos pasos para presionar a la industria de defensa de Rusia. En la nota oficial del Departamento del Tesoro estadounidense se señala que los países asistentes ya han implementado sanciones y/o controles de exportación a Rusia como consecuencia de su agresión a Rusia. Aun así, durante la reunión han discutido sobre los efectos de las sanciones internacionales y los controles de exportación en el complejo militar-industrial de Rusia y las cadenas de suministro de defensa críticas. Sin embargo, no se ha comunicado qué países han estado representados en la reunión.
De igual modo, la Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio de EE. UU. ha publicado una advertencia conjunta que describe “acciones contra la industria de defensa de Rusia, así como riesgos para quienes brindan apoyo material para la invasión rusa de Ucrania”.
Cambiando de tercio, Rafael Mariano Grossi, director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA) ha llegado a Polonia tras reunirse con las autoridades ucranianas con carácter posterior a su encuentro con el presidente Putin. Según Grossi:
“Nos acercamos al establecimiento de una zona de protección para la planta de energía nuclear de Zaporiyia, la situación de la planta es insostenible y necesitamos una acción inmediata para protegerla”.
Sobre energía conviene que comentar que finalmente el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, ha aceptado la propuesta del presidente Putin para la construcción de un centro gasístico en el país como ruta alternativa como consecuencia de daños sufridos en el Nord Stream.
Por último, conviene comentar que cada vez son más los países que remiten una declaración de intervención en el caso “Alegaciones de Genocidio bajo la Convención sobre la Prevención y Castigo del Crimen de Genocidio (Ucrania c. Rusia)” en manos del Tribunal Internacional de Justicia. Los últimos países han sido Grecia, Luxemburgo y Austria, si bien en las últimas semanas se han sumado Portugal, Australia, Finlandia, Estonia, Irlanda, Polonia y España.
Al respecto también señalar que el pasado 3 de octubre Rusia presentó sus objeciones preliminares al caso. Asimismo, según el fiscal general de Ucrania Rusia habría cometido 40.040 crímenes de agresión en Ucrania y más de 600 presuntos responsables son soldados y dirigentes políticos rusos.
Según las últimas cifras de la misión de Naciones Unidas para el monitoreo de los derechos humanos en Ucrania, el número de víctimas civiles hasta el 10 de octubre asciende a 15.592. 6.221 personas han fallecido mientras que 9.371 han resultado heridas.
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